• Пожаловаться

David: SECRETA.PDF

Здесь есть возможность читать онлайн «David: SECRETA.PDF» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Старинная литература / на английском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

libcat.ru: книга без обложки

SECRETA.PDF: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «SECRETA.PDF»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

David: другие книги автора


Кто написал SECRETA.PDF? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

SECRETA.PDF — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «SECRETA.PDF», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Dígalo, señor...

—¡No puedo!

—Entonces Dobby tendrá que hacerlo, señor, por el bien de Harry Potter.

El pudín cayó al suelo con un estrépito capaz de provocar un infarto. El plato se hizo añicos y la nata salpicó ventanas y paredes. Dando un chasquido como el de un látigo, Dobby desapareció.

Del comedor llegaron unos alaridos y tío Vernon entró de sopetón en la cocina y halló a Harry paralizado por el susto y cubierto de la cabeza a los pies con los restos del pudín de tía Petunia.

Al principio le pareció que tío Vernon aún podría disimular el desastre («nuestro sobrino, ya ven..., está muy mal..., se altera al ver a desconocidos, así que lo tenemos en el piso de arriba...»). Llevó a los impresionados Mason de nuevo al comedor, prometió a Harry que, en cuanto se fueran, lo desollaría vivo, y le puso una fregona en las manos.

Tía Petunia sacó helado del congelador y Harry, todavía temblando, se puso a fregar la cocina.

Tío Vernon podría haberlo solucionado de esta manera, si no hubiera sido por la lechuza.

En el preciso instante en que tía Petunia estaba ofreciendo a sus invitados unos bombones de menta, una lechuza penetró por la ventana del comedor, dejó caer una carta sobre la cabeza de la señora Mason y volvió a salir. La señora Mason gritó como una histérica y huyó de la casa exclamando algo sobre los locos. El señor Mason se quedó sólo lo suficiente para explicarles a los Dursley que su mujer tenía pánico a los pájaros de cualquier tipo y tamaño, y para preguntarles si aquélla era su forma de gastar bromas.

Harry estaba en la cocina, agarrado a la fregona para no caerse, cuando tío Vernon avanzó hacia él con un destello demoníaco en sus ojos diminutos.

—¡Léela! —dijo hecho una furia y blandiendo la carta que había dejado la lechuza—. ¡Vamos, léela!

Harry la cogió. No se trataba de ninguna felicitación por su cumpleaños.

Estimado Señor Potter:

Hemos recibido la información de que un hechizo levitatorio ha sidousado en su lugar de residencia esta misma noche a las nueve y doce minutos.

Como usted sabe, a los magos menores de edad no se les permite realizarconjuros fuera del recinto escolar y reincidir en el uso de la magia podríaacarrearle la expulsión del colegio (Decreto para la moderada limitación dela brujería en menores de edad, 1875, artículo tercero).

Asimismo le recordamos que se considera falta grave realizar cualquieractividad mágica que entrañe un riesgo de ser advertida por miembros de lacomunidad no mágica o muggles (Sección decimotercera de la ConfederaciónInternacional del Estatuto del Secreto de los Brujos).

¡Que disfrute de unas buenas vacaciones!

Afectuosamente,

Mafalda Hopkirk

Departamento Contra el Uso Indebido de la MagiaMinisterio de Magia

Harry levantó la vista de la carta y tragó saliva.

—No nos habías dicho que no se te permitía hacer magia fuera del colegio —dijo tío Vernon, con una chispa de rabia en los ojos—. Olvidaste mencionarlo... Un grave descuido, me atrevería a decir...

Se echaba por momentos encima de Harry como un gran buldog, enseñando los dientes.

—Bueno, muchacho, ¿sabes qué te digo? Te voy a encerrar... Nunca regresarás a ese colegio... Nunca... Y si utilizas la magia para escaparte, ¡te expulsarán!

Y, riéndose como un loco, lo arrastró escaleras arriba.

Tío Vernon fue tan duro con Harry como había prometido. A la mañana siguiente, mandó poner una reja en la ventana de su dormitorio e hizo una gatera en la puerta para pasarle tres veces al día una mísera cantidad de comida. Sólo lo dejaban salir por la mañana y por la noche para ir al baño. Aparte de eso, permanecía encerrado en su habitación las veinticuatro horas del día.

