• Пожаловаться

Jussi Adler-Olsen: La mujer que arañaba las paredes

Здесь есть возможность читать онлайн «Jussi Adler-Olsen: La mujer que arañaba las paredes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Детектив / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Jussi Adler-Olsen La mujer que arañaba las paredes

La mujer que arañaba las paredes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La mujer que arañaba las paredes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En Copenhague, el policía Carl Mørck está atravesando una de las épocas más negras de su vida. Tras ser sorprendido por el ataque de un asesino, un compañero suyo resulta muerto y otro gravemente herido. Su sentimiento de culpabilidad aumenta cuando su jefe y la prensa dudan de su actuación. Relegado a un nuevo departamento dedicado a casos no resueltos, Carl Mørck ve una oportunidad de demostrar su valía al descubrir las numerosas irregularidades cometidas en el caso de Merete Lynggaard. Cuando en 2002 esta mujer, una joven promesa de la política danesa, desapareció mientras realizaba un viaje en ferry, la policía decidió cerrar el caso por falta de pruebas. Sin embargo, Merete Lynggaard sigue viva aunque sometida a un terrible cautiverio. Encerrada y expuesta a los caprichos de sus secuestradores, sabe que morirá el 15 de mayo de 2007. Carl Mørck ha de utilizar todo su ingenio e intuición.

Jussi Adler-Olsen: другие книги автора


Кто написал La mujer que arañaba las paredes? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La mujer que arañaba las paredes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La mujer que arañaba las paredes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El jefe de Homicidios sacudió la cabeza. Era verdad, había estado demasiado ocupado desde que el caso del ciclista asesinado en el parque de Valby tomara un nuevo giro. Hasta la noche anterior habían tenido una buena testigo, una testigo fiable, y tenía sin duda más cosas que contar. Estaban seguros de estar muy cerca de resolver el caso. Pero de repente la testigo se cerró en banda. Saltaba a la vista que habían amenazado a alguien cercano a ella. Ellos la habían interrogado a fondo, estaba a punto de caramelo, habían hablado con sus hijas y con su madre, pero de pronto nadie tenía nada que decir. Sencillamente, tenían miedo. No, Marcus no había dormido gran cosa. O sea que, aparte de los titulares de los periódicos de la mañana, no sabía nada de nada.

– ¿El Partido Danés otra vez?

– Exacto. Su portavoz de Justicia ha vuelto a presentar la proposición en relación con el convenio policial, y esta vez va a haber mayoría a favor. Van a aprobarla, Marcus. Piv Vestergård va a conseguir lo que quiere.

– ¡No puede ser!

– Echó un sermón de veinte minutos desde la tribuna de oradores, y los partidos del Gobierno la apoyaron, por supuesto, aunque los de la Derecha probablemente lo hicieron a regañadientes.

– ¿Y…?

– ¿Tú qué crees? Puso cuatro ejemplos de casos feos archivados que en su opinión es una vergüenza para la opinión pública que estén sin resolver. Y tenía muchos más casos en la cartera, te lo aseguro.

– ¡Cojones! ¿Qué se piensa ésa? ¿Que la policía archiva los casos por diversión?

– Dejó entrever que podría ser lo que ocurre con cierto tipo de casos.

– ¡Qué disparate! ¿Por ejemplo…?

– Destacó, entre otros, casos en los que miembros del Partido Danés y los Liberales han sido víctimas de un crimen. Hablamos de casos de proyección nacional.

– ¡Esa tía está mal del coco!

El subinspector sacudió la cabeza.

– Eso crees, ¿eh? Pero eso era sólo una parte. Después, claro, mencionó casos de desapariciones de niños, casos en los que organizaciones políticas habían sido víctimas de ataques casi terroristas, casos de naturaleza particularmente bestial.

– Está claro que va a la caza de votos.

– Ya lo creo, si no lo habría arreglado fuera del Parlamento. Pero todos van a la caza de votos, porque todos los partidos están negociando en el Ministerio de Justicia. Los documentos van a llegar volando a la Comisión de Finanzas. Antes de dos semanas se habrá tomado una decisión, estoy seguro.

– ¿Y en qué va a consistir exactamente?

– En que hay que crear un nuevo departamento dentro de la Policía Criminal. Incluso propuso que se llamara Departamento Q, en referencia a la lista electoral del Partido Danés [1]. No sé si era broma, pero así va a ser -dijo, con una risa avinagrada.

– ¿Y el objetivo? ¿Sigue siendo el mismo?

– Sí, el único objetivo es, resumiendo, ocuparse de lo que llaman «casos que requieren especial atención».

– Ocuparse de casos que requieren especial atención -repitió el jefe, moviendo la cabeza afirmativamente-. Sí, es una expresión muy bonita y clásica de Piv Vestergård que suena bien. Y ¿quién va a decidir qué casos merecen ese calificativo? ¿Lo dijo también?

El subinspector se alzó de hombros.

– Vale, o sea, que nos pide que hagamos lo que de todas formas ya estamos haciendo. ¿Y qué? ¿En qué nos concierne?

