Steven Saylor - Cruzar el Rubicón

Здесь есть возможность читать онлайн «Steven Saylor - Cruzar el Rubicón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Исторический детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cruzar el Rubicón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cruzar el Rubicón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

«Alea jacta est». César ha cruzado el Rubicón, el pequeño río que separa la provincia gala de la península itálica, y se dirige con sus ejércitos hacia Roma, donde su rival, Pompeyo, está a punto de abandonar la ciudad y dejar a los romanos sin protección ni gobierno. En medio de la creciente confusión, uno de los primos favoritos de Pompeyo aparece muerto en el jardín de Gordiano el Sabueso, el más célebre investigador de Roma, quién no tendrá otra opción de hacerse cargo de unos de los casos más difíciles y comprometidos de su carrera.
Gran conocedor de la naturaleza humana y peculiar páter familias -sus hijos adoptados y esclavos manumisos retratan a un hombre indiferente a los valores tradicionales-, no hay rincón de la ciudad eterna que se resista a la mirada indagadora de Gordiano. Sin embargo, a sus sesenta y un años, en un clima de guerra civil enrarecido por la volatilidad de las alianzas políticas, Gordiano deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y demostrar que no ha perdido ni un ápice de su renombrada inteligencia.
Esta es la séptima entrega de la exitosa serie Roma sub rosa, novelas que describen con enorme realismo los últimos años de la república romana a través de las peripecias de Gordiano el Sabueso.

Cruzar el Rubicón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cruzar el Rubicón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Miré la traducción de Diana y vi que aún faltaba algo.

– Sigue -dije con calma-. ¿Qué queda?

– «Pocos esclavos en la casa. Entre ellos dos muchachos, hermanos, adquiridos a la viuda de Clodio poco después de su muerte, antes mozos de cuadra en su villa de la via Apia. Mopso (el mayor) y Androcles (el menor). A menudo hacen de mensajeros para Gordiano. Las jarras pequeñas tienen asas grandes.» -Diana arrugó la frente-. Estoy segura de que pone eso.

– Es de una obra teatral de Ennio -dije-. Significa que los niños tienen las orejas muy abiertas; o sea que Mopso y Androcles podrían ser espías. Sigue.

– Sigue hablando de Mopso y Androcles. «Dada la inclinación de Gordiano a adoptar huérfanos y esclavos, ¿es posible que acabe con dos hijos más?» -Arqueó una ceja y esperó mi comentario.

– Sigue -dije-. ¿Qué más hay?

– Un resumen: «El sujeto no tiene peso político ni es rico, aunque está muy bien considerado por muchos que lo son. Una vez Cicerón dijo que era "el hombre más honrado de Roma", pero no se sabe de dónde viene su buena fama. Al no tomar claramente partido en polémicas peligrosas se las arregla para ponerse por encima de la rivalidad y así es libre de moverse entre un bando y otro. Incluso contratado por uno, conserva la apariencia de independencia y neutralidad, y se esfuerza por encontrar la "verdad" en vez de servir a prioridades partidistas. Combina la habilidad del investigador con la del diplomático. Podría ser su principal valor en una crisis: como un mensajero en el que confiaran ambos bandos.

»Por otra parte, algunos lo ven como un pragmático convicto y confeso que explota la confianza de hombres poderosos sin ofrecerles toda su lealtad. ¿Qué clase cíe hombre alquila su integridad, caso tras caso?

»Si se produjera una crisis de primera magnitud, ¿a quién sería leal? Posee una buena casa en el Palatino y ha conseguido no tener deudas (otro puntal de su independencia); es difícil saber qué interés tendría para él una revolución o una guerra civil. Por otra parte, su anómala familia de adoptados y esclavos manumisos indica que es un hombre al que le preocupan poco los valores tradicionales romanos. Es más preocupante su conexión con César a través de su hijo Metón. Sería, más que ninguna otra, la razón que podría empujarlo al partido de César.

»Conclusión: Gordiano podría resultar de utilidad al Magno, pero tendría que ser vigilado de cerca.»

Diana me miró.

– Esto es todo.

Arrugué la nariz.

– ¿Un pragmático convicto y confeso? -Sonaba tan mal como los rumores sobre Metón.

– La verdad es que, en conjunto, creo que te favorece -dijo Diana-. Hace que parezcas un individuo sutil.

– Los individuos sutiles se quedan sin cabeza en tiempos como éstos.

– Bueno, al menos Davo estará a salvo. -Me miró con seriedad y soltó una risita.

Yo sólo conseguí sonreír. Quería animarme, lo sé, pero no tenía idea de la enormidad del peligro que nos acechaba. Sentí una gran ternura por ella. Le acaricié el pelo.

De repente oímos un ligero alboroto en la parte delantera de la casa. Davo abandonó el patio. Al poco rato volvió dando zancadas.

– Otra visita -dijo. Estaba pálido.

– ¿A estas horas?

– Sí, suegro. El Magno en persona.

3

– ¿Pompeyo? ¡Imposible!

– Será imposible, suegro, pero está esperando en el vestíbulo con guardaespaldas armados.

– ¡Entonces está incumpliendo la ley! Pompeyo tiene un ejército regular permanente. No importa que sus legiones estén en Hispania… Los procónsules que mandan ejércitos no pueden cruzar las murallas de las ciudades.

