• Пожаловаться

Kate Hoffmann: Legalmente Suya

Здесь есть возможность читать онлайн «Kate Hoffmann: Legalmente Suya» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Kate Hoffmann Legalmente Suya

Legalmente Suya: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Legalmente Suya»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

COMO PERDER A UN NOVIO EN TRES MESES Cuando el guapo Will McCaffrey preparó un contrato matrimonial entre Jane Singleton y él, ella supuso que sólo estaba bromeando. Pero no pensó lo mismo cuando seis años más tarde Will se presentó en su puerta para formalizarlo. ¿Qué podía hacer ella para desanimarlo? Primer paso: irse a vivir con él. Jane exigió un anillo de bodas. Pero Will la recibió con brazos abiertos no sólo en su casa, sino también en su cama… ¡y le compró además un diamante! Segundo paso: prepararle hígado para cenar. Ni siquiera el perro podría tragarse las cenas de Jane; aun así, Will se lo comía todo sin protestar, ¡y además la quería a ella como postre! Tercer paso: redecorar la casa en color rosa. Ni las toallas rosas, ni los cojines rosas ni las cortinas rosas desconcertaron a Will.

Kate Hoffmann: другие книги автора


Кто написал Legalmente Suya? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Legalmente Suya — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Legalmente Suya», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Yo no iba a decir eso -él tendió una mano y le tocó la mejilla con aire vacilante-. Ya no eres una chica. Eres una mujer muy hermosa, apasionada y testaruda.

Jane cerró los ojos y se sumergió por un momento en el calor de su mano. Así empezaba precisamente una de sus cinco fantasías principales. Unos momentos después la tomaría en sus brazos y la besaría con pasión. Y si por alguna extraña razón su fantasía se hacía realidad, tal vez pudiera empezar a buscar un vestido blanco y un ramo de novia.

Porque era imposible que pudiera evitar enamorarse de Will otra vez, suponiendo, claro,, que hubiera dejado de estarlo alguna vez.

Tragó saliva con fuerza.

– ¿Qué quieres de mí? -preguntó.

– Sólo que olvides el pasado y vengas a cenar conmigo esta noche. Quiero que tomemos una botella de champán y aprendamos a conocernos de nuevo.

Jane apretó los dientes. ¿Por qué estaba tan decidido a conquistarla de nuevo? ¿No comprendía lo que podía costarle eso a ella? Movió la cabeza.

– No, no pienso salir contigo y no me casaré contigo.

– ¿Por qué no? -preguntó él con frustración-. ¿Qué tengo de malo? Soy un tipo decente. Te portas como si fuera un asesino psicópata con joroba y mal aliento.

– No tienes nada de malo. Simplemente no nos compenetramos.

Will soltó una risita.

– ¿Cómo puedes saber eso?

– Lo sé.

Él se encogió de hombros y se apartó.

– En ese caso, nos veremos en los tribunales.

Jane cerró los ojos e intentó reprimir la ira.

– Tenemos que llegar a un acuerdo – dijo-. Si no me hubieras visto el otro día en la calle, no te habrías acordado del contrato y los dos habríamos seguido con nuestra vida.

– Puede que sí -dijo él-, pero nos vimos y comprendí lo mucho que te he echado de menos, y lo mucho que te quiero de nuevo en mi vida.

Jane procuró no pensar en sus palabras; formaban parte de s plan de conquistarla y no significaba nada.

– ¿Y el matrimonio es la respuesta? – preguntó-. ¿No sería más natural empezar por una cita?

– Te lo pedí y dijiste que no. Además, ahora que lo pienso, estoy harto de citas y quiero dar un paso adelante en mi vida – se sentó en su escritorio y la observó con una sonrisa suave.

Jane lo miró de hito en hito.

– No me casaré contigo ni saldré contigo. No quiero volver a verte en mi vida y, si crees que puedes imponerme ese contrato estúpido, inténtalo. Te reto.

Se acercó a la puerta con el corazón galopante y salió de prisa. Cuando llegó al ascensor, se apoyó en la pared y cerró los ojos. Imágenes de Will cruzaban por su mente. Gimió con suavidad. La única alternativa parecía ser luchar contra él. ¿Pero lo era?

– Sólo necesito tiempo -murmuró con desesperación.

Tiempo para arreglar sus problemas económicos sin la amenaza de un juicio caro colgando sobre su cabeza, tiempo para comprender su atracción por un hombre al que no era posible que amara, y tiempo para convencerse de que Will McCaffrey no era el hombre de sus sueños.

Pero en un rincón secreto de su corazón no podía evitar preguntarse qué pasaría si se casaba con él.

Tragó saliva. ¿Y si se arrepentía toda su vida de aquella decisión? En aquel momento parecía la única alternativa, ¿pero pensaría igual diez o quince años después?

