José Abasolo - Lejos De Aquel Instante

Здесь есть возможность читать онлайн «José Abasolo - Lejos De Aquel Instante» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lejos De Aquel Instante: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lejos De Aquel Instante»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

`Lejos de aquel instante` obtuvo en 1996 el Premio de Novela Prensa Canaria y fue candidata al Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón a la mejor novela policíaca en castellano, todo lo cual confirma a José Javier como uno de los autores españoles de género negro mas destacados del panorama actual, cuya proyección en otros países empieza a resultar imparable con la traducción de su obra al francés.
Una joven de una prominente familia desaparece sin decir nada ni a familiares ni amigos, un periodista recibe una visita desagradable, un antiguo exiliado que llegó a ser alto cargo en los servicios de inteligencia de los Estados Unidos decide regresar a su tierra tras haberse jubilado. Simultaneamente, un detective de complicado pasado, un inspector de policía al que sus superiores marginan y un agente de la CIA que desea prosperar en la organización, se sumergen en la investigación de cada uno de los sucesos que acabarán irremediablemente unidos, enlazando oscuros acontecimientos ocurridos en la lejana época de la Segunda Guerra Mundial con las tramas del narcotráfico que actuan impunemente hoy en día.

Lejos De Aquel Instante — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lejos De Aquel Instante», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Artetxe asintió en silencio. En el fondo admitía que su contestación había sido extemporánea, pero no es fácil pedirle a un ex policía que acaba de salir de la cárcel que asimile la oferta recibida con tranquilidad. Escuchar no le comprometía a nada y, por otra parte, dos millones de pesetas era una cantidad que no le compensaría si le hiciera correr el riesgo de volver a la cárcel, pero que le vendría muy bien para asentarse en su nueva vida, así que dulcificó su tono y dijo a su acompañante que estaba dispuesto a escucharle.

– Gracias. No me resulta fácil pero intentaré ser lo más conciso posible. En el fondo se trata de una historia normal: una chica a la que conozco durante unas vacaciones en Ibiza, nos enrollamos, lo pasamos bien juntos y se acabó, o eso era lo que pensábamos entonces, pero al poco tiempo volvimos a encontrarnos en Bilbao por sorpresa, ya que ninguno de los dos sabíamos que éramos convecinos. Volvimos a quedar de vez en cuando, al principio sin mucha asiduidad pero más tarde casi diariamente, hasta que comprendimos que lo nuestro se estaba convirtiendo en una relación seria. Es curioso, lo que había empezado como una simple relación sexual plenamente satisfactoria para ambas partes en Ibiza y había proseguido esporádicamente en nuestro lugar de residencia se había convertido en una relación nueva, más tranquila y profunda, incluso podría ser calificada de convencional. En el fondo se trata de una historia como miles que suceden continuamente, nada excepcional por lo tanto. ¿Cómo llegamos a ello? No lo sé ni me importa. Nunca puede uno saber la causa de que esté enamorado. Lo está y punto.

»Nuestra relación era de lo más normal, como la de las demás parejas que se encuentran en nuestra situación, supongo. Con momentos mejores y peores, buenos y malos, sin que estos últimos llegaran a empañar nuestro entendimiento.

»Teníamos nuestros problemas, como todo el mundo, pero no nos quitaban el sueño. Quizá el más importante, no porque consiguiera herir nuestra relación, sino porque disgustaba afectivamente a Begoña, ése es su nombre, lo constituía la actitud de su padre.

»Usted conoce sin duda el nombre del padre, y tal vez a él. Se llama Jaime González Caballer, empresario conocido no sólo en el País Vasco, sino en el resto de España, vicepresidente de la Diputación de Bizkaia durante el franquismo, líder de un partido reformista durante la transición, aunque nunca consiguiera el escaño de diputado, y hombre de fuerte personalidad. Se opuso desde el primer momento a nuestras relaciones, si bien, como persona educada que aparentaba ser, no nos armó ningún escándalo ni nos puso en ninguna situación violenta.

»¿Por qué esta oposición? No lo sé, señor Artetxe, juro que no lo sé. ¿Prejuicios económicos o sociales? La idea es ridicula. Ya le he dicho antes que económicamente no tengo ningún problema, puedo proporcionar a Begoña el mismo tren de vida que lleva con su padre. Y en cuanto a la posición social, en mi tierra natal, Extremadura, mi familia es harto conocida. ¿Prejuicios por ser de fuera? Sería absurdo. El padre de Begoña es valenciano, y con la familia de su madre siempre me he llevado perfectamente, no con una cordialidad producida por la mera educación, sino con auténtico cariño y amistad. ¿Quizá un desmedido amor de padre según el cual nadie es merecedor de su hija? O más sencillamente, ¿una de esas primeras impresiones que hacen que alguien a quien acabas de ser presentado te caiga mal, sin motivo alguno, pero que no se pueden evitar por más que lo intentemos? Puede ser. En el fondo, una causa u otra lo mismo da. Me hubiera gustado cambiar esa situación, pero no conseguirlo no me traumatizó. Mientras Begoña y yo tuviéramos las ideas claras, la actitud de su padre no nos preocupaba. Eso pensábamos antes. Ahora, en cambio, he empezado a pensar de otro modo.

