Michael Connelly - Deuda De Sangre

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Connelly - Deuda De Sangre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Deuda De Sangre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Deuda De Sangre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras dos años a la espera de un donante compatible, Terry McCaleb se recupera de un trasplante de corazón que le ha obligado a cambiar por completo de estilo de vida. Su única meta es reparar el velero en el que se ha retirado y dejar definitivamente atrás sus días como agente del FBI especializado en casos de asesinos en serie. Sin embargo, antes de empezar una nueva vida deberá zanjar un asunto pendiente: resolver el asesinato de Gloria Rivers, la mujer cuyo corazón late en su pecho.

Deuda De Sangre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Deuda De Sangre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué querías hacer? -preguntó Graciela.

– Te lo contaré luego. Salgamos de aquí.

Ella se levantó, volvió a poner la silla tal y como la había encontrado y se apresuró a rodear el mostrador. En el pasillo tomaron la primera a la derecha y se encaminaron hacia los ascensores. Caminaban deprisa, como si fueran ladrones. Había una mujer que venía hacia ellos con una lata de Coca-Cola y una caja de sándwich. Estaba a unos veinticinco metros y sonreía a Graciela.

– Mierda -susurró McCaleb-. Es…

– Sí, tranquilo.

– No, entretenía.

– ¿Por qué? No pasa nada.

Él levantó la mano para rascarse la nariz y taparse la boca para que no le oyera la mujer que se aproximaba.

– El salvapantallas. No se activa hasta que pasa al menos un minuto. Se dará cuenta.

– No importa. No estábamos robando secretos del gobierno.

Resultó que Graciela no tuvo que detenerla. Patty Kirk se paró por sí sola.

– Graciela, ¿qué estás haciendo aquí? -dijo ella mientras se acercaban-. Acabo de ver a Jane Tompkins en la cafetería y estaba que mordía porque no habías venido hoy.

Ellos se detuvieron.

– No le digas que estaba aquí -le pidió Graciela a Patty Kirk.

– Bueno, ¿qué estás haciendo? -señaló el uniforme de Graciela.

– Él es mi amigo, Terry. Es residente de la UCLA. Le dije que le enseñaría esto hoy porque le gustaría pasarse la residencia aquí. Pensé que con la bata puesta, sería mucho más fácil movernos. Terry, ésta es Patty Kirk.

Se dieron la mano y sonrieron. McCaleb le preguntó que tal estaba y ella le dijo que bien. McCaleb vio mentalmente que las tostadoras finalmente volvían a volar por la pantalla.

Patty Kirk miró a Graciela y sacudió la cabeza.

– Janie te va a matar si te descubre. Ella pensaba que volvía a tratarse de algo relacionado con Raymond. Me debes una buena por esto, niña.

– Ya lo sé, ya lo sé. Pero no se lo cuentes, ¿vale? Todos están furiosos conmigo allí abajo. Ella es la única amiga que me queda.

Se despidieron y McCaleb y Graciela entraron en el ascensor. Cuando Patty Kirk se hubo alejado, Graciela preguntó si la habían entretenido lo suficiente.

– Depende de la configuración del salvapantallas. Probablemente, sí. Vámonos de aquí.

De nuevo en el Rabbit, Graciela salió del estacionamiento del hospital y tomó la autopista 405 en dirección sur.

– ¿Y ahora adónde? -preguntó.

– No estoy seguro. Hemos de acceder a la AOSSO de algún modo. Necesitamos la lista de receptores. Pero dudo de que podamos presentarnos allí y nos la den. ¿Dónde está la AOSSO de todos modos?

– En West Los Ángeles, cerca del aeropuerto. Pero tienes razón, por mucho que vayamos allí no nos van a dar la lista. El sistema se basa en la confidencialidad. Yo sólo pude encontrarte porque alguien me habló del artículo del diario.

– Sí. -Ya había descartado la posibilidad de ir a la AOSSO. Su mente trabajaba deprisa y finalmente se le había ocurrido una idea. Estaban llegando a la entrada de la autopista-. Vamos al otro lado de la colina. Al Cedars. Creo que conozco a alguien que nos ayudará.

30

Primero fueron a la consulta de Bonnie Fox en la torre oeste del Cedars. La sala de espera estaba vacía y la recepcionista de Fox, una mujer que nunca sonreía llamada Gladys, confirmó que la doctora no estaba.

– Está en el ala norte y no espero que vuelva hoy -dijo Gladys con el ceño fruncido-. ¿Ha venido a buscar su historial?

– No, todavía no.

McCaleb le dio las gracias y salieron. La traducción de lo que Gladys le había dicho era que Fox estaba haciendo la ronda en la sexta planta de la torre norte: el hospital. Tomaron la pasarela del tercer piso hacia el norte y luego el ascensor a la sexta planta: cardiología y sala de trasplantes. McCaleb estaba cansándose de cargar con el pesado maletín.

