Ella tomó aliento bruscamente, pero Jackson le sostuvo los brazos separados del cuerpo, y la giró lentamente alrededor para que la corriente constante de niebla pudiera cubrirle todo el cuerpo, por delante, por detrás y los lados. Ella se sintió arder por la sal en las heridas, pero entonces le siguió un calor calmante, y profundamente en su interior, donde nadie excepto Jackson podía verlo, lloró ante la completa alegría de estar unida, aunque fuera a través del viento, con sus hermanas otra vez.
Jackson podía sentir el amor y el calor que entraban a raudales junto con la niebla curativa, pero estaba mirando más allá de las hermanas, sobre el mar espumoso. Esperaba delfines e incluso quizás una ballena, pero en vez de eso, había un grueso banco de niebla gris que se resistía a abandonar la costa, y resultaba algo amenazador. Podría jurar que algo se movió en la niebla, estirando unos dedos helados hacia la playa, pero el viento de Hannah mantuvo los zarcillos invasores en la bahía mientras sus hermanas bailaban.
¿Cuál era el talento psíquico de Stavros? ¿Podría proyectarse a través del mar y cernirse sobre la costa? ¿Habría establecido una conexión con Elle del modo en que Jackson lo había hecho? El pensamiento le molestó a más de un nivel. No quería que ningún otro hombre tuviera una conexión psíquica con Elle.
El fuego crujió y chasqueó, resplandeciendo naranja y enviando llamas hacia el cielo. Las voces femeninas vagaron lentamente y las bailarinas cayeron agotadas en la arena. Hannah fue la última, sosteniendo la niebla curativa tanto tiempo como pudo antes de que ella, también, se desplomase en la playa. Detrás de ella, el mar estaba salvaje y picado, revuelto por los fuertes vientos que pasaban por delante de aquélla para alcanzar la costa.
Jackson lanzó la manta alrededor de Elle.
– Entra en la casa, nena y vístete -dijo-. Pondré el agua para el té e iré a por tus hermanas.
– Puedo hacer el té -ofreció ella-. Estoy cansada, pero ya me siento mejor. -Tiritaba un poco mientras la niebla se arrastraba más cerca de la playa-. No me gusta que estén tumbadas indefensas en la arena con la niebla entrando, especialmente Hannah. Está demasiado cerca de la orilla del agua.
– La traeré. -No le gustaba la manera en que el banco de niebla era tan oscuro, o el modo en que los dedos se estiraban, alargados, pareciendo inquietantemente como si una mano se estirara hacia ellas-. Ve a la casa, Elle. Vístete y caliéntate. Bomber es un perro entrenado en protección y te protegerá a ti antes que a la propiedad. Le pedí a Lisset que le entrenara con órdenes rusas porque toda la familia habla ruso y me figuré que sería más fácil para cualquiera de nosotros dirigirse a él cuándo fuera necesario. -Le dio una lista de órdenes y le hizo repetirla-. Vístete y caliéntate, nena. Hoy hace frío fuera y la niebla se mueve rápidamente. -Señaló al perro-. Ve con ella, busca.
Las orejas de Bomber se levantaron, los ojos se concentraron en el pesado banco de niebla gris que se movía hacia la costa. Gimoteó, comunicando su ansiedad pero obedientemente precedió a Elle por los escalones de la casa y desapareció dentro.
– Espérale, Elle. Déjale comprobar la casa. Señalará cuando es seguro que entres. Espera siempre. Tienes que comenzar a tomar precauciones.
– No estoy acostumbrada a esto.
Tiritaba dentro de la manta.
– Lo sé, pero llegará a ser tu segunda naturaleza. Es preferible que aprendamos cómo cuidar de nosotros mismos y de nuestras niñas. Ambos tenemos algo peligroso colgando sobre nuestras cabezas que podría afectar a nuestras vidas.
Mantuvo la voz práctica, como si no fuera nada vivir bajo una amenaza de muerte. La única cosa que el secuestro de Elle le había enseñado era que tenía que aferrarse a la vida con ambas manos, y no mirarla pasar porque tuviera miedo por Elle o por sus niñas. Las cosas malas sucedían todo el tiempo, pero estaba perdiéndose las cosas buenas mientras esperaba y estaba decidido a que Elle viera que tenían un futuro sin importar cómo.
