Tess Gerritsen - Llamada A Medianoche

Здесь есть возможность читать онлайн «Tess Gerritsen - Llamada A Medianoche» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Llamada A Medianoche: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Llamada A Medianoche»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una llamada a medianoche despertó a la recién casada Sarah Fontaine. En lugar de oír la voz de su marido desde Londres, oyó la de un desconocido llamado Nick O'Hara que le decía que Geoffrey había muerto en el incendio de un hotel en Berlín. Convencida de que su marido estaba todavía vivo, Sarah decidió investigar por su cuenta con la ayuda de Nick. Había demasiadas preguntas sin respuesta, y las respuestas podían ser fatales…

Llamada A Medianoche — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Llamada A Medianoche», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No podía esconderse eternamente.

El piar de las palomas despertó a Sarah. Abrió los ojos y la luz del atardecer iluminó unas paredes de piedra y las aspas de madera del molino que giraban con lentitud. Una paloma se instaló en una ventana alta y comenzó a piar. Las aspas del molino crujían y chirriaban como madera en un barco viejo. Tumbada en la paja, se sentía embargada por una sensación de paz, y el miedo a que le quedaran pocos momentos de aquellos por vivir. ¡Y tenía tantas ganas de vida!

Se volvió hacia Nick, que dormía a su lado en la paja, con las manos unidas detrás del cuello y el pecho elevándose y cayendo al ritmo de su respiración. Habían hecho autostop hasta cruzar la frontera con Holanda y luego andado muchas horas. Estaban a un kilómetro de la estación de tren más cercana y habían decidido esperar a que oscureciera. Encontraron aquel molino en mitad del campo y se quedaron inmediatamente dormidos en él.

Se tumbó al lado de Nick. Éste despertó con un estremecimiento y la estrechó contra sí.

– Pronto oscurecerá -susurró ella.

– Hmmm.

– Me gustaría no tener que salir nunca de aquí.

– A mí también -suspiró él.

Se sentaron, y Nick empezó a quitarle trozos de paja del pelo.

– Tengo miedo -murmuró ella.

El hombre la abrazó.

– Viviremos el presente, tomando cada día como venga. No podemos hacer otra cosa.

– Lo sé.

– Eres fuerte, Sarah. En cierto modo, más fuerte que yo.

La besó con fuerza, como un hombre sediento de su sabor. Los pájaros piaban encima de ellos, despidiendo a la última luz del día. La noche cayó sobre los campos con su manto de protección y oscuridad.

Nick se apartó con un gemido.

– Si seguimos así, perderemos el tren. No es que me importe, pero… -apretó los labios una última vez sobre los de ella-. Tenemos que irnos. ¿Estás lista?

Sarah respiró hondo y asintió.

– Estoy lista.

El viejo estaba soñando.

Nienke estaba de pie ante él, con el largo pelo recogido en un pañuelo azul. Su rostro amplio estaba manchado de tierra del jardín, y sonreía.

– Frank -dijo-, tienes que construir un sendero de piedra entre los rosales para que nuestros amigos puedan pasear entre las flores. Ahora tienen que andar alrededor de los matorrales, no en el medio de ellos, donde están las de color lavanda y amarillo. Se las pierde. Tengo que llevarlos yo y se manchan de barro los zapatos. Un camino de piedra, Frank, como el que teníamos en la casita de Dordrecht.

– Por supuesto -dijo él-. Le diré al jardinero que lo haga.

Nienke sonrió. Se acercó a él. Pero cuando extendió una mano para tocarla, su pañuelo azul se desvaneció. Lo que había sido el pelo de Nienke era ahora un halo de fuego brillante. Intentó arrancárselo antes de que llegara a la cara, y en sus manos quedaron mechones gruesos de pelo. Cuanto más intentaba apagar las llamas, más pelo y carne arrancaba. Destruía fragmento a fragmento a su mujer al intentar salvarla.

Bajó la vista y vio que sus brazos estaban en llamas, pero no sentía dolor; un grito silencioso explotó en su garganta al ver que Nienke lo dejaba para siempre.

Wes Corrigan tardó cinco minutos en contestar a la llamada en su puerta de atrás. Cuando al fin la abrió, miró sorprendido a sus dos visitantes nocturnos. Al principio le parecieron extraños. El hombre era alto, de pelo canoso, sin afeitar. La mujer llevaba un jersey indefinible y una capa gris.

– ¿Qué ha sido de la antigua virtud de la hospitalidad? -preguntó Nick.

Wes dio un respingo.

– ¿Qué diablos…? ¿Eres tú?

– ¿Podemos pasar?

– Claro. Claro -Corrigan, atontado todavía, les indicó la cocina y cerró la puerta. Era un hombre bajo y compacto de unos treinta y tantos años. A la luz dura de la cocina, su piel se veía amarillenta y tenía los ojos cargados de sueño. Miró a sus visitantes y movió la cabeza confuso. Su mirada cayó sobre el pelo blanco de Nick.

