Danielle Steel - Empezar de nuevo
Здесь есть возможность читать онлайн «Danielle Steel - Empezar de nuevo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Empezar de nuevo
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Empezar de nuevo: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Empezar de nuevo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Empezar de nuevo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Empezar de nuevo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– No quiero mantener una relación. No quiero tener novio, y no quiero un marido. Quiero que me dejen tranquila para escribir mi libro. Entiéndelo, lo que hemos hecho es una estupidez. Nos hemos acostado juntos, muchos divorciados lo hacen. Se le denomina perder el juicio temporalmente. Eso es lo que ha sucedido. Se acabó. Tú te vas a Nueva York. Yo me quedaré aquí. Nos olvidaremos de lo ocurrido.
– Me niego a olvidarlo. Soy adicto a tu cuerpo -dijo burlándose de ella al tiempo que servía los huevos en dos platos, añadía el beicon y se sentaba a la mesa de la cocina.
– Te ha ido muy bien sin mi cuerpo durante un año. Apúntate a un programa de doce pasos.
– No me hace ninguna gracia -dijo muy serio.
– A mí tampoco. Y tampoco tiene gracia lo que hicimos anoche. Fue, pura y simplemente, una estupidez.
– Deja de decir eso. Es insultante. Fue maravilloso y lo sabes. ¿Y sabes por qué? Porque nos amamos.
– Nos amábamos. Ahora ni siquiera sabemos quiénes somos. Prácticamente somos dos extraños el uno para el otro.
– Entonces, conóceme.
– No puedo. Geográficamente hablando, no resultaría práctico. Lo sé de sobra -dijo con total seriedad. Probó los huevos. Estaban riquísimos-. John, sé razonable. Te vuelvo loco. Odiabas estar casado conmigo. Lo dijiste. Me dejaste.
– Tenía miedo. No sabía lo que estaba haciendo. Tu vida y tu mundo me resultaban totalmente desconocidos. Ahora lo echo de menos. Te echo de menos. No dejo de pensar en ti. No quiero estar con una rubia aburrida de la Júnior League. Quiero a mi loca pelirroja.
– No estoy loca -dijo un tanto ofendida.
– No, pero tu vida sí lo era… un poco. O al menos era excéntrica.
– Tal vez ahora te aburrirías conmigo. Me he convertido en una ermitaña.
– Al menos no eres frígida -se burló.
– Podría aprender a serlo, si eso pudiera convencerte de que te alejases de mí. Guarda lo que hicimos anoche como un bonito recuerdo, como una especie de regalo que nos hicimos. Déjalo ahí. Nos reiremos al pensar en ello dentro de veinte años.
– Solo si seguimos juntos -afirmó.
– Puedo prometerte que no lo estaremos. No voy a volver contigo. Y, realmente, tú no quieres estar conmigo, no más de lo que querías estarlo antes. Eso es lo que crees, precisamente porque no puedes tenerme.
– Fiona, te quiero -espetó con desesperación.
– Yo también te quiero. Pero no voy a volver a verte. Nunca. Si esa es la manera que tenemos de comportarnos cuando estamos juntos, queda bien claro que no podemos ser amigos, que es lo que yo ya creía.
– Entonces, seamos amantes.
– Vivimos en ciudades diferentes.
– Volaré hasta aquí los fines de semana.
– No digas tonterías, eso es una locura.
– No lo es si de lo que se trata es de estar con alguien a quien has amado lo suficiente para casarte.
– Y odiado lo bastante para divorciarte -le recordó de nuevo. Él hizo rodar sus ojos sin dejar de masticar un pedazo de beicon. El café estaba delicioso. Fiona siempre preparaba un café estupendo.
– No te odiaba -le corrigió con un gesto de genuina incomodidad.
– Sí que me odiabas. Te divorciaste de mí -le aclaró dando buena cuenta de los huevos y mirándole a los ojos.
– Fui un gilipollas. Lo admito. Fui un imbécil.
– No, no lo fuiste -dijo con amabilidad-. Eras maravilloso, por eso me enamoré de ti. Pero no quiero volver a hacerlo. Tuvimos nuestro momento. Después, se acabó. ¿Por qué estropear los buenos recuerdos añadiendo nuevos malos recuerdos? Casi había olvidado la parte mala del asunto, y ahora apareces por aquí y quieres que pasemos por ello otra vez. Pues bien, yo no quiero.
– De acuerdo. Olvidémonos de la parte mala. Disfrutemos solo de la buena.
