Lawrence Block - Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar

Здесь есть возможность читать онлайн «Lawrence Block - Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El crimen es el crimen, pero el asesinato es algo mayor, diferente. Nadie tiene derecho a arrojar al río la cabeza de un pequeño ladrón y chantajista. Por lo menos según el codigo de honor de Matt Scudder…
Giros Jablon, un delincuente de poca monta, acude a donde un antiguo policía al que respetaba, Matt Sudder, para entregarle un sobre que debe abrir tan sólo si muere violentamente. Cuando es asesinado Scudder lo abre y averigua que estaba chantajeando a tres personas importantes una de las cuales, con casi total seguridad, es el responsable de su asesinato.

Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Mira, Matt…

Inhalé del cigarro y dije:

– Déjame hacerlo a mi manera un rato. Te rellenaré un parte, pero nada va al papel de momento. Ya tienes bastante con lo que pasó esta noche como para llamarlo homicidio justificado, ¿no? Tienes un testigo y tienes un cadáver con una navaja en la mano.

– ¿Y qué?

– El cadáver estaba contratado para seguirme. Cuando sepa quién es, probablemente sabré quién le contrató. Creo que también le contrataron para matar a alguien hace poco y cuando sepa su nombre y antecedentes podré añadir pruebas que, si no me equivoco, van a llevarnos directamente a la persona que paga.

– Y mientras tanto, ¿no puedes dar más información sobre esto?

– No.

– ¿Algún motivo en particular?

– No quiero meter en líos a la persona equivocada.

– Lo estás jugando tú solo, ¿verdad?

Me encogí de hombros.

– Están mirando abajo en este momento. Si no aparece ahí, mandaremos las huellas por telegrama a la oficina de Washington D. C. Podría ser una noche muy larga.

– Esperaré, si no hay problema.

– De hecho, preferiría que te quedaras. Hay un sofá en la oficina del teniente, si quieres cerrar los ojos un rato.

Dije que esperaría hasta que los de abajo dieran su respuesta. Encontró algo que hacer y yo entré en un despacho vacío y cogí un periódico. Supongo que me dormí, porque lo siguiente fue que Birnbaum me estaba sacudiendo por el hombro. Abrí los ojos.

– Nada abajo, Matt. A nuestro chico nunca le pillaron en Nueva York.

– Ya me parecía.

– Pensaba que no sabías nada de él.

– Es verdad. Estoy trabajando con presentimientos, te lo dije.

– Nos podrías ahorrar trabajo si nos dijeras por dónde mirar.

Negué con la cabeza.

– No puedo pensar en nada más rápido que mandar un telegrama a Washington.

– Ya mandamos sus huellas por telegrama. Pueden pasar un par de horas de todos modos, y ya está amaneciendo. ¿Por qué no te vas a casa y te llamo en cuanto llegue algo?

– Lo tenéis todo previsto. ¿En estos días no hace el departamento este tipo de cosas por ordenador?

– Sí. Pero alguien tiene que decirle qué hacer al ordenador, y ahí abajo tardan. Vete a casa a dormir un poco.

– Esperaré.

– Como quieras. -Se puso en camino hacia la puerta, luego se dio la vuelta para recordarme lo del sofá en la oficina del teniente. Pero el breve sueño en la silla había disipado algo la necesidad de dormir. Naturalmente estaba agotado, pero dormir ya no era posible. Demasiadas ruedas mentales estaban empezando a girar y no podía pararlas.

Tenía que ser un chico de Prager. Simplemente tenía que ser así. O se había perdido la noticia de que Prager estaba muerto y fuera de escena o estaba estrechamente unido con Prager y me quería muerto por despecho. O había sido contratado por un intermediario, de alguna manera, y no sabía que Prager estaba implicado. Algo, cualquier cosa, porque de otra manera…

No quise pensar en esa otra manera.

Le había dicho la verdad a Birnbaum. Tuve un presentimiento, y cuanto más lo pensaba, más creía en él, y a la vez quería estar equivocado. Así que esperé allí en la comisaría, mientras leía periódicos y bebía interminables tazas de café claro e intentaba no pensar en todas las cosas en las que no había manera de no pensar. En algún momento Birnbaum se fue para casa después de dar órdenes a otro detective llamado Guzik, y sobre las 9.30 Guzik se me acercó y me dijo que tenían noticias de Washington.

Las leyó de la hoja del ordenador.

– Lundgren, John Michael. Fecha de nacimiento 14 de marzo de 1943. Lugar de nacimiento: San Bernardino, California. Una estela de detenciones allí, Matt. Vivir de ganancias inmorales, asalto, asalto a mano armada, robo de vehículos, robo de una cantidad importante. Hacía trabajos locales por toda la costa oeste, cumplió larga condena en San Quintín.

– Le echaron de uno a cinco años en Folson -dije-. No sé si lo llamaron extorsión o latrocinio. Eso habrá sido hace poco.

