Gianrico Carofiglio - El pasado es un país extranjero

Здесь есть возможность читать онлайн «Gianrico Carofiglio - El pasado es un país extranjero» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El pasado es un país extranjero: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El pasado es un país extranjero»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«El pasado es un país extranjero. Allí las cosas se hacen de otra manera». L. P. Hartley – El mensajero
Estudiante modelo, hijo de intelectuales burgueses, Giorgio tiene una vida tranquila, en la que parece que nunca pasara nada. Hasta que conoce a Francesco, un joven un poco mayor que Giorgio que pasa a representar todo a lo que éste aspira. Porque Francesco es atractivo y elegante, anda siempre rodeado de mujeres e irradia la irresistible fascinación de una persona con tratos con el misterioso mundo del delito. A partir de su encuentro con Francesco, la existencia de Giorgio cambiará para siempre. Su nuevo amigo lo iniciará en el universo del juego y de la trampa, del sexo y el lujo, de la miseria y de la ilegalidad. Al tiempo que Giorgio va pasando, casi sin darse cuenta, de la alta sociedad a las márgenes de la criminalidad, Chiti, un novato policía que acaba de llegar a Bari, debe enfrentarse a una seguidilla de violaciones cuyo culpable siempre consigue evadir la acción policial.
Galardonada con el prestigioso premio Bancarella y éxito instantáneo de público y crítica, El pasado es un país extranjero es una novela sobre las amistades peligrosas y sobre el doloroso paso de la juventud a la adultez, a la vez que un inquietante thriller psicológico sobre la iniciación al mal y a la vida.

El pasado es un país extranjero — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El pasado es un país extranjero», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Al fin la tensión se hizo insoportable.

Entonces enrolló el papel con violencia, se lo puso en el bolsillo y escapó del despacho.

19

Ninguna de las chicas reconoció el rostro del dibujo. Las noches de las agresiones, todas habían estado en locales diferentes. Ninguna tenía nada que añadir con respecto a la primera declaración.

Los dibujos se mostraron en los bares y en los locales; uno de los dueños dijo que le parecía haber visto, en alguna parte, al tipo representado en el dibujo. Probablemente en el bar, pero no estaba seguro. Habían insistido durante horas, pero él no conseguía recordar nada más. Le parecía haberlo visto, pero no sabía decir ni dónde ni cuándo. Eso era todo.

Algunos días después tuvo lugar la séptima violación.

Era un sábado por la noche y enviaron un coche patrulla de la brigada radiomóvil a los alrededores del Politécnico. Una llamada anónima había avisado de la presencia de una joven que lloraba, sentada en un coche, con la ropa destrozada, en evidente estado de agitación.

El coche patrulla de los carabinieri llegó pocos segundos antes que la brigada móvil de la jefatura, que también había recibido una llamada anónima. No se pudo saber si se trataba de la misma persona o de otra.

Los carabinieri acompañaron a la joven hasta la sala de primeros auxilios, donde llegó casi al mismo tiempo Chiti en persona con uno de los suyos, escogido entre los que estaban de guardia en la oficina de detenciones.

Comprobaron pronto que el modus operandi era el mismo. Pero con más violencia y menos control, pensó Chiti. Como si ese tipo estuviera sufriendo una evolución -una involución- y la simple violación ya no le bastase.

La chica había recibido muchos golpes antes de ser violada, y después. Por lo demás, la secuencia era igual a las precedentes. Se evidenciaba agresión por la espalda, con puñetazos en la cabeza; la víctima, semiinconsciente, fue luego arrastrada hacia el vestíbulo de un viejo edificio, donde recibió más golpes; sexo oral con orden de no alzar la vista, más golpes, orden de no moverse de la portería durante cinco minutos, cuenta de los segundos en voz alta, desaparición.

Esta joven, como todas las demás, tampoco era una belleza. Más bien flaca, casi huesuda, cabellos cortos, un aire masculino y fibrosa. Mientras la interrogaba en el consultorio del médico de primeros auxilios, ella respondía entrecerrando los ojos y haciendo girar entre las manos unas gruesas gafas anticuadas, que se habían roto durante la agresión.

No podía decir nada sobre el aspecto del agresor. De la voz sí, como las otras. Era sibilante y metálica, y parecía provenir de otro lugar. Dijo exactamente eso: que parecía provenir de otro lugar y Chiti sintió que algo le recorría el espinazo, como un escalofrío.

La novedad era que la joven no regresaba de ningún local, ningún bar, ninguna enoteca, nada. Había estado estudiando en casa de una amiga y volvía a la suya, sola, como ocurría muy a menudo. Siempre la misma calle, jamás ningún problema. Hasta esa noche.

– Está bien, señorita, gracias. Por esta noche no queremos cansarla más. Mañana le telefonearemos y, si se encuentra mejor, tendría que venir a la comisaría para formalizar la denuncia. Trate de descansar, y si le viene a la mente algo que tal vez no ha dicho, anótelo, por favor. A veces un detalle puede ser muy importante para quien investiga, aunque al interesado pueda parecerle irrelevante. Buenas noches.

Tonterías, pensó en silencio en el coche mientras regresaba al cuartel.

Tonterías de manual del joven investigador. Había estudiado todo y muy bien, en la academia y después. Había leído libros, tomos, revistas especializadas. Pero la vida real era diferente. Huidiza y cruel como aquel hijo de perra al que trataban inútilmente de atrapar.

