Sandra Brown - Punto Muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Brown - Punto Muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Punto Muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Punto Muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La periodista Tiel McCoy suspende sus bien merecidas vacaciones cuando por la radio de su coche oye que un joven llamado Ronnie Davidson ha secuestrado a la adolescente Sabra Dendy, hija de uno de los hombres más ricos del país. Decidida a ocuparse del suceso, la casualidad quiere que se vea envuelta en un atraco con rehenes llevado a cabo por Ronnie y Sabra, cuya verdadera y sorprendente historia pone a prueba su objetividad periodística y sus más arraigadas creencias vitales…

Punto Muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Punto Muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sin pensarlo, tiró de un hilo suelto del dobladillo de la camiseta.

– Naturalmente, le animé para que se decantara por lo más seguro, Río. Adonde, casualmente, yo podía acompañarle. No me gustaba la idea de que mi pareja me dejara en los Estados Unidos para irse a una zona en guerra, sobre todo a una zona con fronteras tan indefinidas y en la que todo el mundo estaba aún decidiendo de qué bando estaba.

»Optó por la más emocionante de las dos. Quería estar donde estuviese la acción, donde tuviera la garantía de estar más tiempo en pantalla. Discutimos sobre el tema. Apasionadamente. Al final le dije: «De acuerdo, John, está bien. Ve. Deja que te maten».

Levantó la cabeza y se encontró directamente con los ojos de Doc.

– Y eso fue lo que hizo.

La expresión de él permanecía impasible.

Tiel continuó.

– Entró en una zona donde se suponía que los periodistas no podían entrar…, lo que no me sorprendió -añadió con una risa débil-. Era aventurero por naturaleza. Cayó por la bala de un francotirador. Repatriaron su cuerpo. Lo enterré apenas tres meses después de nuestro primer aniversario de bodas.

Pasado un rato, dijo Doc:

– Eso es duro. Lo siento.

– Sí, bueno…

Permanecieron en silencio mucho tiempo. Fue Tiel quien habló por fin.

– ¿Y cómo le ha ido a usted?

– ¿En cuanto a qué?

– A las relaciones.

– ¿Concretamente…?

– Vamos, Doc. No se haga el tonto -le reprendió en voz baja-. Yo le he sido sincera.

– Eso ha sido decisión suya.

– Lo justo es lo justo. Compártalo conmigo.

– No hay nada que compartir.

– ¿Sobre usted y las mujeres? -preguntó con incredulidad. Eso no me lo creo.

– ¿Qué quiere? ¿Nombres y fechas? ¿Empezando por cuándo, señorita McCoy? ¿Cuenta el instituto, o empiezo por la universidad?

– ¿Qué le parece desde la muerte de su esposa?

– ¿Qué le parece meterse en sus jodidos asuntos?

– De hecho, estamos hablando de sus jodidos asuntos.

– No, no estamos. Está usted.

– Después del lío de su esposa, creo que le debió de resultar difícil confiar en otra mujer.

La boca de él quedó confinada a una estrecha mueca de rabia, indicando con ello que le había tocado la fibra sensible.

– No sabe nada de…

Pero Tiel nunca llegó a saber de su boca qué era lo que no sabía, pues las palabras de Doc se vieron interrumpidas por un grito ensordecedor de Donna.

Capítulo 12

La cinta de Kip se emitía simultáneamente en dos monitores de la camioneta y todos los allí congregados se apiñaban para verla. Uno de los agentes del FBI dirigía el panel de control y congelaba la imagen siempre que Calloway se lo pedía.

– ¿Dónde está mi hija? No veo a Sabra.

Calloway detectó alcohol en el aliento de Dendy. Había estado saliendo de la camioneta regularmente, «para respirar un poco de aire fresco». Pero, al parecer, había estado tomando algo más que oxígeno.

– Paciencia, señor Dendy. Estamos ansiosos por verlo todo. Necesito saber dónde está posicionada la gente. En cuanto tenga una visión general, volveremos a pasar la cinta y la pararemos en los segmentos que merezcan un estudio más detallado.

– A lo mejor Sabra ha intentado enviarme un mensaje privado. Algún tipo de señal.

– A lo mejor -fue la evasiva respuesta del agente.

Escuchó los comentarios de presentación de Tiel McCoy con la nariz a menos de un palmo de distancia del monitor en color. Cabía admitir que la chica sabía mantener la compostura. Estaba serena. Su aspecto no era el ideal porque iba vestida con una camiseta con la bandera de Texas, pero aparecía tranquila y hablaba como si estuviera en un estudio de televisión, sana y salva detrás de una mesa de despacho.

– Ese hijo de puta -soltó Dendy en cuanto Ronnie apareció en pantalla.

