• Пожаловаться

Poul Anderson: El pesar de Odín el Godo

Здесь есть возможность читать онлайн «Poul Anderson: El pesar de Odín el Godo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 2000, ISBN: 84-406-9723-6, издательство: Ediciones B, категория: Альтернативная история / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Poul Anderson El pesar de Odín el Godo

El pesar de Odín el Godo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El pesar de Odín el Godo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Poul Anderson: другие книги автора


Кто написал El pesar de Odín el Godo? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El pesar de Odín el Godo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El pesar de Odín el Godo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Mi esperanza era que yendo a casa a pie pudiese quemar parte de la tensión y la tristeza que me embargaban. La ciudad no sólo podía estimular, también podía curar, ¿no? Allí es donde Laurie y yo habíamos decidido vivir, cuando nos podíamos haber establecido en cualquier lugar del pasado o el futuro.

No, no era del todo correcto. Como la mayoría de las parejas, queríamos un nido en un lugar razonablemente familiar, donde no tuviésemos que aprenderlo todo desde el principio y mantenernos siempre en guardia. Los años treinta eran un entorno maravilloso si eras un americano blanco, con buena salud y dinero. Las comodidades que faltaban, como el aire acondicionado, podían instalarse sin llamar la atención y sino las usabas nunca cuando había visitas que no debían saber que los viajeros en el tiempo existían. Cierto, la banda de los Roosevelt estaba al mando, y la conversión de la República en el Estado Corporativo todavía no había progresado mucho y todavía no afectaba a nuestras vidas privadas; la evidente desintegración de la sociedad no se convertiría en un proceso rápido y evidente (en mi opinión) hasta después de las elecciones de 1964.

En el Medio Oeste, donde ahora me llevaba mi madre, hubiésemos tenido que ser prudentes hasta la incomodidad. Pero la mayoría de los neoyorquinos eran tolerantes, o al menos no eran curiosos. Una barba hasta el pecho y el pelo largo hasta los hombros, que me había atado en una coleta mientras estaba en la base, no atraían demasiadas miradas, no más que unos gritos de «¡Castor!» por parte de los niños. Para nuestro casero, vecinos y otros contemporáneos, éramos un profesor retirado de filología germánica y su esposa, y nuestras rarezas algo previsible. Como estaban las cosas, tampoco era una mentira.

Por tanto, el paseo debía haberme calmado hasta cierto punto, devolviéndome la perspectiva que deben tener los agentes de la Patrulla para evitar que las cosas que ven los vuelvan locos. Debemos comprender que lo que Pascal dijo es cierto de todos los seres humanos en todo el espacio-tiempo, nosotros incluidos —«El último acto es trágico, sin que importe lo agradable que fuese la comedia de los actos anteriores. Un poco de tierra sobre la cabeza y se ha acabado para siempre»—; comprenderlo en profundidad para vivir con calma aunque quizá sin serenidad. A esos godos míos les iba mejor que, digamos, a millones de judíos y gitanos europeos, a menos de diez años en el futuro, o a millones de rusos en este mismo momento.

No servía. Eran mis godos. Sus fantasmas se reunían a mi alrededor hasta que la calle, edificios, carne y sangre se convertían en irreales, en sueños mal recordados.

A ciegas, aceleré el paso hacia el santuario que Laurie pudiese ofrecerme.

Ocupábamos un inmenso piso con vistas a Central Park, donde nos gustaba pasear en las noches agradables. El portero del apartamento no tenía además que ejercer de guardia armado. Hoy le he hecho daño por la brusquedad con la que le he devuelto el saludo, y lo he comprendido cuando ya estaba en el ascensor y era demasiado tarde. Ir hacia atrás en el tiempo para cambiar ese incidente hubiese violado la Directiva Primera de la Patrulla. No es que nada tan trivial pudiese afectar al continuo; es flexible dentro de ciertos límites, y los efectos de las alteraciones normalmente se atenúan con rapidez. En realidad, hay una interesante duda metafísica sobre en qué medida el viajero del tiempo descubre el pasado y en qué medida lo crea. El gato de Schrödinger mira desde la historia así como desde la caja. Pero la Patrulla existe para asegurar que el tráfico temporal no aborte la serie de sucesos que producen al final a los superhumanos danelianos quienes fundaron la Patrulla cuando, en su propio remoto pasado, los hombres normales descubrieron cómo viajar cronológicamente.

