Morgan Rice - Una Corte para Los Ladrones

Здесь есть возможность читать онлайн «Morgan Rice - Una Corte para Los Ladrones» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una Corte para Los Ladrones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una Corte para Los Ladrones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Morgan Rice consigue lo que promete ser otra magnífica serie, que nos sumerge en una fantasía de trols y dragones, de valentía, honor, coraje, magia y fe en el destino. Morgan ha conseguido de nuevo producir un conjunto de personajes que nos gustarán más a cada página… Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores que disfrutan de una novela de fantasía bien escrita. Books and Movie Reviews, Roberto Mattos (sobre El despertar de los dragones) De la escritora #1 en ventas Morgan Rice llega una nueva e inolvidable serie de fantasía. En UNA CORTE PARA LOS LADRONES (Un trono para las hermanas – Libro dos), Sofía, de 17 años, ve que su mundo se pone patas arriba, la expulsan del romántico mundo de la aristocracia y vuelve a los horrores del orfanato. Esta vez las monjas parecen decididas a matarla. Pero eso no le duele tanto como su corazón roto. ¿Se dará cuenta Sebastián de su error y volverá a por ella?Su hermana menor Catalina, de 15 años, se embarca en su entrenamiento con la bruja, alcanzando la mayoría de edad bajo sus auspicios, dominando la espada, ganando más poder del que nunca hubiera imaginado que fuera posible – y decidida a embarcarse en una misión para salvar a su hermana. Se encuentra inmersa en un mundo de violencia y combate, de una magia que ansía y que, aun así, puede consumirla. Un secreto sobre los padres que perdieron Sofía y Catalina sale al descubierto, y puede que no todo sea lo que parece para las hermanas. De hecho, el destino puede dar un giro. UNA CORTE PARA LOS LADRONES (Un trono para las hermanas – Libro dos) es el segundo libro de una nueva y sorprendente serie de fantasía llena de amor, desamor, tragedia, acción, aventura, magia, brujería, dragones, destino y un emocionante suspense. Un libro que no podrás dejar, lleno de personajes que te enamorarán y un mundo que nunca olvidarás. El libro#3 de la serie – UNA CANCIÓN PARA LOS HUÉRFANOS – saldrá pronto a la venta. Una novela de fantasía llena de acción que seguro satisfará a los fans de las anteriores novelas de Morgan Rice, además de a los fans de obras como EL CICLO DEL LEGADO de Christopher Paolini… Los fans de la Ficción para Jóvenes Adultos devorarán la obra más reciente de Rice y pedirán más. The Wanderer, A Literary Journal (sobre El despertar de los dragones)

Una Corte para Los Ladrones — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una Corte para Los Ladrones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La puerta se cerró de golpe con el ruido de metal sobre metal. El ruido de los cerrojos fue peor, proclamando la impotencia de Sofía en un caos de herrumbre y hierro.

Las otras chicas se apartaron de ella en desbandada mientras ella intentaba encontrar un lugar allí. El talento de Sofía le transmitió su miedo. Les preocupaba que todavía fuera violenta, como lo había sido la chica de ojos oscuros del rincón, o que gritara hasta que Meister Karg las golpeara a todas, como lo había hecho la chica que tenía moratones alrededor de la boca.

—No voy a hacer daño a ninguna de vosotras —dijo Sofía—. Me llamo Sofía.

Como respuesta le murmuraron lo que podrían haber sido nombres en la penumbra de la carreta prisión, demasiado flojo como para que Sofía pudiera pillar la mayoría de ellos. Su poder le permitió coger el resto, pero ahora mismo estaba demasiado ensimismada en su propia pena como para preocuparse mucho.

Un día atrás, las cosas habían sido muy diferentes. Había sido feliz. Había estado protegida en el palacio, preparándose para su boda, no encerrada en una jaula. Había estado rodeada de sirvientes y asistentes, no de chicas asustadas. Había tenido vestidos elegantes, no harapos y seguridad en lugar del dolor persistente de un azote.

Había tenido la perspectiva de pasar su vida con Sebastián, no de ser utilizada por una sucesión de hombres.

No había nada que pudiera hacer. Nada que no fuera estar allí sentada, mirando ahora por los agujeros de entre las barras, observando cómo Meister Karg salía del orfanato con una expresión arrogante. Fue andando tranquilamente hasta la carreta y, a continuación, se subió al asiento para llevar el carro quejándose por el esfuerzo. Sofía oyó el chasquido de un látigo y se encogió por instinto después de todo lo que le había sucedido a manos de la Hermana O’Venn, su cuerpo esperaba el dolor incluso cuando el carro cobraba vida con un retumbo.

Iba a paso de tortuga por las calles de Ashton, las ruedas de madera se tambaleaban cuando se topaban con los agujeros que había entre los adoquines. Sofía veía las casas al pasar casi al ritmo de un hombre andando, el carro no tenía prisa por llegar a su destino. En cierto sentido, eso debería haber sido algo bueno, pero entonces parecía solo una manera de prolongar su pena, mofándose de ella y de las demás por su incapacidad de escapar del carro.

Sofía veía pasar a la gente, apartándose del carro del modo que se apartaban de otros carros grandes que podían aplastarlos. Unos pocos le echaban un vistazo, pero no hacían ningún comentario. Por supuesto, no hacían ningún movimiento para detenerlo o para ayudar a las chicas que había dentro. ¿Qué decía de un lugar como Ashton que esto fuera lo normal?