Llegado a este punto de su monólogo, Arróniz calló, tal vez esperando que Artetxe hiciera algún comentario o pregunta, pero éste no abrió la boca. Intuía que era más positivo permitir que Arróniz continuara su historia. Hasta el momento su cliente -pues así lo consideraba ya- había hablado todo el rato en pasado, pero había un presente que antes o después tendría que salir a relucir, y su silencio le obligaría a emerger lo más pronto posible.

– Procuraré ir al grano después de este preámbulo. Hace ya dos meses y medio que no sé nada de ella. Exactamente desde el diecisiete de junio. Nos habíamos citado en el Dantxarinea, un bar cercano a Lurmetalsa, la empresa en la que trabajo, a las siete de la tarde, mi hora de salida, pero no apareció. Me cabreé por lo que yo suponía una falta de formalidad, pero no me inquieté. Esas cosas pasan de vez en cuando; no era la primera ocasión en que ella o yo nos dábamos plantón. No era algo habitual, claro, pero tampoco inconcebible. Me limité a esperarla durante casi una hora y luego me fui a mi apartamento. Suponía que, como solía suceder en estos casos, acabaría llamándome, pero me equivoqué. Al día siguiente, bastante enfadado a decir verdad, intenté ponerme en contacto telefónico con ella sin lograrlo. Ni esa vez ni las posteriores. Siempre que llamaba a su casa me decían que no estaba y que no sabían dónde podía localizarla. Por lo menos, las primeras veces. Posteriormente me comunicaron que Begoña no quería hablar conmigo, que no quería saber nada de mí. Fui varias veces a su casa, pero no me permitieron entrar. Incluso me amenazaron. Hace ocho días cumplieron sus amenazas.

– ¿Qué sucedió?

– El chófer de González Caballer, que por lo visto se gana un sobresueldo como matón, se presentó en mi despacho y me dio una paliza.

– ¿Denunció usted el hecho?

– Quise hacerlo, pero en el Juzgado de Guardia me dijeron que no serviría de nada. No había testigos y ni siquiera me produjo lesiones visibles, así que el caso se sobreseería indefectiblemente por falta de pruebas. El chófer sabía lo que se hacía. Por eso he recurrido a usted.

– ¿Qué es exactamente lo que quiere que yo haga?

– Ni yo mismo lo sé. Como primera medida que localice a Begoña, y luego… en fin, quiero que descubra si hay algo más en todo esto que una simple ruptura sentimental. Mire, señor Artetxe, quizá me esté volviendo paranoico, pero me parece que tras todo esto subyace algo raro. Algo muy raro. No soy tan tonto o ingenuo como para creer que es imposible que Begoña no quiera saber nada más de mí. Me dolería pero acabaría resignándome, qué remedio. No sería el primero ni el último hombre sobre la tierra al que le sucediera tal cosa. Imagino que estaría jodido durante un tiempo y luego me recuperaría. El problema estriba en que no tengo la certeza de que vayan por ahí los tiros. Si se trata de eso, ¿por qué no me lo dice ella directamente, bien por teléfono o en persona?

– Quizá no se haya atrevido a hacerlo. Esas cosas suelen suceder.

– Es posible, pero no lo creo. No encaja con su forma de ser.

– Nunca conocemos del todo a las personas.

– En eso lleva usted razón. Sin embargo, hay cosas que a simple vista parecen turbias. ¿A qué viene enviarme un matón, por ejemplo? ¿Sabe ella lo que está ocurriendo o, por el contrario, es ajena a todo? No lo sé, pero quiero saberlo, y estoy dispuesto a pagar dos millones de pesetas por esa información. Por eso le he llamado a usted. Para que averigüe lo que está pasando. Quiero saber la verdad, aunque no me guste. La oferta anterior es firme, aunque lo solucione chasqueando los dedos. Dos millones. ¿Acepta encargarse del caso?

– Acepto -contestó Artetxe.

7

Ante Su Señoría y con mi asistencia, el secretario, comparece quien debidamente identificada resulta ser Nekane Larrondo Igartua, nacida en Durango (Bizkaia) el 21 de agosto de 1955, hija de Félix y de Mª Dolores, de profesión ATS, domiciliada en Bilbao (Bizkaia), calle Rodríguez Arias nº 37, número de Documento Nacional de Identidad 14.222.715, quien previo juramento de decir verdad, a preguntas de S. S.ª declara:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lejos De Aquel Instante»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lejos De Aquel Instante» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joseph Wambaugh - El caballero azul
Joseph Wambaugh
libcat.ru: книга без обложки
Jose Abasolo
José Ignacio González Faus - Instantes
José Ignacio González Faus
Carlos López Degregori - Lejos de todas partes
Carlos López Degregori
Enrique Blanc - Canciones de lejos
Enrique Blanc
David Ponce - Canciones de lejos
David Ponce
Marissa Meyer - Karma al instante
Marissa Meyer
Daniel Escolar - Mirar de lejos
Daniel Escolar
Pedro Moret Vegas - Diseccionando un instante
Pedro Moret Vegas
Abel Gustavo Maciel - Gaviotas a lo lejos
Abel Gustavo Maciel
Отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante»

Обсуждение, отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x