Morgan Rice - Caballero, Heredero, Príncipe

Здесь есть возможность читать онлайн «Morgan Rice - Caballero, Heredero, Príncipe» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Caballero, Heredero, Príncipe: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Caballero, Heredero, Príncipe»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Morgan Rice ha concebido lo que promete ser otra brillante serie, que nos sumerge en una fantasía de valor, honor, coraje, magia y fe en el destino. Morgan ha conseguido de nuevo producir un fuerte conjunto de personajes que hará que los aclamemos a cada página… Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores a los que les gusta la fantasía bien escrita. Books and Movie Reviews, Roberto Mattos (sobre el Despertar de los dragones) CABALLERO, HEREDERO, PRÍNCIPE es el libro #3 en la serie de fantasía épica de la autora #1 en ventas DE CORONAS Y GLORIA, que empieza con ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro#1) . Ceres, la hermosa chica pobre de 17 años de la ciudad del Imperio de Delos, se encuentra sola en el mar, a la deriva hacia la mítica Isla Más Allá de la Neblina – y hacia la madre que jamás conoció. Ya está preparada para completar su entrenamiento, para comprender completamente su poder y para convertirse en la guerrera que se supone que debe ser. Pero ¿estará allí su madre para recibirla? ¿Le enseñará todo lo que necesita saber? ¿Y le desvelará todo sobre el secreto de la identidad de Ceres?En Delos, pensando que Ceres está muerta, Thanos acaba casándose con Estefanía y se ve más inmerso en una corte de la que no puede escapar y en una familia a la que odia. También se encuentra en medio de una Revolución en erupción, que culmina con un temerario ataque al Stade. Al ser la única persona que puede detenerlo – o ayudar en él-, tendrá que elegir si pone en peligro su vida. Con el reino desmoronándose, los enemigos moviéndose por todos lados, y los intentos de asesinato abundando en la corte, Thanos no sabe en quién confiar. Está atrapado en un juego de pobres y reyes, de traidores y reinas, y quizás sea Ceres la que esté destinada a cambiarlo todo. Pero tras una serie de trágicas confusiones, el romance que parecía predestinado parece ser que se les escapa de las manos a ambos. CABALLERO, HEREDERO, PRÍNCIPE cuenta una historia épica de amor trágico, venganza, traición, ambición y destino. Llena de personajes inolvidables y una acción que hará palpitar a tu corazón, nos transporta a un mundo que nunca olvidaremos y hace que nos enamoremos de nuevo de la fantasía. Un libro de fantasía lleno de acción que seguro que satisfará a los admiradores de las anteriores novelas de Morgan Rice, junto con los admiradores de obras como El ciclo del legado de Christopher Paolini… Los admiradores de la Ficción para jóvenes adultos devorarán este último trabajo de Rice y pedirán más. The Wanderer, A Literary Journal (sobre El despertar de los dragones) ¡Pronto se publicará el libro#4 en DE CORONAS Y GLORIA!

Caballero, Heredero, Príncipe — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Caballero, Heredero, Príncipe», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pero no miró en aquella dirección. En cambio, Ceres miró al centro del círculo, donde había una única figura con una túnica de un blanco puro. Al contrario que en su visión, la figura no era borrosa ni estaba desenfocada. Estaba allí, tan clara y real como lo era Ceres. Ceres fue hacia delante, casi a una distancia en la que la podía tocar. Solo podía ser una persona.

“¿Madre?”

“Ceres”.

La figura vestida con una túnica se lanzó hacia delante en el mismo instante en que lo hizo Ceres y se encontraron en un fortísimo abrazo que pareció expresar todas las cosas que Ceres no sabía cómo decir: lo mucho que había estado esperando aquel momento, cuánto amor había allí, lo increíble que era encontrarse con aquella mujer que solo había visto en una visión.

“Sabía que vendrías”, dijo la mujer, su madre, cuando se separaron, “pero incluso sabiéndolo, verte realmente es algo diferente”.

Entonces se retiró la capucha de su túnica y parecía casi imposible que aquella mujer pudiera ser su madre. Su hermana, quizás, pues tenían el mismo pelo, los mismos rasgos. Para Ceres era casi como mirarse al espejo. Pero parecía demasiado joven para ser la madre de Ceres.

“No lo comprendo”, dijo Ceres. “¿Tú eres mi madre?”

“Lo soy”. Alargó los brazos para abrazar de nuevo a Ceres. “Sé que puede parecer extraño, pero es cierto. Los de mi clase viven mucho tiempo. Me llamo Licina”.

Un nombre. Finalmente Ceres tenía un nombre para su madre. De algún modo, aquello significaba más que todo lo demás junto. Solo aquello ya era suficiente para que su viaje valiera la pena. Quería quedarse allí mirando fijamente a su madre para siempre. Aún así, tenía preguntas. Tantas que se derramaban como en una avalancha.

“¿Qué es este lugar?” preguntó. “¿Por qué estás aquí sola? Espera, ¿qué quieres decir con los de tu clase?”

Licina sonrió y se sentó sobre la hierba. Ceres hizo lo mismo y, al sentarse, notó que no era solo hierba. Vio fragmentos de piedra bajo ella, colocados en forma de mosaico, pero que el prado que había a su alrededor ya hacía tiempo que había cubierto.

“No existe una manera fácil de contestar a todas tus preguntas”, dijo Licina. “Especialmente cuando yo misma tengo tantas preguntas, sobre ti, sobre tu vida. Sobre todo, Ceres. Pero lo intentaré. ¿Lo haremos de la forma antigua? ¿Una pregunta por otra?”

Ceres no sabía qué decir a aquello, pero parecía que su madre no había acabado todavía.

“¿Todavía cuentan historias de los Antiguos, por allí en el mundo?”

