David Baldacci - A Cualquier Precio

Здесь есть возможность читать онлайн «David Baldacci - A Cualquier Precio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

A Cualquier Precio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «A Cualquier Precio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

David Buchanan aplica sucias presiones para financiar causas honrosas. Robert Thornhill, un alto cargo de la CIA, descubre el juego y empieza a chantajearle, pues quiere devolver a la CIA el prestigio perdido. Faith Lockhart, una tercera persona implicada en este asunto, opina que se ha ido demasiado lejos y decide confesarlo todo al FBI. Su vida a partir de entonces tiene un precio

A Cualquier Precio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «A Cualquier Precio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Danny ha agotado casi todo su capital. Empezamos a representar a clientes de pago otra vez para poder continuar con nuestra misión. Y cuanto más tiempo haga su gente lo que él le pida, más dinero recibirá a posteriori. Además, si esperan a dejar el cargo para cobrar, las posibilidades de que los descubran se reducen de forma considerable.

– Pues deben de confiar plenamente en la palabra de Danny Buchanan.

– Estoy segura de que les ha dado muestras de lo que les espera. Pero es un hombre honrado.

– Todos los sinvergüenzas lo son, ¿no? ¿Quiénes figuran en su plan de pensiones?

Ella le dedicó una mirada de desconfianza.

– ¿Por qué?

– Tú contesta.

Faith mencionó a dos de ellos.

– Corrígeme si me equivoco, pero ¿no son el actual vicepresidente de Estados Unidos y el presidente de la Cámara de Representantes?

– Danny no trabaja con mandos intermedios. De hecho empezó a colaborar con el vicepresidente antes de que ocupara ese cargo, cuando era diputado. Pero si Danny necesita que el hombre descuelgue el teléfono para apretarle las tuercas a alguien, lo hace.

– Joder, Faith. ¿Para qué demonios necesitabas ese tipo de arsenal? ¿Os dedicabais a los secretos militares?

– A algo mucho más valioso, en realidad. -Tomó la copa de vino-. Representamos a los más pobres de entre los pobres del mundo: los países africanos en asuntos de ayuda humanitaria, alimentos, medicina, ropa, equipamiento agrícola, semillas y sistemas de desalinización. En América Latina, dinero para vacunas y otros suministros médicos. Exportación de medios legales para el control de natalidad, agujas esterilizadas e información sanitaria a los países más pobres.

Lee adoptó una expresión de escepticismo.

– ¿Me estás diciendo que sobornabais a cargos del gobierno para ayudar a los países del Tercer Mundo?

Ella dejó la copa de vino y lo miró a los ojos.

– En realidad, la denominación oficial ha cambiado. Las naciones ricas han creado una terminología políticamente correcta para sus vecinos necesitados. Es más: la CIA ha publicado un manual al respecto. Así pues, en vez de «Tercer Mundo» hay nuevas categorías: los PPD, países poco desarrollados, son los que integran el último grupo dentro de la jerarquía de países desarrollados. Hay oficialmente ciento setenta y dos PPD, es decir la amplia mayoría de los países del mundo. Luego están los PMD, que son los países menos desarrollados. Están al final de la cola, muriéndose de hambre. «Sólo» hay cuarenta y dos de éstos. Quizá te sorprenda, pero la mitad de la población de este planeta vive en un estado de miseria absoluta.

– ¿Y eso lo justifica? -preguntó Lee-. ¿Eso justifica el soborno y la estafa?

– No te pido que apruebes esa conducta. En realidad no me importa si estás de acuerdo con ella o no. Tú querías hechos, y eso es lo que te he dado.

– Estados Unidos gasta mucho en ayuda externa. Y de hecho no estamos obligados a dar un solo centavo.

Faith le clavó la vista con una fiereza que Lee nunca había percibido en ella.

– Si hablamos de datos concretos, tienes todas las de perder -espetó.

– ¿Cómo?

– ¡Llevo investigando y viviendo con esto más de diez años! Pagamos a los agricultores de este país más dinero para que no cultiven que el que destinamos a ayuda humanitaria en el extranjero. Del total del presupuesto federal, la ayuda externa representa alrededor del uno por ciento, y la mayor parte va a parar a dos países, Egipto e Israel. Los americanos gastan cien veces más en maquillaje, comida rápida o alquiler de vídeos en un año que en dar de comer a niños moribundos en los países del Tercer Mundo en toda una década. Podríamos erradicar una docena de enfermedades infantiles graves en los países subdesarrollados de todo el mundo con menos dinero del que gastamos en muñecos Beanie Babies.

– Qué ingenua eres, Faith. Probablemente, tú y Buchanan sólo estáis llenando los bolsillos de algún dictador.