McCaleb había estado en la sexta planta las suficientes veces como para no sentirse fuera de lugar. Graciela, aún con el uniforme puesto, llamaba todavía menos la atención. McCaleb la condujo por el pasillo situado a la izquierda de los ascensores hacia donde se hallaban las habitaciones de quienes esperaban trasplante o estaban en proceso de recuperación, así como la sala de enfermeras. Había muchas probabilidades de encontrarse con Fox por allí.

Mientras recorrían el pasillo, McCaleb miró a través de las puertas abiertas. No vio a Fox, pero sí las frágiles siluetas de pacientes en cama, la mayoría hombres de edad avanzada. Eran las habitaciones de quienes esperaban conectados a máquinas, su hora se acercaba y sus oportunidades disminuían a medida que los latidos de sus corazones perdían fuerza. Al pasar por delante de una habitación, McCaleb vio al joven al que ya había visto antes. Estaba sentado en la cama mirando la tele. Las vías y tubos serpenteaban bajo la bata de hospital hasta las máquinas y los monitores. Después de comprobar que Fox no estaba en la habitación, McCaleb apartó rápidamente la mirada. Con los más jóvenes era más difícil de entender, más difícil de aceptar. Sus órganos, tan jóvenes, sin embargo les habían fallado: una lección de la vida terrible y fatal que tenían que aprender sin haber hecho nada malo. Por un momento, en la mente de McCaleb se proyectó una imagen de los Everglades, la reunión de investigadores en aerodeslizadores en la Poza del Diablo, el agujero negro que se había tragado su fe en la existencia de una razón buena y válida para todo.

Tuvieron suerte. Al doblar hacia la sala de enfermeras, McCaleb vio a Bonnie Fox inclinándose sobre el mostrador y sacando el historial de un paciente de una estantería. Al incorporarse, se volvió y los vio.

– ¿Terry?

– Hola, doctora.

– ¿Qué pasa? ¿Estás…?

– No, no, estoy bien. -Levantó las manos para pedir calma.

– Entonces ¿qué haces aquí? Tu historial está en mi consulta.

En ese momento pareció reparar en Graciela y claramente no la reconoció, lo cual se sumó a la confusión que ya se reflejaba en su rostro.

– No estoy aquí por el historial -dijo McCaleb-. ¿Hay una habitación vacía que podamos utilizar durante unos minutos? Tenemos que hablar contigo.

– Terry, estoy visitando a mis pacientes. No está bien que vengas aquí y esperes que yo…

– Es importante, doctora. Muy importante. Dame cinco minutos y estoy seguro de que estarás de acuerdo. Si no, iré a recoger mi historial y saldremos de aquí.

Fox sacudió la cabeza, molesta, y se volvió a mirar a una de las enfermeras.

– Anne, ¿qué tenemos libre?

Una de las enfermeras se inclinó hacia la izquierda y pasó el dedo por una tablilla con sujetapapeles.

– Diez, dieciocho, treinta y seis, elija.

– Usaré la dieciocho porque está cerca del señor Koslow. Si llama dile que estaré con él en cinco minutos. -Miró a McCaleb con severidad mientras pronunciaba las dos últimas palabras.

Caminando deprisa, siguieron a Fox hasta la habitación 618. McCaleb entró el último y cerró la puerta. Dejó el pesado maletín en el suelo. Fox se apoyó en la cama vacía, puso el historial a su lado y se cruzó de brazos. McCaleb sintió que la ira de ella crecía y que se dirigía contra él.

– Tienes cinco minutos. ¿No me vas a presentar?

– Es Graciela Rivers -dijo McCaleb-. Te he hablado de ella.

Fox contempló a Graciela con mirada implacable.

– Usted es la que lo metió en esto -dijo ella-. Sabe que a mí no me va a escuchar, pero es usted enfermera y debería saber lo que hace. Mírelo. Su color, las bolsas en los ojos. Hace una semana estaba bien. ¡Estaba perfectamente, maldita sea! Ya he sacado su historial de mi despacho, para que vea la confianza que tenía en él. Ahora… -Señaló a McCaleb para poner el aspecto de su paciente como prueba de lo que decía.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Deuda De Sangre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Deuda De Sangre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - The Wrong Side of Goodbye
Michael Connelly
Michael Connelly - Murder in Vegas
Michael Connelly
Michael Connelly - The Crossing
Michael Connelly
Michael Connelly - The Drop
Michael Connelly
Michael Connelly - The Fifth Witness
Michael Connelly
Michael Connelly - Nueve Dragones
Michael Connelly
Michael Connelly - Cauces De Maldad
Michael Connelly
Michael Connelly - Cmentarzysko
Michael Connelly
Michael Connelly - The Scarecrow
Michael Connelly
Michael Connelly - Angels Flight
Michael Connelly
Отзывы о книге «Deuda De Sangre»

Обсуждение, отзывы о книге «Deuda De Sangre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x