• Пожаловаться

Kate Hoffmann: ¿En tu cama o en la mía?

Здесь есть возможность читать онлайн «Kate Hoffmann: ¿En tu cama o en la mía?» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Kate Hoffmann ¿En tu cama o en la mía?

¿En tu cama o en la mía?: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «¿En tu cama o en la mía?»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El adolescente perfecto ahora era todo un hombre… y un magnífico amante. Caley Lambert no esperaba que aquella breve estancia en la casa de campo de la familia con motivo de la boda de su hermana fuera a poner su vida patas arriba. Pero eso fue antes de que se perdiera en la oscuridad y acabara en la cama con el hermano del novio. Durante su adolescencia, Jake Burton había sido el vecino perfecto… y el objeto de las fantasías más atrevidas de Caley. Pero eso había sido hacía mucho tiempo, ahora ya lo había superado… O eso creía ella…

Kate Hoffmann: другие книги автора


Кто написал ¿En tu cama o en la mía?? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

¿En tu cama o en la mía? — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «¿En tu cama o en la mía?», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Y yo debería ir a ver a Sam y Emma. Voy a pasar la noche en Havenwoods.

– Pensé que podríamos…

Jake negó con la cabeza.

– Tienes razón. Debemos empezar a distanciarnos. Y yo necesito espacio.

Ella lo miró un largo rato en silencio, con expresión inescrutable. Finalmente asintió.

– Lo entiendo -dijo. Se giró y patinó hasta el borde del hielo, subió a la orilla y echó a andar con cuidado sobre la nieve. Llegó a donde había dejado las botas y se quitó los patines-. Hablaremos después.

– Después -repitió él.

Debería ser bastante fácil aceptar el final de su relación, pensó Jake. Se había separado de muchas mujeres con las que había tenido relaciones mucho más largas. Pero no era sólo un distanciamiento físico. Con Caley siempre había existido un vínculo emocional, y ese lazo se había fortalecido en la última semana.

La idea de dejarla le resultaba insoportable, con un vacío interior imposible de llenar. No podía imaginarse con otra mujer. La clase de placer que había experimentado con Caley había sido único y perfecto, imposible de encontrar con nadie más.

Cerró los ojos y respiró el frío aire nocturno.

Acabaría por superarlo y aprendería a vivir sin ella. Sólo era cuestión de tiempo.

* * *

Cuando Caley llegó a la casa del lago a la mañana siguiente, se encontró con un gran revuelo. Entró en la cocina y allí vio a la familia al completo, incluida Emma, tomando tortitas en la mesa. Su madre se volvió para sonreírle.

– La boda sigue en pie -exclamó Emma, con los ojos brillantes de entusiasmo-. Tenemos que ultimar los detalles con la comida y luego quiero decorar la habitación que usaremos para el banquete. Tienes que recoger tu vestido, y yo tengo que recoger el esmoquin de Sam -saltó de la silla y se abrazó al cuello de Caley-. Gracias… por todo -le susurró, y se volvió hacia la familia-. ¡Tengo que irme! Os veré después. ¡No puedo creer que vaya a casarme mañana!

Salió corriendo de la cocina, dejando a todos sin aliento. Caley se permitió un discreto suspiro de alivio. El plan había funcionado. Jake y ella habían conseguido arreglar el embrollo que ellos mismos habían creado.

– Me alegro mucho por ellos -dijo, devolviéndole la sonrisa a su madre. Pero no era la boda lo que la preocupaba, sino el tiempo que le quedaba con Jake.

La realidad la golpeó como un puñetazo en el estómago. Una vez que la boda se celebrara, Jake y ella tomarían cada uno su camino. Habían hablado de tomarse unas vacaciones juntos, pero sabía que no era la opción más sensata para ninguno de ellos.

– Voy a vestirme -dijo.

– No, siéntate y come algo -le ordenó su madre-. Estás muy pálida.

– No… no tengo hambre. Tomaré un poco de café en el hotel. Va a ser un día muy ajetreado.

Salió rápidamente de la cocina y se dirigió a la puerta. Apenas había pegado ojo la noche anterior. Se había pasado las horas mirando al techo, intentando convencerse de que no necesitaba ir a Havenwoods y acostarse con Jake, ni sentir su cuerpo desnudo contra el suyo ni el roce de sus manos en la piel… No, no necesitaba nada de eso.

Pero cuanto más intentaba alejarse de Jake, más imposible le resultaba. Era una mujer adulta y debería tener el control de sus sentimientos. Pero había perdido ese control desde la primera vez que hicieron el amor.

Había intentado erigir una muralla de excusas banales. Pero era inútil. Su cuerpo, su corazón y su alma pertenecían a Jake, y ella tenía la culpa de todo. Había vuelto a enamorarse de Jake, y esa vez, el dolor iba a ser mucho peor.

