Sandra Brown - Punto Muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Brown - Punto Muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Punto Muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Punto Muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La periodista Tiel McCoy suspende sus bien merecidas vacaciones cuando por la radio de su coche oye que un joven llamado Ronnie Davidson ha secuestrado a la adolescente Sabra Dendy, hija de uno de los hombres más ricos del país. Decidida a ocuparse del suceso, la casualidad quiere que se vea envuelta en un atraco con rehenes llevado a cabo por Ronnie y Sabra, cuya verdadera y sorprendente historia pone a prueba su objetividad periodística y sus más arraigadas creencias vitales…

Punto Muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Punto Muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se oían voces alteradas de fondo. Calloway tapó el micrófono para poder hablar con alguien. El agente Cain levantó la cabeza y miró a Tiel con ojos legañosos. ¿La habría reconocido como la que le había dejado grogui con una lata de chile?

– El señor Dendy está muy preocupado por el bienestar de su hija -dijo Calloway cuando volvió a entrar en línea-. La cajera…, ¿Donna?, me ha dicho que Sabra ha dado a luz.

– Una niña. Las dos están… estables. -Tiel miró de reojo a Doc y él le respondió con un pequeño movimiento afirmativo con la cabeza-. Puede asegurarle al señor Dendy que su hija no corre un peligro inmediato.

– El sheriff Montez me informa de que está con ustedes un hombre del lugar que posee cierta formación médica.

– Tiene razón. Ha atendido a Sabra durante el parto y el nacimiento.

Doc entrecerró un poco los ojos…, el pistolero a punto de desenfundar.

– El sheriff Montez no recuerda su apellido. Dice que lo conocen por Doc.

– Correcto.

– ¿Sabe cómo se apellida?

Tiel consideró las distintas alternativas. Había estado totalmente involucrada en el parto y el nacimiento, pero no sabía muy bien qué estaba sucediendo fuera. Había oído el sonido de rotores de helicópteros. Podría tratarse de aparatos de la policía y de asistencia médica, pero apostaría a que aquel ruido indicaba también la llegada de medios de comunicación procedentes de Dallas -Fort Worth, Austin, Houston-. Emisoras importantes. Cadenas de televisión.

El papel activo que estaba desempeñando en aquella historia había aumentado automáticamente su valor en los medios. No era lo que podría calificar como famosa, pero, con toda humildad, tampoco era una desconocida. Dentro de su mercado televisivo aparecía casi cada noche en las noticias. Aquellos noticiarios se emitían también en canales más locales de Texas y Oklahoma, lo que se traducía en varios millones de telespectadores. Era la chispa de sabor en una historia ya jugosa de por sí. Si a la mezcla se le añadía el ingrediente del doctor Bradley Stanwick, que había desaparecido tres años atrás de la escena pública envuelto en un gran escándalo, aparecía un sabroso potaje que provocaría un hambriento frenesí entre las filas de la prensa.

Pero Tiel quería que fuese su potaje.

Si proporcionaba la identidad de Doc en aquel momento, podía despedirse de la exclusiva. Todo el mundo informaría antes que ella. La historia estaría en antena antes de que ella hubiera podido publicar su primer reportaje. Cuando llegara el momento de producir su relato personal del suceso, la reaparición del doctor Stanwick se habría convertido ya en una noticia del pasado.

Seguramente, Gully nunca la perdonaría por esta decisión, pero, de momento, conservaría su precioso bocado como su ingrediente secreto.

De modo que evitó darle a Calloway una respuesta directa.

– Doc ha hecho un trabajo increíble bajo circunstancias muy arduas. Sabra le responde favorablemente. Confía en él.

– Tengo entendido que resultó herido durante el tiroteo.

– Un rasguño, nada más. Todos estamos bien, señor Calloway -dijo, impaciente-. Estamos agotados pero, por lo demás, ilesos, y no me cansaré de subrayarlo.

– ¿No está siendo forzada a decir esto?

– Por supuesto que no. Lo último que quiere Ronnie es que alguien resulte herido.

– Eso es verdad -dijo el chico-. Sólo quiero poder salir de aquí con Sabra y mi hija, libres para seguir nuestro camino.

Tiel transmitió su deseo a Calloway, quien dijo:

– Señorita McCoy, ya sabe que no puedo permitir que eso suceda.

– Siempre se pueden hacer excepciones.

– No tengo autoridad para…

– Señor Calloway, ¿está usted en posición de hablar libremente?

Después de una pausa momentánea, dijo:

– Adelante.

– Si ha tenido usted algún tipo de interacción con Russell Dendy comprenderá perfectamente por qué estos dos jóvenes están desesperados hasta el punto de haber hecho lo que han hecho.

