Por supuesto, es muy normal que una pareja tenga deseo sexual el uno por el otro. Es normal que uno desee al otro, que quiera besar, acariciar y relacionarse sexualmente. Sería anormal no sentir nada de eso. Pero, cuando ambos hablan de eso y de lo que han decidido para la relación (tener sexo o no), se espera que los dos trabajen juntos para hacerlo posible, ayudándose mutuamente en lugar de siempre estar tentando al otro.
Es importante recordar que decir “no” a las caricias más íntimas no te hace poco interesante, aburrido e insulso. Hay personas que creen que siempre deben ser seductoras para llamar la atención de los demás. Por lo tanto, siempre se insinúan, provocan y se comportan de una manera que hace que el otro lo desee sexualmente. No es la seducción lo que mantendrá el interés de tu novio. ¡Eres tú como un todo! Si tu novio te ama y no deseas tener relaciones sexuales antes del matrimonio, su expresión de amor será el respeto por ti. Si hay chantaje en su lugar, es mejor repensar la continuidad de la relación.
“¿Cómo les voy a contar a mis amigos (o amigas) que todavía no me acosté con ella/él?”
Respuesta: La misma respuesta anterior se aplica a esta. Si tus amigos no respetan tu decisión de mantenerte virgen hasta el matrimonio, tal vez necesites revaluar tus amistades. Eso no quiere decir que no puedas tener un amigo o una amiga que piense diferente. Pero él o ella necesita respetarte a ti y a tu decisión. Los chistes, las bromas pesadas y las burlas relacionadas con tu decisión son actitudes de falta de respeto. Y, además, piensa en lo siguiente: tu vida íntima no necesita ni debe ser compartida con otras personas. No necesitas salir a decirles a tus amigos que tuviste o no relaciones sexuales. Hoy está de moda publicar lo que debería ser privado. No es casualidad que las redes sociales estén llenas de publicaciones de todo lo que la persona hace durante el día: qué come, qué piensa, qué hace o deja de hacer, a dónde va, con quién sale. Todo se hace público. Pero, con respecto a tu vida íntima, la misma palabra ya lo dice: es íntima. Entre tú y Dios. Y, si necesitas ayuda y consejos, debes buscar a alguien maduro, confiable y preparado para orientarte.
“¡Ah, llega un momento en que besarse no es suficiente!”
Respuesta: Realmente, cuando nos involucramos físicamente con otra persona (no estoy hablando de sexo, sino del contacto físico con alguien que nos gusta y por quien nos sentimos físicamente atraídos), el deseo sexual crece, especialmente cuando vamos poco a poco (o rápidamente) “dándole alas”, prolongando el beso, haciéndolo “más caliente” y avanzando en las caricias.
Por supuesto, también puede darse el caso de que dos personas que han decidido permanecer castas en el período del noviazgo, y que se esfuerzan por no superar los límites del afecto físico, sientan que con el tiempo el deseo de avanzar en la intimidad sexual crece, a medida que también se desarrolla el sentimiento y el afecto por esa persona. Sin embargo, una vez más, la razón debe entrar en juego. Si los novios no tienen la edad suficiente para casarse, si aún no son maduros emocionalmente, si todavía quieren hacer otras cosas en la vida antes del matrimonio (terminar sus estudios, viajar, trabajar, etc.), si aún no tienen una estructura financiera y social que dé soporte a su matrimonio, es importante que se recuerden a sí mismos y entre sí el propósito que buscan al estar de novios, para que continúen ayudándose mutuamente a que el “clima no se encienda”.
Cierta vez, una joven se me acercó con este planteamiento: había estado de novia durante algunos años y decidió con su novio que se comprometerían. Ella dijo: “No podemos aguantar más solo besándonos. Si nos vamos a casar, ¿cuál es el problema de tener al menos una relación sexual solo para sacarnos las ganas?” Le dije que era un error pensar que las ganas desaparecerían luego de una relación sexual. ¡Por el contrario, aumentaría! Meses después, ella me contactó nuevamente: “Thais, necesito ayuda. ¿Recuerdas cuando te hablé la última vez? Sí, terminamos cediendo a ese pensamiento de que una vez ayudaría a hacer que se fuera el deseo de ir más allá de los besos. Pero, luego aumentó el impulso y fue muy difícil encontrarnos y no terminar nuestro encuentro con el sexo o las caricias. Y lo peor sucedió. Todo estaba bien, cuando de repente mi novio (que pronto se convertiría en mi prometido) decidió que no estaba listo para casarse y decidió irse a estudiar fuera del país y dejarme. ¡Estoy acabada! Me entregué a alguien que estaba segura de que sería mi esposo, ¡y ahora no es nada más! Estoy quebrada emocionalmente y necesito ayuda”.
Los jóvenes, los adolescentes o incluso los adultos solteros que leen este libro deben recordar algo: las emociones fluctúan y, hasta que no se haya tomado una decisión racional y afectiva sobre el casamiento y el matrimonio haya sido en verdad realizado, todo puede cambiar. Si alguna vez has estado de novio y tuviste que romper, sabes lo doloroso que es el proceso de cicatrización del dolor de la ruptura debido al afecto que se había creado y nutrido a lo largo de la relación. Cuando hay relaciones sexuales involucradas, este sufrimiento aumenta considerablemente, porque se ha creado un vínculo más profundo todavía entre dos personas y se ha roto abruptamente.
¿Vale la pena entrar en la onda del sexo fácil? ¿Es cierto todo lo que nos dicen sobre las relaciones sexuales fuera del contexto del matrimonio (la promesa de felicidad, satisfacción, madurez, éxito con el sexo opuesto, placer total)?
Tener sexo es muy fácil. Lo difícil es darle el significado que realmente tiene: un regalo dentro del contexto del compromiso eterno y la seguridad afectiva. ¡Ahí sí vale la pena!
Capítulo 2
Las mentiras que nos cuentan
Los medios tienen un gran poder para influir en el comportamiento de las personas, de manera positiva o negativa. También reflejan los cambios en el comportamiento de la sociedad. Lo que una vez fue visto como absurdo o incorrecto finalmente es aceptado e incluso promovido como correcto. Y, debido a que estamos interconectados con los medios de comunicación, ya sea a través de la televisión, Internet o las redes sociales, casi continua e invariablemente recibiremos la información que nos brindan. Por supuesto, podemos adoptar una capacidad crítica para filtrar todo ese contenido. Sin embargo, la Palabra de Dios es clara al decir: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio” (Fil. 4:8), y que no debemos conformarnos con lo que el mundo elige como normal e importante. Más bien, estamos llamados a transformarnos, renovando nuestras mentes; es decir, a través de lo que leemos, escuchamos y observamos, para que podamos vivir la voluntad de Dios para nosotros. (Ver Rom. 12:2.)
Me gusta un anuncio publicado por National Airlines en 1971. El anuncio presentaba una foto de una chica con una sonrisa discreta y ropa muy decente, con la frase: “Soy Cheryl. Vuélame”. Muchas mujeres se quejaron. Pero hubo un aumento del 23 % en el número de pasajeros; hombres, por supuesto. Recientemente, una campaña publicitaria de automóviles presentó a una chica con un escote superrevelador y la frase, “Todo por solo $ 25.990”. Y otra frase: “Estoy hablando del [automóvil]”. Casi nadie se quejó, como casi nadie más se queja cuando se compara a una mujer con una marca de cerveza, por ejemplo. Por el contrario, muchas mujeres han llegado a sentirse más deseadas y poderosas en comparación con algo que muchos hombres por igual, y desgraciadamente, desean; en este caso, cerveza.
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