• Пожаловаться

Melissa P.: Tu Aliento

Здесь есть возможность читать онлайн «Melissa P.: Tu Aliento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Эротические любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Melissa P. Tu Aliento

Tu Aliento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tu Aliento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

“Un pasaje de ida”, le pide al empleado de la agencia de viajes. Melissa es una muchacha en fuga. De la tierra que la vio nacer, de una familia cariñosa pero despiadada, de un hombre que la ha desenmascarado. De un juego imposible de ganar hacia un futuro que promete acogerla sin hacer demasiadas preguntas. Al principio, Melissa consigue encerrar bajo llave a aquel demonio interior que ha dominado sus palabras, sus gestos, sus pensamientos desde que era una niña. Pero pronto se da cuenta de que solo ha ganado una de las tantas batallas contra su propia naturaleza oscura. La guerra es larga. En poco tiempo, de hecho, una simple sospecha se transforma en una obsesión, en celos ciegos que amenazan destruir todo aquello por lo que ha luchado tan duramente. ¿Quién es Viola? ¿Qué son esas sombras que le susurran al oído? ¿Cómo interpretar esas terroríficas visiones nocturnas, aquella libélula que parece espiar cada uno de sus movimientos? Y su historia de amor, ¿está verdaderamente destinada a morir? Visceral y romántica, onírica y sensual, Tu aliento es una novela extrema y preciosa, donde la frontera entre realidad y fantasía se difumina página tras página, revelando una escritora única, de gran talento y enorme coraje.

Melissa P.: другие книги автора


Кто написал Tu Aliento? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Tu Aliento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tu Aliento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Tienes idea de a dónde iremos? -le había preguntado.

– A un sitio tranquilo -había respondido-, lejos de todos.

Alquilamos una cabaña pintada de rojo, rodeada de árboles, perdida entre las colinas umbrías. Era roja como una cereza, roja y pequeña.

Decíamos que allí dentro se encontraban nuestros sueños por la noche, sin importar dónde estuviéramos.

– Cuando estemos lejos uno del otro, nuestros sueños vendrán aquí a encontrarse, los veremos abrazarse en el aire y bailar una sinfonía que todavía no fue inventada -me había dicho.

La casa, por dentro, tenía las paredes amarillas y piso de ladrillos, y si caminábamos con los pies desnudos podíamos sentir un calor tenue que se extendía por todo el cuerpo.

Salir, una vez que se había entrado, era imposible. Creo que había una débil nube tóxica suspendida sobre la cama que impedía que nos levantáramos. Pasaron tres días como si las horas, los minutos, los segundos, el día y la noche formaran parte de otras galaxias, de otros mundos. En ese mundo rojo y suspendido, sobre ese gran seno verde, saboreábamos lenta pero largamente y en grandes bocados un amor que nos dejaba acariciar y algunas veces besar, pero nunca hundirnos en la más profunda y ciega oscuridad de la pasión.

Su cuerpo era maternal y blando, me acostaba sobre él y ya no tenía miedo.

– Si alguna vez tuviéramos que dejarnos -le dije-, ¿a quién le contarías mis historias? Cuando me ocurre algo divertido no veo la hora de contártela.

¿A quién le cuento ahora las cosas divertidas? ¿Me suceden verdaderamente cosas tan divertidas?

No lo sé, no creo.

A lo mejor no era algo humano lo que dejé que se fuera por la cloaca, sino el fruto de un sentimiento extremo del que he olvidado el nombre.

28

Esta mañana a las cuatro una voz me despertó y me llevó hacia el estudio. Era la mujer de marrón con las muñecas cortadas.

La observé, con miedo, y ella hizo un gesto moviendo un costado de la boca.

A menudo, durante las pesadillas, me sucede que siento un peso que me oprime y me impide gritar, pedir ayuda, correr. En la realidad a menudo me ocurre lo mismo, y me ocurre cuando no consigo rendirme cuentas a mí misma y rendírselas a los fantasmas.

– Tómala -me dijo, indicándome con la cabeza la lapicera que estaba sobre el escritorio.

No me moví.

– ¡Tómala, te dije! -sus labios apretados no se movían, pero yo la oía.

– ¿Qué debo hacer? -le pregunté, un poco asustada y un poco curiosa.

– Tú sabes lo que debes hacer. No te hagas la estúpida y toma esa puta lapicera, ¡deprisa!

La tomé y la mantuve en mi mano igual que como mantenía la barrita de hierro del Vegatest cuando visitaba al homeópata. La apretaba muy fuerte.

Fui a su lado, dormía profundamente con las sábanas que rodeaban su cuerpo sin llegar a cubrirlo. Tenía los labios entreabiertos y las femeninas pestañas larguísimas. Parecía una niña bellísima.

Su torso estaba desnudo, así que acerqué la punta de la lapicera a su pecho con la intención de lastimarlo. Y después comérmelo, y no digerirlo.

