• Пожаловаться

Ursula Le Guin: El nombre del mundo es Bosque

Здесь есть возможность читать онлайн «Ursula Le Guin: El nombre del mundo es Bosque» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1979, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ursula Le Guin El nombre del mundo es Bosque

El nombre del mundo es Bosque: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El nombre del mundo es Bosque»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Dentro de la gran tradición literaria de las utopías y anti-utopías que se inicia en el siglo XVII, descubre un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre. En el planeta Athshe, el ciclo de la vida, la cultura las costumbres, los modos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos.

Ursula Le Guin: другие книги автора


Кто написал El nombre del mundo es Bosque? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El nombre del mundo es Bosque — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El nombre del mundo es Bosque», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Qué herida es esa? —preguntó Torber.

—Aquél, él me hirió con el arma que ellos usan—, pero yo le vencí cantando y le dejé partir.

—¿Tú solo venciste a un gigante? —dijo Torber con una sonrisa cruel, deseando creer.

—Solo no. Con tres cazadores, y con el arma del yumeno en mi mano… ésta.

Torber se apartó de aquella cosa.

Ninguno de ellos habló durante un rato. Por último. Coro Mena dijo: —Lo que nos cuentas es muy terrible y el camino desciende. ¿Eres un Soñador de tu Albergue?

—Era. Ya no hay un Albergue en Eshreth.

—Todo es una misma cosa; tú y yo hablamos la Antigua Lengua. Entre los sauces de Asta me hablaste por primera vez, llamándome Señor Soñador. Eso soy. ¿Tú sueñas, Selver?

—Rara vez ahora —respondió Selver, obediente al catecismo, bajando el rostro febril cubierto de cicatrices.

—¿Despierto?

—Despierto.

—¿Sueñas bien, Selver?

—No.

—¿Te caben los sueños en las manos?

—Sí.

—¿Los tejes y los modelas, los diriges y los sigues, los comienzas e interrumpes a voluntad?

—A veces, no siempre.

—¿Puedes recorrer el camino por el que va tu sueño?

—A veces. Otras me da miedo.

—¿A quién no? No todo es malo en ti, Selver —No, no todo es malo —dijo Selver—, no me queda nada bueno —y se estremeció.

Torber le dio la pócima de sauce para beber y le obligó a acostarse. Coro Mena no había transmitido aún la pregunta de la matriarca; lo hizo a regañadientes, arrodillándose junto al enfermo.

—¿Los gigantes, los yumenos como tú les llamas, te seguirán el rastro, Selver?

—No dejé rastros. Nadie me ha visto entre Kelme Deva y este lugar en seis días. Ése no es el peligro. —Trató de volver a sentarse —. Escucha, escucha. Tú no ves el peligro.

¿Cómo podrías verlo? Tú no has hecho lo que hice yo, nunca lo soñaste, dar muerte a doscientas personas. No me seguirán a mí, pero pueden seguirnos a todos. Perseguirnos, cazarnos como a conejos. Ése es el peligro. Pueden tratar de matarnos. De matarnos a todos, a todos los hombres.

—Acuéstate…

—No, no estoy delirando, esto es realidad y es sueño. Había doscientos yumenos en Kelme Deva y ahora están muertos. Los matamos nosotros. Los matamos como sí no fueran hombres. ¿No volverán y nos harán lo mismo? Venían matándonos uno a uno, ahora nos matarán como matan a los árboles, por centenares y centenares y centenares.

—Tranquilízate —dijo Torber —. Esas cosas suceden en los sueños febriles, Selver. No suceden en el mundo.

—El mundo siempre es nuevo —dijo Coro Mena —por muy viejas que sean sus raíces.

Selver, ¿qué pasa entonces con esas criaturas? Parecen hombres y hablan como hombres. ¿No son hombres?

—No lo sé. ¿Acaso el hombre mata a otro hombre, excepto en un ataque de locura?

¿Acaso mata la bestia a los de su especie? Sólo los insectos. Estos yumenos nos matan con la misma indiferencia con que nosotros matamos víboras. El que me enseñó a mí decía que se matan unos a otros, en disputas individuales, y también en grupos, como las hormigas cuando pelean. Eso yo no lo he visto. Pero sé que no escuchan a quienes piden clemencia. Asestan el golpe de gracia sobre la cabeza agachada, ¡yo lo he visto! Hay en ellos la necesidad de matar, y por eso me pareció natural condenarlos a muerte.

—Y los sueños de todos los hombres —dijo Coro Mena, cruzado de piernas en la sombra —cambiarán. Nunca volverán a ser los mismos. Yo nunca volveré a recorrer ese sendero por el que vine contigo ayer, el camino que sube desde los sauces y que he recorrido toda mi vida. Ha cambiado. Tú pasaste por él, y ya no es el mismo. Antes de este día lo que teníamos que hacer era lo que correspondía hacer; el camino era el camino recto que nos traía a casa. ¿Dónde está ahora nuestro hogar? Porque tú has hecho lo que tenías que hacer, y no era lo recto. Tú has matado a hombres. Yo les vi, hace cinco años, en el Valle Lerngan, donde llegaron en una nave voladora; me escondí y observé a los gigantes, a seis de ellos, y les vi hablar, y mirar las rocas y las plantas, y cocinar alimentos. Son hombres. Pero tú has vivido entre ellos, Selver, dime: ¿sueñan?

—Como los niños, cuando duermen.

—¿No están iniciados?