Se subió al coche y miró el paisaje nevado a través del parabrisas. Las lágrimas amenazaban con afluir a sus ojos, pero se negó a llorar. Sólo le quedaban dos noches, y si podía soportarlas todo sería más fácil.

El problema era la boda y todo el estúpido romanticismo que la acompañaba. Ver a Emma y a Sam dispuestos a embarcarse en un compromiso para toda la vida y sentir que ella se quedaba atrás. Al fin y al cabo, era la hermana mayor y debería ser ella quien diese ejemplo…

Pero en vez de eso había optado por el deseo y la pasión, sin ningún tipo de compromiso emocional. Habían compartido el mejor sexo de su vida y aún quería más, pero había aprendido mucho tiempo atrás que el deseo no era amor.

Cerró los ojos y se pasó las manos por el pelo, intentando recordar el tacto de Jake. Sus caricias eran deliciosas, pero también muy peligrosas, pues suponían la llave a su cuerpo y al placer absoluto. Sólo él sabía cómo avivar sus anhelos y llevar su deseo al límite.

Gimió y arrancó el motor.

– Díselo -se susurró a sí misma-. Arriésgate. Quizá pueda ser cierto si se lo dices.

No era tan descabellado imaginarse juntos. Eran amigos de toda la vida, por lo que una nueva vida con Jake podía ser muy fácil. Amarlo podía ser lo más natural del mundo. Se miró en el espejo retrovisor. Siempre había conducido su vida con una férrea determinación, pero ahora no podía tomar una sencilla decisión sobre su felicidad.

El trayecto hasta el hotel transcurrió sin incidentes. Se había acostumbrado a conducir con hielo y nieve y no tenía miedo de ir un poco más rápido. Al llegar, buscó el todoterreno de Jake en el aparcamiento y detrás del edificio, pero no lo vio por ninguna parte. ¿Habría pasado la noche en Havenwoods? ¿Seguiría allí?

Salió del aparcamiento y giró hacia East Shore Road. Tenía que confiar en sus sentimientos y en los de Jake. Ya no era un crío. Era un hombre que sabía lo que deseaba. Y la deseaba a ella.

Mientras conducía por el estrecho camino entre los árboles, sintió cómo los nervios empezaban a dominarla. Pero consiguió reunir el mismo valor que había encontrado la noche de su decimoctavo cumpleaños.

Quizá una relación a distancia no fuese una solución perfecta, pero podía funcionar. Verse una vez al mes era preferible a no volver a estar juntos. Había muchos vuelos entre Nueva York y Chicago, y también podrían verse en cualquier punto intermedio. Mientras hubiera pasión, podrían conseguirlo.

Al llegar al final del camino miró alrededor, pero no vio el coche de Jake. Fue hacia la cocina y se sorprendió al encontrar la puerta entreabierta. En el interior, vio las ascuas candentes en la chimenea. Sam y Emma se habían marchado unas horas antes, pero lo habían recogido todo. Las mantas estaban extendidas sobre la cama y las toallas pulcramente dobladas en el toallero del baño. Caley cerró la puerta tras ella y se paseó por la habitación con el corazón desbocado.

Se miró un largo rato en el espejo del baño, observando el color de sus mejillas y la expresión nerviosa de sus ojos. Abrió el botiquín y examinó el contenido.

Había hecho el amor con Jake de las formas más íntimas posibles, pero apenas sabía nada de su vida diaria. Agarró su cuchilla de afeitar y la examinó de cerca. Luego olisqueó el bote de espuma, reconociendo su olor. Una hilera de frascos de loción le llamó la atención, y los fue probando uno a uno hasta encontrar su favorito. Se lo metió en el bolsillo del abrigo con una sonrisa.

Volvió a la habitación principal y observó la extraña colección de objetos que Jake había recopilado. Un nido de pájaro, una pina de gran tamaño, una bonita piedra de granito rosa. Se sentó ante la mesa de dibujo y vio la bolsa de la tienda de lencería.

Dentro estaban las prendas que había comprado Jake, con las etiquetas aún sujetas a la tela.

Se quitó el abrigo y el resto de la ropa. Se puso el picardías y las braguitas y buscó un espejo en la habitación. Pero el único espejo estaba en el cuarto de baño.

Se subió al inodoro y examinó el conjunto, admirando su trasero con aquellas braguitas ajustadas. Volvió junto a la chimenea y se calentó las manos con las brasas. Entonces levantó la mirada y vio unas fotos sobre la repisa. Nunca se había percatado de que estuvieran allí. Agarró una de ellas y se vio junto a Jake en el viejo embarcadero, años atrás. Jake adoptaba una pose de forzudo con los brazos cruzados al pecho, y Caley lo apuntaba con una amplia sonrisa en el rostro. Qué sencillo era todo por aquel entonces… ¿Por qué no podía seguir todo igual?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «¿En tu cama o en la mía?»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «¿En tu cama o en la mía?» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «¿En tu cama o en la mía?»

Обсуждение, отзывы о книге «¿En tu cama o en la mía?» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.