JOSEPHINE
EL CREDO DE LAS ARQUERAS, LIBRO 4
AMANDA MARIEL
EN COLABORACIÓN CON LA AUTORA CHRISTINA MCKNIGHT
Es una obra de ficción. Nombres, personajes, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginación del autor o se han utilizado de forma ficticia.
Copyright © 2017 Amanda Mariel
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Publicado por Tektime
Traducido por Sofía Cid Lamas
¡Para todas las mujeres decididas! ¡Sois una inspiración!
TÍTULOS DE AMANDA MARIEL
Ladies and Scoundrels series (Saga Damas y Bribones)
Scandalous Endeavors ( Planes escandalosos )
Scandalous Intentions ( Intenciones escandalosas )
Scandalous Redemption ( Redención escandalosa )
Scandalous Wallflower ( La solitaria escandalosa )
Próximamente en la Saga de Damas y Bribones
Scandalous Liaison ( Aventura escandalosa )
Fabled Love Series (Saga Amor Legendario)
Enchanted by the Earl ( Encantada por el conde )
Captivated by the Captain ( Cautiva del capitán )
Enticed by Lady Elianna ( Atraído por lady Elianna )
Lady Archer’s Creed Series (Saga El Credo de las Arqueras)
Theodora (Christina McKnight en colaboración con Amanda Mariel)
Georgina (Amanda Mariel en colaboración con Christina McKnight)
Próximamente en la saga de El Credo de las Arqueras
Adeline (Christina McKnight en colaboración con Amanda Mariel)
Títulos independientes
Love’s Legacy ( El legado del amor )
Connected by a Kiss ( Conectados por un beso )
How to Kiss a Rogue ( Cómo besar a un canalla ) (Amanda Mariel)
A Kiss at Christmastide ( Un beso de navidad ) (Christina McKnight)
A Wallflower’s Christmas Kiss ( El anhelo de un beso ) (Dawn Brower)
Conjunto de libros y antologías
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El amor por el tiro con arco une a cuatro jóvenes chicas que crearán El Credo de las Arqueras. Gracias a su amor por el deporte, consolidan un lazo irrompible. Cada una de ellas tiene una particular cualidad que proporcionará dinamismo a su amistad:
Theodora , Saga El Credo de las Arqueras (Libro uno)
Lady Theodora, con su agudo ingenio y su pasión por lo intelectual, se convierte en una perfecta entrenadora de tiro con arco. A pesar de haber sido una marginada y la última en unirse al grupo, arriesgará su vida por sus amigas.
Georgina , Saga El Credo de las Arqueras (Libro dos)
Lady Georgina es la perfecta financiera. La olvidada hija de un duque acaudalado, lady Georgina busca, a toda costa, pertenecer a algún grupo o a alguien.
Adeline , Saga El Credo de las Arqueras (Libro tres)
Lady Adeline es una líder nata. Habiendo crecido en una gran y vivaz familia, ahora no permite que nadie la deje en las sombras.
Josephine , Saga El Credo de las Arqueras (Libro cuatro)
Lady Josephine, con una naturaleza dulce y sensible, se esfuerza por complacer a todo el mundo y por mantener el vínculo con sus amigas intacto, incluso después de volver a Londres para la temporada.
Adeline, Georgie, Theo y Josephine viven el día a día según El Credo de las Arqueras, el cual desarrollaron durante sus días en la Escuela de Educación y Decoro para Damas de la señorita Emmeline. «Amistad, lealtad y honor sobre todas las cosas» es su mantra. Ahora, mientras se enfrentan a los desafíos que llegan con la edad adulta, el credo es más importante que nunca.
Canterbury, Inglaterra
Febrero, 1819
Lady Josephine Watkins se hundió en la cama de la habitación que la señorita Emmeline le había asignado y volvió sus ojos cansados hacia sus compañeras de cuarto, lady Georgina Seton y la señorita Adeline Price. Todavía se le revolvía el estómago por las pruebas a las que había sido sometida cuando llegó. Nunca se había sentido tan fuera de lugar. Ahora, todo lo que deseaba hacer era abandonarse en un profundo sueño y olvidar aquel embarazoso y emotivo día.
Por desgracia, no iba a poder ser. Primero, tenía que desempaquetar todas sus cosas, ya que debía presentarse en la sala del desayuno a las siete en punto, según las órdenes de la directora. Suspiró, se levantó de la cama, se acercó a su baúl y abrió la tapa. Lo que daría por tener vestidos tan finos como los de sus compañeras. El deteriorado estado de sus vestidos, guantes, zapatos y tocados le provocaba malestar, ya que todas las chicas serían testigo de su situación.
Josie sacó sus prendas del baúl una a una y las colocó en ordenadas pilas sobre la cama. Incluso ahora, podía sentir el escrutinio de sus compañeras, las cuales estaban sentadas al otro lado de la habitación. Les dirigió una mirada a través de las pestañas y se volvió para continuar con su equipaje.
–¿No ha traído nada más? —La señorita Adeline la miró fijamente con los ojos entrecerrados.
Un calor familiar inundó la cara de Josie.
–Tengo todo lo que necesito. —Cogió un descolorido vestido amarillo y lo sacó.
–Ese vestido parece más adecuado para el cubo de basura que para una dama.
Adeline cruzó la habitación y se lo arrebató de la mano. Josie intentó cogerlo, pero la chica lo ocultó rápidamente detrás de su espalda.
–No puede estar pensando seriamente en ponérselo.
En vez de responder, Josie volvió a su tarea y sacó otra prenda de vestir de su baúl. Para su sorpresa y deleite, la señorita Adeline volvió a su sitio y contuvo su lengua.
–¿De dónde es? —Lady Georgina se apartó un mechón de su pelo rubio de la cara.
–Londres.
–¿Y quién es su padre?
Josie dobló un pañuelo bordado.
–Lord Ormonde.
Lady Georgina sonrió.
–Es curioso que no haya oído hablar de él. Mi padre es el duque de Balfour.
Espléndido. Iba a compartir un cuarto con la hija de un duque. Se le hundió el corazón. Nunca encajaría entre todas estas chicas ricas. ¿Por qué mamá había insistido en enviarla a la Escuela de Educación y Decoro para Damas de la señorita Emmeline? Con sus escasos fondos, no podían permitirse el gasto. Además, Josie no quería estar allí.
–Mi padre ha pasado a mejor vida. Acabo de terminar el duelo.
–Es una tragedia.
La señorita Adeline le dedicó una mirada simpática.
–Lord Melton es mi padre. —Miró a lady Georgina—. ¿Has oído hablar de él?
Lady Georgina lanzó un cojín con borlas por la habitación en dirección a la señorita Adeline.
–Sabes muy bien que sí.
Las chicas empezaron a reirse y su alegría pronto contagió a Josie, quien empezó a sonreír, y una parte de su ansiedad empezó a desvanecerse. Quizás, su estancia aquí no sería tan mala después de todo. Si pudiese hacerse amiga de aquellas chicas, podría incluso disfrutar de su estancia en la escuela.
Colgó su último vestido antes de volverse hacia las demás.
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