James Ellroy - El Asesino de la Carretera

Здесь есть возможность читать онлайн «James Ellroy - El Asesino de la Carretera» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Asesino de la Carretera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Asesino de la Carretera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Martin Plunkett ha sembrado Estados Unidos con un rastro de muertes. Cuando el FBI consigue darle caza, decide confesar sus crímenes a cambio de que su autobiografía vea la luz. Así, escribe sus memorias mientras cumple las cuatro cadenas perpetuas a que ha sido condenado.
Nacido en Los Ángeles en los años cincuenta, su adolescencia es extraña y compleja, hasta el punto de que, en cierto modo, acaba provocando el suicidio de su madre. A raíz de este suceso, queda bajo la tutela de un oficial de policía, de quien aprende justo lo que no debía: el oficio de ladrón. Martin tiene una inteligencia extraordinaria y cierta tendencia al aislamiento, por lo que va construyendo sus obsesiones mientras continúa con los atracos. Tras pasar un año en la cárcel, comete su primer asesinato.

El Asesino de la Carretera — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Asesino de la Carretera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

ANDERSON: Estoy cansado. Quiero dormir. Plunkett y yo fuimos un ligue de una noche. No sé dónde está, así que déjeme en paz.

BUCKFORD: Acabemos, pues. Inspector, tengo que hablar con usted de todo esto. Rubrico el final de esta transcripción a las 21.15 horas del 8 de septiembre de 1983.

25

Pasé la noche aparcado en un terreno de acampada de Upper Westchester. Enroscado en un ovillo, dormí y soñé con Ross; cada vez que el duro suelo de metal me despertaba con una vibración, en los primeros momentos de conciencia pensaba en él y sentía su cuerpo. Al amanecer, después de haber pasado tantas horas en posición fetal, tenía los músculos agarrotados y doloridos. Cuando me incorporé, tenía las piernas tan débiles como las de un bebé y tiritaba, a pesar de que la furgoneta parecía un horno. Me pregunté cómo había terminado todo… sin que yo estuviese presente siquiera.

Con calambres en los músculos, avancé hasta la cabina y le di a la llave de contacto. Luego puse la radio, busqué una emisora de noticias y oí: «… y en las investigaciones realizadas en Wisconsin, las autoridades han descubierto, envueltos en plástico y enterrados en el bosque, cerca de su apartamento, un cuchillo y una sierra con las huellas de Anderson. Los agentes federales creen que se trata de las armas que utilizó para matar y descuartizar a sus siete víctimas. Aquí, en Nueva York, hemos grabado unas declaraciones hechas por una prima de Anderson, Rosemary Cafferty, de diecisiete años: "Me… me alegro de que Ross esté en la cárcel, donde no podrá hacer daño a nadie salvo a otros criminales. Debe de ser… muy malvado. Me cuesta creer que sea miembro de la familia. Podía… podía habernos hecho daño a cualquiera de nosotros. Todos…"»

Apagué la radio, ahogando aquel trino de soprano que había tratado de reducirnos a Ross y a mí a un vulgar estereotipo con las palabras «Richie, ¿no te parece que Ross tal vez sea gay?» Entonces supe que ella y sus colegas vestidos de tenistas habían traicionado a mi amigo. La palabra FAMILIA apareció impresa en mi campo visual y me dispuse a convertirme en la Sombra Sigilosa a plena luz del día.

En una tienda de artículos deportivos de Mt. Kisko compré una navaja de gran tamaño y una funda de cuero. Después, entré en una ferretería cercana y me hice con una sierra de dientes afilados como cuchillas. En un viaje a una tienda de punk-rock de Yonkers, me agencié un mono negro de vinilo; la chica de pelo verde que me lo vendió se fijó en el traje de Brooks Brothers que llevaba y dijo:

– A eso se le llama cambio de estilo.

Desde Yonkers, me acerqué en un salto a Lord & Taylor de Scarsdale, donde compré una capa de mujer de seda negra y maquillaje. Con el resto del equipo de maquillaje de teatro ya en la guantera, tenía todo lo necesario.

Al salir de Lord & Taylor, vi un coche patrulla de la policía de Scarsdale aparcado junto a la acera.

– Joder, el teniente más joven de la historia de su departamento -le decía el poli del asiento del copiloto al conductor. Después, dio unos golpecitos al fajo de papeles que tenía encima del salpicadero y añadió-: Y ahora los federales han emitido la orden de búsqueda de un compinche suyo.

En lo que fuera el movimiento más audaz de mi vida, me acerqué al coche, miré fijamente a los ojos al poli que había hablado y dije:

– Perdone, agente. ¿Está hablando de Ross Anderson, el asesino?

– Sí, señor -replicó el poli, observando sin interés mi aspecto de alumno de una universidad elitista.