– No puedo hacer comentarios sobre lo que acaba de decir, pero entiendo por dónde va.

Al parecer, Dendy podía oírle.

– Ese hombre es un tirano, sin lugar a dudas -continuó Tiel-. No sé si está al corriente de esto, pero ha dado su palabra de separar a la fuerza a la pareja y de entregar al bebé en adopción. Lo único que quieren Ronnie y Sabra es libertad para decidir su futuro y el de su hija. Se trata de una crisis familiar, señor Calloway, y como tal debería gestionarse. A lo mejor el señor Dendy consentiría la actuación de un mediador que les ayudara a solucionar sus diferencias y alcanzar un acuerdo.

– Ronnie Davison tiene aún muchas cosas por las que responder, señorita McCoy. Atraco a mano armada, para empezar.

– Estoy segura de que Ronnie está dispuesto a aceptar la responsabilidad de sus acciones.

– Déjeme hablar con él. -Ronnie le cogió el auricular-. Escuche, señor Calloway, no soy un delincuente. No lo he sido hasta hoy, quiero decir. Ni siquiera me han puesto nunca una multa por exceso de velocidad. Pero no pienso permitir que el señor Dendy dicte el futuro de mi hija. En la situación en la que me encuentro, no veo otra manera de alejarme de él.

– Cuéntale lo que hemos decidido, Ronnie -gritó Sabra.

La miró, allí tendida con la recién nacida entre sus brazos, y su rostro adquirió una expresión de dolor.

– Hable con el padre de Sabra, señor Calloway. Convénzale de que nos deje tranquilos. Entonces soltaré a todo el mundo.

Se quedó a la escucha por un momento y dijo:

– Sé que las dos necesitan un hospital. Cuanto antes mejor. De modo que tiene una hora para darme la respuesta. -Otra pausa-. ¿O qué? -dijo, evidentemente repitiendo la pregunta de Calloway. Ronnie volvió a mirar a Sabra. Ella apretó el bebé con más fuerza contra su pecho y movió afirmativamente la cabeza-. Se lo diré en una hora. -Colgó en seco.

Entonces, dirigiéndose a los rehenes, dijo:

– Muy bien, ya lo han oído. No quiero hacer daño a nadie. Quiero que todos salgamos de aquí. De modo que pido a todo el mundo que se relaje. -Miró el reloj colgado en la pared-. Sesenta minutos y todo podría haber terminado.

– ¿Y si el viejo no accede a dejaros tranquilos? -preguntó Donna-. ¿Qué piensas hacer con nosotros?

– ¿Por qué no se sienta y se calla? -le dijo Vern, en tono quejumbroso.

– ¿Por qué no se va a la mierda, viejo? -le replicó. Usted no es mi jefe. Quiero saberlo. ¿Viviré o moriré? ¿Empezará a dispararnos de aquí a una hora?

Un incómodo silencio se apoderó del grupo. Todas las miradas se volvieron hacia Ronnie que, terco, se negaba a reconocer la pregunta muda de aquellos ojos.

El agente Cain o bien había vuelto a quedar inconsciente, o bien no levantaba la cabeza avergonzado por su fracaso al no haber dado por concluida aquella situación. En cualquier caso, tenía todavía la barbilla pegada al pecho.

Donna seguía rascándose los codos.

Vern y Gladys mostraban signos de fatiga. Ahora que la emoción del nacimiento había acabado, su vivacidad se había desvanecido. Gladys tenía la cabeza apoyada en el hombro de Vern.

Tiel se puso en cuclillas junto a Doc, que se ocupaba de nuevo de Sabra. La chica tenía los ojos cerrados. La pequeña Katherine dormía en brazos de su madre.

– ¿Cómo está?

– Esta condenada hemorragia…, y la tensión arterial está cayendo.

– ¿Qué puede hacer?

– Lo he intentado con masajes en la zona del útero, pero en lugar de detener la hemorragia la ha aumentado. -Tenía la frente arrugada de pura consternación-. Hay algo más.

– ¿Qué?

– La lactancia.

– ¿Podría la niña empezar a mamar tan pronto?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Punto Muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Punto Muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sandra Brown - Low Pressure
Sandra Brown
Sandra Brown - Lethal
Sandra Brown
Sandra Brown - The Rana Look
Sandra Brown
libcat.ru: книга без обложки
Sandra Brown
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Sandra Brown - Único Destino
Sandra Brown
Sandra Brown - Smoke Screen
Sandra Brown
Sandra Brown - Play Dirty
Sandra Brown
Sandra Brown - Ricochet
Sandra Brown
Sandra Robbins - Point Blank
Sandra Robbins
Отзывы о книге «Punto Muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «Punto Muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x