La acerqué un poco más y lo miré y los ojos se me llenaron de lágrimas. Apreté la lapicera contra su pecho, pero no pude seguir. Dejé que una gota de sangre coloreara su piel blanquísima.

Recordé un verso de una canción: “forse non è proprio legale sai, ma sei bella vestita di lividi”. [3]

Lo desperté para hacer el amor. Para curar su herida.

Y la mía.

Y él más se sumergía y más me curaba, más me curaba y más anhelaba, más esperaba la muerte, más me decía ella que esperara.

Y cuando me amó, apretándome fuerte, inundando su amor y su desesperación dentro de mi locura y mi desesperación, oí: “Iettiti voria, iettiti”. [4]Toda mi locura salió a flote, se lanzó como un viento estimulado por mi eco. No un viento que limpia y refresca, sino un viento que lleva consigo desechos y alientos antiguos, fantasmas y recuerdos.

Y después desaparecí.

Y después desapareció.

29

Recuerdo que en nuestro living había una gruta y que dentro de la gruta había una estatua de la Virgen María.

Recuerdo que ella sangraba, y el niño que tenía en los brazos también sangraba.

Yo le hablaba y tú llegabas de la otra habitación preguntándome con quién estaba hablando.

Yo no te prestaba atención y seguía hablando una lengua que no conocías.

Hablaste con el padre Pascualino y él te dijo que grabaras mi voz.

Tú lo hiciste, pero al final el casete estaba vacío.

Entonces hablaste con papá y él te pegó y después lloró, confesándote que él, esa misma mañana, había visto a un hombre caminando despreocupado por la cocina.

Fuiste otra vez a ver al padre Pascualino y él llegó por la tarde para bendecir la casa.

Cuando lo acompañamos a la puerta yo empecé a correr y a gritar, diciendo que me seguían serpientes.

Entonces me llevaste al psicólogo y él te dijo que sufría de depresión y de alucinaciones.

Yo tenía cinco años y no conocía esas palabras.

Tú me explicaste que la depresión es una tristeza profunda y que la alucinación es una profunda euforia.

Cuando le contaste a papá lo que había dicho el médico él te pegó otra vez y después rompió todos los vidrios de las ventanas.

Recuerdo que en los años siguientes me llevabas a la casa de tus amigas y me hacías visitar todas las habitaciones, preguntándome cuáles estaban habitadas por espíritus y cuáles no.

Yo señalaba los rincones de la casa y después huía.

Hasta los ocho años veía una sombra que corría velozmente y nunca conseguía identificarla.

Volví al psicólogo y me derivó a un psiquiatra y él me dijo que invirtiera en mi locura para liberarla.

Me puse a dibujar, pero no podía pintar manteniéndome dentro del límite de los bordes.

Me compré una guitarra, pero tenía miedo de que las cuerdas me cortaran los dedos.

Escribí, y dentro de mí pasó algo.

Escribí, escribí, escribí mucho, y después me hice famosa.

Y aquello que había liberado volvió sobre sus pasos y me invadió.

Matándome.

30

Una vez tú y yo caminábamos por el campo. Yo llevaba un largo bastón con el que me ayudaba para trepar las subidas, y de tanto en tanto aplastaba cínicamente alguna luciérnaga que me pasaba cerca.

Tú estabas embarazada y tenías la panza dura e inflada. Tenía miedo de que las luciérnagas te lastimaran, temía que todo el mundo pudiese lastimarte. Entonces te protegía con mi cuerpecito y te seguía adonde fueras.

Nos detuvimos para sentarnos bajo de una gran magnolia con las flores blancas, recuerdo que la savia recorría una parte del tronco y que con ella hacía que mis dedos se pegaran entre sí; bajo de la magnolia había un charco minúsculo donde nos mojamos los pies. Era la primavera y el mundo parecía el Edén.

Suspendidas entre el cielo y la tierra volaba una infinidad de mariposas y libélulas, era como si quisieran hacernos compañía, pero nunca encontraban el coraje como para acercarse completamente.

– ¿Ves aquéllas? -me dijiste señalando las libélulas-. Esas pueden ser mujeres.

– ¿Mujeres? -te pregunté, fascinada.

– Sí, mujeres. Aparecen por la noche bajo forma de insectos y destruyen tus sueños, te echan maldiciones terribles, a veces incluso mortales -dijiste abriendo los ojos de par en par.

– ¿Y por qué? -estaba emocionadísima.

– Hay mujeres que ruegan en contra de ti, se ponen de rodillas delante de una cruz y se sueltan el pelo y repiten frases mágicas que nadie conoce.

– Mujeres de rodillas… ¿y tú conoces esas frases mágicas? -yo también quería conocerlas.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tu Aliento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tu Aliento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Tu Aliento»

Обсуждение, отзывы о книге «Tu Aliento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.