Donna Leon - Piedras Ensangrentadas

Здесь есть возможность читать онлайн «Donna Leon - Piedras Ensangrentadas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Piedras Ensangrentadas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Piedras Ensangrentadas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una fría noche, poco antes de Navidad, un vendedor ambulante africano es asesinado mientras intenta vender imitaciones de bolsos de diseño a unos turistas. ¿Por qué querría alguien matar a un inmigrante ilegal? La respuesta más obvia es la primera aceptada: un ajuste de cuentas entre ellos. Pero cuando Brunetti y sus fieles aliados, Vianello y la signorina Elettra, investigan en los bajos fondos venecianos descubren que entre la sociedad inmigrante hay en juego asuntos de mucho mayor calado. El descubrimiento de pruebas críticas y las oportunas advertencias de su superior para abandonar el caso no hacen sino aumentar la determinación de Brunetti para esclarecer este misterioso asesinato.
Con catorce casos resueltos y un clamoroso éxito internacional, Donna Leon está considerada una de las más importantes damas de la novela negra actual.

Piedras Ensangrentadas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Piedras Ensangrentadas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No tenía objeto andarse con rodeos.

– El asesinato de campo Santo Stefano. Es el único caso de asesinato que tenemos pendiente.

– No lo es -dijo Patta al instante.

– ¿Qué? -preguntó Brunetti secamente, y creyó conveniente rectificar-: ¿Cómo dice, señor?

– El caso no es nuestro, Brunetti, como ya le expuse claramente. El caso ha sido traspasado al Ministerio del Interior para su investigación.

– ¿Sin explicaciones?

– Yo no acostumbro a cuestionar las decisiones de mis superiores -dijo Patta.

Brunetti tuvo que hacer un esfuerzo para reprimir una exclamación de asombro o un sarcasmo y responder con calma:

– No pretendo cuestionar sus decisiones, señor. Pero me gustaría saber si el caso ha sido resuelto. Si es así, nosotros podremos cerrarlo.

– Eso ya está hecho, comisario - dijo Patta tranquilamente.

– ¿Está cerrado?

– Cerrado. Todos los documentos han sido enviados al Ministerio del Interior.

– ¿Y los archivos del ordenador? -Antes de acabar de hablar ya le pesaba haber preguntado.

– También les han sido transferidos.

Vicequestore -dijo Brunetti esforzándose por mantener la voz afable y serena-, yo no entiendo mucho de ordenadores, pero sé que trabajar con ellos es distinto a trabajar con papel. Cuando se envía un e-mail, por ejemplo, el original permanece en el ordenador.

Patta sonrió con el gesto de aprobación del que aplaude a un discípulo brillante.

– Eso coincide con mi propia visión del proceso, comisario.

– ¿Y es así?

– ¿Cómo dice?

– ¿Los originales de los documentos siguen en el ordenador?

– Ah, yo no creo poder responder a eso, comisario.

– ¿Quién entonces?

– Los informáticos del ministerio que han estado aquí durante las fiestas. Traían una orden del ministro.

La calefacción. La calefacción: debió figurárselo.

Brunetti no sabía qué más podía decir. Se puso en píe, preguntó si debía empezar a interrogar a los que habían denunciado robos en sus domicilios y, cuando Patta respondió que eso le parecía lo mejor que podía hacer con su tiempo, se excusó y salió del despacho.

La signorina Elettra, que ahora estaba sentada a su mesa, fue a decirle algo al verlo salir pero, al observar su expresión, se quedó cortada.

En voz baja y tono de conspiración, Brunetti dijo:

– El vicequestore acaba de comunicarme de que durante las fiestas han estado aquí informáticos del Ministerio del Interior. Ha dicho que han transferido -puso énfasis en esta palabra- los archivos del asesinato del hombre de campo Santo Stefano a su oficina, que ahora se ha hecho cargo del caso. -Al decir la última frase, notó que estaba a punto de perder el control incluso de la voz baja que estaba utilizando y trató de relajarse-. ¿Podría comprobarlo?

Ella apretó los labios como solía hacer cuando estaba tensa o enfadada.

– Ya lo he comprobado, comisario. Precisamente eso es lo que iba a decirle. Lo han borrado todo.

Él tuvo que inclinarse para oírla.

– ¿Todo? ¿No está lo que se llama el backup y… esas cosas?

– También borrado. Lo han dejado limpio.

– ¿Es posible hacer eso? Creí que usted era… -No conocía las palabras para expresar lo que él creía que ella era.

– Y lo soy. Normalmente. Pero, por lo que usted dice, esa gente ha tenido casi una semana. Han podido encontrar cualquier cosa.

– ¿Y lo han encontrado?

