Warren Fahy - Henders

Здесь есть возможность читать онлайн «Warren Fahy - Henders» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Henders: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Henders»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un equipo de científicos llega a una desconocida isla.
La isla de Henders se separó del resto del mundo hace cientos de millones de años, y desarrolló su propio ecosistema, de una agresividad nunca vista. Si una de estas criaturas consiguiera salir de la isla…seguramente destruiría todo el planeta. Henders es un intenso bio-thriller de ciencia ficción en el que hay cabida para la aventura, el peligro, la ciencia, la tecnología, el debate, la política, los intereses económicos, la amistad y el amor. Una novela para poner a prueba nuestra idea del mundo. ¿Qué haríamos si descubriéramos una especie, o varias, que puede ser utilizada como arma de destrucción masiva? ¿O si existiera la posibilidad de que nos barriera del planeta por superioridad de adaptación?

Henders — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Henders», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Geoffrey le dio un leve pero urgente codazo a Nell, señalando la luz intermitente que se veía en la ladera de la colina. Ella no entendía por qué la distraía en un momento tan delicado, pero se volvió irritada hacia el punto que Geoffrey señalaba.

– Cualquier intento de llevarse subrepticiamente alguna forma de vida de esta isla será impedido con una fuerza letal, sin hacer preguntas -anunció el presidente-. En interés de la ciencia, no obstante, debemos recoger la mayor cantidad posible de especímenes muertos en el tiempo que aún nos queda. Doctor Binswanger, deseo fervientemente que tanto usted como sus colegas puedan encontrar alguna especie benigna que sea capaz de preservar un legado viviente para este mundo para las generaciones futuras. Pero cualquier espécimen vivo debe ser puesto bajo la más estricta vigilancia y transportado para su observación y estudio fuera de la isla sólo después de contar con la aprobación del doctor Cato, los jefes del Estado Mayor Conjunto y yo mismo. Y dichos especímenes, si se los encuentra y verifica adecuadamente, sólo podrán ser transportados al Philippine Sea para su cuarentena. ¿Lo ha entendido, doctor Binswanger?

Nell pronunció en voz baja el código morse mientras leía los destellos intermitentes en las colinas distantes.

– S…0…

– Lo siento, señor presidente -gritó Geoffrey al tiempo que se ponía de pie-. ¡Parece haber una señal, señor, en las colinas al norte de la isla!

– ¡Es un SOS! -exclamó Nell, levantándose junto a él.

En la sala se produjo una conmoción cuando todo el mundo se volvió hacia la ventana. La luz titilaba en el escalón de lo que parecía ser una escalera de roca que asomaba de la jungla, a mitad de camino de la estribación norte.

– Bien, ¡gracias a Dios! Organicen de inmediato una partida de rescate -ordenó el presidente.

– Sí, señor -asintió Cato. Se volvió hacia Nell, pero ella miraba fijamente los destellos de luz con una expresión de desesperación en el rostro.

– Tienen cuarenta y ocho horas, amigos. Espero que sepan emplearlas bien y que Dios nos perdone por lo que ahora nos disponemos a hacer. ¡Buena suerte!

La pantalla se apagó y todos se levantaron y abandonaron rápidamente la sala de conferencias.

17.59 horas

Geoffrey siguió a Nell. Ella parecía ignorarlo ahora que avanzaba rápidamente por el atestado corredor detrás de los demás en dirección a la escotilla.

– ¡Nell, espera! ¿Adónde vas?

– Afuera.

Varios científicos ya habían comenzado a ponerse los trajes aislantes. Nell apoyó la mano en la consola de control de la escotilla.

– Eh, ¿es que no piensas ponerte el traje aislante?

– No pienso ponerme ese saco, gracias. De todos modos, la única razón para usarlos es proteger la isla de nuestros gérmenes, y en este momento ésa es una cuestión discutible. He visto que los militares dejaron de usar esos trajes hace tiempo.

– Sí -dijo uno de los militares-. A algunos científicos les gusta llevarlos.

Sir Nigel Holscombe, quien había comenzado a subirse la cremallera junto con su equipo de camarógrafos, oyó lo que decían.

– ¡Joder! -dijo-. ¡Si ella no lleva traje, yo tampoco!

Una oleada de cremalleras que se bajaban siguió a la exclamación de sir Nigel cuando los demás se quitaron los trajes aislantes.

Un grupo se apiñó dentro de la cámara de aire de la escotilla. Geoffrey quedó aprisionado contra la espalda de Nell a medida que se reunía más gente detrás de él.

– ¿Todavía estás aquí? -preguntó Nell mientras la escotilla se cerraba.

