José Abasolo - Lejos De Aquel Instante

Здесь есть возможность читать онлайн «José Abasolo - Lejos De Aquel Instante» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lejos De Aquel Instante: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lejos De Aquel Instante»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

`Lejos de aquel instante` obtuvo en 1996 el Premio de Novela Prensa Canaria y fue candidata al Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón a la mejor novela policíaca en castellano, todo lo cual confirma a José Javier como uno de los autores españoles de género negro mas destacados del panorama actual, cuya proyección en otros países empieza a resultar imparable con la traducción de su obra al francés.
Una joven de una prominente familia desaparece sin decir nada ni a familiares ni amigos, un periodista recibe una visita desagradable, un antiguo exiliado que llegó a ser alto cargo en los servicios de inteligencia de los Estados Unidos decide regresar a su tierra tras haberse jubilado. Simultaneamente, un detective de complicado pasado, un inspector de policía al que sus superiores marginan y un agente de la CIA que desea prosperar en la organización, se sumergen en la investigación de cada uno de los sucesos que acabarán irremediablemente unidos, enlazando oscuros acontecimientos ocurridos en la lejana época de la Segunda Guerra Mundial con las tramas del narcotráfico que actuan impunemente hoy en día.

Lejos De Aquel Instante — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lejos De Aquel Instante», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El despacho del comisario se parecía al de Rojas lo mismo que una castaña a un huevo. Espacioso y bien ventilado, con una hermosa mesa de maderas nobles y acogedores butacones para su ocupante y las visitas, sólo la bandera española que en él hallaba cobijo indicaba su carácter de despacho oficial, pero el mismo aspecto de Fernando Manrique Alarcón, comisario de Homicidios de Bilbao, alto y atildado, bien rasurado, cincuentón, elegantemente trajeado, inducía a pensar más en el despacho de un subsecretario del Ministerio de Industria que en el de un comisario de policía. Para Rojas era difícil imaginar al comisario de joven inspector, deteniendo chorizos y negociando con macarras y putas para obtener sus confidencias. Nadie nace siendo comisario, pero parecía imposible que Fernando Manrique hubiera pasado por lo anterior antes de llegar a serlo.

Incluso el gesto indolente con el que ordenó a Rojas tomar asiento era más propio de un director general de Hacienda que de un jefe del Ministerio del Interior. De un cajón de la mesa sacó un paquete de Winston, «seguro que de contrabando», pensó Rojas, que sólo fumaba Ducados, y encendió un cigarrillo con lo que parecía ser un Dupont de oro. No ofreció tabaco a Rojas, pero no porque supiera que sólo fumaba negro, sino porque nunca lo hacía con quienes estaban debajo de él en la cadena de mando. Cuando hubo expulsado hacia el techo la primera bocanada de humo se dignó hablar.

– ¿Has acabado ya el asunto que tenías en marcha? -preguntó. Tenía la costumbre de tutear al personal a sus órdenes como democrática muestra de compañerismo, exigiendo en justa reciprocidad a su condescendencia un respetuoso tratamiento de usted.

– Sí, justo antes de venir a verle.

– En ese caso podrás dedicarte a otro asunto que acaba de surgir. Hemos sido avisados hace unos pocos minutos del descubrimiento de un cadáver, y quiero que te presentes junto a una patrulla uniformada en el lugar de los hechos. El Juzgado ya está en camino.

– ¿Hay indicios de muerte violenta?

– Aún no lo sabemos con absoluta seguridad, pero parece ser que no. Es más bien el típico caso en el que, al no haber un médico que certifique la defunción, se avisa al Juzgado y el Juzgado nos avisa a nosotros.

– Conozco el procedimiento, lo que no entiendo es por qué tiene que acudir un inspector de Homicidios. Normalmente, en estos casos suele ser suficiente con que vaya una patrulla al mando de un cabo.

– Así suele ser, pero esta vez es diferente. Al parecer, el fallecido es un conocido periodista. Mira, la jueza de guardia ha decidido ir ella en persona, así que no estará de más que uno de los nuestros aparezca por allí. Por si acaso. Debido a la personalidad del muerto cabe que, aunque según las primeras impresiones no haya nada raro, se le dé publicidad, y en ese caso ni el Juzgado ni la Jefatura queremos que se nos tache de negligentes. ¿Vas comprendiendo?

– Sí, está claro. Ventajas de ser famoso. Me pondré en marcha ahora mismo, en cuanto me diga adonde debo ir y qué coche me va a llevar.

– Una última cosa, Rojas. Vas tan sólo en calidad de representante de Homicidios, para que se sepa que nos hemos interesado por el asunto, pero ¡ojo!, si observas algo raro, que no creo, no actúes por tu cuenta. Si observas algo raro, me lo transmites a mí y ya tomaré las decisiones oportunas. Has entendido, ¿no? En ese caso ya puedes irte, te están esperando en el garaje.

