Walter Mosley - El Caso Brown

Здесь есть возможность читать онлайн «Walter Mosley - El Caso Brown» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Caso Brown: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Caso Brown»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

John, un viejo amigo de Easy Rawlins, solicita la ayuda de éste. Brawly Brown, hijastro de John, ha desaparecido y todo hace pensar que el chico se ha visto atrapado en una situación más peligrosa de lo que supone. A Easy no le costará demasiado encontrar a Brawly y enterarse de que John tiene razón… Pero conseguir que Brawly vea las cosas de esa forma resultará mucho más complicado.

El Caso Brown — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Caso Brown», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Nosotros no obligamos a nadie a hacer nada, pero no se aprueba que uno del partido elija a una mujer blanca en lugar de una de nuestras hermanas negras -dijo Xavier-. No le diríamos que no puede estar con ella, pero si fuera así seguro que lo sabríamos.

– ¿Y qué hay de Henry Strong? -pregunté.

Tina se puso tensa y Xavier preguntó:

– ¿Qué pasa con él?

– ¿Cuánto tiempo lleva aquí? La otra noche me pareció que acababa de llegar a Oakland para dar una charla en vuestra organización. Pero por lo que he oído desde entonces, parece que llevaba aquí al menos unas cuantas semanas.

– ¿Por qué?

– Porque alguien le ha asesinado -dije-. Le han asesinado a menos de cinco manzanas de distancia de donde trabajaba Brawly hace unas semanas. Eso le une con Brawly, y me gustaría saber cómo.

– El señor Strong está relacionado con varias organizaciones políticas de la zona de la bahía -dijo Xavier-. Nos había estado observando desde hacía tiempo, y quería recaudar algo de dinero para nosotros. Ya ve, tenemos algunos partidarios en Berkeley a los que les gusta lo que hacemos. Lo más interesante que queremos hacer es inaugurar una escuela para niños desde primer curso hasta octavo. Queríamos comprar la vieja fábrica de pan Kleggman, en Alameda, pero necesitamos más dinero.

– ¿Y Henry os lo iba a conseguir?

– Había ido viniendo durante los últimos meses y reuniéndose con algunos de los dirigentes de los Primeros Hombres -dijo Xavier.

– ¿Y por qué conoció a Brawly? -le pregunté.

– Brawly dijo que él conocía a constructores y contratistas negros -apuntó Tina-. Cuando él llegó y le contamos que queríamos convertir la fábrica de pan en un colegio, nos empezó a hablar del novio de su madre y de las viviendas que estaba haciendo en Compton.

– ¿Dijo que John os podía ayudar con lo del colegio?

– Al principio sólo presumía -dijo Tina-. Ya sabe, que él era contratista, y que podía reunir a un buen grupo de trabajadores negros. No le escuchábamos hasta que dijo que había una mujer negra que ayudaba a financiar la obra del amigo de su madre. Cuando Henry se enteró de eso, empezó a hablar con Brawly.

– No me digas -musité yo.

– ¿Cómo ha averiguado dónde vivíamos? -preguntó Xavier.

– Lakeland -dije-. Tenía tu foto, tu historial, todos tus datos, incluso los empastes que tienes en las muelas apuntados en un archivo.

Los amantes se cogieron de las manos.

– Contadme lo de ese colegio -dije-. Por todo lo que he oído y leído últimamente, yo pensaba que lo que intentabais era derribar el sistema, no educar a los niños.

– El que habla es su miedo -dijo Xavier, el peso mosca-. Si hubiese escuchado de verdad, si hubiese leído nuestro manifiesto, sabría que el colegio es nuestra prioridad. Queremos abrir un colegio, una casa pública, un centro comunitario, y un comedor para nuestros niños y nuestros ancianos.

Los ojos de Tina estaban clavados en el perfil flacucho de su novio. Me intrigaba ella… enamorada de dos hombres tan poderosos. Ella estaba en medio, en medio de todo aquello que amaba y tenía en gran estima.

Al cabo de un rato, ella se metió en la conversación. Dijo que las mujeres negras tenían que aprender a amar su propia belleza y a sus propios hombres.

– No podemos dejar que ellos nos dicten cómo vivir, cómo amar y cómo aprender -dijo-. Es nuestra responsabilidad, y si no tomamos las riendas nosotras mismas, nunca seremos auténticamente libres.

Me preguntaba a quién incluiría en ese «ellos». ¿Sería yo uno de los que reprimían a la raza negra?

29

Hablamos durante un buen rato. Xavier era un soñador, eso estaba claro. Vivía de las posibilidades que habían esbozado filósofos idealistas que se encontraban muy lejos de la primera línea de fuego y de los campos de batalla. Quería hospitales gratuitos, y colegios, y que no hubiese ninguna guerra. El Partido Revolucionario Urbano era el primer escalón de un plan global más amplio. Gente como el guapo Conrad y el idealista Brawly formaban parte de aquel plan, aunque quizá no comprendieran plenamente los objetivos.

