Empujada más allá de su resistencia, MaryAnn se levantó de un salto, dio dos largas zancadas hacia el felino merodeador y dirigió un chorro de spray de pimienta directamente a los ojos y las ventanas nasales totalmente formados del jaguar. Soltó varias ráfagas cortas, la furia hacía temblar su mano, pero su puntería fue perfecta.
─Ya basta. Ya he tenido… tenido absolutamente suficiente de esta majadería de la jungla. Tal vez sea una mujer urbana, demonios, pero puedo con cualquier cosa que este horrible lugar me lance. ¡Sal de aquí ahora mismo! ─chilló a pleno pulmón, enviando otro chorro directamente a la cara del jaguar para asegurarse. La orden atravesó su cerebro y se disparó al aire mientras disparaba varios chorros cortos.
El jaguar se alejó corriendo como si le hubiera mordido. Luiz cayó sobre su trasero, con los vaqueros medio hechos trizas.
─¿Qué demonios ha sido eso?
─Spray de pimienta, ─dijo y se sentó junto a él, echándose a llorar.
Manolito evitó los tentáculos que buscaban, mientras estudiaba el bulbo fibroso. Su cuerpo estaba en la selva con MaryAnn. Él era inteligente; podría solucionarlo. Si estaba atrapado en el mundo de los espíritus, tal como estaba seguro ahora, sólo un espíritu podría residir en este lugar. Su cuerpo no estaba aquí, así que el ataque era simplemente una distracción. Esto debía tener que ver con MaryAnn. Ella no sólo había traído hasta aquí su espíritu, sino también su calor y vitalidad. Los vampiros habían sentido la sangre caliente y la luz en su alma. Tenía que conducir el ataque lejos de ella, solo por si acaso sin querer volvía a adentrarse en el mundo de sombras donde él estaba atrapado.
Se alejó de ella despacio. Las vagas figuras que le atraían, que le acusaban y querían enjuiciarlo, no parecían ser capaces de ver a través del velo hasta el mundo de los vivos. Quizás si podía alejarse lo suficiente como para que no pudieran sentirla, ella estaría a salvo. Podía dejar un rastro falso y regresar y escoltarla a la seguridad antes del alba. No debería haber sido capaz de sentir la sensación, pero cuanto más se alejaba de MaryAnn, más frío sentía.
– Unámonos. Compártela. Ella ya te ha condenado a media vida.
La voz brilló tenuemente en el aire, suave y persuasiva, volviéndose más fuerte cuanto más se alejaba de MaryAnn.
– Tu lugar siempre ha estado entre nosotros, no con los corderos, siguiendo al mentiroso.
Maxim Malinov, muerto en la batalla en las Montañas de los Cárpatos, asesinado por el propio príncipe, salió de entre las sombras y se aproximó a Manolito.
– ¿Por qué ibas a dar tu vida por el príncipe cuándo él no se preocupa en absoluto por ti o los tuyos? Sabe que estás en el prado de las nieblas, sin embargo ¿vigila a tu compañera? ¿Protege tu cuerpo mientras vagas por este mundo? Es egoísta y piensa sólo en sí mismo, no en su gente.
Manolito contuvo el aliento. Había pasado mucho tiempo desde que había visto a su amigo de la niñez. Parecía joven y fuerte, apuesto como siempre, con inteligencia brillando en sus ojos. Habían crecido juntos, habían disfrutado de debates y concienzudas discusiones por las noches, hablando de lo que creían mejor para su gente. Seguir a Mikhail, el actual príncipe reinante, no había sido lo que ninguno de ellos consideraba mejor idea.
– Nos equivocamos, Maxim. Mikhail ha apartado a nuestra gente del borde de la extinción. Los cárpatos empiezan a ser poderosos otra vez, pero lo que es más importante, nos hemos convertido en una sociedad llena de esperanza en vez de desesperación.
Otra planta estalló a través de la superficie, largas hiedras se extendieron como brazos hacia él. Saltó al árbol más cercano, más por reflejo que por necesidad. Pudo sentir el penetrante frío cuando una lluvia de lanzas de hielo empezó a caer, pero las heridas punzantes de las puñaladas que le atravesaban no eran más auténticas que la misma planta. Se concedió un momento para forzar a su mente a aceptar que se trataba de una ilusión. La planta se deslizó bajo el suelo, pero el hielo punzante siguió cayendo.
