Orson Card - Ender el Xenócida

Здесь есть возможность читать онлайн «Orson Card - Ender el Xenócida» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1992, ISBN: 1992, Издательство: Ediciones B, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ender el Xenócida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ender el Xenócida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lusitania es único en la galaxia. Un planeta donde coexisten tres especies inteligentes: los cerdis, que evolucionaron en el mismo planeta; los humanos que llegaron como colonizadores; y la reina colmena y sus insectores, llevados por el joven Ender unos años atrás. El planeta ha sido condenado por el Consejo Estelar a causa de la descolada, el virus letal para los humanos e imprescindible para la biología de los cerdis. Jane, la inteligencia artificial aliada de Ender y nacida del nexo de ansibles que comunican la galaxia, ha salvado Lusitania interfiriendo con la Flota Estelar y creando un insondable misterio a escala galáctica. En el planeta Sendero, con una cultura derivada de la antigua China, la niña Qing-jao tiene el encargo de descubrir la causa de la desaparición de la flota estelar. Su prodigiosa inteligencia le ha de permitir lograrlo, y ello pone en peligro la existencia de Jane y la supervivencia de las tres especies inteligentes conocidas. La intervención de Ender se hace de nuevo imprescindible.
Nominado a los Premios Hugo y Locus, 1992.

Ender el Xenócida — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ender el Xenócida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Entonces no te resistas —dijo Jane—. Puedo hablar contigo mientras te contorsionas.

Casi de inmediato, el Maestro Han empezó a extender los brazos y retorcerlos en el aire en su ritual de purificación. Wang-mu apartó la cara.

—No lo hagas —pidió él—. No ocultes tu rostro. No puedo avergonzarme al mostrarte esto. Soy un lisiado, eso es todo. Si hubiera perdido una pierna, mis amigos más íntimos no tendrían miedo de ver el muñón.

Wang-mu captó la sabiduría de sus palabras, y no apartó el rostro de la aflicción de su señor.

—Como iba diciendo —continuó Jane—, un miembro de esta especie está de algún modo libre del Congreso. Espero contar con tu ayuda en las tareas que intento ejecutar en los pocos meses que me quedan.

—Haré todo lo que pueda —aseguró el Maestro Han.

—Y si yo puedo ayudar, lo haré —ofreció Wang-mu.

Sólo después de decirlo se dio cuenta de lo ridículo que era por su parte. El Maestro Han era uno de los agraciados, uno de los seres con habilidades intelectuales superiores. Ella era sólo un espécimen sin educación de la humanidad común y corriente, sin nada que ofrecer.

Sin embargo, ninguno de ellos se mofó y Jane aceptó su oferta graciosamente. Tal amabilidad demostró una vez más a Wang-mu que Jane tenía que ser un organismo vivo, no sólo una simulación.

—Quisiera contaros los problemas que espero resolver.

Los dos prestaron atención.

—Como sabéis, mis amigos más queridos están en el planeta Lusitania. Los amenaza la Flota del Congreso. Estoy muy interesada en impedir que esa flota cause un daño irreparable.

—Pero estoy seguro de que ya han recibido la orden de usar el Pequeño Doctor-objetó el Maestro Han.

—Oh, sí, ya lo sé. Mi preocupación es impedir que esa orden cause la destrucción no sólo de los humanos de Lusitania, sino también de otras dos especies raman.

Entonces Jane les habló de la reina colmena y de cómo los insectores habían vuelto a la vida.

—La reina colmena está ya construyendo naves, esforzándose al límite para conseguir cuanto esté en su mano antes de que llegue la flota. Pero no hay ninguna posibilidad de que pueda construir suficientes para salvar más que a una pequeña fracción de los habitantes de Lusitania. La reina colmena podrá marcharse, o enviar a otra reina que comparta sus recuerdos, y le importa poco que sus obreras viajen con ella o no. Pero los pequeninos y los humanos no son tan autosuflcientes. Me gustaría salvarlos a todos. Sobre todo porque mis amigos más queridos, un portavoz de los muertos y un joven que sufre lesiones cerebrales, se negarían a abandonar Lusitania a menos que todos los demás humanos y pequeninos puedan salvarse.

—¿Son héroes, entonces? —preguntó el Maestro Han.

—Los dos lo han demostrado varias veces en el pasado.

—No estaba seguro de que los héroes existieran todavía en la especie humana.

Si Wang-mu no dijo lo que albergaba en su corazón: que el propio Maestro Han era uno de esos héroes.

—Estoy estudiando todas las posibilidades —dijo Jane—. Pero todo se reduce a una imposibilidad, o eso ha creído la humanidad durante más de tres mil años. Si pudiéramos construir una nave que viajara más rápido que la luz, que viajara tan rápidamente como los mensajes del ansible que se transmiten de mundo en mundo, entonces aunque la reina colmena pudiera construir sólo una docena de naves, podrían enviar fácilmente a todos los habitantes de Lusitania a otros planetas antes de que llegara la flota.