Al ver que los papeles del salpicadero eran carteles de «Se busca», con la tinta todavía fresca, le pregunté:

– ¿Puede darme uno? Mi hijo los colecciona.

El poli soltó un cloqueo y me tendió el primero del fajo.

– Gracias -dije y me dirigí a la sombra del Muertemóvil II a saborear mi presentación pública oficial.

El gran recuadro de tinta negra rezaba: «Se busca. Asesinato y huida del estado.» Debajo había dos fotos mías de cuando me habían arrestado por robo con escalo en 1969. Se me veía inexperto y sensible. Debajo de mi descripción física, las palabras de la jerga policial me produjeron un cosquilleo: va armado, es extremadamente peligroso y existe riesgo de fuga; es posible que conduzca una furgoneta Dodge plateada, un modelo anterior a 1980; sospechoso de múltiples asesinatos en numerosos estados.

Sólo lo de «riesgo de fuga» sonaba falso. Todo había terminado; no había escapatoria posible. Pensando en Ross, añadí unas bolsas de plástico a la lista de la compra. Fui al supermercado del otro lado de la calle y compré un paquete de una docena. Al volver al Muertemóvil II , consulté el reloj del salpicadero y vi que era casi mediodía. Me pasé todo el trayecto a Croton cantando «No me abandones, querida, el día de nuestra boda», una y otra vez.

En los jardines delanteros de todo el bloque de casas de veraneo, las fiestas cerveceras estaban en pleno apogeo juerguista y circulé despacio en busca de los primos de Ross y sus parejas. No los vi y me dirigí a un centro comercial; allí encontré un teléfono público y llamé a Información. La telefonista me dio los números de Richard Liggett en Croton y marqué el de la casa de veraneo, dejando que la señal sonara veinte veces. El tono parecía más un tictac que un zumbido. Colgué y regresé a la calle de la juerga.

Aparqué a una manzana de distancia, pasé a la parte trasera de la furgoneta y me quité el traje de universitario. Desnudo, sostuve el espejo con una mano mientras con la otra me aplicaba la cara de la Sombra Sigilosa, convirtiendo mi nariz chata en aguileña con masilla de maquillaje, mis pómulos planos en angulosos con colorete y las cejas en dos trazos oscuros y amenazantes con máscara de ojos. Me alisé el pelo hacia atrás con saliva, envolví el cuchillo y la sierra en una bolsa de papel y me puse el mono negro y la capa. Recordé que tenía un par de mocasines negros gastados debajo de la rueda de repuesto, los saqué y me los calcé. Luego, goteando sudor y oliendo a vinilo y a maquillaje, salí de mi armario de Sombra Sigilosa para que el mundo me viera.

Los niños de los coches que pasaban me hacían gestos y un viejo que bebía cerveza sentado en su porche exclamó: «¡Falta un mes para Halloween, compadre!» Hice una reverencia y abrí la capa en un gesto dedicado a todos mis admiradores y, cuando me volví hacia la manzana de casas de veraneo, los fiesteros me señalaron y me recompensaron con pequeñas salvas de aplausos y estallidos de risas. Mientras cruzaba el patio delantero de los Liggett, un chico que asaba perritos calientes en el jardín de la casa contigua gritó:

– ¡Eh, Alex! ¿Eres tú, tío?

– ¡Sí, tío! -grité yo.

– ¿Esa ropa te la han hecho poner los de la fraternidad Delta, tío?

– ¡Sí!

– ¡Entra un momento, hombre! Richie y Mady están en el club, pero en el frigorífico hay cerveza.

– Sí, tío -grité y, haciendo ondear la capa, crucé el porche y entré. En la casa, el ambiente era fresco y tranquilo, y fui de habitación en habitación memorizando el desorden y recordando lo mucho que había ofendido a Ross. Los ceniceros rebosantes, las camas sin hacer, la ropa por el suelo y los juegos de ordenador amontonados en los sofás y las sillas me fascinaron y me enfurecieron a la vez. Continué recorriendo la casa, arriba y abajo, buscando más pruebas de la ruina conocida como VIDA FAMILIAR FELIZ.

Pelos de barba y espuma de afeitar en maquinillas desechables, un tubo de pasta de dientes aplastado y enrollado hasta arriba, un diafragma en su estuche. Bodegón tras bodegón tras bodegón, viví en un torbellino durante horas, hasta que las sombras, cada vez más alargadas al otro lado de la ventana, me proporcionaron una tenue conciencia del paso del tiempo. Entonces, cuando estaba examinando unas novelas de bolsillo que se desparramaban de una estantería, oí una voz:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Asesino de la Carretera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Asesino de la Carretera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Asesino de la Carretera»

Обсуждение, отзывы о книге «El Asesino de la Carretera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x