David - FUEGO.PDF

Здесь есть возможность читать онлайн «David - FUEGO.PDF» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Старинная литература, на английском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

FUEGO.PDF: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «FUEGO.PDF»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

FUEGO.PDF — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «FUEGO.PDF», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

por su propia seguridad.

—¡Ah, ya veo! —repuso Moody en voz baja—. Lo haces por Potter, ¿eh?

Hubo una pausa. Snape y Moody seguían mirándose el uno al otro. La Señora Norris emitió un sonoro maullido, todavía escudriñando desde los pies de Filch, como si buscara la fuente del olor del baño de espuma.

—Creo que volveré a la cama —declaró Snape con tono cortante.

—Ésa es la mejor idea que has tenido en toda la noche —dijo Moody—. Ahora, Filch, si me das ese huevo...

—¡No! —Filch agarraba el huevo como si fuera su primogénito—. ¡Profesor Moody, ésta es la prueba de la conducta de Peeves!

—Pero pertenece al campeón al que se lo robó —replicó Moody—. Entrégamelo.

Ahora mismo.

Snape bajó la escalera y pasó por al lado de Moody sin decir nada más. Filch le hizo una especie de marramiau a la Señora Norris , que miró a Harry fijamente, como sin comprender, antes de volverse y seguir a su amo. Aún con la respiración alterada, Harry oyó a Snape alejarse por el corredor. Filch le entregó el huevo a Moody, y también desapareció de la vista, susurrándole a la Señora Norris :

—No importa, cielo mío. Veremos a Dumbledore por la mañana y le diremos lo de Peeves.

Se oyó un portazo. Quedaron solos Harry y Moody, que apoyó el bastón en el primer escalón y empezó a ascender con dificultad hacia él, dando un golpe sordo a cada paso.

—Por un pelo, Potter —murmuró.

—Sí... eh... gracias —dijo Harry débilmente.

—¿Qué es esto? —preguntó Moody, sacando del bolsillo el mapa del merodeador y desplegándolo.

—Un mapa de Hogwarts —explicó Harry, esperando que Moody no tardara en sacarlo del escalón falso: le dolía la pierna.

—¡Por las barbas de Merlín! —susurró Moody, mirando el mapa. Su ojo mágico lo recorría como enloquecido—. Esto... ¡esto si que es un buen mapa, Potter!

—Sí, es... es muy útil —repuso Harry. Estaba a punto de llorar del dolor—. Eh...

profesor Moody, ¿cree que podrá ayudarme?

—¿Qué? ¡Ah!, si, claro.

Moody agarró a Harry de los brazos y tiró. La pierna de Harry se liberó del escalón falso, y él se subió al inmediatamente superior.

Moody volvió a observar el mapa.

—Potter... —dijo pensativamente—, ¿no verías por casualidad quién entró en el despacho de Snape? ¿No lo verías en el mapa?

—Eh... sí, lo vi —admitió Harry—. Fue el señor Crouch.

El ojo mágico de Moody recorrió rápidamente toda la superficie del mapa.

—¿Crouch? —preguntó con inquietud—. ¿Estás seguro, Potter?

—Completamente —afirmó Harry.

—Bueno, ya no está aquí —dijo Moody, recorriendo todavía el mapa con su ojo—.

Crouch... Eso es muy, muy interesante.

Quedó en silencio durante más de un minuto, sin dejar de mirar el mapa. Harry comprendió que aquella noticia le revelaba algo a Moody, y hubiera querido saber qué era. No sabía si atreverse a preguntar. Moody le daba aún un poco de miedo, pero acababa de sacarlo de un buen lío.

—Eh... profesor Moody, ¿por qué cree que el señor Crouch ha querido revolver en el despacho de Snape?

El ojo mágico de Moody abandonó el mapa y se fijó, temblando, en Harry. Era una mirada penetrante, y Harry tuvo la impresión de que Moody lo estaba evaluando, considerando si responder o no, o cuánto decir.

—Mira, Potter —murmuró finalmente—, dicen que el viejo Ojoloco está obsesionado con atrapar magos tenebrosos... pero lo de Ojoloco no es nada, nada, al lado de lo de Barty Crouch.

Siguió mirando el mapa. Harry ardía en deseos de saber más.

—Profesor Moody —dijo de nuevo—, ¿piensa usted que esto podría tener algo que ver con... eh... tal vez el señor Crouch crea que pasa algo...?

—¿Como qué? —preguntó Moody bruscamente.

Harry se preguntó cuánto podría decir. No quería que Moody descubriera que tenía una fuente de información externa, porque eso podría llevarlo a hacer insidiosas preguntas sobre Sirius.

