• Пожаловаться

Margaret Weis: La Reina de la Oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis: La Reina de la Oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Margaret Weis La Reina de la Oscuridad

La Reina de la Oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Reina de la Oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La guerra contra los dragones siervos de la Reina de la Oscuridad sigue su curso. Armados con los misteriosos y mágicos Orbes de los Dragones y con la resplandeciente Dragonlance, los compañeros se convierten en la esperanza del mundo. Pero ahora, cuando amanece un nuevo día, los oscuros secretos que han ensombrecido los corazones de este grupo de amigos salen a la luz. La traición, el engaño, la debilidad estarán a punto de destruir todo lo que ya han conseguido. Les queda por librar la más grande de las batallas: cada uno consigo mismo. Y al final, serán héroes.

Margaret Weis: другие книги автора


Кто написал La Reina de la Oscuridad? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La Reina de la Oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Reina de la Oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Abstraído, sin cesar de refunfuñar, el viejo mago se encaramó al lomo del Dragón.

—¿Preparado para el viaje? —preguntó el animal con tono gélido, si bien desplegó sus resquebrajadas alas antes de que el jinete acertara a contestar. Las batió con esfuerzo hasta conferirles cierta flexibilidad, y se dispuso a levantar el vuelo.

—¡Espera, mi sombrero! —le ordenó Fizban enloquecido.

Demasiado tarde. Agitando todo su ser debido a la dificultad que hallaba en mantener el equilibrio en posición ingrávida, el Dragón comenzó a surcar el aire. Después de trazar un precario círculo y estrellarse casi contra el borde del risco, Pyrite alcanzó una corriente y se dejó impulsar hacia las alturas.

—¡Detente! —seguía vociferando el mago mientras se alejaban.

—¡Fizban! —le llamó Tas.

—¡Mi sombrero!

—¡Fizban!

Pero el animal y su cabalgadura estaban a demasiada distancia para oír al kender. No eran ya sino un reflejo dorado bajo la luz de Solinari, que bañaba las escamas del Dragón con sus puntos rayos.

—Lo llevas puesto —susurró Tasslehoff en una última alusión a la prenda que buscaba el distraído mago.

Los compañeros contemplaron un instante más la mancha luminosa, y procedieron a disponerlo todo para su partida.

—¿Puedes echarme una mano, Caramon? —le rogó Tanis. Con la ayuda del guerrero, desabrochó las cinchas de su armadura y lanzó una pieza tras otra al precipicio—. ¿Qué vas a hacer con la tuya?

—De momento prefiero conservarla. Hemos de recorrer un largo trecho, un camino largo y dificultoso —decidió Caramon sin apartar los ojos de la ciudad incendiada—. Raistlin tenía razón, los ejércitos de los Dragones no cejarán en su empeño sólo porque haya desaparecido su soberana.

—¿Donde iréis? —preguntó el semielfo con un suspiro. La brisa nocturna soplaba tibia y suave, impregnada de la promesa de un nuevo renacer.

Libre de la pesada carga que para él suponía la odiosa armadura, se sentó aliviado bajo una arboleda que dominaba el Templo desde la repisa de roca. Laurana se acomodó cerca de él, pero no a su lado, y oteó las llanuras con el mentón apoyado en las rodillas. Sus rasgos denotaban las fluctuaciones de sus pensamientos.

—Tika y yo lo hemos discutido a conciencia —respondió Caramon. Se sentó la pareja junto al semielfo, e intercambiaron una significativa mirada en la que cada uno instaba a hablar al otro. Fue el guerrero quien se aclaró la garganta y continuo—: Queremos volver a Solace, aunque imagino que eso equivale a separarnos. —Hizo una pausa, demasiado apesadumbrado para concluir.

—Sabemos que vosotros regresaréis a Kalaman —le ayudó Tika, vuelto el rostro hacia Laurana—. En un principio nos planteamos la posibilidad de acompañaros por si nos necesitabais en una ciudad que vive bajo la amenaza de una ciudadela flotante y las desordenadas hordas de renegados, y además nos gustaría ver a Riverwind, Goldmoon y Gilthanas, pero...

—Deseo sentirme de nuevo en casa, Tanis. —Caramon había tomado una vez más la palabra, aunque su voz tenía todos los tintes del agotamiento—. Adivino cuán duro me resultará el reencuentro con una Solace asolada por el fuego y la guerra —añadió para anticiparse a las objeciones de su interlocutor—, mas hemos pensado en Albana, en los elfos, en los esfuerzos que han de realizar si desean reconstruir Silvanesti, y tal idea nos ha infundido ánimos. Debemos estar agradecidos porque nuestra tierra no es, como la suya, una espantosa pesadilla. Quiero contribuir con mi fuerza al levantamiento de una nueva Solace, estoy acostumbrado a que se apoyen en mí.