Habían tenido una pista -para ser precisos la había tenido Cardinale- y parecía que aquel desgraciado lo hubiera comprendido o sabido. Y había cambiado de método. No más locales nocturnos sino agresiones en la calle, donde era prácticamente inapresable, como un maldito hilo de humo. ¿Por qué? ¿Cómo había podido intuir que de alguna manera le seguían de cerca?

O tal vez sólo eran tonterías, también. El tipo, simplemente, actuaba al azar y ellos, después de meses de investigaciones, no habían entendido nada.

Nada de nada.

Apretó el puño con lentitud y se golpeó con los nudillos en la frente. Una, dos, tres veces, hasta hacerse daño.

El carabiniere que conducía el Alfa 33 lo miró con el rabillo del ojo, sin apartar la mirada de la calle.

20

Era agosto y los días transcurrían iguales, envueltos en un calor denso e inquietante. Hasta de noche el aire tenía una consistencia casi física y nos sofocaba como su manto tibio, infecto, implacable.

Una tarde paseábamos por los lugares de n'derr a la lanz, cerca de las barcas varadas de los pescadores. Faltaba una semana o poco más para el verano. Como de costumbre, Francesco hablaba. De vez en cuando hacía una pausa y me dejaba decir algo. Sin escuchar ni una palabra. Cuando comenzaba de nuevo, retomaba simplemente el discurso donde lo había interrumpido, o cambiaba de tema.

Después dijo que debíamos tomarnos unas vacaciones. Que podíamos llevarnos el coche -dijo que era mejor que fuera el mío- y partir. Tal vez hacia España. Sin hacer reservas en ninguna parte.

Haríamos dos o tres paradas en la carretera, o más si lo preferíamos. Si nos venía bien podíamos detenernos en cualquier parte; en Francia, por ejemplo. En resumen, podíamos hacer lo que quisiéramos.

Dije enseguida que sí. Pensé, con una sensación de euforia imprevista y confusa, que podía ser una especie de epílogo heroico.

Está bien -me dije-, he vivido este período loco. He hecho cosas increíbles. Cosas que nunca hubiera pensado poder hacer. He caminado sobre el filo de la navaja y por fortuna no me caí. Ahora hagamos este viaje y cuando termine comienzo una nueva vida. Que por otra parte será mi vieja vida aunque diferente. He visto cómo es el lado oscuro. Tuve la experiencia. Dentro de poco será hora de volver a casa.

Pensé en On the road *en aquel intercambio de frases famoso, que algunos años antes había aprendido de memoria.

– Debemos andar y no detenernos hasta llegar -dijo Dean.

– ¿Para ir adónde, amigo? -pregunta Sal-Kerouac.

– No lo sé, pero debemos andar.

Sí, debíamos andar y después, al final, yo volvería a casa. Significara lo que significase.

Aquellos pensamientos me hicieron sentir bien. Como si estuviese a punto de alcanzar la meta en una competición comprometida. Ahora estaba casi terminada. Al volver le diría a Francesco que ya era suficiente. Había sido extraordinario vivir aquella aventura junto a él pero para mí ya había acabado. Sería su amigo para siempre pero nuestros caminos se separaban.

Estaba seguro de que, al regreso, habría encontrado las palabras y el valor para decir lo que debía decirse.

– Entonces, ¿cuándo partimos?

Francesco sonrió. No con la acostumbrada sonrisa controlada, plena de sobreentendidos. Aquella que yo nunca entendía exactamente qué quería decir. Me pareció una sonrisa normal. Y tuve una punzada de tristeza. Él era mi amigo y yo acababa de decidir abandonarlo. Me sentí culpable por eso y por las dudas que cada vez más a menudo sentía acerca de él y de nosotros dos.

– Mañana. Mañana por la mañana. Ahora vamos a hacer el equipaje. Yo preparo un mínimo de itinerario y mañana por la mañana temprano pasas a buscarme, así salimos cuando todavía no hace calor. A eso de las siete.

Volví a casa, donde estaba solo desde hacía varios días. Mis padres habían ido a la finca rural de unos amigos, en la región de Ostuni. Ante todo busqué el número de teléfono de aquellos amigos. Quería hablar con ellos. De pronto sentía la necesidad de hablarles; me parecía que el hielo que había caído entre nosotros desde aquel domingo se había derretido. Quería avisarles de que me iba por unas breves vacaciones, una semana o un poco más. Lo necesitaba, y cuando regresara me pondría a estudiar de nuevo. Lamentaba mi comportamiento de los últimos meses. Había sido un período difícil, pero ahora había terminado. Por un instante pensé en contarles lo que en verdad me había ocurrido en aquellos meses. Luego me dije que por el momento no era lo mejor. Tal vez más adelante. Al marcar el número me sentía un poco emocionado, aunque aliviado. Me sentía bien. Todo andaría mejor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El pasado es un país extranjero»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El pasado es un país extranjero» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Marion Lennox - Fantasmas del pasado
Marion Lennox
Deborah Crombie - Un pasado oculto
Deborah Crombie
Gianrico Carofiglio - Temporary Perfections
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Reasonable Doubts
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - A Walk in the Dark
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Involuntary Witness
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Testigo involuntario
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Las perfecciones provisionales
Gianrico Carofiglio
Gianrico Carofiglio - Con los ojos cerrados
Gianrico Carofiglio
Eduardo Berti - Un hijo extranjero
Eduardo Berti
Отзывы о книге «El pasado es un país extranjero»

Обсуждение, отзывы о книге «El pasado es un país extranjero» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x