Jessica Steele - Luces de bohemia
Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Steele - Luces de bohemia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Luces de bohemia
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Luces de bohemia: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Luces de bohemia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Pero ahora, debido a un imprevisto, no podía ir y le pidió a su hermana que viajara a Checoslovaquia en su lugar.
Fabia sabía que no iba ser sencillo engañar a un hombre como Ven.
Y menos aun si se enamoraba de el…
Luces de bohemia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Luces de bohemia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– ¡Con un demonio! -se dijo, y furiosa consigo misma tanto como con él por permitir que sus pensamientos la hirieran tanto, abrió la llave de la regadera y trató de ahogar allí sus ideas.
Media hora después, con su bata de algodón y una toalla sobre los hombros y con su cabellera recién lavada, salió del baño.
Como era de esperarse, cuando estaba segura de que con la cara brillante y con el cabello mojado se veía peor que nunca, Ven abrió la puerta y entró en la sala.
Por un segundo Fabia, sorprendida, no supo qué decir, pero no Ven. Mientras ella notaba por el periódico que no era ningún flojo ya que se había levantado temprano a buscarlo él observó su mojada apariencia y fingiendo no haberla visto exclamó:
– ¡Es una sirena!
¿Qué podía ella hacer?, pues emitió una carcajada.
– Buenos días -le dijo sintiéndose contenta y asombrada de que unos minutos antes había estado iracunda y corrió a su dormitorio para secarse el cabello.
A pesar de su firme intención de no desayunar con Ven, él ya estaba parado junto a la mesa, servida para dos, cuando ella regresó a la sala, pensó que sería de lo más infantil actuar como intentaba. Sobre todo porque él parecía esperarla y había acercado una silla para ella.
– Gracias.
– ¿Qué planes tienes para hoy? -preguntó él aceptando la taza de café que ella le sirvió.
– Yo… -acababa de descubrir que tenía una personalidad anterior que no era confiable y que podía debilitar su resolución de la noche anterior de que si le ofrecía acompañarla a conocer la ciudad le iba a decir qué podía hacerlo que quisiera-. Yo… um… no quiero ir muy lejos -respondió esa parte de su personalidad que era más severa cancelando las posibilidades de dicho ofrecimiento.
– ¡Qué bueno! -respondió de inmediato Ven-. Yo también prefiero caminar entre prados -declaró y añadió con naturalidad-. ¿Quieres venir?
¿Un paseo por los prados no era ir muy lejos verdad? Nadie podría negarse.
– Me parece una magnífica idea -respondió la chica antes de darse tiempo a seguirlo pensando.
Estaba feliz de su decisión cuando ella y Ven salieron del hotel. De hecho, se sentía mucho más contenta de lo que había estado. Tanto así que descartó todo recuerdo de haberse jurado salir sola ese día. Al día siguiente, se dijo, aunque claro que Ven no iba a ofrecerse a acompañarla por tercera vez, pero si lo hacía insistiría en salir sola. No había visto todavía la plaza de San Wenceslas, y ver la plaza que llevaba el nombre del santo patrón del Reino de Bohemia era un requisito para cualquier turista en Praga.
Habiendo tomado esa decisión Fabia se entregó por completo al deleite de caminar acompañada de Ven.
Él la llevó a Petrín Hill, un área de parques con un funicular que llegaba a la cima de la colina desde donde podía admirar espléndidos panoramas.
– ¡Qué tranquilidad se respira aquí! -exclamó Fabia mientras paseando, iban cuesta arriba por senderos bordeados de frondosos árboles.
– Sabía que te iba a gustar -comentó él y Fabia se concentró en las violetas y otras flores, porque se emocionó al comprender que Ven había tenido la intención de llevarla allí, aunque le hubiera hecho la invitación tan repentinamente.
De pronto le llamó la atención una ardilla roja que salió de algún sitio y sin esfuerzo alguno, al parecer Fabia corrió sobre el césped y de allí como lanzada por un resorte brincó hacia arriba de un árbol.
– ¡Mira! -le dijo la joven y miró de reojo a Ven descubriendo que la estaba mirando a ella!
– Eres una amante de la naturaleza -indicó y Fabia comprendió que lo respetaba mucho.
