Robert Heinlein - Puerta al verano

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Heinlein - Puerta al verano» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 1986, ISBN: 1986, Издательство: Martínez Roca, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Puerta al verano: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Puerta al verano»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el avanzado planeta Tierra ya no es necesario matar a un enemigo para deshacerse de él. Sólo hace falta un “largo sueño”, un proceso que le mantiene congelado el tiempo preciso: un mes, un año, un siglo...
Ésta es la historia de una víctima del “largo sueño”, un hombre que despierta en el futuro, pero que, sin embargo, descubrirá que es posible volver al pasado para cumplir su venganza.
Una extraordinaria novela sobre el tema del viaje en el tiempo escrita por uno de los autores más galardonados de todos los tiempos, ganador de cuatro permios Hugo.

Puerta al verano — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Puerta al verano», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Miles dijo con ánimo tranquilizador:

—Mira, Dan, no te lo tomes así. Lo hicimos por tu propio bien… y puedes volver a trabajar con nosotros siempre que quiera Me alegraré de tenerte.

—¿Por mi propio bien? Es lo que le dijeron al ladrón de caballos cuando le ahorcaban. En cuanto a eso de volver… ¿qué tienes quieres decir, Belle? ¿Puedo volver?

Se mordió el labio.

—Si Miles lo dice, naturalmente.

—Parece que fue ayer cuando decías: «Si Dan lo dice, naturalmente. » Pero todo cambia; así es la vida. Y no voy a volver chiquillos; no tenéis por qué poneros nerviosos. Solamente he venido para averiguar algunas cosas.

Miles miró a Belle, que fue quien respondió:

—¿Como por ejemplo…?

—Pues, en primer lugar, ¿quién de vosotros dos ideó la estafa ¿O la proyectasteis los dos juntos?

—Esa palabra es muy fea, Dan —dijo Miles, lentamente—. No me gusta.

—Bueno, bueno. Vamos, no nos andemos con finuras. Si la palabra es fea, el hecho lo es diez veces más. Me refiero a los d falsificar un contrato de esclavo, falsificar adjudicaciones de patentes… Eso es un delito federal, Miles; creo que te dejan ver el sol los miércoles alternos. No estoy seguro, pero sin duda el FBI me podría informar. Mañana —añadí, viéndole que acusaba el golpe.

—Dan, ¿vas a ser lo suficiente necio para armar jaleo sobre todo esto?

—¿Jaleo? Pienso atacaros por todos los lados, por lo civil y por lo criminal. Estaréis tan ocupados que no tendréis tiempo ni de rascaros…, a menos de que aceptéis hacer una cosa. Pero no he citado aún vuestro tercer pecadillo: robo de mis notas y diseños de Frank Flexible… y el modelo a escala también, si bien podéis hacer me pagar por los materiales, puesto que se los cargué a la compañía.

—¿Robo…? ¡Tonterías! —interrumpió Belle—. Tú trabajabas para la compañía.

—¿De veras? La mayor parte del trabajo lo hice de noche. Y nunca fui un empleado, Belle, como bien sabéis los dos. Lo único que hice fue cobrar cantidades para ir viviendo, a cuenta de los beneficios obtenidos por mis acciones. ¿Qué dirán los de Mannix cuando presente una querella criminal, alegando que las cosas que les interesaba comprar, Muchacha de Servicio, Willie y Frank, nunca pertenecieron a la compañía, sino que me fueron robados?

Tonterías —repitió tenazmente Belle—. Trabajabas para la compañía. Tenias un contrato.

Me eché hacia atrás en el sillón y me reí.

—Mirad, chiquillos, no hace falta que mintáis ahora: podéis ahorrároslo para el juicio. Aquí no estamos más que nosotros. Lo que verdaderamente quisiera saber es esto: ¿quién lo ideó? Sé cómo se hizo. Belle, tú me4raías papeles para la firma. Cuando había que firmar más de una copia, juntabas las demás copias a la primera… Para comodidad mía, naturalmente: siempre has sido la perfecta secretaria. Y todo lo que veía de las copias de debajo era el lugar donde firmar. Ahora sé que me metiste algunas bromas entre aquellos papeles tan bien ordenados; de modo que sé que fuiste tú quien llevó a cabo la parte mecánica de la estafa. Miles no pudo haberlo hecho; Miles ni siquiera sabe escribir muy bien a máquina… Pero ¿quién redactó aquellos documentos que me hiciste firmar así? ¿Tú? No lo creo… a menos que hayas tenido una educación en leyes que nunca mencionaste. ¿Qué me dices, Miles? ¿Es que una sencilla mecanógrafa podría redactar aquella maravillosa cláusula siete de un modo tan perfecto? ¿O fue necesario un abogado? Me refiero a ti.

Hacia ya rato que el cigarrillo de Miles se había apagado. Se lo quitó de la boca, lo miró y dijo cautelosamente:

—Mi querido amigo Dan: si te figuras que puedes hacernos caer en la trampa de admitir algo, es que estás chiflado.

