Karin Fossum - Una mujer en tu camino

Здесь есть возможность читать онлайн «Karin Fossum - Una mujer en tu camino» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una mujer en tu camino: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una mujer en tu camino»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gunder Jomann se siente un hombre feliz tras regresar de un viaje a la India.Ha conseguido lo que más deseaba: una esposa india, joven y maravillosa. Pero su destino se tuerce, y el día que ella debe llegar a Noruega, desaparece. Poco después, el cuerpo de una mujer extranjera aparece mutilado a las afueras del pueblo. El inspector Sejer y su colega Skarre se ponen tras la pista del asesino. En su pequeña comunidad, donde todo el mundo se conoce y los secretos son difíciles de ocultar, nadie es sospechoso y, al mismo tiempo, cualquiera podría ser un asesino.

Una mujer en tu camino — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una mujer en tu camino», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ulla tenía los hombros muy anchos y un pecho impresionante. Parecía auténtico. Por lo demás, era delgada y de piernas largas. Iba muy maquillada.

– Pues temo decepcionarte -dijo -, pero no sé nada sobre lo de Hvitemoen.

– No contaba con ello -contestó Skarre sonriente -, pero así es como trabajamos. Miramos debajo de las piedras.

– Debajo de mis piedras no hay ningún bicho -dijo haciéndose la ofendida.

Skarre se rió, un poco avergonzado.

– Seguro que no. Solo intento impresionar, pero no siempre tengo éxito. ¿Hay algún sitio donde podamos hablar tranquilamente?

– No puedo moverme de aquí -se apresuró a decir la joven.

– ¿No puedes pedirle a alguien que se quede un momento?

La joven miró a su alrededor. En la sección de panadería había dos chicas que no tenían nada que hacer. Ulla hizo señas a una de ellas, que acudió corriendo.

– Hay un rincón para tomar café. Podemos sentarnos allí.

Las sillas eran horribles, de hierro fundido. Skarre solucionó el problema sentándose en el borde e inclinándose hacia delante.

– Es mera formalidad. Estamos investigando a la gente para dejarla fuera del caso. ¿Lo entiendes? Intentamos averiguar dónde se encontraba cada uno la tarde del veinte. Y qué pudo haber visto.

– Ya. Pero yo no vi nada. -La chica lo miraba expectante.

– Está bien, pero de todos modos tengo que preguntarte. ¿Dónde estuviste la noche del veinte?

Ulla reflexionó.

– Primero fui al gimnasio, a Adonis. Con un conocido.

– ¿Qué conocido?

– Un tal Gøran.

A Skarre le pareció que la joven empleaba un extraño vocabulario para referirse a su novio, pero no dijo nada.

– Acabamos sobre las ocho, creo. Cogí el autobús desde el centro a casa de mi hermana, que vive a diez kilómetros de Elvestad. Está casada y tiene un niño de dos años. Estuve haciendo de canguro -explicó.

– Entiendo. ¿Hasta qué hora estuviste allí?

– Hasta medianoche, más o menos.

– Y… ese tal Gøran, ¿estuvo contigo?

– No -contestó escuetamente -. No necesito compañía para cuidar de un niño de dos años. Estuve viendo la tele y volví a casa en el último autobús.

– ¿Así que tu novio no te acompañó?

Ella le lanzó una mirada fulminante.

– ¿Novio? ¿Quién dice que es mi novio?

– Gøran -respondió Skarre.

– No tengo novio -dijo Ulla.

Skarre apoyó la barbilla en las manos y la miró. La joven llevaba en una mano una bonita sortija con una piedra negra.

– ¿No eres la novia de Gøran Seter? -preguntó tranquilamente.

– Lo era -contestó ella, y Skarre percibió resignación en su voz.

– ¿Lo habéis dejado?

– Sí.

– ¿Cuándo?

– Justo ese día -contestó -. El veinte, después del gimnasio. No quería saber nada más de él.

Transcurrieron unos largos segundos mientras Skarre digería la información y se daba cuenta de su importancia.

– Ulla -dijo en voz baja -, perdona pero tengo que hacerte unas preguntas muy personales. Necesito saber algunos detalles relacionados con tu ruptura con Gøran.

– ¿Por qué? -preguntó ella, insegura.

– No puedo decírtelo. Por favor, cuéntame lo que puedas. Exactamente, ¿cuándo y cómo sucedió?

– ¿Por qué tengo que hablar de ello?

– Entiendo que pienses que no me concierne. Pero no es así.

– Ninguno de nosotros tenemos nada que ver con el asunto. No me apetece decir nada.

La chica volvió a cerrarse en banda. Skarre seguía sonsacándole.

– No hace falta que entres en detalles. Basta con que me hagas un breve resumen de cómo sucedió.