“Sí”, dijo Ceres. Siempre había prestado más atención a las historias de combatientes y sus hazañas en el Stade, pero sabía algo de lo que decían sobre los Antiguos: los que estaban antes que la humanidad, que a veces parecían iguales y a veces parecían mucho más. Que habían construido tanto para después perderlo. “Espera, estás diciendo que tú eres…”

“Uno de los antiguos, sí”, respondió Licina. “Este era uno de nuestros lugares, antes… bueno, hay algunas cosas de las que es mejor no hablar. Además, me debes una respuesta. Así que cuéntame cómo ha sido tu vida. No pude estar allí, pero pasé mucho tiempo imaginando cómo te iría todo”.

Ceres lo hizo lo mejor que pudo, aunque no sabía por dónde empezar. Le habló a Licina de cómo se había criado en la forja de su padre, de sus hermanos. Le habló de la rebelión y del Stade. Incluso consiguió hablarle de Rexo y Thanos, aunque aquellas palabras salieron entrecortadas y rotas.

“Oh, cariño”, dijo su madre, colocando una mano sobre la de ella. “Me encantaría haberte ahorrado algo de este dolor. Me gustaría haber estado allí para ti”.

“¿Por qué no pudiste?” preguntó Ceres. “¿Has estado aquí todo este tiempo?”

“Sí”, dijo Licina. “Este era uno de los lugares de mi pueblo, en los viejos tiempos. Los demás se fueron. Incluso yo lo hice, durante un tiempo, pero durante estos últimos tiempos ha sido una especie de santuario. Y un lugar en el que esperar, por supuesto”.

“¿Esperar?” preguntó Ceres. “¿Te refieres a mí?”

Vio que su madre asentía con la cabeza.

“La gente habla de ver el destino como si fuera un regalo”, dijo Licina, “pero También hay algo que te encarcela en ello. Piensa lo que debe pasar y pierdes las posibilidades que comporta no saberlo, sin importar lo mucho que lo desees…” Su madre negó con la cabeza y Ceres vio que lo hacía con tristeza. “Ahora no es momento para lamentarse. Tengo aquí a mi hija y no tenemos mucho tiempo para que sepas a lo que viniste”.

Sonrió y cogió a Ceres de la mano.

“Vamos a caminar”.

*

Ceres tenía la sensación de que ella y su madre habían andado durante días por aquella isla mágica. Era impresionante, aquella vista, estar allí con su madre. Todo aquello parecía un sueño.

Mientras caminaban, hablaban sobre todo del poder. Su madre intentaba explicárselo y Ceres intentaba comprender. Sucedió la cosa más extraña: mientras su madre hablaba, Ceres notaba como si sus palabras le estuvieran infundiendo realmente el poder.

Incluso ahora, mientras caminaba, Ceres sentía que crecía en su interior, agitándose como el humo mientras su madre le tocaba el hombro. Tenía que aprender a controlarlo, había venido hasta aquí para aprender a controlarlo, pero comparado con conocer a su madre, aquello no parecía importante.

“Nuestra sangre te ha dado el poder”, dijo Licina. “Los habitantes de la isla intentaron ayudarte a liberarlo, ¿verdad?”

Ceres pensó en Eoin y en todos los extraños ejercicios que le había hecho hacer. “Sí”.

“Para no pertenecer a nuestro linaje, comprenden bien el mundo”, dijo su madre. “Pero hay cosas que incluso ni ellos pueden mostrarte. “¿Ya has convertido alguna cosa en piedra? Es uno de mis dones, así que imagino que será uno de los tuyos”.

“¿Convertir cosas en piedra?” preguntó Ceres. No lo entendía. “Por ahora, he movido cosas. He sido más rápida y más fuerte. Y…”

No quería terminar. No quería que su madre pensara mal de ella.

“¿Y tu poder ha matado cosas que han intentado hacerte daño?” dijo Licina.

Ceres asintió.

“No te avergüences de ello, hija. Te he visto muy poco, pero sé a lo que estás destinada. Eres una buena persona. Tal y como esperaba. Y en cuanto a convertir cosas en piedra…”

Se detuvieron en un prado con flores moradas y amarillas y Ceres vio que su madre cogía una pequeña flor del prado, con unos pétalos delicados y sedosos. A través del contacto con su madre, ella notaba como el poder se movía en su interior, le parecía conocido, pero mucho más dirigido, trabajado, con forma.

La piedra se extendió por la flor como la escarcha en una ventana, pero no solo por la superficie. Un instante después de empezar, terminó, y su madre sostenía una de las flores de piedra que Ceres había visto más abajo en la isla.

“¿Lo notas?” preguntó Licina.

Ceres asintió. Pero ¿cómo lo hiciste?”

“Siéntelo de nuevo”. Cogió otra flor y, esta vez, fue increíblemente lenta mientras la convertía en algo con pétalos de mármol y un tallo de granito. Ceres intentó seguir el rastro del poder en su interior y parecía que podía mover el suyo propio como respuesta, intentando copiarlo.

“Bien”, dijo Licina. “Tu sangre lo sabe. Ahora inténtalo”.

Le pasó una flor a Ceres. Ceres la cogió, concentrándose mientras intentaba captar el poder que había en su interior y sacarlo en la forma que había notado que lo hacía su madre.

La flor explotó.

“Bueno”, dijo Licina riéndose, “esto no estaba previsto”.

Era tan diferente a como hubiera reaccionado la madre con la que creció. Ella hubiera pegado a Ceres por el mínimo fallo. Licina se limitó a pasarle otra flor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Caballero, Heredero, Príncipe»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Caballero, Heredero, Príncipe» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Caballero, Heredero, Príncipe»

Обсуждение, отзывы о книге «Caballero, Heredero, Príncipe» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x