Me miró.

– Pensaba que no le conocías.

– No le conozco. Tenía un negocio de timos. Detenido en San Diego, su compañera le dio la vuelta a la acusación del fiscal y salió. Sentencia suspendida.

– Ésos son más detalles de los que tengo aquí.

Le pedí un cigarro. No fumaba. Se dio la vuelta para preguntar si alguien tenía un cigarro, pero le dije que pasara.

– Trae a alguien que sepa taquigrafía -dije-. Hay mucho que contar.

Les di todo lo que podía. Cómo Beverly Ethridge se había introducido y salido del mundo del crimen. Cómo se había casado bien y reconvertido en el tipo de mujer que había sido previamente respetada en la buena sociedad. Cómo Giros Jablon lo había unido todo con la base de una foto de un periódico y convertido en una operación de chantaje ingeniosa.

– Supongo que estuvo buscando evasivas durante una temporada -dije-. Pero seguía siendo caro y él exigía cantidades cada vez más grandes. Entonces su antiguo novio se vino al este y le enseñó una salida. ¿Por qué pagar dinero por chantaje cuando es mucho más fácil matar al chantajista? Como criminal, Lundgren era un profesional, pero como asesino era amateur. Intentó un par de métodos diferentes con Giros. Intentó cogerle con un coche, luego acabó golpeándole en la cabeza y poniéndole en el río East. Luego intentó matarme a mí con el coche.

– Y luego con la navaja.

– Sí.

– ¿Cómo entraste en esto?

Lo expliqué, dejando ocultos los nombres de las otras víctimas del Giros. No les gustó mucho, pero no había nada que pudieran hacer. Les conté cómo me había expuesto como blanco y cómo Lundgren había caído en la trampa.

Guzik me interrumpía constantemente para decirme que debía habérselo contado todo a la policía desde el principio, y yo le decía constantemente que era algo que yo no estaba dispuesto a hacer.

– Lo habríamos manejado bien, Matt. ¡Por Dios!, hablas de que Lundgren es un amateur, joder, actuabas tú mismo como un aficionado y casi te cargan. Acabaste enfrentándote a una navaja con nada más que tus manos, y es pura suerte que estés vivo ahora. ¡Diablos!, deberías saber más, fuiste poli durante quince años y actúas como si no supieras de lo que va el departamento.

– ¿Qué me dices de la gente que no mató a Giros? ¿Qué les pasa a ellos si os entrego todo tal como está?

– Eso es problema de ellos, ¿no? Entraron con las manos sucias. Tienen algo que esconder, que no debería estorbar en el caso de una investigación de asesinato.

– Pero no hubo ninguna investigación. A todos les importó un comino Giros.

– Porque estabas reteniendo pruebas.

Negué con la cabeza.

– Eso es mierda -dije-. No tenía pruebas de que hubieran matado a Giros. Tenía pruebas de que estaba chantajeando a varias personas. Eran pruebas contra Giros, pero estaba muerto y no creo que estuvierais tan preocupados como para sacarle del depósito de cadáveres y meterle en una celda. En el momento en que tuve las pruebas de asesinato, las puse en vuestras manos. Mira, podríamos discutir todo el día. ¿Por qué no pides una orden de busca y captura para Beverly Ethridge?

– ¿Y acusarla de qué?

– Dos cargos de conspiración para el asesinato.

– ¿Tienes las pruebas del chantaje?

– En un lugar seguro. Una caja de seguridad. Las puedo traer aquí dentro de una hora.

– Creo que te acompañaré a cogerlas.

Le miré.

– Quizás quiero ver realmente lo que tienes en el sobre, Scudder.

Hasta entonces había sido Matt. Me preguntaba cuál era el juego que quería jugar. Quizás estaba pescando, pero tenía idea de algo. Quizás quería tomar mi lugar en el juego de chantaje, sólo que quería dinero real, no el nombre de un asesino. Quizás imaginaba que los otros pichones habían cometido crímenes de verdad y que podía conseguir un reconocimiento al acabar con ellos. No le conocía lo suficientemente bien como para adivinar cuál podía ser su motivación, pero en realidad, era igual.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Lawrence Block - The Ehrengraf Reverse
Lawrence Block
Lawrence Block - A Stab in the Dark
Lawrence Block
Lawrence Block - Killing Castro
Lawrence Block
Lawrence Block - Un baile en el matadero
Lawrence Block
Jordi Sierra i Fabra - Sin tiempo para soñar
Jordi Sierra i Fabra
Lawrence Block - Hit Parade
Lawrence Block
Eduardo Zannoni - Razón para matar
Eduardo Zannoni
Blake Pierce - Causa para Matar
Blake Pierce
Blake Pierce - Razão Para Matar
Blake Pierce
Отзывы о книге «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar»

Обсуждение, отзывы о книге «Tiempo Para Crear, Tiempo Para Matar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x