Batya Gur - Un Asesinato Literario

Здесь есть возможность читать онлайн «Batya Gur - Un Asesinato Literario» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Asesinato Literario: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Asesinato Literario»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras el éxito alcanzado con las anteriores novelas de la misma serie, la escritora Batya Gur nos ofrece otra historia donde el inspector Ohayon entra en el turbio laberinto del mundo de las letras. Utilizando como escenario narrativo los ambientes literarios de la ciudad de Jerusalén, Batya Gur nos introduce con este nuevo thriller psicológico en un mundo sutilmente envenenado, en donde se pueden cumplir -en nombre del arte- incluso los crímenes más despiadados.

Un Asesinato Literario — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Asesinato Literario», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ya sé que no está de acuerdo conmigo -le dijo a Shai-. Y sé que el especialista en estética es usted, y no yo.

– La estética y la ética no vienen al caso. Lo que se pretende dirimir es hasta qué punto estoy dispuesto a comprometerme por lo que considero importante y hasta qué punto lo está usted. Usted trabaja aquí -dijo abarcando con un gesto la habitación- y vive su vida insignificante, convencido de que está haciendo algo por el mundo. Yo, por mi parte, estaba dispuesto a anularme por completo, a reducir mi vida a polvo y cenizas por el bien de lo que, a mis ojos, era importante.

– Y, sin embargo, no fue capaz de dominarse -intervino Michael, tratando de reencauzar la conversación hacia la escena del crimen.

– No es que no lograra dominarme -replicó Tuvia Shai, cayendo en la trampa con tanta facilidad que Michael comprendió hasta qué punto se sentía en la necesidad de hablar, ahora que se había abierto una brecha en el muro de silencio-. Si Shaul se hubiera prestado a decir la verdad y a ser castigado en consecuencia -prosiguió Shai-, si hubiera comprendido de qué le estaba hablando, lo habría dejado en paz. Pero se rió. Le expliqué la situación y él se lo tomó a risa. Claro que dejó de reír cuando le puse la cinta de Iddo. Tenía una pequeña grabadora en su despacho, porque a veces grababa sus clases. Cuando oyó a Boris Zinger declamando los poemas que habían pasado por ser suyos durante tanto tiempo, dejó de reírse. Pero vi en su cara esa expresión de alevosa malicia que ponía cuando planeaba cómo engatusar a una mujer. Y entonces me dijo: «Tuvia, siempre has estado chiflado. Hay gente que no lo sabe, pero a mí no me engañas. Nada es tan importante como para justificar que me destruyas así. Creía que me querías». Eso fue lo que me dijo. Entonces comprendí que él tampoco entendía nada, pensaba que lo quería por lo que era, personalmente. Y se lo dije muy claro: «Te voy a desenmascarar cueste lo que cueste, pero quiero que tú reconozcas que el arte está por encima de ti y de mí, que la verdad pesa más que nosotros, y quiero que seas tú quien lo digas. Nunca te he querido. Como persona no vales nada». Me miró entonces muy serio y dijo: «No tengo la menor intención de reconocer nada ante nadie, y vas a dejar esa cinta aquí mismo. Tampoco tú vas a desenmascarar nada. Ya te puedes ir olvidando de todo». Fue en ese momento cuando cogí la estatuilla, muy deprisa, sin que él se diera cuenta. Estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia fuera, en esa pose que tanto le gustaba; cuando se volvió hacia mí, le golpeé una y otra vez, porque era un imbécil incapaz de distinguir lo importante de lo banal, porque iba a destruir la cinta para impedir que lo descubrieran.

– Pero si eso fue precisamente lo que hizo usted mismo, después. Destruyó la cinta para impedir que lo descubrieran. No sacó la verdad a la luz -dijo Michael con fatiga.

– Y ése es el principal motivo de que esté hablando con usted. Estoy dispuesto a ir a la cárcel con tal de sacar la verdad a la luz -dijo Tuvia Shai, y un temblor lo estremeció.

– ¿Y después de matarlo se fue al cine? -preguntó Michael, sin demostrar asombro.

