• Пожаловаться

Barry Eisler: Sicario

Здесь есть возможность читать онлайн «Barry Eisler: Sicario» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Триллер / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Barry Eisler Sicario

Sicario: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sicario»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

John Rain, de profesión asesino, está especializado en hacer trabajitos finos en los que sus víctimas parecen morir de forma natural. Aquel que le contrata sabe que es un hombre fiel a sus principios: trabaja en exclusiva; liquida únicamente al protagonista del juego, no a sus familiares, y no asesina a mujeres. Por eso, cuando tras finalizar un trabajo le piden wque se encargue de la hija del objetivo, empieza a sospechar que hay gato encerrado y decide investigar por qué quieren matar a Midori. La investigación le hará descubrir peligrosas conexiones entre el gobierno nipón y la yakuza, que comprometerán su anonimato y complicarán su vida.

Barry Eisler: другие книги автора


Кто написал Sicario? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Sicario — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sicario», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Estaba en el interior de un remolque de los que se usan en las obras. Por la única ventana corredera entraba apenas un haz de luz. Un hombre estaba sentado de espaldas a la ventana.

– Hola, John. Me alegro de verte.

Era Holtzer, por supuesto.

– Joder -dije, adoptando a propósito un aire de derrota y desaliento. Lo cual no resultó muy difícil, dadas las circunstancias-. ¿Cómo has dado conmigo?

– Sabía que habías tenido noticias de Bulfinch y que te inventarías algo nuevo para conseguir el disco. Sé que tienes informadores, que podrías encajar suficientes piezas como para seguirme la pista. Hemos tenido la precaución de poner controles por los escenarios más probables cerca de la base. Te has metido de cabeza en uno de ellos.

– Joder -repetí, pero esta vez convencido.

– No seas tan duro contigo mismo. Estuviste bastante cerca. Pero deberías haberte imaginado que no lo conseguirías, John. Es lo que te pasa cuando te enfrentas a mí.

– Claro -admití, mientras intentaba pensar cómo saldría de aquella. Sin las esposas podría deshacerme de Holtzer y los dos tipos de la puerta, pero no sabía quién quedaba fuera. Con esposas no llegaría a ninguna parte.

– Ni siquiera sabes qué he querido decir con eso, ¿verdad? -prosiguió-. ¡Dios, qué ciego has estado siempre!

– ¿A qué te refieres?

Con sus labios carnosos dibujó una sonrisa repugnante y articuló cuatro palabras sin voz. Al principio no las entendí, así que siguió articulándolas hasta que las capté: «Yo era el topo. Yo era el topo».

Dejé caer la cabeza e intenté recuperar el control.

– Que te den, Holtzer. Nunca tuviste acceso. Fue alguien del ERVN.

– ¿Tú crees? -replicó acercando su cara a la mía, con una voz baja y tan íntima que resultaba obscena, de modo que sus hombres no lo oyeran-. ¿Te acuerdas de Cu Lai?

La aldea camboyana. Me invadió una sensación de náusea que no tenía nada que ver con los efectos de la descarga eléctrica.

– ¿Qué?

– ¿Recuerdas aquel «liquidadlos»? ¿Recuerdas aquel «Hijo, te aseguro que si te dijera mi rango te cagarías en los pantalones»? ¡Fuiste un hueso duro de roer, John! Tuve que usar tres voces diferentes para convencerte.

«Mantén el control, John. Céntrate en el problema. Hay que salir de aquí.»

– ¿Por qué? -le pregunté.

– Tenía una fuente de información, un tipo que podía hacer mucho por mí. Tenía que enseñarle lo que yo podía hacer por él. Un tipo de la aldea le había prestado un montón de dinero y le estaba causando problemas. Quería enseñarle cómo podía acabar con aquel tipo de problemas.

– ¿Así que masacraste todo un pueblo para acabar con una persona?

– Tenía que hacerlo. Todos os parecéis mucho, ya sabes.

Se rió de su propia broma.

– Y una mierda. ¿Por qué no le diste a tu informador el dinero para pagar el préstamo?

Echó la cabeza atrás y se rió.

– Venga, Rain, los contables prestaban mucha más atención al dinero que se gastaba que a las balas. ¿Que morían unos pueblerinos? Pues se sumaban al número de bajas de Vietcongs. Era más fácil hacer eso que solicitar los fondos, rellenar la documentación y toda esa mierda.

