Rebecca Winters - Una sirena atrapada

Здесь есть возможность читать онлайн «Rebecca Winters - Una sirena atrapada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una sirena atrapada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una sirena atrapada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando Andrew Cordell vio a una hermosa sirena nadando hacia él, supo que había caído bajo su hechizo. Su alarmante descubrimiento resultó ser la futura bióloga marina Lindsay Marshall. Ella estaba ensayando un anuncio, vestida de sirena, y descubrió que esa actuación había conseguido encantar a algo más que a los peces. ¡Andrew se había quedado completamente prendado! Pero si el atractivo viudo no creía en cuentos de hadas marinas, ¿qué esperanza había de que se produjera un final feliz?

Una sirena atrapada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una sirena atrapada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Mis padres solían decir que yo no sabía lo que quería ni de lo que estaba hablando porque no podían soportar la verdad. Todas las veces que trataba de decirles lo que quería hacer cambiaban de conversación, como hiciste tú con Randy.

– Lindsay, no era por Randy por quien me estaba preocupando entonces. Era por ti. Cuando Pokey me dijo que tú ibas a bucear en The Buoy me estremecí. Ningún hombre enamorado de una mujer quiere verla en peligro. Y, con respecto al cambio de habitación y al que te pusiera unos guardas, lo hice para asegurar tu seguridad e intimidad. Sabía que la prensa había descubierto ya lo del incidente y no me atreví a dejarte a la merced de esa gente y de los que disfrutan molestando a los famosos.

Ella tardó bastante tiempo en contestar. Finalmente, dijo:

– Estás diciendo lo mismo que mis padres. Siempre hicieron lo que pensaban que era mejor para mí porque tenían miedo de que me fuera a pasar algo. Es un miedo irracional que empezó hace ya años, después de mi accidente. Salvo la que tengo con Beth, arruinaron todas las relaciones que tuve para asegurarse de que me quedaba en casa a salvo y protegida.

Andrew se sentía cada vez más frustrado.

– No me compares con tus padres, Lindsay. Por lo que parece, ellos necesitan ayuda profesional. Pero ahora no es el momento de hablar de ello. ¿Por qué no tratas de dormir? Deja que el sedante haga su trabajo.

– No quiero dormir -murmuró ella-. Sean cuales sean tus motivos, el resultado final es el mismo. En Nassau tú decidiste protegerme del peligro tomando decisiones que pensaste que eran las mejores para mí. No las discutiste conmigo y cuando me opuse, tú…

– Porque la situación lo exigía. ¿Me estás diciendo que tú no te preocuparías por mi seguridad si supieras que existía un peligro real?

– Estaría aterrorizada -confesó ella-. La posibilidad de… de un asesinato, siempre está presente y me aterroriza. Pero yo no te pediría que dejaras de ser gobernador por ello. No trataría de controlar donde vas o lo que haces. No pensaría ni tomaría decisiones por ti.

La adrenalina invadió las venas de Andrew.

– ¿Es eso lo que crees que he estado haciendo?

– Llamaste a mis padres sin preguntarme si quería que lo hicieras.

Él apretó los puños.

– Porque no sabía el daño que habías sufrido y di por hecho que querrías su apoyo en caso de que tuvieran que operarte.

A Lindsay le pesaban los párpados y no podía seguir mirándolo.

– Deberías haber hablado primero conmigo. Ellos son la última gente que yo hubiera querido que supieran esto. No porque no los quiera, sino por su manía…

– Lindsay. Te trajimos aquí inconsciente por el dolor y te metieron inmediatamente en rayos X. El médico que te examinó al principio no descartó la posibilidad de una operación. Dado que estabas a mi cuidado, me sentí en la obligación de informar a tus padres. Si tú fueras madre, lo comprenderías.

– ¡Yo no estoy a tu cuidado! -dijo ella casi gritando-. Vine a Carson City porque la última vez que nos separamos me porté mal sin querer y quería explicarme. ¿Es qué no lo ves? Te haces cargo de las cosas sin pensar. Es algo tan normal para ti como respirar. Un matrimonio entre nosotros no funcionaría nunca.

Andrew se quedó pálido.

– ¡No sabes lo que estás diciendo!

– Mis padres siempre dicen eso cuando se enfadan. Andrew, si nos casamos y yo sigo queriendo ser bióloga marina, sinceramente, ¿puedes decir que no será causa de peleas entre nosotros? ¿Que no me exigirías ser una esposa convencional? Ya me has dicho que odias sólo la idea.

– Y así es.