Un panadero rechoncho se detuvo para verlas pasar. Una pareja dio un paso atrás para apartarse del surco de las ruedas. Las madres tiraban de sus hijos hacia ellas, o algunos corrían para mirar dentro desafiados por sus amigos. Los hombres miraban con gesto de estar pensando, como si se preguntaran si podrían permitirse a cualquiera de las chicas que había allí. Sofía se forzó a fulminarlos con la mirada, retándolos a mirarla a los ojos.

Deseaba que Sebastián estuviera allí. Nadie más en esta ciudad la ayudaría, pero sabía que incluso después de todo lo que había sucedido, Sebastián abriría las puertas de par en par y la sacaría. Por lo menos, ella esperaba que lo hiciera. Había visto la vergüenza en su rostro cuando había descubierto quién era Sofía. Tal vez también apartaría la vista y fingiría no verla.

Sofía esperaba que no, pues podía ver algo de lo que les esperaba a ella y a las demás, aguardando en la mente de Meister Karg como un indeseable para ella. Tenía pensado recoger a más chicas de camino al barco que les aguardaba y que las llevaría a su ciudad al otro lado del mar, donde había un prostíbulo que trataba con estas chicas “exóticas”. Siempre necesitaba chicas nuevas, pues allí los hombres pagaban bien por la oportunidad de hacer lo que quisieran con las que llegaban nuevas.

Solo pensar en ello hacía que Sofía sintiera náuseas, aunque tal vez también tuviera algo que ver con el constante meneo del carro. ¿Sabían las monjas para qué la habían vendido? Conocía la respuesta a eso: por supuesto que sí. Habían bromeado sobre ello y sobre el hecho de que nunca sería libre, porque no tendría el modo de saldar la deuda que le habían impuesto.

Esto significaba una vida de esclavitud en todo menos en el nombre, obligada a hacer cualquier cosa que su propietario obeso y perfumado deseara hasta que ella ya no tuviera valor para él. Entonces podría dejarla ir, pero solo porque era más fácil dejarla morir de hambre que mantenerla. Sofía quería creer que se mataría antes de dejar que le sucediera todo esto, pero lo cierto era que probablemente obedecería. ¿No había obedecido durante los años en que las monjas habían abusado de ella?

El carro se detuvo de golpe, pero Sofía no era tan estúpida como para creer que habían llegado a algún destino final. En su lugar, se habían parado fuera de la tienda de un sombrerero, y Meister Karg entró sin mucho más que dando un vistazo a sus cargas.

Sofía fue corriendo hacia delante, intentando encontrar una manera de llegar a los cerrojos que había fuera de las barras. Sacaba el brazo a través de los agujeros de los lados del carro, pero sencillamente no había modo de llegar al cerrojo desde donde estaba ella.

—No debes hacerlo —dijo la chica con la boca amoratada—. Te pegará por ello si te pilla.

—Nos pegará a todas —dijo otra.

Sofía se retiró, pero solo porque veía que eso no iba a llevar a nada bueno. No tenía sentido que le hicieran daño si aquello no cambiaba nada. Era mejor dejar pasar el tiempo y…

¿Y qué? Sofía había visto lo que les aguardaba en los pensamientos de Meister Karg. Probablemente podría haberlo imaginado, eso hacía que se le encogiera el estómago por el miedo. El carro del esclavista no era lo peor que les podía suceder a cualquiera de ellas, y Sofía necesitaba encontrar el modo de salir antes de que empeorara.

Pero ¿cómo? Sofía no tenía una respuesta para eso.

También había otras cosas para las que no tenía respuesta. ¿Cómo la habían encontrado en la ciudad, cuando ella ya había conseguido esconderse de los buscadores? ¿Cómo habían sabido qué buscar? Cuanto más pensaba en ello Sofía, más convencida estaba de que alguien debía haber mandado noticias de su partida a los buscadores.

Alguien la había traicionado y ese pensamiento dolía más que lo que lo habían hecho cualquiera de los azotes.

Meister Karg regresó, arrastrando a una mujer con él. Era unos cuantos años mayor que Sofía y tenía aspecto de haber sido ya esclavizada durante un tiempo.

—Por favor —suplicaba mientras el esclavista tiraba de ella—. ¡No puede hacerlo! ¡Solo unos cuantos meses y hubiera saldado mi deuda!

—Y hasta que la hayas pagado del todo, tu dueño todavía la puede vender —dijo Meister Karg. Casi como un reflejo, golpeó a la mujer. Nadie se movió para detenerlo. La gente apenas miraba.

«O puede hacerlo la mujer de tu dueño cuando esté celosa de ti».

Sofía lo pilló claramente, comprendiendo en ese momento el horror de la situación en una combinación de los pensamientos de Karg y de la mujer. Se llamaba Mellis y había realizado muy bien el oficio para el que la habían comprado. Tan bien que había estado a punto de ser libre, salvo que la mujer del sombrerero había estado segura de que su marido la dejaría por la mujer contratada tan pronto como esta saldara su deuda.

Así que la había vendido a un hombre que le aseguraría que nunca más la volvería a ver en Ashton.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una Corte para Los Ladrones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una Corte para Los Ladrones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una Corte para Los Ladrones»

Обсуждение, отзывы о книге «Una Corte para Los Ladrones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x