Javier Marías - Mañana en la batalla piensa en mí

Здесь есть возможность читать онлайн «Javier Marías - Mañana en la batalla piensa en mí» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mañana en la batalla piensa en mí: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mañana en la batalla piensa en mí»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Como sucede en las últimas novelas de Javier Marías, la primera frase ya dice mucho, quizá demasiado: `Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda`.
Esto es lo que le ocurre al narrador de su nueva y extraordinaria novela. Víctor Francés es guionista de televisión y `negro` o `escritor fantasma`, encargado de redactar los discursos de los hombres importantes e ignorantes. Divorciado recientemente, es invitado a cenar a su casa por Márta Téllez, mujer casada cuyo marido está de viaje en Londres y madre de un niño de casi dos años. Tras la cena galante, el hombre y la mujer pasan al dormitorio, donde, `aún medio vestidos y medio desvestidos`, Marta Téllez empieza a sentirse mal hasta que agoniza y muere en una escena sobrecogedora. Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de `encantamiento`, con problemas bien reales e inmediatos: qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer respecto al marido, qué hacer con el niño dormido, qué diferencia hay entre la vida y la muerte. Víctor Francés tomará pronto sus decisiones, o más bien no las tomará y se irá dejando llevar por sus pasos, inofensivos unas veces y otras envenenados. Conocerá a la familia de su muerta, al padre, Téllez, viejo académico y cortesano, al marido, Deán, con su capacidad de comprensión y de inclemencia infinitas, a la hermana menor, Luisa, a quien seguirá sin propósito. Y se irá poniendo en situación de contar su secreto a quienes no debe. En un Madrid invernal y nocturno, dominado por la niebla o por las tormentas como una isla sitiada, el narrador se convertirá en una sombra que no quiere ni busca nada y, sin embargo, va encontrando: al Unico, para quien deberá escribir un discurso, en una hilarante escena palaciega, a su amigo Ruibérriz de Torres, aficionado al hipódromo y que lleva pintada en la cara su esencia de sinvergüenza, a la puta Victoria de otra larga noche de su pasado en la que confundió su rostro con otro nombre. Y entretanto una maldición va resonando: `Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espada sin filo: desespera y muere`.
Una vez más, la escritura asombrosa de Javier Marías sume al lector en un hechizo del que no querrá salir. Con aún mayor fuerza que en sus anteriores éxitos, Todas las almas y Corazón tan blanco, el autor logra una intensa narración sobre algunos asuntos que nos atañen a todos: sobre el ocultamiento, sobre los hechos y las intenciones, sobre el actuar sin saber, sobre la voluntad que casi nunca se cumple, sobre la negación de las personas que una vez quisimos, sobre el olvido que hace de todo `viaje hacia su difuminación lentamente`, sobre la indecisión, sobre la despedida y finalmente sobre el engaño, que quizá `es nuestra condición natural, y en realidad no debería dolernos tanto`.

Mañana en la batalla piensa en mí — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mañana en la batalla piensa en mí», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero cuando por fin dijo algo (y lo primero que dijo fue una pregunta) la irritación o tensión de la noche anterior al teléfono reapareció al instante, como si la hubiera mantenido encendida e intacta durante veinticuatro o más horas desde que había colgado, como si no se hubiera acostado ni hubiera ido al trabajo ni hubiera visto a nadie en el entretanto y se hubiera limitado a esperarme toda la noche y el día paseando de un lado a otro y mirando por la mirilla y dándose puñetazos contra la palma de la otra mano como un boxeador antes de su combate o como me contó un director de cine que hacía el actor Jack Palance entre toma y toma durante los rodajes para no perder la concentración y el brío, mientras otro actor famoso con el que trabajaba, George Sanders, se fumaba cigarrillos con la mano en la nuca reclinado sobre una hamaca, dos métodos muy distintos con resultados magníficos ambos, el nervioso y el indolente, Sanders acabó suicidándose en Barcelona tras dejar una nota en la que mandaba a la mierda al mundo (una muerte horrible, una muerte extranjera, 'Ahí os quedáis', decía), creo que Palance aún vive o ha vivido largos años.

– Entonces no murió sola, ¿murió sola? -dijo por fin Deán, e inmediatamente bebió un trago: fue un gesto como para taparse la boca en seguida y que pareciera que no había hablado sino que la frase venía de nadie o de la televisión, la cual sin embargo estaba apagada. La manera de hacer la pregunta no me permitió estar seguro de la respuesta que prefería.

– No, no, yo estaba con ella, ya se lo habrá dicho Luisa -contesté, y bebí a mi vez para taparme la boca sin duda y consumir mi turno muy rápidamente.

– ¿Qué fue lo último que dijo, te acuerdas?

'Ay Dios, y el niño', pensé.

– Se preocupó por el niño -dije.

Deán se pasó una mano por la mejilla, como si meditara falsamente.

– Ah, el niño -dijo-, es lógico. Y entonces tú no me llamaste ni avisaste a nadie. No se te ocurrió, se entiende, ¿no? Se entiende.

Ahí estaba su comprensión infinita, o quizá estaba fingiendo, había pasado el suficiente tiempo para que pudiera hacer uso de la ironía.

