Kathy Reichs - Testigos del silencio

Здесь есть возможность читать онлайн «Kathy Reichs - Testigos del silencio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Testigos del silencio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Testigos del silencio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La doctora Temperance Brennan acaba de llegar a Montreal para cubrir el puesto de directora del Departamento de Antropología forense de la provincia de Québec. Atrás ha dejado una situación matrimonial delicada y una época de trabajo nada fácil, por lo que Temple acaricia la perspectiva de un relajante fin de semana. Antes, sin embargo, debe personarse en el lugar donde la policía acaba de encontrar un cadáver descuartizado y meticulosamente clasificado en bolsas de plástico.
El singular proceder del asesino le resulta terriblemente familiar a la forense, y en seguida acude a su memoria el caso de la joven Chantale Trottier, de dieciséis años, que había llegado a la morgue desnuda, escrupulosamente descuartizada y empaquetada en varias bolsas de basura tiempo atrás. Con la certeza de que un asesino anda suelto por la ciudad, Tempe ha de recurrir a sus habilidades como forense para probar que ambos casos están relacionados. Pero para lograr la detención del psicópata ha de convencer a sus colegas del Departamento de Policía de que sus sospechas son ciertas, por lo que no la queda mas remedio que actuar con rapidez e incluso poner en peligro su vida y la de cuantos le rodean.

Testigos del silencio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Testigos del silencio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La punta chocó con un hueso, resbaló ligeramente y por fin se hundió en una masa blanda. Su primer grito no pudo compararse con el que surgió después de su garganta. Mientras se precipitaba hacia atrás dejó caer la mano izquierda y la diestra cruzó ante mi garganta. El extremo de la cadena resbaló hasta el suelo liberando su letal presión.

Sentí un sordo dolor en la garganta y luego una sensación mojada. No importaba. Sólo deseaba poder respirar. Aspiré con avidez esforzándome por desprenderme de los eslabones que aún me ceñían y notando que estaban impregnados en mi propia sangre.

Detrás de mí sonó otro grito espantoso, primitivo, como el lamento mortal de un animal salvaje. Me volví a mirar, jadeando y sin dejar de apoyarme en el mostrador.

El hombre había retrocedido tambaleándose hacia atrás por la cocina con una mano en el rostro y la otra extendida en un intento de mantener el equilibro. Horribles sonidos surgían de su boca abierta mientras chocaba contra la pared de enfrente y se deslizaba lentamente hasta el suelo. La mano extendida dejó un negro reguero en el yeso. Por un momento cabeceó y luego profirió un tenue gemido. Dejó caer las manos e inclinó la barbilla con la mirada fija en el suelo.

Permanecí como petrificada en repentina inmovilidad, distinguiendo únicamente el sonido de mi respiración entrecortada y de sus apagados gemidos. Entre el dolor que sentía comencé a distinguir cuanto me rodeaba. El fregadero, el horno, el refrigerador mortalmente silencioso. Advertí que algo resbalaba bajo mis pies.

Contemplé el bulto inerte en el suelo de la cocina con las piernas extendidas hacia adelante, la barbilla apoyada en el pecho y la espalda recostada en la pared. Entre la penumbra distinguí un negro reguero que descendía por su pecho hacia su mano izquierda.

El estallido de un relámpago iluminó mi obra por un instante como la luz de un soldador.

El cuerpo se veía brillante, cubierto por una membrana lisa de color azul. Llevaba un gorro azulgrana que le aplastaba los cabellos y convertía su cabeza en un óvalo sin rasgos distintivos.

La empuñadura del cuchillo surgía de su ojo izquierdo como un banderín en un campo de golf. La sangre se le deslizaba por el rostro y garganta y oscurecía el tejido que le cubría el pecho. Había dejado de gemir.

Sentí náuseas y reaparecieron ante mi campo visual una sucesión de manchas flotantes. Las rodillas se me doblaban mientras trataba de apoyarme en el mostrador.

Para respirar mejor me llevé las manos a la garganta a fin de quitarme la cadena, y sentí una humedad cálida y resbaladiza. Me miré la mano y advertí que estaba cubierta de sangre.

Fui hacia la puerta pensando en Katy y en conseguir ayuda, cuando un repentino sonido me dejó como petrificada. ¡Era la cadena metálica que arrastraba por el suelo! La habitación se volvió blanca y luego negra.

Demasiado exhausta para correr, me volví. Una oscura silueta avanzaba hacia mí en silencio.

Oí mi propia voz y luego vi miles de manchas y una negra nube que lo cubrió todo.

En la distancia sonaban sirenas. Se oían voces. Sentía opresión en la garganta.

Abrí los ojos y me encontré con luz y movimiento. Alguien se inclinaba sobre mí, oprimía algo en mi cuello.

¿Qué? ¿Quién? Estábamos en el salón de mi casa. Recordé con pánico lo sucedido y me esforcé por incorporarme.

– Attention, attention. Elle se lève.

Unas manos me inmovilizaron suavemente.

Luego oí una voz familiar, inesperada y fuera de contexto.

– No se mueva: ha perdido mucha sangre. Está en camino una ambulancia.

Era Claudel.

– ¿Dónde…?

– Está usted a salvo. Lo tenemos en nuestro poder.