– ¿Tanto tiempo ha pasado?

El interpelado movió la cabeza y se echó a reír.

– Son polvos de talco. Pero las arrugas son todas mías. ¿Hay alguien más en casa?

– Solo el gato. ¿Qué diablos está pasando?

Nick pasó a su lado, salió de la cocina y entró en la sala de estar. No contestó. Wes se volvió hacia Sarah, que se quitaba en ese momento la capa.

– Ah, hola. Soy Wes Corrigan. ¿Y usted?

– Sarah.

– Encantado de conocerla.

– La calle parece limpia -dijo Nick, volviendo a la cocina.

– Claro que está limpia. La barren todos los jueves.

– Quiero decir que no estás vigilado.

Corrigan pareció triste.

– Bueno, llevo una vida muy aburrida. Eh, vamos, ¿qué ocurre?

Nick suspiró.

– Estamos en un lío.

Corrigan asintió.

– Sí, a esa conclusión había llegado ya. ¿Quién os sigue?

– La CIA. Entre otros.

Ese lo miró con incredulidad. Se acercó a la puerta de la cocina, miró al exterior y echó el cerrojo.

– ¿Tenéis a la CIA detrás? ¿Qué has hecho? ¿Vender secretos de la nación?

– Es una larga historia. Necesitamos tu ayuda.

Wes asintió con cansancio.

– Eso me temía. Vamos, sentaos, sentaos. Prepararé café. ¿Tenéis hambre?

Nick y Sarah se miraron sonrientes.

– Mucha -dijo ella.

Corrigan se acercó al frigorífico.

– Marchando huevos con beicon.

Tardaron una hora en contárselo todo. Cuando terminaron, la cafetera estaba vacía. Nick y Sarah se habían comido media docena de huevos entre los dos y Corrigan se hallaba plenamente despierto y preocupado.

– ¿Por qué crees que está mezclado Potter? -preguntó.

– Es evidente que está al cargo del caso. Fue él el que hizo soltar a Sarah. Y debió ordenar a esos agentes que nos siguieran a Margate. Pero allí todo salió mal. Y aunque los de la CIA no son muy competentes, tampoco suelen meter tanto la pata sin algo de ayuda. Alguien mató a aquel agente. Y luego empezó a disparar contra nosotros.

– El hombre de las gafas de sol, quienquiera que sea -Wes movió la cabeza-. Esto no me gusta nada.

– A mí tampoco.

Corrigan pareció pensativo.

– Y quieres que investigue la ficha de Magus. Puede ser difícil. Si está considerada muy secreta, no podré llegar a ella.

– Haz lo que puedas. No podemos hacerlo solos. Hasta que Sarah encuentre a Geoffrey y consiga algunas respuestas, no tenemos nada.

– Sí. Lo comprendo.

Los acompañó a la puerta de atrás. Fuera brillaban las estrellas en un cielo claro.

– ¿Dónde vais a dormir?

– Tenemos una habitación cerca del Kudamm.

– Podéis quedaros aquí.

– Demasiado arriesgado. Hemos cruzado la frontera, así que ya deben saber que estamos aquí. Si son listos, no tardarán en vigilar tu casa.

– ¿Y cómo puedo comunicarme contigo?

– Te llamaré yo. Me identificaré como Barnes. Es mejor que no sepas dónde estamos.

– ¿No te fías de mí?

Nick vaciló.

– No es eso, Wes.

– ¿Y qué es?

– Es un asunto muy feo. Es mejor que no te mezcles demasiado.

Nick y Sarah se alejaron en la oscuridad, pero no sin antes oír decir a Wes:

– Ya estoy mezclado.

Al amanecer, Sarah yacía acurrucada en brazos de Nick. A pesar de su cansancio, ninguno de los dos podía dormir. Demasiadas cosas dependían de lo que ocurriera aquel día. Por lo menos ya no estaban solos. Contaban con Wes Corrigan.

Nick se movió, y su aliento calentó el pelo de ella.

– Cuando esto termine -susurró-, quiero que nos quedemos como estamos ahora. Así mismo.

– No sé si esto acabará alguna vez -suspiró ella-. Si volveré a casa.

– Volveremos. Juntos. Te lo prometo. Y Nick O'Hara siempre cumple sus promesas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Llamada A Medianoche»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Llamada A Medianoche» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Keeper of the Bride
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Harvest
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - The Keepsake
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - The Apprentice
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - El cirujano
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Body Double
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Vanish
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Call After Midnight
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Laikoma kalta
Tess Gerritsen
Tess Gerritsen - Pažadėk, kad grįši
Tess Gerritsen
Отзывы о книге «Llamada A Medianoche»

Обсуждение, отзывы о книге «Llamada A Medianoche» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x