– Mire, la verdad es que sí lo llamé, no sé si se lo ha dicho Luisa. -Había decidido seguir tratándolo de usted, en aquellos momentos no preveía insultarlo de palabra ni de pensamiento, y siempre podría pasar al tuteo en que él se había instalado desde el principio, si me hacía falta. Era una ayuda poder hacer referencia a Luisa-. Encontré sus señas, eso lo sabe, hablé con su hotel en Londres aunque era muy tarde, me dijeron que allí no había ningún Deán alojado, tampoco había reserva a ese nombre. Sólo más tarde se me ocurrió que quizá lo hubieran inscrito por su segundo apellido, si uno da dos en Inglaterra el que cuenta es el último. Ya sabe, el carnet, la visa. Pero ya no me atreví a intentarlo esa noche. -Podía haber mentido, podía haber dicho que ignoraba ese segundo apellido (no tenía por qué saber ni el primero) y que por tanto me habría sido imposible intentarlo de nuevo en ningún caso, de ese modo habría quedado libre de responsabilidad y nadie la habría tenido, de hecho lo estaba y no la tenía nadie, quizá dije la verdad por eso-. Qué podía decirle -añadí-. Piénselo un momento. Qué podía decirle. -No parecía importarle tanto que yo hubiera estado con Marta (era yo quien aludía), o tal vez era que para encajar aquel hecho había tenido aún más tiempo que para la comprensión o ironía y se daba por descontada su cólera, esto es, no hacía falta contarla o mostrarla, ningún aspaviento.

– Qué podías decirme -repitió-. Eso. ¿Qué me habrías dicho si mi nombre hubiera sido mi nombre y te hubieran pasado con mi habitación esa noche? Yo estaba allí, te habría escuchado. -Guardé silencio-. Todavía no lo sabes.

'No nos has salvado', pensé. 'Ni a mí ni a ella.'

– Mi llamada habría sido anónima -dije-. A lo mejor me habría limitado a decirle: 'Llame usted a su casa.' Aquí no le habrían contestado y usted se habría alarmado, habría enviado a alguien. O puede que yo hubiera colgado antes de hablar, así lo hice a la noche siguiente, entonces pregunté por Ballesteros y alguien se puso. Colgué sin decir nada.

– Lo sé, alguien se puso -repitió Deán. Volvió a pasarse la mano por la mejilla, ahora como si comprobara que no se había afeitado; pero estaba muy bien afeitado, ni siquiera a medias-. Pero entonces no importó, ya era tarde. Todo había ocurrido y yo acababa de saberlo, dos desgracias en vez de una, o en vez de lo que hasta entonces no era solamente desgracia. No una desgracia pura.

– ¿Por qué no se sienta? -le dije. Me sentía disminuido ante aquel hombre de pie tan alto-. No le oigo bien. No le entiendo.

– Estoy bien así, me he pasado el día sentado -dijo. Tenía bastante vello en los brazos, se rascaba el derecho con los dedos rígidos de la mano izquierda, quizá se le estaba durmiendo, apoyado en el estante-. Claro que me oyes bien. Pero es verdad que no me entiendes, tu no sabes mi parte como yo no sabía la tuya, hasta ayer sólo hacía hipótesis. Tu parte y la mía no se complementan ni se completan, no se necesitan, sólo se cruzan involuntariamente, o más bien la tuya se cruza, no la mía, la mía sigue el curso de la ignorancia y la tuya la atraviesa, hay cosas que uno debe saber en seguida, si hubieras llamado a alguien aquella noche alguien me habría llamado a mí, te das cuenta.

'No soportamos que nuestros allegados no estén al corriente de nuestras penas', pensé, 'no soportamos que sigan creyendo lo que ya no es, ni un minuto más, que nos crean casados si nos quedamos viudos o con padres si nos quedamos huérfanos, en compañía si nos abandonan o con salud si nos ponemos enfermos. Que nos crean vivos si nos hemos muerto o nos crean muertos si seguimos vivos. Pero yo no soy un allegado.'

– No le entiendo -dije otra vez, y ahora ya no era tan cierto.

Esperó unos segundos, se pasó la mano por el pelo peinado con raya a la izquierda como el de un niño antiguo (quizá él mismo de niño), y cuando habló de nuevo su voz sonó todavía más grave, oxidada y ronca como si forcejeara con los restos del asma o saliera de un yelmo, dijo esto:

– Pero vas a entenderme. Vas a saber lo que me ha pasado mientras yo no supe de la muerte de Marta, lo que hice y no hice y estuve a punto de hacer y pasó de todas formas. No por tu culpa, ni siquiera por tu causa, no culpo a nadie. Por el entrecruzamiento. Las cosas pasan, eso es todo, lo sé, quizá es mala o es buena suerte, a veces nadie interviene y nadie busca ni quiere nada. Pero ocurre que siempre le pasan a alguien y siempre hay otro que se ha cruzado, muchas veces sin saberlo, la mayoría de las veces sin tener siquiera oportunidad de saberlo. Da lo mismo. Nadie cuenta con ello. Tú te has cruzado y no sabes cómo, no me conoces, yo te soy indiferente, ahora puedes saberlo y es mejor que lo sepas, vas a entenderme. No tardaré, descuida, no será largo, yo cuento rápido.

'Ah sí, lo fatiga mucho su sombra', pensé, 'también él quiere salir de su encantamiento, le han llegado las prisas. De qué habla, está diciendo lo que dijo Solus, nadie muere por sí solo, no solemos enterarnos de los que mueren porque nos crucemos nosotros de cerca o de lejos, normalmente seguimos todos el curso de la ignorancia, es el único, yo también he hecho hipótesis, de qué muerte habla, todo viaja incesantemente y encadenado, unas cosas arrastrando a las otras e ignorándose todas, de qué muerte habla.'

– Mejor así, no tengo demasiado tiempo -dije, y esta vez no era en absoluto cierto, al día siguiente sólo me aguardaba el actor insoportable, no podría dejar de llamarlo, me daría trabajo. Y quizá llamaría también a Luisa, un paso justificado, me lo había pedido.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mañana en la batalla piensa en mí»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mañana en la batalla piensa en mí» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Mañana en la batalla piensa en mí»

Обсуждение, отзывы о книге «Mañana en la batalla piensa en mí» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x