Sandra Brown - Único Destino

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Brown - Único Destino» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Único Destino: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Único Destino»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Las cartas que Kyla escribía a su marido, el sargento Richard Stroud, hablaban de otro mundo, de un amor que se extendía por océanos enteros y unía a la joven pareja para siempre. Pero la tragedia acabó con el matrimonio demasiado pronto y Kyla se quedó sola con su hijo recién nacido. Richard le dejó sólo una caja de metal que contenía sus cartas de amor.
Trevor Rule había sido el mejor amigo de Richard y al que el difunto le había dejado las cartas de su esposa. Con cada línea que leía, Trevor se enamoraba más y más de la mujer dulce y apasionada que las había escrito. Ahora tenía que hacerla ver lo que sentía y convencerla de que ambos tenían derecho a ser felices superando la tragedia de la muerte de Richard.
Pero Trevor ocultaba un secreto que podría poner en peligro el amor por el que tanto estaba luchando.

Único Destino — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Único Destino», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De camino al comedor saludaron a una pareja formada por un banquero bastante joven y su mujer. Lynn y Ted Haskell eran nuevos en Chandler y no conocían la historia de Kyla. Trevor se la presentó simplemente como «una amiga». Ella disfrutó de la conversación mientras cenaban.

Trevor estaba atento a todas sus necesidades: si necesitaba la sal, si tenía mantequilla para el pan, agua en el vaso, café… Ella se dejaba cuidar. Con Aaron, las comidas eran como batallas. Ataque y retroceso. A veces, cuando terminaba, ni siquiera recordaba lo que había comido, sólo que había picado algunos trozos mientras empapaba la leche que su hijo había derramado encima de la mesa y le limpiaba la boca llena de churretes.

– ¿No te ha gustado la comida? -preguntó Trevor mientras el camarero retiraba el plato de Kyla, completamente limpio.

Ella se ruborizó con la broma y se rió, como reprobando su propio comportamiento.

– Estaba buenísimo, sobre todo porque he podido comer tranquila y en paz. Cenar con Aaron no es precisamente relajante. Casi te corto tu filete entero en pedacitos. Si un día empiezo a hurgar en tu regazo para ponerte la servilleta, tú haz como si nada.

Él parpadeó, perplejo. Luego sonrió y se inclinó hacia ella para hablarle.

– Kyla, si empiezas a hurgar en mi regazo, me va a resultar imposible hacer como si nada.

Ella quería morirse. Tenía las mejillas al rojo vivo. Sentía punzadas en los dedos de manos y pies a causa del incremento repentino del flujo sanguíneo. Nunca se había sentido tan violenta.

– Quería… quería decir…

– Sé lo que querías decir -él notó lo mortificada que estaba y le apretó la mano-. ¿Quieres más café?

Ella no hizo más comentarios y se acomodaron en sus sillas para asistir a la presentación. Después de la proyección del vídeo, los oradores se explayaron interminablemente, exaltando las virtudes de Chandler en particular y de la parte norte de la región central de Texas en general.

– ¿Cansada? -susurró Trevor inclinándose hacia ella.

Kyla había intentado sin éxito disimular un bostezo.

– No, no. Es muy interesante.

– Mientes fatal -le dijo al oído. Ella se rió-. ¿Quieres que nos marchemos?

– ¡No! -exclamó. Sabía lo importante que era para él esa noche. Estaba allí para ver y para dejarse ver.

– Podemos escabullirnos.

– No. Estoy bien. En serio.

– ¿Segura?

Ella asintió con la cabeza.

– ¿Segura segura?

Kyla volvió a asentir.

– Eres adorable.

Ella levantó los ojos hacia él. La mirada de Trevor era cálida, apremiante.

– He dejado escapar ese bostezo para ver si prestabas atención.

Lentamente, él se retiró y se acomodó de nuevo en su asiento. Kyla tragó saliva. Miró a su alrededor con ansiedad, se preguntaba si alguien se habría fijado en sus murmullos. Vio la cara llena de expectación de la señora Baker y apartó la vista rápidamente.

Sus ojos se posaron en el banquero y su mujer. La mano de Lynn reposaba sobre el muslo de Ted. Éste le acariciaba distraídamente el dorso. Kyla sonrió ante aquella muestra de intimidad no consciente, del tipo que surgía instintivamente. Esas muestras de afecto que decían tanto pero de las que luego uno no se acordaba.

«Richard y yo solíamos intercambiar ese tipo de caricias continuamente».

Su mente experimentó una sacudida. Llevaba varias horas sin acordarse de Richard. Se sintió muy culpable. ¿Qué le pasaba?

Se concentró en el recuerdo de Richard, en su cara, su sonrisa, su risa tan alegre, hasta que el último de los oradores concluyó su perorata. Trevor y ella se despidieron y fueron los primeros en marcharse. Apenas habían llegado al coche cuando empezó a llover.

– ¿Te gustaría ir a tomar un café o un postre? -preguntó Trevor una vez de camino.