– ¡No! ¡Eso no es más que una excusa fácil y ya estoy harta de oírla! El dinero que conseguimos va directamente a organizaciones legítimas de ayuda humanitaria y nunca al gobierno. Yo misma he visto demasiados ministros de sanidad en países africanos vestidos de Armani y conduciendo un Mercedes mientras los niños mueren de hambre a sus pies.

– ¿Y en este país no hay niños que pasen hambre?

– Reciben mucha ayuda y la merecen, sin duda. Lo único que digo es que Danny y yo teníamos nuestro objetivo, que era echar una mano a los pobres del extranjero. Hay millones de seres humanos a punto de morir, Lee. Niños de todo el mundo mueren por la sencilla razón de que están desatendidos. Cada día, cada hora, cada minuto.

– ¿Y de verdad esperas que me crea que lo hacíais porque tenéis buen corazón? -Echó un vistazo a la casa-. Esto no es precisamente un comedor de beneficencia, Faith.

– Los primeros cinco años que colaboré con Danny hice mi trabajo, representé a los clientes importantes y gané mucho dinero, mucho. No tengo problemas en reconocer que soy una materialista redomada. Me gusta el dinero y me gustaba lo que podía comprar con él.

– ¿Y entonces qué pasó? ¿Encontraste a Dios?

– No, él me encontró a mí. -Lee parecía desconcertado y Faith se apresuró a continuar-. Danny había empezado a cabildear en nombre de los pobres extranjeros. Pero no conseguía nada. A nadie le preocupaba, me decía siempre. Los otros socios de nuestra empresa empezaban a hartarse de los empeños caritativos de Danny. Querían representar a IBM y a Philip Morris, no a las multitudes hambrientas de Sudán. Un día Danny entró en mi despacho, me dijo que iba a fundar su propia empresa y que quería que yo participara en ella. No tendríamos clientes poderosos, pero Danny me dijo que no me preocupara, que él cuidaría de mí.

Lee pareció calmarse.

– Hasta ahí me lo creo. No sabías que estaba sobornando a gente, o por lo menos que ésa era su intención.

– ¡Claro que lo sabía! Me lo contó todo. Quería que me implicara en esto con los ojos bien abiertos. Él es así. No es un sinvergüenza.

– Faith, ¿tienes idea de lo que estás diciendo? ¿Accediste a participar aun sabiendo que infringías la ley?

Ella le clavó una mirada helada.

– Si podía ocuparme de que las tabacaleras siguieran vendiendo cáncer en un cigarrillo a cualquier persona con un par de pulmones y de que los fabricantes de armamento repartieran metralletas a todo bicho viviente, supongo que pensaba que nada estaba fuera de mi alcance. Además, en este caso el fin era algo de lo que podía enorgullecerme.

– ¿La materialista redomada se ablandó? -soltó Lee con desdén.

– No es la primera vez que ocurre -replicó ella.

– ¿Cómo os lo montabais vosotros dos? -preguntó Lee en tono acusador.

– Yo era la agente exterior y me trabajaba a todas las personas que no teníamos en el bolsillo. Se me daba bien conseguir que ciertas celebridades aparecieran en actos sociales e incluso viajaran a algunos de los países. Sesiones de fotos, reuniones con miembros, etcétera. -Sorbió un poco de vino-. Danny era el agente interno. Trabajaba con las personas sobornadas mientras yo presionaba desde el exterior.

– ¿Y te dedicaste a esto durante diez años?

Faith asintió.

– Hace aproximadamente un año Danny empezó a quedarse sin dinero. Pagaba muchos de nuestros gastos de cabildeo de su propio bolsillo. Tampoco podíamos cobrarles nada a nuestros clientes, y él tenía que invertir mucho capital propio en esos «fondos de inversiones», como él los llamaba, para las personalidades que sobornábamos. Danny se tomaba esa parte muy en serio. Él era su fideicomisario. Se encargaba de que todos y cada uno de los centavos que les prometía estuviesen ahí.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «A Cualquier Precio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «A Cualquier Precio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


David Baldacci - The Last Mile
David Baldacci
David Baldacci - Memory Man
David Baldacci
David Baldacci - The Finisher
David Baldacci
David Baldacci - The Sixth Man
David Baldacci
David Baldacci - The Forgotten
David Baldacci
David Baldacci - The Innocent
David Baldacci
David Baldacci - Zero Day
David Baldacci
David Baldacci - Il gioco di Zodiac
David Baldacci
David Baldacci - Hour Game
David Baldacci
David Baldacci - Divine Justice
David Baldacci
David Baldacci - Wygrana
David Baldacci
libcat.ru: книга без обложки
David Baldacci
Отзывы о книге «A Cualquier Precio»

Обсуждение, отзывы о книге «A Cualquier Precio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x