Iain Banks - La fábrica de avispas

Здесь есть возможность читать онлайн «Iain Banks - La fábrica de avispas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1999, ISBN: 1999, Издательство: Mondadori, Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La fábrica de avispas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La fábrica de avispas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Hace años que no mato a nadie, y no pienso volver a hacerlo nunca más. Fue solo una mala racha que estaba pasando.»
Esta es la voz de Frank, un adolescente que vive solo con su padre en la costa escocesa. Ha crecido inmerso en un mundo de creación propia como la fábrica de avispas, un artefacto oracular en el cual lee el futuro mediante el sufrimiento y muerte de estos insectos. También ha creado sus propias reglas morales, reglas con las que el asesinato se vuelve lícito, y para el que emplea métodos de lo más sorprendentes: una cometa; una serpiente; un martillo; la ingenuidad de un hermano… Frank sabe que vive en un universo personal que el resto de la humanidad no comparte.
Y a él le gusta así.

La fábrica de avispas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La fábrica de avispas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Casi lo había conseguido. Estaba seguro de que había tenido a Eric a mi alcance, que había conseguido tener su mente bajo mi mano y que había formado parte de él, que había visto el mundo a través de sus ojos, que había oído el palpito de la sangre en su cabeza, que había sentido la tierra bajo sus pies, que había olido su cuerpo y había probado su última comida. Pero Eric había resultado demasiado para mí. El incendio que ardía en su cabeza era demasiado intenso como para que alguien que estuviera cuerdo pudiera resistirlo. Tenía esa potencia lunática tan fiel a sí misma que solo pueden resistir de manera constante los dementes profundos, y que puede ser emulada momentáneamente por los más feroces soldados o los más agresivos deportistas. Todas las partículas del cerebro de Eric estaban concentradas en su misión de volver y prender fuego, y no hay cerebro normal, ni siquiera el mío, que estaba lejos de ser normal y era más potente que la mayoría, que pueda igualar tal despliegue de fuerzas. Eric estaba entregado a una Guerra Total, a una Jihad; cabalgaba sobre el Viento Divino, por lo menos hacia su propia destrucción, y no había nada que yo pudiera evitar con aquellos medios.

Cerré el Bunker y me volví por la playa hacia la casa, de nuevo con la cabeza baja y hasta más meditabundo y preocupado de lo que estaba en mi camino de ida.

Me pasé el resto del día metido en la casa, leyendo libros y revistas, viendo televisión y pensando todo el tiempo. No podía hacer nada por Eric desde dentro, así que tenía que cambiar el sentido de mi ataque. Mi mitología personal, sustentada por la Fábrica, era lo suficientemente flexible como para aceptar aquel fracaso que acababa de experimentar y utilizar aquella derrota como una vía para alcanzar la solución real. Mis pelotones de reconocimiento se habían chamuscado los dedos, pero me quedaban otros recursos. Acabaría venciendo, pero no lo conseguiría aplicando directamente mis poderes. Desde luego no mediante la aplicación directa de cualquier otro poder, sino empleando la inteligencia con imaginación, que siempre acaba siendo la base firme para cualquier empresa. Si no podía estar a la altura del reto que representaba Eric, entonces merecería acabar destruido.

Mi padre seguía pintando, trasladándose de un lado a otro con la escalera hasta las ventanas, con la lata de pintura y la brocha apretada entre los dientes. Le ofrecí mi ayuda, pero insistió en hacerlo él mismo. Yo había empleado la escalera en otras ocasiones para intentar llegar hasta el despacho de mi padre, pero tenía pestillos especiales en las ventanas, y hasta mantenía las persianas bajadas y las cortinas corridas. Estaba encantado de ver lo difícil que le resultaba subir y bajar por las escaleras. Nunca podría llegar al desván. Pensé que tenía suerte de que la casa tuviera la altura que tenía, porque si no mi padre podría haber trepado por la escalera de mano hasta el tejado y podría haber echado un vistazo por las claraboyas hacia el interior del desván. Pero ninguno de los dos teníamos nada que temer. Nuestras respectivas ciudadelas estaban seguras por el momento.

Por una vez mi padre me dejó hacer la cena y yo preparé unos vegetales con curry, que ambos encontramos aceptables, mientras veíamos un programa de geología de la Universidad Abierta en el televisor portátil que yo había trasladado a la cocina para la ocasión. Decidí que cuando terminara con el asunto de Eric tenía que reiniciar la campaña para convencer a mi padre de que comprara un aparato de vídeo. Era muy fácil perderse buenos programas en los días soleados.

Después de la comida mi padre se fue al pueblo. Era algo fuera de lo común pero no le pregunté a dónde iba. Aquel día parecía cansado tras pasarse tantas horas subiendo y bajando escaleras, pero se fue a su habitación, se cambió de ropa y apareció cojeando en el salón para despedirse de mí.