– No, creo que mejor no.

– ¿Una copa?

– Gracias, Trevor, pero será mejor que me vaya a casa.

– De acuerdo.

Parecía decepcionado. Seguro que se equivocaba, pensó Kyla. Debía estar deseando que la noche terminara, igual que ella.

Casi no hablaron. El repiqueteo de las gotas de lluvia en el techo del coche y el rítmico vaivén del limpiaparabrisas resultaban hipnóticos.

Aparentemente no estaba acostumbrado a conducir con las dos manos en el volante, no hacía más que mover la derecha. Primero encendió la radio y subió el volumen; al cabo de unos segundos, lo bajó e hizo girar el termostato.

– ¿Tienes frío?

– No, estoy bien.

La mano no descansó. Se aflojó el nudo de la corbata y se retiró el pelo hacia atrás. Volvió a ajustar el volumen de la radio. Luego, por fin, la dejó descansar sobre el asiento. A medio camino entre los dos.

Kyla miraba esa mano por el rabillo del ojo, como si supusiera una grave amenaza.

¿Y si se acercaba a ella? En ese caso, ¿le diría algo a Trevor?

Y si la agarraba, ¿se pondría a gritar?

Y si le tomaba la suya, ¿se dejaría ella?

Y si le acariciaba el muslo, ¿se la apartaría?

El corazón le latía muy deprisa y notó que tenía las palmas húmedas. Nunca se había alegrado tanto de llegar a casa.

La mano se limitó a hacer girar la llave para apagar el motor.

– Espera -ordenó Trevor cuando ella hizo ademán de abrir su puerta-. Tengo un paraguas -se giró, alargó un brazo y sacó un paraguas del suelo del asiento trasero. La chaqueta del traje se le abrió y ella se fijó en que parecía que el pecho le fuera a estallar dentro de la camisa.

Trevor bajó y abrió el paraguas. Lo sujetó mientras le abría la puerta y le ofrecía una mano para ayudarla a bajar.

Kyla no habría podido explicar cómo sucedió. Tal vez estaban apretados debajo del paraguas para evitar mojarse, pero, de algún modo, cuando se bajó del coche se encontró pegada a él. Estaban tan cerca que se rozaban.

Instintivamente ella echó hacia atrás la cabeza. La de él se aproximó. Sujetaba el paraguas con la mano izquierda. Con la derecha, le agarró la nuca.

Primero, Kyla notó el cosquilleo del bigote; luego los labios, cálidos y firmes, que rozaban los suyos.

«Dios mío, me gusta».

Se retiró rápidamente y bajó la cabeza. Él le soltó la nuca. Ella todavía notaba la presión de los dedos en el cuello, aunque Trevor apenas la había tocado.

La lluvia caía sobre la tela del paraguas y las gotas resbalaban hasta el borde y caían luego al suelo.

Refugiados bajo él, ambos se quedaron quietos, en silencio, muy cerca el uno del otro.

– Lo siento -dijo Trevor al cabo de un momento-. En la primera cita no están permitidos los besos.

– Esto no era una cita.

– Ah, sí, se me había olvidado.

Se dirigieron hacia la puerta principal con cuidado de no resbalar. Sus padres no habían dejado encendida la luz del porche, eso los habría ayudado. Cuando subieron a éste, Trevor cerró el paraguas y lo sacudió con fuerza.

– Gracias por la velada, Trevor -dijo Kyla camino de la puerta.

– Ya sé que dijimos que no era una cita -había dejado el paraguas apoyado en la barandilla del porche.

– Eso dijimos.

– Ya. Pero…

– ¿Qué?

– No quiero forzar las cosas. No quiero que pienses que estoy forzando las cosas.

– No pienso eso.

– Pero… -dio un paso hacia ella. Otro-. Digamos que, al final, sí era una cita.

– ¿Y?

– ¿Me dejas…?

– Te dejo ¿qué?

Las manos de Trevor le enmarcaron el rostro con ternura. Ella cerró los ojos y los labios de él volvieron a rozar los suyos, pero esa vez se quedaron allí y presionaron hasta que ella entreabrió los suyos. La punta de la lengua de Trevor intentó penetrar entre sus labios, entrar en contacto con la suya, recorrer su boca, hundirse profundamente en ella. Luego él se retiró y dejó caer los brazos a ambos lados del cuerpo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Único Destino»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Único Destino» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sandra Brown - Low Pressure
Sandra Brown
Sandra Brown - Lethal
Sandra Brown
Sandra Brown - The Rana Look
Sandra Brown
libcat.ru: книга без обложки
Sandra Brown
Sandra Brown - Punto Muerto
Sandra Brown
Sandra Brown - Smoke Screen
Sandra Brown
Sandra Brown - Play Dirty
Sandra Brown
Sandra Brown - Ricochet
Sandra Brown
Отзывы о книге «Único Destino»

Обсуждение, отзывы о книге «Único Destino» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x