• Пожаловаться

Ursula Le Guin: Un mago de Terramar

Здесь есть возможность читать онлайн «Ursula Le Guin: Un mago de Terramar» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1983, ISBN: 84-450-7026-6, издательство: Minotauro, категория: Фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ursula Le Guin Un mago de Terramar

Un mago de Terramar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un mago de Terramar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el mundo de Terramar hay dragones y espectros, talismanes y poderes, y las leyes de la magia son tan inevitables y exactas como las leyes naturales. Un principio fundamental rige en ese mundo: el delicado equilibrio entre la muerte y la vida, que muy pocos hombres pueden alterar, o restaurar. Pues la restauración del orden cósmico corresponde naturalmente al individuo que se gobierna a sí mismo, el héroe completo capaz de dar el paso último, enfrentarse a su propia sombra, que es miedo, odio, inhumanidad.

Ursula Le Guin: другие книги автора


Кто написал Un mago de Terramar? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Un mago de Terramar — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un mago de Terramar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ged progresó con rapidez en estos estudios, y al ,cabo de un mes emulaba ya a otros muchachos que habían llegado a Roke un año antes. Los juegos de ilusión, sobre todo, le parecían tan fáciles que era como si hubiera nacido sabiéndolos, y sólo necesitara recordarlos. El Maestro Malabar era un viejecito bondadoso y alegre que encontraba un placer siempre renovado en la gracia y la belleza de las artes que enseñaba. Ged pronto dejó de tenerle miedo y le pedía que le enseñara tal o cual hechizo, y el Maestro siempre sonreía y le mostraba lo que Ged quería. Pero en una ocasión, decidido a humillar a Jaspe de una vez por todas, mientras estaban en el Patio de las Apariencias, Ged interpeló al Maestro Malabar:

—Señor, todos estos sortilegios se parecen demasiado; se conoce uno y se conocen todos. Y cuando el hechizo pasa, la ilusión se desvanece. Bien, si transformo un guijarro en un diamante —cosa que hizo con una palabra y un rápido movimiento de la mano-—, ¿qué he de hacer para que el diamante siga siendo diamante? ¿Cómo se consigue una transformación permanente?

El Maestro Malabar miró el diamante que centellea en la alma de Ged, brillante como la joya más preciosa del tesoro de un dragón. El viejo Maestro murmuró una palabra: —Tolk…—, y el guijarro reapareció en la palma de Ged, no una piedra preciosa sino una tosca piedrecita gris. El Maestro la tomó y la retuvo en el hueco de la mano.

—Esto es una piedra, tolk en la Lengua Verdadera —dijo, mirando amablemente a Ged—. Una piedrecita de la Isla de Roke, una minúscula porción de la tierra seca en que viven los hombres. Esta piedra es ella misma. Es parte del mundo. Por medio de la Ilusión y el cambio puedes hacer que parezca un diamante o una flor o una mosca o un ojo o una llama… La piedra se transformaba de instante en instante en las cosas que él iba nombrando, y volvía a ser piedra.— Pero son sólo apariencias. La Ilusión engaña al observador; le hace ver y sentir que el objeto se ha transformado. Pero no lo transforma. Para transformar esta piedra en una gema tienes que ponerle otro nombre verdadero. Y eso, hijo mío, basta con una piedrecilla tan pequeña como ésta, es cambiar el mundo. Se puede hacer. En verdad, se puede. Es el arte del Maestro de Transformaciones, y tú lo aprenderás, cuando estés preparado para aprenderlo. Mas no transformarás una sola cosa, un guijarro, un grano de arena hasta que no sepas cuál será el bien y el mal que resultará. El mundo se mantiene en Equilibrio. El poder de Transformación de Invocación de un mago puede romper ese equilibrio. Tiene que ser guiado por el conocimiento, y servir a la necesidad. Encender una vela es proyectar una sombra…

Miró otra vez el guijarro en el hueco de la mano.

—También una piedra es una cosa buena, sabes —siguió diciendo, en tono menos grave—. Si las Islas de Terramar fueran todas de diamante, tendríamos aquí una vida dura. Goza con las ilusiones, muchacho, y deja que las piedras sean piedras.

Y le sonrió, pero Ged se marchó insatisfecho. Pídele a un mago que te explique un secreto y siempre te hablará, como Ogión, de equilibrio, de peligros y de tinieblas. Un mago, un mago de verdad, uno que hubiera trascendido esas niñerías, los juegos de la ilusión, para dedicarse a las grandes artes de la Invocación y el Cambio, era sin duda bastante poderoso como para hacer cualquier cosa, y equilibrar el mundo como mejor le pareciera, y ahuyentar las tinieblas con su propia luz.

Se encontró en el corredor con Jaspe, quien, desde que las hazañas de Ged empezaron a alabarse en la Escuela, le hablaba a Ged en un tono aparentemente más amistoso, pero en realidad más sarcástico.

—Pareces abatido, Gavilán —le dijo—. ¿Te han salido mal acaso tus sortilegios de ilusión?