Después de ese suceso la mañana estuvo llena de paisajes y sonidos y para Fabia incluso el aire tenía un especial aroma. Deambularon por un jardín de rosales aunque todavía no habían florecido. Todo era verdor en prados, árboles y matorrales, adornados éstos con pensamientos, violetas y otras flores y los pájaros trinaban.
Como el día anterior, el tiempo voló para Fabia, de modo que no pudo creerlo cuando Ven le avisó que iban a tomar el funicular un poco más abajo de la colina hasta un restaurante adonde almorzarían.
Nebozízek parecía ser la única parada antes de llegar hasta abajo de la colina. Ellos descendieron del funicular y antes de llegar al restaurante tuvieron que bajar unos escalones de concreto, y luego subir otra vez.
Fabia no supo que fue lo que comió en el almuerzo. Por algún motivo era tan consciente de Ven que, aunque reconoció que estaba comiendo carne de res, la comida le parecía incidental.
Cuando salieron del restaurante se quedaron de pie un rato admirando la vista de Praga, sus muchas espirales, sus edificios de techos rojos, con cúpulas verdes algunos, el río Vltava y sus muchos puentes, el Charles especialmente.
– ¿Quieres que caminemos el resto del sendero? -preguntó Ven.
– Por favor -respondió ella, pero estaba agradecida de que él le permitiera observar y admirar todo antes de entrar a la zona de árboles y prados.
Fabia se daba cuenta de cada paso que daba Ven, aunque trataba con todo su corazón de concentrarse en otra cosa. Lo logró cuando vio un árbol de magnolia, extraordinario, que había florecido por completo, y cerca de él, la estatua de un hombre llamado Karel Hynek Macha. Pero lo que más le llamó la atención fue ver que varias flores: un tulipán rojo, uno amarillo y un clavel, que habían sido colocadas allí.
– ¿Quién era él? -tuvo que detenerse a preguntar.
– Un poeta, un poeta romántico -Ven también se detuvo y, viendo que Fabia estaba interesada, le recitó un poema de Macha, llamado Majmayo , aunque no hace falta traducirlo, comentó él.
– ¿Mayo, el mes?
– Sí -respondió él-. Macha se regocijaba de la belleza de lo natural, sobre todo en mayo, aunque su poema señala la diferencia ente la solemne quietud del amor a la naturaleza y la pasión del amor humano.
Algo empezó a vibrar dentro de Fabia al mirar a Ven y dejó de respirar.
– ¿Y él… es muy popular en Checoslovaquia? -logró preguntar.
– Sobre todo entre aquellos que están embrujados por el amor -respondió y Fabia sintió que necesitaba averiguar si Ven había conocido alguna vez ese embrujo.
Pero no pudo preguntar y miró al otro lado, los tulipanes sobre la estatua del poeta. Luego, cuando comprendió que las flores habían sido puestas allí por algunos enamorados y volvió a mirar dentro de los ojos negros del alto checoslovaco, supo inmediatamente por qué había contenido el aliento hacía unos minutos. De hecho, se dio cuenta de que le faltaba en ese momento el aliento. Porque comprendía con cegadora claridad, lo que había surgido desde hacía algún tiempo. No sólo le gustaba, no sólo sentía gran respeto por él, sino que además estaba enamorada. Devastadoramente enamorada, aunque no sabía cuál sería el embrujo de ese amor y por ningún motivo podía imaginar que Ven llegaría a amarla.
Capítulo 8
Las dos, tres, no; las cuatro horas que pasaron a partir de que aceptó que estaba enamorada de Ven, parecieron volar para Fabia. Él la había invitado a cenar esa noche y ella había aceptado. Pero en ese momento, con poco tiempo ya para reunirse con él en la sala, estaba pensando si había hecho bien en aceptarlo.
Quería cenar con Ven, claro que quería, pero ese era el problema. Era porque sabía que antes que terminara el mes tendría que decirle adiós para siempre que quería pasar todo el tiempo posible a su lado.
Pero, como eran nuevos sentimientos hacia él y aun cuando anhelaba estar en su compañía, se sentía nerviosa, aterrada que por alguna mirada o alguna sonrisa delatara sus sentimientos y que no quería decirle adiós nunca, porque tener que hacerlo iba a romperle el corazón.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Luces de bohemia»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Luces de bohemia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Luces de bohemia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.