Por primera vez desde mis primeras pesadillas sobre la guerra, sentí una auténtica desesperación que me taladraba la mente. Empecé a tomar conciencia, en lo más profundo de mi ser, de que en unos minutos estaría muerto, de que Holtzer habría ganado, como siempre había ocurrido. Y aunque la idea de mi propia muerte no me fascinaba especialmente, me abrumaba saber que no había conseguido detenerle y, al mismo tiempo, comprender lo que me había obligado a hacer tantos años atrás.

– No te creo -dije, intentando ganar tiempo-. ¿Qué te iban a dar que valiera tanto la pena? Sé que no era dinero; treinta y cinco años después sigues siendo un asalariado del gobierno que usa trajes baratos.

Hizo una mueca de simpatía forzada.

– Eres un pueblerino, Rain. Así es como funciona el mundo y aún no te has enterado. Se intercambia información por información, ése es el juego. Tenía un informador que me pasaba datos sobre los movimientos del ENV, información esencial para los ataques de la Arc Light que utilizábamos para romper la cadena de abastecimiento de la Ruta de Ho Chi Minh. Y aunque las misiones del GOE no causaban grandes estragos en la estructura operativa, erais para el Norte como un grano en el culo, porque daba la impresión de que no podían controlar ni el patio de su casa. De modo que querían información sobre el GOE y estaban dispuestos a pagarla cara, con información propia. Yo vendía mierda a precio de oro.

Sabía que no mentía. No podía decir nada.

– Ah, y déjame compartir una cosita más contigo antes de que estos hombres te saquen ahí fuera, te peguen un tiro en la nuca y tiren tu cuerpo al puerto -continuó-. Lo sé todo sobre el Loco Genial. Te metí en la misión para librarme de él.

Tenía un nudo en la garganta. No podía hablar. Era como si me estuvieran violando.

– Es cierto, fue un golpe de suerte que me enterara del problema de su pequeño ejército de montañeros. Pero sabía perfectamente cómo manejarlo: con su viejo amigo del colegio, John Rain. Nadie más se le podía acercar tanto.

Se había acabado. Iba a morir. Me venían ideas dispersas y una extraña calma se apoderó de mí.

– Lo difundí más tarde. Se suponía que debía ser confidencial, pero me aseguré de que la gente se enterara. «Que quede entre tú y yo.» ¿No te encanta esa frase? Es como decir «Asegúrate de que sale en el periódico». Es estupenda.

De pronto recordé la primera vez que subí al monte Fuji. Estaba con mi padre y ninguno de los dos llevábamos la ropa adecuada para el frío. Por turnos, el uno o el otro insistíamos en regresar, pero el otro siempre insistía en seguir, hasta que al final llegamos a la cima. Con el paso del tiempo nos reíamos al recordarlo, y a él le encantaba contar la historia.

– Te diré que eso incomodaba a la gente, John. ¿Qué tipo de hombre puede cargarse a su mejor amigo? ¿Acercársele sigilosamente y liquidarlo? Desde luego, después de aquello no era digno de confianza, eso seguro. No era alguien a quien se pudiera ascender, que pudiera avanzar en el escalafón. Supongo que esa mínima información «entre tú y yo» arruinó tu carrera militar, ¿no? Desde entonces, para tus superiores no has sido más que un recadero mestizo con instintos asesinos.

Al viejo siempre le había gustado contar esa historia. Y estaba encantado de que nos hubiéramos turnado en la tarea de convencer al otro hasta culminar la ascensión.

– ¿Se te ha comido la lengua el gato, Rain?

Sí, era bonito. No estaba mal como último recuerdo.

Se puso de pie y se dirigió a los dos hombres apostados en la puerta.

– No lo matéis aquí, está demasiado cerca de la base naval. Los militares aún tienen su registro dental y podrían identificar el cadáver. No queremos que nadie lo relacione con el gobierno de Estados Unidos ni conmigo. Lleváoslo a algún otro lugar y deshaceos de él cuando hayáis acabado.

Un hombre le abrió la puerta y Holtzer salió.

Oí puertas de coche que se abrían y se cerraban y luego los neumáticos de dos coches que derrapaban sobre la grava y se alejaban. Habíamos llegado en tres coches, de modo que sólo quedaba uno. No sabía si habría más hombres en el exterior.

Los dos hombres se quedaron en la puerta con expresión impasible.

En lo más profundo de mi ser algo se rebelaba e insistía en seguir luchando.

– Estas esposas me están empezando a doler -dije, poniéndome de pie despacio-. ¿No podéis hacer nada?

Uno de ellos se rió.

– No te preocupes, acabaremos con el dolor en unos minutos.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sicario»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sicario» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sicario»

Обсуждение, отзывы о книге «Sicario» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.