En ese momento apareció uno de los médicos y Andrew se contuvo.

– ¿Qué indican las radiografías? -le preguntó él al médico.

– Buenas noticias, gobernador. No hay ningún daño. En mi opinión todo se ha debido a que,*como la señorita no ha montado nunca antes a caballo, hizo demasiada fuerza con unos músculos que nunca había utilizado y le dio un calambre en cuanto el caballo empezó a galopar.

– ¿Es esa la única razón para que se me durmieran las piernas? -le preguntó ella, incrédula.

– Eso es. Una sensación temporal. Ahora las siente de nuevo, ¿no es así?

Entonces levantó la sábana y le hizo cosquillas en la planta del pie, lo que hizo que Lindsay lo retirara inmediatamente como reacción.

Una mirada de extrañeza cruzó a Lindsay por el rostro y, con un poco de dificultad, se sentó en la cama.

– No me lo puedo creer. Es como…

– La inyección que le hemos puesto la ha relajado -dijo el médico-. Su experiencia pasada hizo que se tensara más todavía y el dolor se incrementó. La voy a mandar a su casa con una receta de un relajante muscular y un antiinflamatorio. Pasará un tiempo un poco incómoda, pero puede marcharse cuando quiera. Dese doce horas de descanso antes de empezar con sus actividades habituales. Un baño caliente y un buen sueño la ayudarán.

«Doce horas para hacerla comprender», pensó Andrew. Luego se volvió al médico y le dijo:

– Eso era lo que quería oír.

El médico asintió y le dio a ella unos golpecitos en la pierna.

– Cuando esté completamente recuperada, podrá empezar a hacer ejercicio para fortalecer esos músculos y, más adelante, podrá intentar montar a caballo. Pero tómeselo con calma y por etapas. De esa manera no se repetirá lo de hoy. Buena suerte.

Cuando el médico se hubo marchado, el primer impulso de Andrew fue abrazarla. Pero supo que no debía hacerlo. La mujer que anteriormente había admitido que lo deseaba más que a nada, se había transformado en una persona completamente diferente ahora.

– ¿Quieres que venga alguien a ayudarte a vestirte?

Ella se subió la sábana hasta la barbilla en lo que él pensó que era un gesto de protección.

– Sí, por favor.

– Cuando estés lista, la limusina te estará esperando en la entrada de urgencias.

Ella agarró convulsivamente el borde de la sábana y, evitando su mirada, le dijo:

– Gracias por todo. Me siento como si fuera un fraude.

– Y yo me siento aliviado de que puedas salir de aquí andando con esas hermosas piernas tuyas.

– Andrew…

– No ahora, Lindsay -le cortó él firmemente y salió de la habitación.

Sabía ya lo bastante de ella como para darse cuenta de que ella evitaría irse a su casa con él. Pero Lindsay necesitaba ayuda ahora y él estaba dispuesto a ser el que se la diera. Si pudiera conseguir que confiara en él… Entonces podrían superar juntos ese problema, por mucho tiempo que tardaran.

– ¿Papá? Instala a Lindsay en el dormitorio junto al mío. Así, si necesita algo por la noche, yo la oiré.

– Prometo que no molestaré a nadie -murmuró Lindsay.

Andrew apretó los labios contra su cabello mientras la subía en brazos por las escaleras hasta el segundo piso de la mansión. A pesar de que el instinto le estaba gritando que la llevara a su dormitorio, se contuvo. Pronto ella estaría durmiendo en su cama porque, a pesar de todos sus miedos, pretendía hacerla su esposa.

– Dado que no vas a poder entrenar a tu equipo por la mañana, ¿por qué no pides una baja y te quedas todo el mes? -le preguntó Randy bromeando-. Tenemos una piscina aquí y podrás nadar todos los días. Y así podrás ayudar a Troy al mismo tiempo.

– Eso me parece una idea maravillosa, Randy, y estoy encantada de que pienses que puedo ser una ayuda. Pero me temo que el dueño del club de natación puede que tenga algo que decir acerca de que me tome todo el mes libre.

Andrew pensó que, en un futuro cercano, el dueño del club iba a tener que encontrar a alguien que la sustituyera para siempre. Y, cuanto antes, mejor. Pero guardó silencio, aplaudiendo mentalmente a su hijo. Andrew estaba encantado con Lindsay y estaba haciendo todo lo que podía para ganarla para su causa.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una sirena atrapada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una sirena atrapada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una sirena atrapada»

Обсуждение, отзывы о книге «Una sirena atrapada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x