Bomber sacó la cabeza por la puerta abierta y dio un corto ladrido.
– Alábalo y entra con él.
– Pondré el hervidor y me vestiré -dijo Elle, agradecida de ser de alguna ayuda.
Jackson esperó hasta que Elle y el pastor alemán estuvieran a salvo dentro antes de bajar por el sendero. El pequeño tramo de dunas que separaba su propiedad de la playa caía suavemente, con pequeñas plantas empujando a través de la arena, punteando el paisaje con pedacitos de vibrante verde.
Una vez en la playa, se agachó al lado de Sarah.
– ¿Estás bien?
– Sólo un poco drenada. ¿Funcionó? -Miró hacia el mar, con un pequeño ceño en la cara-. No me gusta el aspecto de eso.
Su voz era fina y no se movía, ni siquiera para girar la cabeza, pero movía la mirada para observar la niebla melancólica.
– Creo que realmente la ayudasteis, Sarah. Por lo menos, se sentía mejor rodeada por vosotras. Está haciendo té. Te llevaré a la casa, pero no permitiré que ninguna de sus hermanas trate de entrar en su cabeza. No desea eso.
– Nos lo figuramos -dijo Sarah.
El estómago de Jackson comenzaba a apretarse en duros nudos y un escalofrío de conocimiento se arrastró por su espina dorsal. Se apartó de Sarah para mirar al mar. Las olas retrocedían, empujando el grueso banco de niebla que se reunía en alta mar en una calma misteriosa. Un túnel oscuro de agua corría de la costa al mar, el color más profundo se empujaba hacia las aguas del océano, manchando de azul de un turbio verde en el centro. En alta mar, una ola reunió fuerza y empezó a correr hacia la playa.
Jackson se puso de pie de un salto, gritando una advertencia a Hannah mientras corría, triturando la arena hasta donde estaba tumbada con un brazo y una pierna extendidos en la arena húmeda. Hannah estaba embarazada, Jackson lo sabía, aunque sólo había un pequeño bulto redondeado en su forma delgada que declarara el hecho. Los ojos de Hannah estaban cerrados y su cuerpo débil, drenado por usar la energía psíquica para dirigir la niebla curativa hacia su hermana más joven. El nivel del agua más cercano a Hannah era mucho más superficial de lo que debería haber sido, creando la ilusión de calma total. Casi estaba sobre ella cuando el agua golpeó y los largos y gruesos brazos del alga tubular se estiraron en una ola que se acercaba rápidamente y se enrolló alrededor de la muñeca y del tobillo de Hannah.
Con el viento conduciendo la ola hacia la costa con tal fuerza, la estela, sin ninguna otra parte a la que ir, fue empujada al lado, rodeando a Hannah completamente mientras el agua procuraba volver al mar. La corriente oculta, mucho más fuerte en la superficie que debajo, se congregó con fuerza, y bajo el agua oscura, el alga volvió a tirar bruscamente y la delgada forma de Hannah se deslizó hacia el mar abierto. El agua espumó alrededor de su cuerpo, salpicándole la cara, abrió los ojos de golpe por el pánico. Empezó a luchar, pero sus movimientos eran débiles y no podían compararse al poder de la resaca que se retiraba mientras la arrastraba a mar abierto.
Jackson se zambulló tras Hannah, agarrándola del brazo, sosteniéndola mientras la ola les succionaba a ambos hacia abajo, haciéndolos rodar violentamente mientras les precipitaba hacia aguas más profundas. La agarró inflexiblemente, negándose a entregársela al mar.
No luches. Permanece tranquila, Hannah . Nunca había utilizado la telepatía con nadie excepto con Elle, pero Elle estaba con él, dirigiendo la comunicación en su mente. La podía sentir, el temor, el conocimiento de que ellos estaban en terribles problemas.
Las corrientes ocultas bajo la superficie del agua, causaban más muertes que cualquier otro desastre natural excepto inundaciones y calor extremo.
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