Shai explicó cómo había salido de la facultad, sin que se le pasara por la cabeza que tendría que estar asustado. No se le había manchado la ropa de sangre. Metió la estatuilla en una bolsa de plástico y sacó la cinta de la grabadora. A partir de ese momento, fue como si no sintiera nada. «No habría echado a correr ni aunque se hubiera declarado un incendio», dijo. No se molestó en esconderse y nadie se fijó en él. Cuando por fin salió del despacho de Tirosh, era más de la una y media; se llevó el coche al aparcamiento del hospital Hadassah del Monte Scopus y allí volvió a escuchar la cinta una vez más antes de borrarla. Luego se dio cuenta de que se le estaba haciendo tarde para ir al cine. Y entonces, por fin, borró las huellas, con una gamuza que Tirosh guardaba en la guantera. Luego se deshizo de ella en Wadi Joz.

– Podría haberse ido a casa, ¿no le parece? -preguntó Michael.

– Ni se me ocurrió -dijo Shai sorprendido-. Ni siquiera sé por qué sentía la necesidad de ver Blade Runner -enmudeció.

Tardaron varias horas en redactar la declaración. Tuvia Shai se empeñó en especificar personalmente sus motivos. Regresó con ellos al despacho de Tirosh del Monte Scopus y estuvo reconstruyendo el asesinato hasta que Emanuel Shorer, que había entrado en el despacho de Michael tan pronto como Shai dejó de hablar, se dio por satisfecho.

Cuando Balilty insistió en sugerir, como siempre, que fueran «a celebrarlo a un sitio con estilo», Tzilla lo amonestó con una mirada fulminante. Sabía cómo se encontraba Michael.

– Vuelve a proponérselo dentro de unos días -dijo, echando una ojeada a Michael-. Pero, ahora, hazme el favor de dejarlo en paz.

Esa noche, Emanuel Shorer y Michael fueron al Café Nava. Shorer revolvía el azúcar de su té. Michael contemplaba absorto su café.

– ¿En qué estás pensando? -le preguntó Shorer, y sonrió.

Michael no respondió. Cogió la taza entre las manos sin levantar la vista.

– Por cierto, me olvidaba de preguntártelo -dijo Shorer-. ¿Qué pasó al final con la nota que tenía en la mesa? ¿Has descubierto lo que significaba? Ya sabes, esa de la que me hablaste, sobre el último capítulo de la novela de Agnón. ¿Has llegado a comprenderla?

Michael hizo un gesto negativo. No había hablado con ningún compañero de Manfred Herbst y la enfermera Shira. Se sentía agotado, deprimido. Como siempre, no tenía una sensación de triunfo. Tan sólo tristeza y el deseo de acurrucarse junto al cuerpo de una mujer y dormir años y años.

Shorer tomó un sorbo de café, posó la vista en Michael y, al fin, dijo:

– Llevo algún tiempo queriéndote decir que, para ser un convencido de que hay que amar al género humano, y que amar es más importante que ser amado, no me da la impresión de que estés haciéndolo muy bien -en su voz no había reproche.

Batya Gur

1 Conoces el poema de Amijai sobre Yemin Moshe Eli Bahar hizo un - фото 2
***
1 Conoces el poema de Amijai sobre Yemin Moshe Eli Bahar hizo un gesto - фото 3

[1] – ¿Conoces el poema de Amijai sobre Yemin Moshe? -Eli Bahar hizo un gesto negativo-. Empieza con este verso: «En Yemin Moshe [1] le cogí la mano izquierda a mi amada». ¿Qué te parece? Eli Bahar lo contempló en silencio un instante; luego dijo: – No entiendo lo que significa. Es como decir: «En Kerem Avraham [2] me guardé en el bolsillo el huerto de mi esposa». Michael se echó a reír. – La calima se ha levantado -comentó Eli Bahar cuando comenzaban a descender por los amplios escalones que se internaban en el barrio. «La diestra de Moisés.» (N. de la T.)

[2] – No entiendo lo que significa. Es como decir: «En Kerem Avraham [2] me guardé en el bolsillo el huerto de mi esposa». Michael se echó a reír. – La calima se ha levantado -comentó Eli Bahar cuando comenzaban a descender por los amplios escalones que se internaban en el barrio. «El viñedo de Abraham.» (N. de la T.)

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Asesinato Literario»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Asesinato Literario» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un Asesinato Literario»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Asesinato Literario» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x