Cuando saltó al suelo otra vez, Maxim sacudió la cabeza.
– En los viejos tiempos no te habrías conformado con mirar un pedazo tan pequeño de la imagen real. Nos ocultamos de la gente que debería servirnos. Nos ocultamos con miedo, cuando son ellos los que deberían temblar ante nosotros.
– ¿Y por qué deberían temblar, Maxim?
– No son nada más que ganado.
– Por eso tú no nos lideras y yo no te seguiría si lo hicieras. Son gente con esperanzas y sueños. Gente buena y trabajadora que lucha cada día para hacer todo lo posible por sus familias. No son diferentes a nosotros.
Maxim resopló con sorna.
– Te han hecho un lavado de cerebro. Has tomado a una humana por compañera y ya ha corrompido tu capacidad de juzgar. Somos nobles, la mejor raza, los merecedores de esta tierra. Podríamos gobernar, Manolito. Nuestro plan era acertado. Tarde o temprano dominaremos y los humanos se inclinarán ante nosotros-. Su sonrisa era totalmente malvada, llamas rojas brillaban en sus ojos con fervor maníaco.
Manolito negó con la cabeza.
– No los quiero inclinados ante nosotros. Como todas las especies, muchos de ellos se han mezclado con nuestros antepasados. Es más que problable que cárpatos, magos, hombres-jaguar e incluso hombreslobo se hayan integrado en la sociedad humana.
Las llamas rojas flamearon y el vampiro siseó su incredulidad.
– Los hombres-jaguar han corrompido su linaje, es cierto. Desecharon su herencia y su grandeza porque rechazaron cuidar de sus mujeres y niños. Merecen ser barridos de la tierra. Tú fuiste quien lo dijo. Tú y Zacarías.
Manolito se mantuvo inmóvil cuando otro gran pedazo de hielo le atravesó el hombro. La sensación fue feroz y nauseabunda, pero desapareció cuando rechazó darle crédito.
– Era joven y estúpido, Maxim. Y me equivoqué. Todos nosotros lo hicimos.
– No, teníamos razón.
– Los hombres-jaguar cometieron errores, y esos errores tuvieron un coste, pero ellos no son cárpatos y sus necesidades son diferentes a las nuestras. Decidiste no esperar a tu compañera, Maxim. Al hacerlo, has perdido toda posibilidad de tener una esposa e hijos y ayudar a crear una sociedad duradera. Ya viste el poder del linaje del príncipe. Él es la vasija para toda nuestra gente.
– Su poder es falso, un engaño. Mira la cicatriz de tu garganta, Manolito. ¿Cuántas veces estás dispuesto a morir por él? Has sacrificado la vida dos veces por él y una vez por la compañera de su hermano. Estás aquí, en este mundo de sombras, para ser juzgado por tus actos "oscuros". ¿Qué actos oscuros? Viviste con honor y serviste a tu gente, aún así estás aquí-. La voz se volvió fantasmagóricamente hermosa, llena de verdad y entusiasmo hipnotizante-. Todas las antiguas razas son mitos ahora, olvidados por el mundo. La raza del jaguar, una vez poderosa, se encuentra ahora sólo en los libros. Se cubren a sí mismos de vergüenza. Tratan brutalmente a sus mujeres. ¿Quieres que le ocurra lo mismo a nuestra especie?
– Si realmente crees lo que dices, Maxim, deberías escoger otro camino. ¿Por qué convertirte en vampiro? ¿Por qué asesinar por poder? ¿Por qué no reunir tu ejército y marchar contra Mikhail abiertamente?
– No era ese el plan.
– Convertirse en no-muertos no era parte del plan tampoco. Nuestras familias vivieron con honor, Maxim. Cazamos al vampiro, no lo abrazamos.
Maxim le ignoró.
– Mis hermanos y yo estudiamos como hacerlo. Si nos acercaramos al príncipe directamente, seríamos derrotados. Sabes que la mayoría de los cárpatos creen en las viejas costumbres. Son ganado.
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