– Lo hicimos anoche. Ahora puedes volver a Nueva York con tu amiga de la Júnior League y seguir con tu vida sin mi.
– Tú has acabado con esa posibilidad. Ahora me debes algo -dijo reclinándose en su silla y mirándola con engreimiento-. No puedes limitarte a acostarte conmigo, volver del revés mi existencia y después darme de lado como si fuese basura. ¿Qué pasaría si te hubiese dejado embarazada? -preguntó indignado. Ella se echó a reír y después se inclinó sobre la mesa y le besó.
– Realmente, estás loco -dijo despreocupada.
– Tú me has contagiado -dijo besándola a su vez. Le echó un vistazo al reloj y le sonrió-. Y dado que solo tienes pensado usarme, librarte de mí y olvidarme, ¿qué te parecería algo más de materia para olvidar antes de que suba al avión que ha de llevarme a Nueva York? Dispongo de un par de horas, si dejas de hablar de una vez. -Ella se disponía a decirle que era una idea ridícula, pero entonces él volvió a besarla y decidió que tal vez no lo era tanto. Cinco minutos después, estaban de nuevo en la cama. Y allí estuvieron durante las dos horas siguientes.
John salió de la cama de mala gana a mediodía. Tenía que ducharse, afeitarse, vestirse y recoger sus cosas en el Crillon. Había despachado a su chófer la noche anterior diciéndole que tomaría un taxi para regresar al hotel. No quería hacerle esperar. Y había quedado con él a la una en punto en el hotel para que lo llevase al aeropuerto. Había previsto pasear por París durante la mañana, pero le gustaba el resultado del cambio de planes.
– Odio tener que irme -dijo apesadumbrado mientras se ponía la chaqueta. No tenía ni idea de cuándo volvería a verla, o de si ella le permitiría hacerlo. Se estaba mostrando increíblemente terca, parecía dispuesta a poner el definitivo punto final. Ni siquiera quería plantearse la posibilidad.
– Te habrás olvidado de mí antes de que aterrices en Nueva York -dijo con la intención de tranquilizarle.
– ¿Y tú qué? ¿Me olvidarás incluso antes de eso? -le preguntó con semblante trágico.
Ella le sonrió y le pasó los brazos por encima de los hombros.
– Nunca te olvidaré. Siempre te querré -dijo, y lo creía, y casi empezó a llorar cuando la besó otra vez.
– Fiona, cásate conmigo…, por favor… Te quiero… Te juro que nunca volveré a dejarte. Por favor, ayúdame a arreglarlo. Cometí un terrible error dejándote. No nos obligues a sufrir las consecuencias de mi estupidez.
– No fuiste estúpido. Tenías razón. Y no puedo hacerlo. Te quiero mucho. No quiero que vuelvas a hacerme daño, o hacértelo yo. Las cosas son mejor así.
– No lo son.
Pero no podía quedarse a discutir con ella. Tenía que subir a un avión. La besó una última vez antes de irse y después corrió escaleras abajo y cruzó el patio mientras ella le observaba alejarse. Cuando se fue, volvió a meterse en la cama y allí se quedó durante todo el día. La llegada de la noche la pilló tumbada, llorando y sin dejar de pensar en John. Él la telefoneó desde el aeropuerto, pero ella no respondió. Oyó su voz en el contestador diciéndole lo mucho que la amaba, y ella cerró los ojos y lloró todavía con más fuerza.
15
Fiona no le contó a Adrian lo ocurrido cuando la llamó al día siguiente para explicarle cómo había ido la comida de Acción de Gracias. Le escuchó y fingió estar interesada, pero lo único en lo que podía pensar era en John. Le había llamado una docena de veces desde que se fue. Pero ella no respondía a sus llamadas, ni las devolvía. No quería volver a hablar con él. Creía en todo lo que le había dicho. Se había acabado. La noche que habían pasado juntos había sido como un breve indulto en una vida que los condenaba a estar separados. Y, en todos los sentidos, había complicado muchísimo las cosas. Lo cual le llevó a estar todavía más convencida de que no quería hablar con él ni volver a verle. Jamás había amado a alguien de ese modo, y no quería volver a sentir dolor otra vez, especialmente por su causa. Le amaba demasiado para intentarlo de nuevo. Y sabía que, tarde o temprano, John dejaría de llamar.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Empezar de nuevo»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Empezar de nuevo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Empezar de nuevo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.