—Oh, ¡vamos!, estamos solos. Los dos sois culpables, sea como sea. Pero me gustaría creer que esta Dalila se dirigió a ti con el asunto ya terminado y a punto de entrega, y que luego te tentó en un momento de debilidad. Pero sé que no es cierto. A menos que Belle sea también un abogado, los dos andáis en ello, cómplices antes y después. Tú lo redactaste; ella lo escribió a máquina y me engañó para que lo firmase. ¿Cierto?

—¡No contestes, Miles!

—Claro que no voy a contestar —asintió Miles—. Quizás lleve una grabadora escondida en ese maletín.

—Debería haberla llevado —asentí—. Pero no la llevo. —Abrí la parte superior del maletín y Pet sacó la cabeza—. ¿Te vas enterando de todo, Pet? Cuidado con lo que decís, amigos. Pet tiene una memoria de elefante. No, no traje una grabadora… sigo siendo el tonto de Dan Davis, que nunca piensa por adelantado. Voy dando tropezones, fiándome de mis amigos… como me fié de vosotros dos. ¿Es Belle un abogado, Miles? ¿O fuiste tú mismo quien se sentó a sangre fría y planeó la manera de acogotarme y robarme hacer que todo pareciese legal?

—¡Miles! —intervino Belle—. Con lo hábil que es, puede haber hecho una grabadora del tamaño de un paquete de cigarrillos. Quizá no la lleve en el maletín, sino encima.

—Excelente idea, Belle. La próxima vez traeré una conmigo

—Me doy perfecta cuenta de ello, querida —respondió Miles-Y, si la lleva, estás hablando demasiado. Ten cuidado con lo que dices.

Belle respondió con una palabra que ignoraba que usase. Levanté las cejas:

—¿Os ladráis el uno al otro? ¿Los ladrones se pelean y~

La paciencia de Miles se iba agotando, de lo cual me alegra.

—Cuidado con lo que dices, Dan… —amenazó—, si es que quieres conservar la salud.

—Eh, eh… Soy más joven que tú, y he pasado mi curso de judo más recientemente que tú. Además, tú no pegarías un tiro a u hombre; lo que harías sería enredarle con algún documento falso:

Dije «ladrones» y quiero decir «ladrones». Ladrones y embustero‹ los dos. —Me volví hacia Belle—: Mi padre me enseñó a no llamar nunca embustera a una señora, cara de bombón, pero tú no eres una señora… Eres una ladrona… y una vagabunda.

Belle se sofocó y me lanzó una mirada en la que se desvaneció‹ toda su belleza dejando al descubierto todo lo que en ella había de un animal de presa:

—¡Miles! —dijo con voz aguda—. ¿Vas a quedarte ahí sentado y permitir…?

—¡Estate quieta! —ordenó Miles—. Su grosería es deliberada, Quiere que nos excitemos y digamos cosas de las que después tengamos que arrepentimos. Y eso es lo que ya casi estás haciendo. de modo que, estate quieta.

Belle se calló, pero su cara siguió manteniendo su expresión feroz. Miles se volvió hacia mí.

—Dan, me figuro que soy siempre persona práctica. Intenté hacerte ver las cosas claras antes de que te marchases de la compañía. Al hacer el arreglo traté que fuera de tal manera que tomases k inevitable con elegancia.

—Quieres decir que me dejase violar sin protesta.

—Como quieras. Todavía deseo llegar a un arreglo amistoso. No te sería posible ganar ninguna clase de proceso legal, pero como abogado sé que siempre vale más evitarlo que ganar, si es posible.

Dijiste hace un momento que había una cosa que yo podía hacer y que te satisfaría. Dime de qué se trata; quizá podamos entendernos.

—Oh… iba a hablar de eso. Tú no puedes hacerlo, pero quizá te sea posible arreglarlo. Es sencillo. Haz que Belle me vuelva a adjudicar las acciones que le transferí como regalo de compromiso.

—¡No! —dijo Belle.

—Te he dicho que te calles —ordenó Miles.

Yo miré a Belle y dije:

—¿Y por qué no, mi ex querida? He pedido consejo sobre este punto, según decís los abogados, y, puesto que fueron entregadas en consideración del hecho de que prometiste casarte conmigo, tienes la obligación no solamente moral sino también legal de devolverlas. No fue una «dádiva libre», según creo que se dice, sino algo entregado en virtud de algo que esperaba, y que habíamos acordado, pero que nunca recibí, a saber, tu relativamente encantadora persona. De manera que, ¿qué me dices de aflojar la pasta? ¿O es que has cambiado nuevamente de opinión y estás dispuesta a casarte conmigo?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Puerta al verano»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Puerta al verano» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Heinlein - Sixième colonne
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Piętaszek
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Viernes
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Fanteria dello spazio
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Dubler
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Stella doppia
Robert Heinlein
Robert Heinlein - La porta sull'estate
Robert Heinlein
libcat.ru: книга без обложки
Robert Heinlein
Robert Heinlein - Citizen of the Galaxy
Robert Heinlein
Отзывы о книге «Puerta al verano»

Обсуждение, отзывы о книге «Puerta al verano» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x