Su tono helado lo hizo estremecerse.

– Todo lo que conozco acerca de los ecosistemas exitosos sugiere que evolucionan hacia la cooperación y se alejan de las conductas depredadoras -dijo Geoffrey a su nuca.

– No puedes ser vegetariano si no hay plantas.

Thatcher alcanzó a oír su diálogo desde la parte posterior de la cámara de aire, tras haberse deslizado en su interior en el último segundo.

– Pero esa hierba que hay en los campos… -dijo Geoffrey-. ¡Alguna cosa debe de comer eso!

– Todas las cosas comen eso y eso come de todo. Todos comen a todos en esa isla, Geoffrey.

– ¡Eso es imposible!

– Me temo que en la isla Henders debes pensar desde una perspectiva no ortodoxa, doctor Binswanger -dijo Nell en tono cortante mientras la otra escotilla se abría-. O eso, o te quedas cómodamente instalado en tu lugar y rezas para que nada pueda entrar.

Nell salió al camino exterior sin volver la cabeza para ver si Geoffrey la seguía.

18.01

El personal del ejército había sido movilizado dentro del perímetro de la base, reuniendo un convoy de búsqueda y rescate para investigar esa señal de socorro que aún titilaba regularmente en la ladera norte de la isla.

El desafío consistía en llegar con un vehículo terrestre hasta el superviviente. Dos helicópteros buscaban en la colina escarpada y frondosa, pero hasta el momento sus tripulantes no habían sido capaces de localizar el origen de la misteriosa señal. Y, además, a los helicópteros les estaba terminantemente prohibido aterrizar, permitir que alguien saltara a tierra o recoger a nadie. Colgar de una cuerda sobre la isla Henders había demostrado ser un error fatal.

Bajo la llovizna de agua salada de las fuentes, los científicos y soldados se preparaban para una última y apresurada recogida de especímenes, cargando los tanques y los cañones de agua salada, las trampas de aluminio de los especímenes y la mayor cantidad posible de vídeos y equipo científico que pudieran apiñar en los Humvee restantes. Todos corrían agazapados, protegiendo el material y sus ojos de la lluvia de agua salada, mientras llenaban los depósitos de combustible y cargaban la caravana de vehículos.

Los vehículos rodados multipropósito de alta movilidad, o Humvee en su versión abreviada, habían sido dotados de mattracks, orugas individuales de tanque para cada rueda que las elevaba del terreno varios centímetros más que con neumáticos. Un ingeniero había diseñado esos mattracks después de que su hijo de once años, Matt, dibujó un camión equipado con orugas de tanque en cada una de las ruedas. La idea del pequeño Matt había resultado muy ingeniosa. Las orugas podían instalarse en cualquier vehículo y se adaptaban con igual facilidad a terrenos escarpados, inundados y accidentados. Las fuerzas armadas de Estados Unidos habían incorporado ese artilugio a casi toda clase de vehículo de campaña en sus respectivas flotas. Después del desastre ocurrido con los neumáticos del XATV-9 de la NASA, en el que habían perdido la vida cuatro hombres, a la isla Henders se habían transportado por aire sólo Humvee provistos de mattracks.

Los tres Humvee asignados a investigar la llamada de socorro estaban preparados para marchar a la cabeza del convoy. Detrás de ellos, sir Nigel Holscombe y su equipo de camarógrafos cargaban a toda prisa sus dos Hummer.

Nell subió al asiento trasero del primer Hummer y Thatcher subió tras ella. Thatcher olía una exitosa secuela para su libro, y la perspectiva de esa recompensa le colmaba el alma de una especie de coraje: nada podría impedir que formara parte de esa expedición.

Geoffrey abrió la puerta del lado derecho del Hummer y se instaló junto a Nell.

– ¿Te importa si viajo contigo? Oh, ¿qué hay, Thatcher?

– ¿Aún esperas encontrar alguna especie benigna? -preguntó Nell.

Geoffrey sonrió.

– Me parece imposible que en esta isla no exista nada que merezca la pena ser preservado.

– Yo pensaba lo mismo, Geoffrey. Pero ya no -dijo ella-. Más de una docena de personas a las que conocía han sido asesinadas en esta isla. Si esperas que me disculpe por desear que la borren del mapa con una bomba nuclear, olvídalo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Henders»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Henders» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Warren Hammond - Kop
Warren Hammond
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
libcat.ru: книга без обложки
Warren Murphy
Warren Fahy - Fragment
Warren Fahy
Отзывы о книге «Henders»

Обсуждение, отзывы о книге «Henders» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x