– Si no puede mantener la boca cerrada, señor Dendy, estaré más que feliz de podérsela cerrar yo mismo. -Cole Davison profirió la amenaza en voz baja, aunque con toda su fuerza.

– Caballeros -dijo Calloway.

Nadie más habló mientras Ronnie ofrecía su discurso. Pero el silencio se hizo aún más pesado cuando la cámara pasó a captar la escena de Sabra y la recién nacida. Las imágenes eran conmovedoras, desgarradoras. El diálogo era turbador. Ninguna nueva madre con su bebé en brazos amenazaría con quitarse la vida.

Nadie dijo nada durante los segundos posteriores a la conclusión de la cinta. Finalmente, Gully tuvo la valentía de pronunciar en voz alta lo que todos los demás estaban pensando.

– Supongo que esto responde a la pregunta de quién es el responsable de todo esto.

Calloway levantó la mano, desanimando cualquier otro comentario editorial no solicitado sobre la culpabilidad de Russell Dendy. Se volvió hacia Cole Davison.

– ¿Qué me dice de Ronnie? ¿Qué le ha parecido?

– Agotado. Asustado.

– ¿Colocado?

– No, señor -respondió rápidamente Davison-. Ya se lo he dicho, es un buen chico. No va de drogas.

A lo mejor una cerveza de vez en cuando. No pasa de ahí.

– Mi hija no es ninguna droga dicta -observó Dendy.

Calloway siguió centrado en Davison.

– ¿Ha visto alguna cosa inusual que pudiera alertarnos de un estado de ánimo inestable?

– Mi hijo de dieciocho años está hablando de suicidarse, señor Calloway. Creo que esto viene a resumir su estado de ánimo.

Pese a que Calloway comprendía a aquel hombre a la perfección -él también tenía hijos adolescentes-, siguió presionándole para obtener más información.

– Usted lo conoce, señor Davison. ¿Cree que está marcándose un farol? ¿Le parece sincero? ¿Cree que lo haría?

El hombre luchó por encontrar una respuesta. Luego bajó la cabeza, abatido.

– No, no creo. La verdad es que no. Pero…

– ¿Pero? -Calloway resaltó la conjunción-. ¿Pero qué? ¿Ha mostrado alguna vez Ronnie tendencias suicidas?

– Nunca.

– ¿Rabietas violentas? ¿Un carácter incontrolable?

– No -respondió brevemente. Sin embargo, parecía incómodo con su respuesta anterior. Nervioso, miró a Calloway y a los demás, y luego volvió a fijarse en el agente-. Bien, sólo una vez. Fue un incidente aislado. Y no era más que un niño.

Calloway gruñó para sus adentros. Estaba muy seguro de no querer escuchar detalles sobre la única vez que Ronnie Davison había errado.

– Tal vez no sea relevante, seguramente no lo es, pero sería mejor que me lo contara.

Después de un prolongado e incómodo silencio, Davison empezó.

– Ronnie estaba pasando sus vacaciones de verano conmigo. Hacía poco tiempo que su madre y yo nos habíamos divorciado. Ronnie tenía problemas para adaptarse a la situación de separación. Bueno, al caso -dijo, cambiando inconscientemente el peso del cuerpo de un pie al otro-, se encaprichó de una perra que vivía unas manzanas más allá. Me explicó que su propietario era muy malo con ella, que no siempre le daba de comer, que nunca la bañaba. Cosas de ese tipo.

»Yo conocía al propietario. Era un cabrón, estaba casi siempre borracho, de modo que sabía que Ronnie me contaba la verdad. Pero no era asunto nuestro. Le dije a Ronnie que se alejara de la perra. Pero, como he dicho, había establecido un verdadero vínculo con la pobre criatura. Supongo que necesitaba compañía. O a lo mejor le gustaba el animal porque era tan miserable como él se sentía aquel verano. No lo sé. No soy psicólogo infantil.

Dendy le interrumpió.

– ¿Vamos a alguna parte con esta triste historia?

Calloway le lanzó una mirada y a punto estuvo de decirle que se callase antes de volverse hacia el otro hombre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Punto Muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Punto Muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sandra Brown - Low Pressure
Sandra Brown
Sandra Brown - Lethal
Sandra Brown
Sandra Brown - The Rana Look
Sandra Brown
libcat.ru: книга без обложки
Sandra Brown
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Sandra Brown - Único Destino
Sandra Brown
Sandra Brown - Smoke Screen
Sandra Brown
Sandra Brown - Play Dirty
Sandra Brown
Sandra Brown - Ricochet
Sandra Brown
Sandra Robbins - Point Blank
Sandra Robbins
Отзывы о книге «Punto Muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «Punto Muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x