Al cabo de tres días, no había indicios de que los Dursley se hubieran apiadado de él, y Harry no encontraba la manera de escapar de su situación. Pasaba el tiempo tumbado en la cama, viendo ponerse el sol tras la reja de la ventana y preguntándose entristecido qué sería de él.

¿De qué le serviría utilizar sus poderes mágicos para escapar de la habitación, si luego lo expulsaban de Hogwarts por hacerlo? Por otro lado, la vida en Privet Drive nunca había sido tan penosa. Ahora que los Dursley sabían que no se iban a despertar por la mañana convertidos en murciélagos, había perdido su única defensa. Tal vez Dobby lo había salvado de los horribles sucesos que tendrían lugar en Hogwarts, pero tal como estaban las cosas lo mas probable era que muriese de inanición Se abrió la gatera y apareció la mano de tía Petunia, que introdujo en la habitación un cuenco de sopa de lata. Harry, a quien las tripas le dolían de hambre, saltó de la cama y se abalanzó sobre el cuenco. La sopa estaba completamente fría, pero se bebió la mitad de un trago. Luego se fue hasta la jaula de Hedwig y le puso en el comedero vacío los trozos de verdura embebidos del caldo que quedaban en el fondo del cuenco. La lechuza erizó las plumas y lo miró con expresión de asco intenso.

—No debes despreciarlo, es todo lo que tenemos —dijo Harry con tristeza.

Volvió a dejar el cuenco vacío en el suelo, junto a la gatera, y se echó otra vez en la cama, casi con más hambre que la que tenía antes de tomarse la sopa.

Suponiendo que siguiera vivo cuatro semanas más tarde, ¿qué sucedería si no se presentaba en Hogwarts? ¿Enviarían a alguien a averiguar por qué no había vuelto?

¿Podrían conseguir que los Dursley lo dejaran ir?

La habitación estaba cada vez más oscura. Exhausto, con las tripas rugiéndole y el cerebro dando vueltas a aquellas preguntas sin respuesta, Harry concilió un sueño agitado.

Soñó que lo exhibían en un zoo, dentro de una jaula con un letrero que decía

«Mago menor de edad». Por entre los barrotes, la gente lo miraba con ojos asombrados mientras él yacía, débil y hambriento, sobre un jergón. Entre la multitud veía el rostro de Dobby y le pedía ayuda a voces, pero Dobby se excusaba diciendo: «Harry Potter está seguro en este lugar, señor», y desaparecía. Luego llegaban los Dursley, y Dudley repiqueteaba los barrotes de la jaula, riéndose de él.

—¡Para! —dijo Harry, sintiendo el golpeteo en su dolorida cabeza—. Déjame en paz... Basta ya..., estoy intentando dormir...

Abrió los ojos. La luz de la luna brillaba por entre los barrotes de la ventana. Y

alguien, con los ojos muy abiertos, lo miraba tras la reja: alguien con la cara llena de pecas, el pelo cobrizo y la nariz larga.

Ron Weasley estaba afuera en la ventana.

3

La Madriguera

—¡Ron! —exclamó Harry, encaramándose a la ventana y abriéndola para poder hablar con él a través de la reja—. Ron, ¿cómo has logrado...? ¿Qué...?

Harry se quedó boquiabierto al darse cuenta de lo que veía. Ron sacaba la cabeza por la ventanilla trasera de un viejo coche de color azul turquesa que estaba detenido ¡ni más ni menos que en el aire! Sonriendo a Harry desde los asientos delanteros, estaban Fred y George, los hermanos gemelos de Ron, que eran mayores que él.

—¿Todo bien, Harry?

—¿Qué ha pasado? —preguntó Ron—. ¿Por qué no has contestado a mis cartas?

Te he pedido unas doce veces que vinieras a mi casa a pasar unos días, y luego mi padre vino un día diciendo que te habían enviado un apercibimiento oficial por utilizar la magia delante de los muggles .

—No fui yo. Pero ¿cómo se enteró?

—Trabaja en el Ministerio —contestó Ron—. Sabes que no podemos hacer ningún conjuro fuera del colegio.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «SECRETA.PDF»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «SECRETA.PDF» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «SECRETA.PDF»

Обсуждение, отзывы о книге «SECRETA.PDF» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.