– El departamento corresponde al Cuerpo Nacional de Policía, pero al parecer dependerá administrativamente de la Brigada de Homicidios de la policía de Copenhague.

El jefe de Homicidios se quedó boquiabierto.

– ¡No puede ser! ¿A qué te refieres con administrativamente?

– Nosotros haremos el presupuesto y rendiremos cuentas. Aportaremos el personal de oficina. Y los locales.

– No entiendo. ¿Ahora un departamento de Copenhague va a resolver casos enterrados del distrito policial de Hjørring? Los distritos policiales no lo aceptarán. Exigirán representantes en el departamento.

– No está previsto. Va a presentarse como una descarga de trabajo para los distritos policiales, no como una labor añadida.

– ¿Quieres decir que bajo este techo va a haber también una Brigada Móvil para casos imposibles? ¿Con respaldo de mis hombres? No, ni por el forro, no puede ser.

– Marcus, escucha. Sólo va a tratarse de un par de horas sueltas para unos pocos compañeros. No es nada.

– Pues a mí no me parece que no sea nada.

– Vale, entonces voy a decirte cómo lo veo yo, ¿de acuerdo?

El jefe de Homicidios se frotó la frente. No le quedaba otra opción.

– Marcus, va a haber una partida de dinero.

Calló un momento y miró intensamente a su jefe.

– No es mucho, pero sí lo suficiente para tener a un hombre ocupado y al mismo tiempo arramblar con un par de millones para el departamento. Es una partida especial creada para la ocasión.

– ¡Vale! ¿Un par de millones? -asintió con la cabeza, concentrado-. ¡Vale! ¡De acuerdo!

– Genial, ¿verdad? Vamos a montar el departamento en menos que canta un gallo, Marcus. Creen que vamos a resistirnos, pero no lo haremos. Les haremos una propuesta constructiva y un presupuesto en el que evitaremos asignar un destino concreto para las partidas. Después ponemos a Carl Mørck como jefe del nuevo departamento, aunque no va a ser jefe de nadie porque va a estar solo. Y va a estar a una distancia de seguridad de todos los demás, puedes estar seguro.

¡Carl Mørck de jefe del Departamento Q! El jefe de Homicidios se lo estaba imaginando. Una unidad así podía gestionarse fácilmente con un presupuesto de menos de un millón al año. Incluidos viajes, análisis de laboratorio y toda la pesca. Si el departamento pedía cinco millones al año por el servicio, a él le quedaría lo suficiente para un par de grupos de investigación más en la sección de Homicidios. Entonces podrían ir investigando poco a poco viejos casos. Puede que no casos del Departamento Q, pero algo parecido. Los contornos borrosos eran la clave de todo. Genial, sí señor. Ni más ni menos.

Capítulo 4

2007

Hardy Henningsen era el policía más alto que había trabajado en Jefatura. En sus papeles del servicio militar ponía que medía dos metros siete, pero se quedaron cortos. Cuando hacían alguna detención era siempre Hardy el que llevaba la voz cantante, y los detenidos tenían que alzar la cabeza mientras les leía sus derechos. Aquello solía causar una impresión duradera en la mayoría.

En aquel momento la altura no era ninguna ventaja para Hardy. Por lo que veía Carl, aquellas largas piernas paralizadas no podían estirarse. Carl propuso a la enfermera que desmontara el pie de la cama, pero por lo visto sus competencias no daban para tanto.

Hardy no decía nada. Su televisor estaba encendido a todas horas del día y de la noche, y la gente entraba y salía de la habitación, pero él no reaccionaba. Simplemente estaba allí, en Hornbæk, en la Clínica para Lesiones de Médula, tratando de sobrevivir. De masticar la comida, mover un poco el hombro, que era lo único que podía controlar de cuello para abajo, y por lo demás, dejar que las auxiliares manipularan su torpe cuerpo paralizado. Se limitaba a mirar al techo mientras le lavaban la entrepierna, le metían agujas hipodérmicas o vaciaban su bolsa de heces. Hardy ya no hablaba tanto, no.

– Ya he vuelto a Jefatura, Hardy -le contó Carl mientras le ajustaba el edredón-. Están trabajando a tope en el caso. Aunque todavía no han encontrado nada, seguro que echan mano a los que nos dispararon.

Los pesados párpados de Hardy no se movieron. No se dignó dirigir la mirada a Carl ni al exagerado y repetitivo reportaje sobre el desalojo de la Casa de la Juventud que estaban dando en las noticias de la segunda cadena de televisión. Era evidente que todo le daba igual. Hasta su rabia había desaparecido. Carl lo entendía mejor que nadie. Aunque no se lo mostraba a Hardy, también a él le importaba todo un huevo. Era absolutamente irrelevante saber quién les disparó. ¿De qué iba a valer saberlo? Si no habían sido unos, habrían sido otros. En el mundo había basura así de sobra.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La mujer que arañaba las paredes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La mujer que arañaba las paredes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «La mujer que arañaba las paredes»

Обсуждение, отзывы о книге «La mujer que arañaba las paredes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.