Xavier era el portavoz y el visionario, pero Tina era, desde luego, la más lista de los dos.

– Si no hacemos algo -decía ella-, el mundo dejará a un lado a los negros. Seguiremos yendo en autobús cuando las demás personas vayan en cohetes a la luna.

Su argumento me recordó a Sam Houston hablando de mi automóvil traqueteante.

– Esa Bobbi Anne me dijo que Conrad y Brawly habían llevado las armas a su casa -dije yo-. ¿Creéis que ellos podrían ser tan distintos de vosotros que hubiesen planeado hacerlo con armas en lugar de colegios?

– Otra vez ese rollo de Bobbi Anne -se quejó Xavier-. Brawly no tiene más novia que Clarissa.

– Ni siquiera me deja que le dé un beso para despedirme -añadió Tina-. No hay ninguna otra chica en su mente.

– Una chica grandota -dije yo-. Con el pelo rubio tirando a pelirrojo y pecas en la nariz…

Xavier meneó la cabeza, pero Tina dijo:

– Podría ser la chica que iba rondando a Conrad. ¿Cómo dice que se llamaba?

– Sí. La amiga de Conrad -dijo Xavier-. Venía por aquí hace un par de meses. Bueno, más bien se quedaba sentada en el coche esperándole. No creo que él nos llegara a decir nunca su nombre.

– Yo sé dónde vive -dije.

Eran cerca de las cuatro de la madrugada.

La puerta principal del edificio estaba cerrada por la noche. Llamamos al timbre pensando que Conrad o Bobbi Anne podían abrir al secretario del Partido. Pero no hubo respuesta.

Abrí la puerta con mi truco de la carta y de nuevo subí por la escalera sin aliento. Intenté ocultar mi debilidad ante Xavier, pero no tenía que preocuparme por él. Estaba tan concentrado en las acrobacias de su mente que dudo de que se hubiese dado cuenta si yo me hubiese parado y apoyado las manos en las rodillas.

No hubo respuesta cuando llamamos a la puerta de Bobbi Anne.

Las armas habían desaparecido y los armarios estaban vacíos, pero ella no se había llevado la foto de sí misma con Brawly cuando ambos eran adolescentes.

– ¿Es ésta la chica? -pregunté a los revolucionarios.

– Sí. Sí, es ella -dijo Xavier-. Pero es una foto muy antigua.

– ¿Crees que es una coincidencia que esta chica sea la novia de Conrad ahora y que yo viese una caja llena de armas debajo de su cama?

– Ahora no hay armas -dijo Tina.

– ¿Así que si no las veis, no importan? -pregunté.

Por el rabillo del ojo me pareció ver que se movía el picaporte.

Y entonces se abrió la puerta.

Cuando vi girar el picaporte, una docena de ideas acudieron de golpe a mi mente. La primera era que se trataba de Anton/Conrad con Bobbi Anne y Brawly, todos armados hasta los dientes y preparados para acabar con nuestras vidas. Y entonces pensé en sacar mi pistola, pero no había tiempo. Por entonces, el primer policía uniformado había entrado ya en la habitación y yo me alegré de no haber intentado disparar a través de la puerta. Incluso me alegraba de que el Ratón no estuviese allí, porque ciertamente habría matado a aquel hombre y probablemente a todos sus acompañantes. Entonces recordé que el Ratón estaba muerto y que yo llevaba un arma oculta. Esta última idea acabó con toda mi voluntad de resistencia.

– ¡Policía! -gritó el segundo poli que entró.

– ¡Manos arriba! -dijo el cuarto.

Nos empujaron contra la pared, nos desarmaron, nos esposaron y nos arrastraron escaleras abajo.

– ¿Qué significa todo esto? -preguntaba Xavier, intentando resistirse-. No tienen derecho… -empezó antes de que le dieran un golpe en la cabeza con una porra.

Christina Montes maldijo a aquellos policías con un lenguaje que yo no imaginaba que pudiera salir de su boca. Me obligaron a ponerme de rodillas. Me quedé quieto, porque sabía muy bien cuándo recoger velas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Caso Brown»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Caso Brown» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Walter Mosley - Fortunate Son
Walter Mosley
Walter Mosley - Cinnamon Kiss
Walter Mosley
Walter Mosley - Fear of the Dark
Walter Mosley
Walter Mosley - Bad Boy Brawly Brown
Walter Mosley
Walter Mosley - A Little Yellow Dog
Walter Mosley
Walter Mosley - Devil in a Blue Dress
Walter Mosley
libcat.ru: книга без обложки
Mosley Walter
Walter Mosley - Fear Itself
Walter Mosley
Walter Mosley - The Long Fall
Walter Mosley
Отзывы о книге «El Caso Brown»

Обсуждение, отзывы о книге «El Caso Brown» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x