– «¿No cesaréis de citarnos leyes viendo que ceñimos espada?» -dijo Diana, repitiendo una frase que Pompeyo había hecho famosa en Sicilia, cuando unos lugareños se quejaron de que estaba saltándose el tratado con Roma.

Respiré hondo.

– ¿Cuántos hombres lo acompañan?

– En el vestíbulo sólo hay dos -dijo Davo-. Los demás están en la calle.

Miré los papiros que había encima de la mesa.

– ¡Numerio! ¡Por Plutón! ¿Dónde han ido a parar sus sandalias? Si Pompeyo lo encuentra descalzo…

– Cálmate, suegro. Las sandalias están en su sitio. ¿Qué crees que he estado haciendo en el patio? He vestido a Numerio, le he puesto el anillo y la bolsa del dinero. El cuerpo está tal como lo encontrarnos.

– ¿Y la daga?

– He puesto la llavecita dentro y la he metido en la vaina.

– ¿Y el garrote?

Davo asintió con seriedad.

– Sigue allí.

Bajé la vista, a la mesa.

– Entonces todo está en su sitio… menos estos papiros. Quería haberlos devuelto a su lugar antes de que vinieran por el cuerpo. Si Pompeyo descubre que no están…

Davo puso ceño y dijo:

– Quizá si impedimos que Pompeyo vea a Numerio…

– ¿Cómo? ¿Escondiendo el cadáver? No creo que sea buena idea. Pompeyo debe de saber que Numerio estuvo aquí, por eso ha venido en persona. Si tratamos de esconder el cadáver y Pompeyo lo descubre, ¿qué crees que pensará?

Diana me tocó el brazo.

– Si lo que te preocupa es que Pompeyo te sorprenda con los documentos, papá, quemémoslos. El brasero está encendido. Sólo será un momento.

Miré los papiros.

– Podemos quemarlos, sí. O ponerlos otra vez en la sandalia de Numerio, si hay tiempo. En cualquier caso, nunca sabremos qué más dicen. Quizá cuenten más cosas sobre tus hermanos, o sobre algún otro que nos preocupa…

– Entonces, ¿los escondemos para descifrarlos más tarde?

– ¿Y si Pompeyo decide registrar la casa y los encuentra? Gordiano, «el pragmático convicto y confeso» y de lealtad dudosa, sorprendido en posesión de documentos secretos, con uno de los hombres de confianza del Magno muerto en su patio…

Diana cruzó los brazos.

– Pompeyo no tiene derecho a irrumpir en esta casa. No tiene derecho a registrar la casa de un ciudadano. -El fulgor de sus ojos me recordó a su madre.

– ¿Estás segura, hija? La última vez que el Senado aprobó un consultum ultimum fue hace diez años, cuando Cicerón era cónsul y acusó a Catilina de planear una insurrección. Eras demasiado pequeña para acordarte…

– Sé lo que es un senatusconsultum ultimum , papá. Leo las noticias en el Foro. Es un decreto extraordinario por el que los cónsules y procónsules reciben autorización para salvaguardar el Estado con cualquier medio a su alcance.

– Cualquier medio a su alcance, ¿y crees que no está al alcance de Pompeyo ponernos la casa patas arriba? A efectos prácticos, Roma está bajo la ley marcial. Que Pompeyo se atreva a entrar en la ciudad con hombres armados significa que las leyes ordinarias ya no existen. Puede pasar cualquier cosa. ¡Cualquier cosa!

La serenidad de Diana flaqueó. Cruzó los brazos con más fuerza.

– Sabiendo todo eso, papá, ¿qué quieres hacer con los documentos?

Los miré fijamente, paralizado por las dudas. Había conseguido asustarme más a mí que a Diana.

Oí voces en la parte delantera de la casa y levanté la vista. Pompeyo apareció por la puerta del patio, seguido de dos guardaespaldas. Los tres tenían expresión ceñuda y resuelta. Había esperado demasiado. La situación se me había escapado de las manos.

Miré por la ventana mientras doblaban a la derecha y luego a la izquierda, avanzando entre los pórticos que rodeaban el patio, camino de mi estudio. Pompeyo miró a su izquierda. Se detuvo tan bruscamente que uno de sus hombres tropezó con él. Por su expresión, supe lo que había visto. Seguí su mirada, pero la estatua de Minerva se interpuso. Lo único que podía ver del cuerpo de Numerio era un pie, con la sandalia de la que habíamos sacado los documentos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cruzar el Rubicón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cruzar el Rubicón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Steven Saylor - Wrath of the Furies
Steven Saylor
Steven Saylor - The Seven Wonders
Steven Saylor
Steven Saylor - Raiders of the Nile
Steven Saylor
Steven Saylor - Dom Westalek
Steven Saylor
Steven Saylor - The Triumph Of Caesar
Steven Saylor
Steven Saylor - Rubicon
Steven Saylor
Steven Saylor - Arms of Nemesis
Steven Saylor
Steven Saylor - Catilina's riddle
Steven Saylor
Отзывы о книге «Cruzar el Rubicón»

Обсуждение, отзывы о книге «Cruzar el Rubicón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x