Ella movió la cabeza negativamente.

– No, señor. Por fortuna, lo único que guardo aquí son los casos actuales, y ése era el único.

– ¿El único? -preguntó él, desconcertado-. Pero el… como se llame, el disco duro -dijo agitando la mano hacia el ordenador-. ¿No habrá allí restos de otras cosas?

– Debería haberlas. Normalmente. Pero este ordenador es nuevo. Tuve que comprarlo antes de Navidad, de manera que la única… la única información delicada que había era la referente al hombre de campo Santo Stefano, y aun no toda.

Él pensaba en todas las cosas para las que ella había utilizado el ordenador en el pasado a fin de ayudarle, las claves que había forzado, para no hablar de las leyes que había quebrantado y cerró los ojos con un alivio cuyo alcance no podía medir.

– ¿Tuvo que comprarlo?

– En mi calidad de asistente administrativa del vicequestore -respondió ella con afectada humildad.

– ¿Y el viejo?

– Lo tiene Vianello.

– ¿En su despacho? -preguntó Brunetti con voz rayana en el pánico.

– No, señor. En su casa.

– ¿Así, sin más? -¿Esto era abuso de confianza o simple hurto?

– No, señor; tuvo que pagar una cantidad a la ques-tura. Existe un procedimiento para el traspaso de material de oficina a particulares que no sean funcionarios de una agencia gubernamental.

– ¿Y la policía no es una agencia del Gobierno?

– Por supuesto. Pero la suegra no pertenece a la policía.

Brunetti quería saber más.

– ¿Cuánto pagó él… ella por el ordenador?

– Diez euros.

– ¿Obsolescencia programada?

– Nada de eso, comisario. Ese ordenador tenía una avería en el disco duro, y el técnico que vino a repararlo me dijo que no tenía arreglo y que había que venderlo para chatarra.

– Supongo que lo pondría por escrito.

– Por supuesto.

– ¿Y después?

– La suegra de Vianello se ofreció a comprarlo, para ahorrarnos tener que pagar a alguien para que se lo llevara.

Brunetti esperaba que siguiera hablando, pero ella calló. Entonces, como el que se encarniza con una muela que se mueve, él insistió:

– ¿Y qué más?

– Pues que una tarde en que yo estaba allí por casualidad, Nadia me pidió que echara un vistazo al ordenador para ver si se me ocurría algo, y entonces vi cuál era la causa de la anomalía y la subsané. -Sonrió satisfecha al recordar aquel éxito.

– Imagino que todos quedarían muy sorprendidos. -Estupefactos, comisario.

CAPITULO 25

Brunetti se asustaba a! pensar en lo que había estado a punto de ocurrir, a pesar de que no sabía todo lo que el Ministerio del Interior habría podido encontrar en los archivos que la signorína Elettra guardaba en el viejo ordenador. Estaba claro que, en cualquier momento, una oficina del Gobierno podía acceder a la información que ella almacenaba y robársela. No quería pensar en los riesgos que habían corrido durante los últimos años ni en que en el disco duro que ahora estaba en poder de Vianello había constancia de todas sus propias incursiones. Su carrera no duraría ni un día, ni la de Vianello, ni la de la signorina Elettra, si ciertas personas de la questura se enteraban de la clase de información que ellos tres habían acumulado en el transcurso de los años y de los medios que habían utilizado para conseguirla.

Recordó la rica vestidura que Medea había enviado a la novia de Jasón: por más que hacían ella y su padre, no conseguían apagar las llamas que brotaban de la túnica en cuanto se la ponía. Así también, una vez se almacenaba información en un ordenador, nada que no fuera la completa destrucción de la máquina podía extinguirla por completo.

Brunetti se dijo que no había que exagerar el peligro y que, en realidad, él no entendía de ordenadores lo suficiente como para estar seguro de eso. Además, la única información que había sido detectada correspondía a un crimen que él estaba plenamente autorizado a investigar. La información facilitada posteriormente por Rizzardi, con aquellas horribles fotos, estaba a buen recaudo, dentro de la guía telefónica. Cuando llegó a su despacho, colgó el abrigo como hacía siempre, miró si había mensajes o correo en la mesa y, con la sensación de que unos ojos invisibles lo espiaban, abrió el cajón de abajo y sacó la guía. En la F estaban las fotos. Las sacó, las dobló en tres y las introdujo en el bolsillo interior de la chaqueta. Entonces lo invadió una sensación de alivio tan intensa que notó cómo se le humedecía la camisa en las axilas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Piedras Ensangrentadas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Piedras Ensangrentadas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Piedras Ensangrentadas»

Обсуждение, отзывы о книге «Piedras Ensangrentadas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x