Tika apoyó la mejilla en su brazo, y él enmarañó cariñosamente su cabello. Tanis inclinó la cabeza en señal de asentimiento, mientras se decía que también él ansiaba visitar Solace. Sin embargo, aquél no era ya su hogar, no sin Flint, Sturm y tantos otros.

— ¿Qué vas a hacer tú, Tas? —indagó el semielfo con una sonrisa al ver que el kender se aproximaba al grupo, acarreando un odre que había llenado de agua en un arroyo cercano—. ¿Vendrás a Kalaman con nosotros?

—No —repuso Tasslehoff con un intenso rubor—. Verás, ya que estoy aquí sería una lástima no dar un rodeo hasta mi lugar natal. Matamos a un Señor del Dragón —irguió orgulloso la barbilla— sin el concurso de nadie. A partir de ahora todos respetarán a mi pueblo e incluso es posible que Kronin, nuestro jefe sea evocado como un héroe en las leyendas de Krynn.

Tanis se atusó la barba a fin de ocultar la mueca que afloraba a sus labios, cuidando muy bien de no revelar a Tas que el enemigo que habían ajusticiado los de su raza era el cobarde y pretencioso Toede.

—Creo que será a otro kender al que aclamarán como héroe —intervino Laurana en serio—, aquél que rompió el Orbe de los Dragones, que batalló en el sitio de la Torre del Sumo Sacerdote, que capturó a Bakaris y que arriesgó su vida para rescatar a una amiga de las garras de la Reina Oscura.

—¿Quién es ese valiente? —preguntó Tas excitado pero, al comprender que la elfa se refería a él, enrojeció hasta las puntas de las orejas y se derrumbó avergonzado sobre el suelo.

Caramon y Tika apoyaron la espalda en el tronco de un árbol y, durante unos instantes, inundó sus rostros una inefable expresión de paz. Tanis los envidiaba, se preguntaba si algún día también se adueñaría de su persona tal sentimiento. Se volvió sin poder evitarlo hacia Laurana, que había enderezado el cuerpo y observaba ensimismada el llameante cielo.

—Laurana —titubeó el semielfo, quebrada la voz al enfrentarse a su bello rostro y con el anillo de oro en la palma de la mano—, en una ocasión me diste este objeto, antes de que ninguno de nosotros conociera el verdadero significado de la palabra amor o compromiso. A través del tiempo ha cobrado una importancia que jamás sospeché, Laurana. En el sueño esta sortija me liberaba de las tinieblas de la pesadilla, del mismo modo que tu amor me ha salvado de la negrura que atenazaba mi alma. —Se interrumpió unos segundos, asaltado por un súbito aguijonazo interior—. Me gustaría conservarla si tú no te opones, y al mismo tiempo obsequiarte otra que puedas lucir en tu dedo.

La joven permaneció unos minutos contemplando el anillo, hasta que al fin lo alzó de la palma de Tanis y lo arrojó al vacío con determinación. El intentó protestar, incluso hizo ademán de incorporarse, pero la joya refulgió bajo los haces rojizos de Lunitari y desapareció en la noche.

—Supongo que es la respuesta que merezco, no puedo reprochártelo.

Laurana clavó en él unos ojos llenos de serenidad, y le habló en estos términos:

—Cuando te ofrecí esta sortija, Tanis, lo hice guiada por el amor insensato de un corazón indisciplinado. Hiciste bien al devolvérmela, ahora lo sé. Tenía que madurar, que aprender a valorar una emoción tan auténtica y compleja. Me he enfrentado a las llamas y a la oscuridad, Tanis. He matado dragones, inundado de lágrimas el cadáver de alguien a quien quise mucho. Fui caudillo de la causa, me enfrenté a responsabilidades que, pese a las advertencias de Flint, no aprecié en su justa medida. Tras caer en la trampa de Kitiara comprendí, demasiado tarde, cuán frágil era mi amor. El inquebrantable sentimiento que comparten Riverwind y Goldmoon restituyó la esperanza al mundo mientras que el nuestro, más mezquino, cerca estuvo de destruirlo.

—Laurana —trató de intervenir Tanis, abrumado por la congoja. Ella cerró su mano en torno a la del semielfo para conminarle al silencio.

—Déjame terminar —le susurró—. Te amo, Tanis. Te amo porque conozco la batalla que libran en tus entrañas la luz y las tinieblas. Por eso me he desprendido del anillo, en la certeza de que no es un aro de hojas de enredadera lo que ha de conducirnos al buen camino. Quizá llegará el día en que nuestro querer nos sirva para asentar los cimientos de una relación perdurable, y cuando eso suceda te entregaré otro y aceptaré el tuyo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Reina de la Oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Reina de la Oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Reina de la Oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «La Reina de la Oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.