Tratando como siempre de no dejarse amilanar por Jaspe, Ged le respondió como si no hubiera advertido la ironía.

—Estoy harto de malabarismos, harto de estos juegos de ilusión sólo buenos para divertir a los señores ociosos en sus castillos y dominios. La única magia verdadera ue me han enseñado hasta ahora en Roke es hacer luces fatuas y mover las nubes. El resto es mera tontería.

—Aun las tonterías son peligrosas —observó Jaspe— en manos de un tonto.

Ged volvió la cara bruscamente como si hubiese recibido una bofetada, y dio un paso hacia Jaspe; pero el otro le sonreía como si no hubiera intentado insultarlo. Lo saludó inclinando la cabeza con su gracia amanerada, y se alejo.

Allí, de pie, con furia en el corazón, mirando a Jaspe, Ged se juró que lo vencería, y no en un torneo de juegos de ilusión sino en una verdadera prueba de poder. Demostraría quién era, y humillaría a Jaspe. No permitiría que Jaspe siguiera mirándolo con ese aire de superioridad, ese odio, esa desdeñosa condescendencia.

Ged no se detuvo a pensar por qué Jaspe podía odiarlo. Sabía por qué él odiaba a Jaspe. Los otros aprendices no habían tardado en comprender que no podían medirse con Ged en juego o en serio y decían de él, algunos con admiración y otros con despecho «Es un hechicero nato, jamás permitirá que le ganemos». Jaspe era el único que no lo alababa ni lo evitaba, limitándose a mirarlo desde lo alto con una leve sonrisa. De modo que no tenía otro rival que Jaspe, y necesitaba humillarlo.

Lo que Ged no veía, o no quería ver, era que en esa rivalidad, a la que él se abrazaba y que alimentaba por orgullo, acechaban los peligros y las tinieblas a los que el Maestro Malabar lo había puesto en contra guardia.

Cuando no lo dominaba la cólera, sabía perfectamente bien que aún no estaba en condiciones de medirse con Jaspe, ni con ninguno de los alumnos mayores, y entonces se entregaba al trabajo y hacía la vida de siempre. Hacia el final del estío hubo un cierto receso en las tareas, y los alumnos dispusieron de más tiempo para los deportes: carreras de canoas mágicas en el puerto, proezas de ilusión en los jardines de la Casa, y en las largas noches, en los bosquecillos, bulliciosas partidas de escondite en las que los jugadores de los dos bandos eran invisibles y sólo las voces se desplazaban riendo y gritando entre los árboles, persiguiendo o esquivando el tenue y movedizo resplandor de las luces fatuas. Luego, cuando llegó el otoño, volvieron una vez más al trabajo, ejercitándose en nuevos pases de magia. Así pues, los primeros meses de Ged en Roke pasaron rápidos, pródigos en pasiones y maravillas.

En el invierno todo cambió. junto con otros siete muchachos fue enviado al otro extremo de la Isla de Roke, al más lejano y septentrional de los cabos, donde se alza la Torre Solitaria. Allí habitaba a solas el Maestro de Nombres, a quien llamaban por un nombre que no tema ningún significado en ninguna lengua: Kurremkarmerruk. No había una sola granja, ninguna vivienda en kilómetros y kilómetros a la redonda de la Torre Oscura, que se alzaba por encima de los acantilados septentrionales; grises eran las nubes que ensombrecían los mares del invierno, e infinitas las listas, hileras y círculos de nombres que los ocho discípulos del Nombrador tenían que aprender. Entre ellos, en la más encumbrada estancia de la Torre, se sentaba Kurremkarmerruk en un taburete alto, inscribiendo las listas de nombres que era preciso aprender antes de que la tinta se evaporase a medianoche, dejando el pergamino virgen otra vez. Siempre hacía frío y había penumbra y silencio en la torre. No se oía más que el rasguido de la pluma del Maestro y a veces el suspiro de algún estudiante, obligado a aprender antes de la medianoche el nombre de cada cabo, cada punta, cada bahía, brazo de mar, cala, canal, puerto, bajío, arrecife y roca de las costas de Lossov, un pequeño islote del Mar Pelniano. Si el estudiante se quejaba de algo, el Maestro podía no decir nada, pero alargaba la lista; o podía decir: «El que quiere ser Maestro de la Mar ha de conocer el nombre verdadero de todas las gotas de agua que hay en la mar».

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un mago de Terramar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un mago de Terramar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Ursula Le Guin: La costa más lejana
La costa más lejana
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: En el otro viento
En el otro viento
Ursula Le Guin
Úrsula Le Güín: Cuentos de Terramar
Cuentos de Terramar
Úrsula Le Güín
Ursula Le Guin: Las tumbas de Atuan
Las tumbas de Atuan
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: O Feiticeiro e a Sombra
O Feiticeiro e a Sombra
Ursula Le Guin
Отзывы о книге «Un mago de Terramar»

Обсуждение, отзывы о книге «Un mago de Terramar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.