Capítulo 2

Desde el lago soplaba un viento frío, que hacía volar las hojas secas. El cielo grisáceo oscurecía el sol de noviembre y una lluvia fría brillaba en las aceras. Cerca ululó una sirena. Will se apretó más la gabardina en torno al cuerpo y cruzó la calle deprisa.

Después de lo ocurrido en su despacho dos días atrás, había sido una sorpresa volver a tener noticias de Jane. Había llevado mal la reunión, en parte porque le había sorprendido que ella lo creyera capaz de obligarla a casarse con él. El contrato sólo había sido un medio para conseguir que fuera a cenar con él. Maldijo en silencio. Nunca había obligado a una mujer a salir con él. ¿Por qué estaba tan decidido a hacerlo con ella?

Tal vez volver a verla lo ayudara a aclararse. Sí, era muy atractiva y, sí, habían tenido una amistad bonita en el pasado, pero ahora eran personas diferentes con vidas distintas. ¿Significaba eso que no podían volver a empezar? Entró en el parque pequeño situado enfrente de la biblioteca Newberry y echó a andar por el camino mirando a los transeúntes en busca de Jane.

Esa mañana le había dejado un mensaje pidiéndole que fuera a verla pero sin darle más explicaciones. Y Will había decidido aprovechar la oportunidad para explicarle su comportamiento y buscar el modo de arreglar las cosas con ella. En el mejor de los casos, quizá accedería al fin a cenar con él. En el peor, le diría dónde podía meterse el contrato.

No era la misma que había conocido en la universidad. La chica tímida se había convertido en una mujer segura de sí misma que probablemente tenía todos los hombres que necesitaba, hombres que habrían reconocido su belleza cuando la habían conocido, hombres que habían sido más listos que él.

Will había estado con muchas mujeres, y aunque en ocasiones había habido mucha pasión, nunca había conectado de verdad a nivel sentimientos, nunca había confundido aquello con amor y ni siquiera con un afecto profundo; siempre había sido cuestión de deseo físico y nada más.

Lo que sentía por Jane era diferente. Era una mujer hermosa, sexy e interesante, pero él no quería seducirla. Antes que nada eran amigos y, si se convertían en amantes, sería porque lo hicieran como un paso lógico dentro de su relación, no por el deseo abrumador de arrancarse mutuamente la ropa.

Jane no era la clase de mujer a la que pudiera seducir y luego dejar. Ocupaba un lugar diferente en su vida a todas las demás mujeres, a pesar de lo cual no podía ignorar los chispazos de atracción que brotaban entre ellos cuando estaban juntos ni podía negar que había pensado a menudo en ella en los últimos días.

Se volvió despacio y volvió a mirar de nuevo el parque. Por un instante creyó verla sentada en un banco, pero enseguida se dio cuenta de que no era ella. Se sentó a esperar y observó a un anciano lanzar una pelota de tenis a su perro. Diez minutos después, empezaba a preguntarse si le habían dado plantón cuando la vio andar hacia él. Se puso en pie y ella se detuvo y lo miró largo rato.

Se acercaron despacio uno a otro y se encontraron en el centro de la plazuela.

– Pensaba que ya no venías -dijo él.

– He estado a punto -repuso ella.

Se produjo un silencio y Will reprimió el impulso de tender la mano y apartarle un mechón de pelo de los ojos. Si podía tocarla, todo iría bien. Pero se metió las manos en los bolsillos de la gabardina para resistir la tentación.

– ¿Quieres ir a tomar un café? -preguntó-. Hay un sitio justo en…

Jane negó con la cabeza.

– No, estamos bien aquí. Sólo voy a hacerte una pregunta y quiero que seas sincero conmigo.

– De acuerdo.

– ¿Por qué haces esto? Puedes tener todas las mujeres que quieras. ¿Por qué yo?

– Eso son dos preguntas -dijo él-. Con respuestas muy distintas.

– Dime la verdad -insistió ella.

Will pensó con cuidado la respuesta, sabedor de que lo que dijera podía influir mucho en la decisión de ella. Sintió deseos de mentir y ocultar sus verdaderos motivos, pero si quería que aquello funcionara, no podía empezarlo con una mentira.

– Tengo treinta años. Mi padre me está presionando para que me tome el futuro en serio. Quiere que me case y forme una familia, pero mi vida social hasta el momento no ha ido enfocada a ese objetivo concreto y, si quiero dirigir la compañía, tengo que probarle que me tomo en serio lo de busca esposa.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Legalmente Suya»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Legalmente Suya» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Carmen Laforet
Iris Johansen: Callejón sin salida
Callejón sin salida
Iris Johansen
Kate Hoffmann: Alguien especial
Alguien especial
Kate Hoffmann
Jennifer Greene: Ola de Calor
Ola de Calor
Jennifer Greene
Rachel Gibson: Daisy Vuelve A Casa
Daisy Vuelve A Casa
Rachel Gibson
Отзывы о книге «Legalmente Suya»

Обсуждение, отзывы о книге «Legalmente Suya» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.