Mis pensamientos habían huido a ese territorio conocido mientras permanecía atrapado en el ascensor. Hacía que los fantasmas fuesen más distantes, menos vociferantes. Sin embargo, cuando entré en casa, me siguieron.

Un olor a aguarrás flotaba entre los libros que empapelaban el salón. Laurie estaba consiguiendo cierto reconocimiento como pintora, aquí, en los años treinta, cuando ya no era la preocupada esposa de un miembro de la facultad que había sido a finales de siglo. Le habían ofrecido un trabajo en la Patrulla, pero lo rechazó: carecía de la fuerza física que requería un agente de campo —masculino o, especialmente, femenino— en ciertas ocasiones, y los trabajos de rutina o referencia no le interesaban. Eso sí, habíamos pasado vacaciones en algunos entornos exóticos.

Me oyó entrar y salió corriendo de su estudio para saludarme. Verla me alegró un poco el espíritu. Con la bata manchada, el pelo rojo metido bajo un pañuelo, seguía siendo esbelta, ágil y hermosa. Las arrugas alrededor de sus ojos verdes eran demasiado finas para ser apreciables hasta que se acercó lo suficiente para abrazarme.

Nuestros conocidos locales tendían a envidiarme una mujer que, además de ser encantadora, era mucho más joven que yo. De hecho, la diferencia en fechas de nacimiento no era más que de seis años. Yo andaba por los cuarenta y tantos, y ya tenía el pelo gris, prematuramente, cuando la Patrulla me reclutó, mientras que ella había conservado gran parte de su aspecto juvenil. El tratamiento antitanático que ofrece nuestra organización puede detener el proceso de envejecimiento, pero no invertir sus efectos.

Además, ella pasaba la mayor parte de su vida en el tiempo normal, a sesenta segundos por minuto. Pasaban días, semanas, meses entre el momento en que yo, como agente de campo, me despedía por la mañana y volvía a cenar… un interludio durante el que podía dedicarse a su carrera sin mi interrupción. Mi edad acumulada se acercaba ya a los cien años.

A veces parecían mil. Y se notaba.

—¡Hola, Carl, querido! —Pegó los labios a los míos. La abracé. Si la pintura me manchaba el traje, ¿qué importaba? Luego ella se echó atrás, me cogió ambas manos, y envió su mirada a mi interior.

Habló en voz baja:

—Este viaje te ha hecho daño.

—Sabía que así sería —le contesté cansado.

—Pero no sabías cuánto… ¿Estuviste fuera mucho tiempo?

—No. En un momento te contaré los detalles. Pero tuve suerte. Encontré un punto clave, hice lo que tenía que hacer y salí de allí. Unas pocas horas de observación oculta, unos minutos de acción y fini .

—Supongo que podrías decir que es suerte. ¿Debes volver pronto?

—A esa era, sí, bastante pronto. Pero quiero pasar un tiempo aquí, para descansar, meditar sobre lo que vi que iba a suceder… ¿Podrás soportarme, mirándote, durante una semana o dos?

—Cariño. —Volvió a mí.

—De todas formas, tengo que trabajar con mis notas —le dije al oído—, pero por las tardes podemos salir a cenar, al teatro, divertirnos.

—Oh, espero que puedas divertirte. No lo finjas por mí.

—Más adelante las cosas serán más fáciles —le aseguré—. Simplemente estaré realizando mi misión original, grabando las canciones e historias que crearán sobre esto. Es sólo… primero tengo que tener algo de realidad.

—¿Debes?

—Sí. No por propósitos de estudio, no, supongo que no. Pero son mi gente. Lo son.

Me abrazó con más fuerza. Ella lo sabía.

Lo que no sabía, pensé en un ataque de dolor —lo que le pedía a Dios que no supiese— era por qué me preocupaban tanto aquellos descendientes míos. Laurie no era celosa. Nunca había desaprobado el tiempo que Jorith y yo habíamos pasado juntos. Riendo, me dijo que no la privaba de nada y que a mí me daba una posición en la comunidad que estudiaba, lo que bien podría ser único en los anales de mi profesión. Después había hecho todo lo posible para consolarme.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El pesar de Odín el Godo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El pesar de Odín el Godo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Poul Anderson: Eutopía
Eutopía
Poul Anderson
Poul Anderson: Idő-őrjárat
Idő-őrjárat
Poul Anderson
Poul Anderson: Delenda est
Delenda est
Poul Anderson
Отзывы о книге «El pesar de Odín el Godo»

Обсуждение, отзывы о книге «El pesar de Odín el Godo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.