—Si lograras construir esa nave, podrías crear una flota propia para atacar a la Flota Lusitania y destruirla antes de que causara ningún daño —sugirió Han Fei-tzu.

—Ah, pero eso es imposible.

—¿Puedes concebir el viaje más rápido que la luz y sin embargo no puedes imaginar la destrucción de la Flota Lusitania?

—Oh, puedo imaginarlo —dijo Jane—. Pero la reina colmena no construiría una nave semejante. Le ha dicho a Andrew, mi amigo, el Portavoz de los Muertos…

—El hermano de Valentine —susurró Wang-mu—. ¿También vive?

—La reina colmena le ha dicho que nunca construirá un arma por ningún motivo.

—¿Ni siquiera para salvar a su propia especie?

—Tendrá la nave que necesita para salir del planeta, y los otros recibirán también suficientes naves para salvar a su especie. Se contenta con eso. No hay ninguna necesidad de matar a nadie.

—¡Pero si el Congreso se sale con la suya, morirán millones!

—Entonces será su responsabilidad. Al menos eso es lo que Andrew me dice que la reina le responde cada vez que llega a ese punto.

—¿Qué clase de razonamiento moral es ése?

—Olvidas que ella ha descubierto hace poco la existencia de otra forma de vida inteligente, y que estuvo peligrosamente cerca de destruirla. Y luego esa vida inteligente casi la destruyó a ella. Pero fue el hecho de que estuviera a punto de cometer el crimen de xenocidio lo que surtió más efecto sobre su razonamiento moral. No puede impedir a otras especies que hagan una cosa semejante, pero ella puede asegurarse de no hacerlo. Sólo matará cuando ésa sea la única esperanza que tenga para salvar la existencia de su especie. Y como ya tiene otra esperanza, no construirá una nave de guerra.

—Viajar más rápido que la luz —dijo el Maestro Han—. ¿Es ésa tu única esperanza?

—La única que considero con un mínimo de posibilidad. Al menos sabemos que algo en el universo se mueve más rápido que la luz: la información se pasa de un ansible a otro por el rayo filótico sin que se detecte el paso del tiempo. Un joven físico de Lusitania, que está en la cárcel en estos momentos, se pasa los días y las noches trabajando en este problema. Ejecuto para él todos los cálculos y simulaciones. En este mismo instante está probando una hipótesis sobre la naturaleza de los filotes usando un modelo tan complejo que para ejecutar el programa estoy robando tiempo de los ordenadores de casi un millar de universidades diferentes. Existe una esperanza.

—La habrá mientras tú vivas —dijo Wang-mu—. ¿Quién se encargará de esos grandes experimentos cuando tú ya no estés?

—Por eso hay tanta prisa —contestó Jane.

—¿Para qué me necesitas? —preguntó el Maestro Han—. No soy físico ni tengo ninguna esperanza de aprender suficiente sobre el tema en los próximos meses para que sirva de algo. Si alguien puede hacer algo, es tu físico encarcelado. O tú misma.

—Todo el mundo necesita un crítico imparcial para que diga: «¿Habéis pensado en esto?», o incluso: «Ya basta de ese callejón sin salida, pensad en otro sistema». Para eso te necesito. Te informaremos acerca de nuestro trabajo, y tú lo examinarás y dirás todo lo que se te ocurra. No sabemos qué observación casual podrá disparar la idea que estamos buscando.

El Maestro Han asintió, admitiendo aquella posibilidad.

—El segundo problema en el que estoy trabajando es aún más retorcido —dijo Jane—. Consigamos o no viajar más rápido que la luz, algunos pequeninos tendrán naves estelares y podrán abandonar Lusitania. El problema es que llevan en su interior el virus más insidioso y terrible conocido, uno que destruye toda forma de vida que toca excepto las pocas que pueden convertirse en una especie deformada de vida simbiótica que depende por completo de la presencia de ese virus.

—La descolada —dijo el Maestro Han—. Una de las justificaciones que se han usado a veces para que el Pequeño Doctor acompañara a la flota.

—Y puede que en efecto sea una justificación. Desde el punto de vista de la reina colmena, es imposible elegir entre una forma de vida u otra, pero como Andrew me ha señalado frecuentemente, los seres humanos no tienen ese problema. Si hay que elegir entre la supervivencia de la humanidad y la de los pequeninos, él elegiría a la humanidad, y por su bien yo también lo haría.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ender el Xenócida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ender el Xenócida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Ender el Xenócida»

Обсуждение, отзывы о книге «Ender el Xenócida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x