—No lo sé —murmuró Harry—. Últimamente han ocurrido cosas raras, ¿no? Ha salido en El Profeta . La Marca Tenebrosa en los Mundiales, los mortífagos y todo eso...

Moody abrió de par en par sus dos ojos desiguales.

—Eres agudo, Potter. —El ojo mágico vagó de nuevo por el mapa del merodeador—. Crouch podría pensar de manera parecida —dijo pensativamente—. Es muy posible... Últimamente ha habido algunos rumores... incentivados por Rita Skeeter, claro. Creo que mucha gente se está poniendo nerviosa. —Una forzada sonrisa contorsionó su boca torcida—. ¡Ah, si hay algo que odio —susurró, más para sí mismo que para Harry, y su ojo mágico se clavó en la esquina inferior izquierda del mapa— es un mortífago indultado!

Harry lo miró fijamente. ¿Se estaría refiriendo a lo que él imaginaba?

—Y ahora quiero hacerte una pregunta, Potter —dijo Moody, en un tono mucho más frío.

A Harry le dio un vuelco el corazón. Se lo había estado temiendo. Moody iba a preguntarle de dónde había sacado el mapa, que era un objeto mágico sumamente dudoso. Y si contaba cómo había caído en sus manos tendría que acusar a su propio padre, a Fred y George Weasley, y al profesor Lupin, su anterior profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Moody blandió el mapa ante Harry, que se preparó para lo peor.

—¿Podrías prestármelo?

—¡Ah! —dijo Harry. Le tenía mucho aprecio a aquel mapa pero, por otro lado, se sentía muy aliviado de que Moody no le preguntara de dónde lo había sacado, y no le cabía duda de que le debía un favor—. Sí, vale.

—Eres un buen chico —gruñó Moody—. Haré buen uso de esto: podría ser exactamente lo que yo andaba buscando. Bueno, a la cama, Potter, ya es hora. Vamos...

Subieron juntos la escalera, Moody sin dejar de examinar el mapa como si fuera un tesoro inigualable. Caminaron en silencio hasta la puerta del despacho de Moody, donde él se detuvo y miró a Harry.

—¿Alguna vez has pensado en ser auror, Potter?

—No —respondió Harry, desconcertado.

—Tienes que planteártelo —dijo Moody moviendo la cabeza de arriba abajo y mirando a Harry apreciativamente—. Sí, en serio. Y a propósito... Supongo que no llevabas ese huevo simplemente para dar un paseo por la noche.

—Eh... no —repuso Harry sonriendo—. He estado pensando en el enigma.

Moody le guiñó un ojo, y luego el ojo mágico volvió a moverse como loco.

—No hay nada como un paseo nocturno para inspirarse, Potter. Te veo por la mañana.

Entró en el despacho mirando de nuevo el mapa, y cerró la puerta tras él.

Harry volvió despacio hacia la torre de Gryffindor, sumido en pensamientos sobre Snape y Crouch, y el significado de todo aquello. ¿Por qué fingía Crouch estar enfermo si podía entrar en Hogwarts cuando quisiera? ¿Qué suponía que ocultaba Snape en su despacho?

¡Y Moody pensaba que él, Harry, debía hacerse auror! Una idea interesante... Pero cuando diez minutos después Harry se tendió en la cama silenciosamente, habiendo dejado el huevo y la capa a buen recaudo en el baúl, pensó que antes de escogerlo como carrera debía comprobar si todos los aurores estaban tan llenos de cicatrices.

26

La segunda prueba

—¡Dijiste que ya habías descifrado el enigma! —exclamó Hermione indignada.

—¡Baja la voz! Sólo me falta... afinar un poco, ¿de acuerdo?

Ocupaban un pupitre justo al final del aula de Encantamientos. Aquel día tenían que practicar lo contrario del encantamiento convocador: el encantamiento repulsor.

Debido a la posibilidad de que ocurrieran desagradables percances cuando los objetos cruzaban el aula por los aires, el profesor Flitwick había entregado a cada estudiante una pila de cojines con los que practicar, suponiendo que éstos no le harían daño a nadie aunque erraran su diana. No era una idea desacertada, pero no acababa de funcionar. La puntería de Neville, sin ir más lejos, era tan mala que no paraba de lanzar por el aula cosas mucho más pesadas: como, por ejemplo, al propio profesor Flitwick.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «FUEGO.PDF»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «FUEGO.PDF» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «FUEGO.PDF»

Обсуждение, отзывы о книге «FUEGO.PDF» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x