– Lo que queda de él -dijo Charbonneau

– ¿Y Katy?

– Permanezca tendida. Tiene una herida en la garganta y en la parte derecha del cuello y ha perdido mucha sangre. Queremos contener la hemorragia.

– ¿Dónde está mi hija?

Sus rostros flotaban sobre mí. Destelló un relámpago que proyectó su blanca luz sobre ellos entre la iluminación amarilla.

– ¿Y Katy?

El corazón me latía con fuerza. No podía respirar.

– Está perfectamente, con ganas de verla. Se halla en compañía de amigos.

– Tabernac! -exclamó Claudel apartándose del sofá-. Où est cette ambulance?

Salió al vestíbulo, contempló algo que se encontraba en el suelo de la cocina y luego me miró con extraña expresión.

El ulular de una sirena se aproximaba, llenaba la callejuela. Luego llegó otra. Tras las puertas ventanas distinguí sus intermitentes luces azulgranas.

– Tranquilícese -dijo Charbonneau-. Ya está aquí. Cuidaremos de que su hija esté debidamente atendida. Todo ha concluido.

Capítulo 42

Aún subsiste un espacio vacío en el registro de mi memoria. Existen los dos días siguientes, pero confusos y no sincronizados, un incoherente collage de imágenes y sensaciones que van y vienen, aunque sin pautas racionales.

Un reloj con números siempre diferentes. Dolor. Manos que tiraban, tanteaban, me levantaban los párpados. Voces. Una ventana iluminada, otra oscura.

Rostros: Claudel en chillona fluorescencia; la silueta de Jewel Tambeaux recortándose contra un sol al rojo vivo; Ryan a la luz de la lámpara amarilla pasando páginas lentamente; Charbonneau dormitando y con un televisor azul destellando sobre su rostro.

Me suministraron sedantes para inmovilizar a un ejército, por lo que me resulta difícil distinguir los sueños de la realidad. Sueños y recuerdos se revuelven y confunden vertiginosamente como un ciclón que gira en torno a su ojo. Por mucho que me esfuerce en reconstruir lo sucedido aquellos días no logro ordenar las imágenes.

El viernes recobré la coherencia.

Al abrir los ojos me saludó la brillante luz del sol, vi a una enfermera que preparaba un suero por vía intravenosa y comprendí dónde me encontraba. A mi derecha alguien producía suaves sonidos. Volví la cabeza, y me inundó una oleada de dolor. Un sordo latido en el cuello me hizo comprender que no era aconsejable realizar movimientos.

Ryan estaba sentado en una silla haciendo anotaciones en una agenda de bolsillo.

– ¿Viviré? -le pregunté con voz confusa.

– Mon Dieu! -repuso sonriente.

Tragué saliva y repetí la pregunta. Tenía los labios entumecidos e hinchados.

La enfermera me cogió la mano y me tomó el pulso mientras consultaba su reloj.

– Eso dicen -repuso Ryan.

Guardó la agenda en el bolsillo de su camisa, se levantó y se acercó al lecho.

– Conmoción, desgarro en la zona derecha del cuello y en la zona de la garganta, con importante pérdida de sangre. Treinta y siete puntos aplicados por un experto en cirugía plástica. Pronóstico: vivirá.

La enfermera le dirigió una mirada de desaprobación.

– Diez minutos -le dijo.

Y se marchó.

Un repentino recuerdo disparó el temor entre las capas de drogas.

– ¿Y Katy?

– Tranquila. En breve estará aquí. Vino antes, pero usted se hallaba inconsciente.

Lo miré inquisitiva.

– Apareció con una amiga poco antes de que se la llevase la ambulancia. Se trata de una compañera de McGill. Aquella tarde había pasado por su casa sin llave, pero consiguió cruzar la puerta exterior. Al parecer sus vecinos no son muy estrictos con la seguridad.

Se metió el pulgar en el cinturón.

– Pero no logró entrar en el piso. La llamó al despacho sin éxito. Por lo tanto dejó la mochila como señal de que estaba en la ciudad y se puso de nuevo en contacto con su amiga.

»Se proponía regresar a la hora de cenar, pero estalló la tormenta y las muchachas se refugiaron en Hurleys' y tomaron unas bebidas. Intentó llamar, mas no consiguió establecer contacto. Cuando llegó, estuvo a punto de sufrir un infarto, pero logré tranquilizarla. Una agente especializada permanece en estrecho contacto con ella y la mantiene al corriente de la situación. Varias personas le han ofrecido su casa, pero ha preferido seguir con su amiga. Acude aquí cada día y está ansiosa por verla.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Testigos del silencio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Testigos del silencio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Bones Are Forever
Kathy Reichs
libcat.ru: книга без обложки
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Grave Secrets
Kathy Reichs
libcat.ru: книга без обложки
Kathy Reichs
libcat.ru: книга без обложки
KATHY REICHS
Kathy Reichs - Cross bones
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Break No Bones
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Informe Brennan
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Zapach Śmierci
Kathy Reichs
Kathy Reichs - Dzień Śmierci
Kathy Reichs
Отзывы о книге «Testigos del silencio»

Обсуждение, отзывы о книге «Testigos del silencio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x