—Voy a salir —dijo. Echó un vistazo al salón como si buscara alguna prueba de que ya había comenzado yo a tramar alguna travesura antes de que él se fuera. Yo seguí mirando la tele y asentí con la cabeza sin mirarlo.

—Me parece muy bien —respondí yo.

—No llegaré tarde. No hace falta que cierres.

—Muy bien.

—¿No te importa?

—Desde luego que no. —Le miré, crucé los brazos y me arrellané aún más en el viejo sillón. Él dio un paso atrás y se quedó con los pies en el recibidor y el cuerpo metido en el salón, sostenido únicamente por la mano en el picaporte que le impedía caerse. Volvió a asentir con la cabeza, y el sombrero que llevaba puesto se le hundió aún más.

—De acuerdo. Te veré luego. Espero que te portes bien.

Yo sonreí y volví la vista a la pantalla.

—Sí, papá. Hasta luego.

—Humm —dijo y, tras echar un último vistazo al salón, como si quisiera asegurarse de que no había desaparecido la plata, cerró la puerta y se oyeron sus pasos por el recibidor hasta la puerta principal. Observé cómo ascendía por el sendero, me quedé un rato sentado y después fui a probar la puerta del despacho que, como de costumbre, estaba tan herméticamente cerrada que parecía que formara parte de la pared.

Me quedé dormido. La luz de fuera se iba desvaneciendo, en la tele ponían una horrible serie americana de detectives y me dolía la cabeza. Parpadeé sobre mis ojos pegados, bostecé para despegar los labios y quitarme el sabor rancio de la boca con un poco de aire y me desperecé para acabar aterido de frío; entonces oí el teléfono.

Salté del sofá, tropecé y casi me caigo, y llegué a la puerta, después al recibidor, a las escaleras y finalmente al teléfono lo más rápido que pude. Descolgué el teléfono con la mano derecha, que me dolía. Me apreté el auricular contra la oreja.

—¿Diga? —exclamé.

—Hola, amigo Frankie, ¿cómo te va? —dijo Jamie. Sentí una mezcla de alivio y decepción. Suspiré.

—Ah, Jamie. Bueno. ¿Cómo estás?

—De baja. Se me cayó una plancha de metal en el pie esta mañana y lo tengo hinchado.

—Pero no es nada grave, ¿verdad?

—Naa. Pasaré el resto de la semana de baja, con un poco de suerte. Mañana voy a ver al médico para que me extienda el certificado de enfermedad. Solo quería decirte que estaré en casa todo el día. Puedes traerme uvas si quieres.

—Muy bien. Seguramente pasaré mañana. Te llamaré antes para confirmártelo.

—Fantástico. ¿Alguna noticia de quien tú ya sabes?

—No. Pensé que podría ser él cuando sonó el teléfono.

—Ya, se me ocurrió que lo pensarías. No te preocupes. No he oído que haya pasado nada extraño en el pueblo, de modo que seguramente todavía no ha llegado.

—Sí, pero yo quiero volver a verlo. Lo que no quiero es que vuelva a hacer todas las locuras que hacía antes. Sé que tendrá que volver allí aunque no las haga, pero me gustaría verle. Quiero ambas cosas, ¿sabes lo que quiero decir?

—Sí, sí. Todo saldrá bien. Creo que al final todo acabará bien para él. No te preocupes por eso.

—No, si no me preocupo.

—Bueno. Bien, voy a salir a comprar unas pintas de anestésico al pub. ¿Te apetece venir conmigo?

—No, gracias. Estoy bastante cansado. Esta mañana me levanté muy temprano. Seguramente nos veremos mañana.

—Fantástico. Bueno, cuídate y esas cosas. Hasta luego, Frank.

—Muy bien Jamie, adiós.

—Adiós —dijo Jamie. Colgué y bajé las escaleras para cambiar de canal y poner algo más sensible, pero cuando no había llegado al último escalón el teléfono volvió a sonar. Volví a subir las escaleras. Y justamente cuando lo hacía un escalofrío me recorrió el cuerpo con la sensación de que sería Eric, pero cuando descolgué el teléfono no se oía ningún pitido. Apreté la cara y dije:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La fábrica de avispas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La fábrica de avispas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Iain Banks - Matter
Iain Banks
Iain Banks - A barlovento
Iain Banks
Iain Banks - Inversiones
Iain Banks
Iain Banks - El jugador
Iain Banks
Iain Banks - Pensad en Flebas
Iain Banks
Iain Banks - Complicità
Iain Banks
Iain Banks - The Algebraist
Iain Banks
Отзывы о книге «La fábrica de avispas»

Обсуждение, отзывы о книге «La fábrica de avispas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x