El periodista muerto se llamaba Andoni Ferrer Lamikiz y vivía en la calle Rodríguez Arias. Aunque Rojas no hubiera sabido el número exacto, el corrillo de curiosos que siempre se forma en los lugares donde ha habido un accidente, incluso aunque segundos antes hubiera podido parecer un desierto, delataba sin duda alguna su ubicación. Rojas ordenó a los números que le acompañaban que se quedaran junto al portal para alejar a los posibles curiosos y subió acompañado por el cabo.

Una joven pelirroja le abrió la puerta y le invitó a pasar a la sala en la que aún se encontraba tendido el cadáver.

– El inspector Rojas, ¿no? Acaba de avisarnos el comisario Manrique. Soy Josune Larrazabal, la jueza de guardia. Le presento a Javier Valbuena, nuestro secretario, y a Mikel Arriaga, el médico forense. El secretario y yo tenemos que regresar ahora mismo al Juzgado para redactar la diligencia de inspección ocular y levantamiento de cadáver, así como para resolver otros asuntos de trámite, pero el señor Arriaga se quedará aquí por si usted cree conveniente hacerle algunas preguntas, aunque mi primera impresión es que no hay nada excepcional. Ah, otra cosa. El cadáver lo ha descubierto su mujer, pero no podrá hablar con ella en este momento; se encuentra descansando en casa de los vecinos de la puerta B. Bueno, adiós, espero que nos veamos pronto.

Se despidió de Rojas, del forense y del cabo sonriendo y agitando la mano. Era muy joven y su desenvoltura apenas hacía otra cosa que intentar ocultar su nerviosismo; tal vez fuera el primer levantamiento al que asistía. Cuando se quedaron solos los tres hombres, el médico mostró a los policías el cadáver. Rojas se acercó lentamente. Aunque era policía desde hacía bastante tiempo, no acababa de acostumbrarse a los vidriosos ojos de los muertos, a esa expresión -o quizá sea más correcto decir inexpresión- vacía y sin futuro, al hedor que se desprendía de lo que antes había sido un organismo vivo. La descomposición había comenzado y, si bien no estaba muy avanzada, empezaba a notarse en el ambiente su olor dulzón. A simple vista, Rojas no distinguió señales de violencia.

– ¿Se conoce ya la causa de la muerte? -preguntó al forense.

– Habrá que esperar a hacerle la autopsia, pero en principio parece que se ha producido un paro cardíaco.

– ¿Cuánto tiempo lleva muerto?

– Posiblemente cinco o seis horas, es difícil precisar más.

– Conque paro cardíaco. ¿Se podría saber qué es lo que ha causado ese paro?

– En este caso creo que sí -contestó el médico acercándose al cadáver. Se agachó sobre él y levantó la manga izquierda de la camisa-. Observe -añadió.

Rojas se agachó a su vez, su mejilla casi rozando la del forense. En una vena de la muñeca podían vislumbrarse las huellas de un pinchazo. Sólo uno.

– Sobredosis.

– ¿Está usted seguro? No hay más que esa marca, no parece lógico pensar que fuera adicto, quizá esa señal haya sido producida por una vacuna o cualquier otra cosa -contestó Rojas-. ¿Ha encontrado algo más que avale su teoría?

El médico introdujo una mano en el bolsillo interior de su americana y sacó un sobre amarillo con el membrete del Juzgado de Instrucción nº 1. Lo sopesó unos momentos antes de entregárselo al policía.

– Su Señoría me ha dicho que se lo entregue por si quieren estudiarlo, pero tendrán que devolverlo cuanto antes, junto al atestado que nos remitan. Seguramente contendrá las huellas de la mujer del señor Ferrer, que es quien la ha encontrado. Es una jeringuilla normal como las que pueden comprarse en cualquier farmacia, y posiblemente sólo haya sido usada una vez.

– ¿Está seguro de que es esto lo que ha causado la muerte?

– Al ciento por ciento, no, pero sí estoy razonablemente seguro. Habrá que esperar a la autopsia y al análisis de la jeringuilla, ya que contiene algunos residuos, pero sinceramente no creo equivocarme.

– No parece que haya señales de violencia.

– No las hay. O se inyectó él mismo o no se opuso a que le inyectaran.

– ¿Suicidio, entonces?

– Suicidio, accidente, asesinato. Usted tendrá que averiguarlo y la jueza tomar la decisión final. ¿Suicidio? Pudiera ser, aunque el difunto no ha tenido la delicadeza de dejar ninguna nota aclaratoria. ¿Asesinato? Su Señoría no lo cree.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lejos De Aquel Instante»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lejos De Aquel Instante» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joseph Wambaugh - El caballero azul
Joseph Wambaugh
libcat.ru: книга без обложки
Jose Abasolo
José Ignacio González Faus - Instantes
José Ignacio González Faus
Carlos López Degregori - Lejos de todas partes
Carlos López Degregori
Enrique Blanc - Canciones de lejos
Enrique Blanc
David Ponce - Canciones de lejos
David Ponce
Marissa Meyer - Karma al instante
Marissa Meyer
Daniel Escolar - Mirar de lejos
Daniel Escolar
Pedro Moret Vegas - Diseccionando un instante
Pedro Moret Vegas
Abel Gustavo Maciel - Gaviotas a lo lejos
Abel Gustavo Maciel
Отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante»

Обсуждение, отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x