Skarre clavó sus ojos azules en los ojos verdes de Ulla. Solía funcionar, y la chica no fue una excepción.

– Llevábamos juntos casi un año. Solíamos entrenar juntos en Adonis. Yo no siempre voy tres veces a la semana, Gøran sí. Me recogía e íbamos juntos en su coche. Entrenábamos un par de horas. La tarde del veinte estuvimos en Adonis y yo ya había decidido dejarlo. Esperé a que hubiéramos acabado de entrenar. Nos fuimos cada uno a nuestro vestuario. Yo temblaba solo con pensar en lo que iba a decirle -admitió -. Decidí aplazarlo. Buscar una ocasión mejor. Pero a pesar de todo, luego se me escapó. Nos vimos a la entrada como de costumbre. Él se compró una Coca-Cola y yo un Sprite. Nos los bebimos fuera. Entonces se lo dije. Que no quería seguir. Que cogería el autobús para volver a casa.

Los pensamientos de Skarre volaron en todas las direcciones.

– Ulla -preguntó -, ¿cómo iba vestido después del gimnasio? ¿Lo recuerdas?

Ulla lo miró desconcertada.

– A ver si me acuerdo. Una camiseta de tenis, de esas con cuello, blanca. Y pantalones Levi’s negros. Es lo que suele llevar.

– ¿Cómo reaccionó?

– Se puso pálido. Pero no podía hacer nada. Si se ha acabado, se ha acabado. De manera que no dijo nada. Simplemente se fue pitando y se metió en su coche.

– ¿Dijo adónde iba?

– No. Pero me quedé un rato mirando cómo desaparecía. Recuerdo que llamó por el móvil. Luego se marchó. Las ruedas chirriaron.

– Ulla -dijo tranquilamente Skarre -. Volveremos a hablar contigo. Pero no debes preocuparte, ¿comprendes?

– Sí -contestó la joven, muy seria.

– Ya puedes volver a tu trabajo -dijo.

Skarre salió del centro comercial y se sentó en el coche. Tamborileó sin cesar sobre el volante. Gøran Seter no había hecho de canguro con Ulla. Ella había roto. Lo había rechazado. De camino hacia su casa pasó por Hvitemoen. Iba solo en su Golf rojo y llevaba una camiseta blanca.

15

Linda marcó el número de Karen varias veces, pero la madre decía siempre que no estaba. Hacía varios días que no hablaba con su amiga. La gente la miraba cuando estaba en el bar o cuando montaba en bici por la carretera. El entorno le era hostil. Linda estaba junto a la ventana mirando el oscuro jardín. Los rumores sobre dónde había estado la policía y dónde no corrían ya sin desenfreno. Y, en particular, sobre dónde había estado varias veces. Su madre no mostró ningún entusiasmo cuando supo que Linda había llamado a la policía. Y Linda no vislumbraba ninguna posibilidad de volver a ver a Jacob. Era incapaz de encontrar un pretexto para hacerle ir de nuevo a su casa. Había escrutado los confusos centelleos de su memoria en busca de más detalles. Aquellas dos personas en el prado. Aquel extraño juego. Cuando pensaba en ello, le seguía pareciendo un juego. Pero Jacob había dicho que uno veía lo que quería ver. Nadie quiere ver un asesinato. Un hombre corre tras una mujer, tal y como suele ocurrir. Por eso ella lo había interpretado de esa manera. Gøran la miró muy mal aquel día en el bar en que la pilló observando su coche. Ahora él ya sabría por qué lo hacía. No es que tuviera miedo a Gøran, pero no quería causarle problemas. Solo quería hablar del coche. Mucha gente tenía un Golf. Podría haber llegado de cualquier parte. Ahora era demasiado tarde. La policía había hablado ya con Gøran y con Ulla. Luego pensó en la cara de Gøran, en sus heridas. Otra gente aparte de ella tendría que haberlas visto. Y, de todos modos, otros las habrían mencionado. Ella ya no diría nada más, ni una palabra. ¡Pero tenía que ver a Jacob de nuevo! Se quedó un rato junto a la ventana y pensaba con todas sus fuerzas. Su madre se había ido a Holanda a recoger tulipanes. La casa estaba en silencio, eran más de las once. De repente, se apresuró hasta la entrada y cerró la puerta con llave. El ruido seco de la cerradura la asustó. Se sentó junto a la mesa de la cocina. Sonó el teléfono y se sobresaltó de tal manera que dio un pequeño respingo. Tal vez fuera Karen que llamaba por fin. Descolgó y gritó su nombre. Pero nadie contestó. Oía a alguien respirar. Aturdida, permaneció con el auricular en la mano.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una mujer en tu camino»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una mujer en tu camino» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una mujer en tu camino»

Обсуждение, отзывы о книге «Una mujer en tu camino» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x