—No. A veces hablan de sus sueños, y los curanderos tratan de utilizarlos en las curas, pero ninguno de ellos está iniciado, ni tiene ninguna capacidad para soñar. Lyubov, el que me instruyó, me comprendió cuando le expliqué cómo se sueña. Y sin embargo llamaba “real” al tiempo-mundo e “irreal” al tiempo-sueño, como si ésa fuese la diferencia.

—Tú has hecho lo que tenías que hacer —repitió Coro Mena después de un momento de silencio.

A través de las sombras encontró los ojos de Selver. La tensión desesperada en la cara de Selver cebó de pronto; la boca marcada se le distendió, y él se tumbó de espaldas sin decir más. Un momento después estaba dormido.

—Es un dios —dijo Coro Mena.

Torber asintió, aceptando casi con alivio el veredicto del anciano.

—Pero no como los otros. No como el Perseguidor, no como el Amigo que no tiene rostro, ni como la Mujer Hoja —de —Álamo que camina en el bosque de los sueños. Ni como el Cancerbero, ni como la Serpiente. Ni como el Tocador —de —Lira o el Tallista o el Cazador, aunque como ellos viene del tiempo-mundo. Quizá hemos soñado a Selver en estos últimos años, pero ya no volveremos a soñarlo; ha salido del tiempo-sueño. Viene del bosque, a través del bosque, donde caen las hojas, donde mueren los árboles, un dios que conoce la muerte, un dios que mata y no renace.

La matriarca escuchó los relatos y las profecías de Coro Mena y actuó. Puso en estado de alerta al pueblo de Cadast, asegurándose de que cada familia estuviese lista para movilizarse, con algunos alimentos preparados, y parihuelas para los viejos y enfermos.

Envió a las mujeres jóvenes a explorar el sur y el este en busca de noticias de los yumenos.

Alrededor del pueblo mantenía siempre a un grupo de cazadoras armadas, aunque las otras salían como de costumbre noche tras noche. Y cuando Selver recobró un poco las fuerzas, insistió en que dejara el Albergue y narrara su historia: cómo los yumenos mataban y esclavizaban a la gente en Sornol, y mutilaban los bosques; cómo la gente de Kelme Deva había matado a los yumenos. Obligaba a las mujeres y a los hombres que no soñaban, que no comprendían estas cosas, a escucharlas de nuevo, hasta que las comprendían y sentían temor. Porque Ebor Dendep era una mujer práctica. Y si un Gran Soñador, su hermano, le decía que Selver era un dios, un reformador, un puente entre realidades, ella creía y actuaba. El Soñador tenía la responsabilidad de ser cuidadoso, estar seguro de que su veredicto era inequívoco. Y ella, la de asumir ese veredicto y actuar en consonancia. El veía lo que había que hacer; ella cuidaba de que se hiciera.

—Todas las ciudades del bosque tienen que escuchar —dijo Coro Mena.

Y la matriarca envió a jóvenes mensajeras, y las matriarcas de otros pueblos escucharon y enviaron mensajeras. La matanza de Kelme Deva y el nombre de Selver se conocieron en toda la Isla Septentrional y más allá de los mares en los otros continentes, de boca en boca, o por escrito, no muy rápidamente, pues el Pueblo de los Bosques no tenía medios más veloces que aquellas mensajeras, bastante rápidas sin embargo.

No todos eran un mismo pueblo en los Cuarenta Continentes del Mundo. Había más lenguas que regiones, y en cada una un dialecto diferente para cada pueblo; había infinitas ramificaciones de costumbres, morales, creencias, oficios; los tipos físicos eran distintos en cada uno de los cinco Grandes Continentes. Los de Sornol eran altos y pálidos, y grandes mercaderes; los de Rieshwel eran de corta estatura, de pelo a veces negro, y comían monos; y así sucesivamente. Pero el clima apenas variaba y tampoco el bosque, y el mar era siempre el mismo. La curiosidad, las rutas regulares del comercio, y la necesidad de encontrar marido o mujer del árbol apropiado, mantenían un fluido movimiento de gente entre las poblaciones y entre los continentes, y había por lo tanto ciertos parecidos entre todos ellos excepto los de los confines más remotos, las semidesconocidas islas bárbaras del Lejano Este y el Lejano Sur. En los Cuarenta Continentes, quienes gobernaban las ciudades y los pueblos eran las mujeres, y casi todos los pueblos tenían un Albergue de Hombres. En los Albergues los Soñadores hablaban una lengua antigua, y ésta variaba poco de una rejón a otra. Casi nunca la aprendían las mujeres, ni los hombres que eran simples cazadores, pescadores, tejedores, constructores, y que sólo soñaban sueños pequeños fuera del Albergue. Como la mayor parte de las escrituras estaban en esta lengua antigua, cuando las matriarcas enviaban a las jóvenes mensajeras, las cartas iban de Albergue en Albergue, y eran los Soñadores quienes las interpretaban para las Ancianas, lo mismo que otros documentos, rumores, problemas, mitos y sueños. Pero siempre eran las Ancianas las que decidían si creer o no creer.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El nombre del mundo es Bosque»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El nombre del mundo es Bosque» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: El ojo de la garza
El ojo de la garza
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: Un mago de Terramar
Un mago de Terramar
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: La costa más lejana
La costa más lejana
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: Las tumbas de Atuan
Las tumbas de Atuan
Ursula Le Guin
Ursula Le Guin: Ciudad de ilusiones
Ciudad de ilusiones
Ursula Le Guin
Отзывы о книге «El nombre del mundo es Bosque»

Обсуждение, отзывы о книге «El nombre del mundo es Bosque» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.