Por último, un libro como éste, una idea concebida en México y cuyo tema central es el presente y futuro de la filosofía, no puede dejar de tener presente al Dr. Luis Villoro, cuya autenticidad intelectual y diálogo valiente con los clásicos del pensamiento filosófico es y seguirá siendo un ejemplo para todos quienes desde este país aspiran a desempeñarse en la disciplina. Villoro, como recordamos, también se ocupó del futuro de la filosofía y al respecto señaló en 1993: “El siglo XXI será, sin duda, el de un nuevo pensamiento ético”. Esta afirmación, lejos de ser un sueño de la razón, tenía su sustento en la idea práctica con la que Villoro cierra su reflexión en ese mismo texto: “Porque si ha de advenir una nueva época, tendrá el rostro que nosotros mismos proyectemos”. 1
No podemos concluir estas líneas sin reiterar nuestro profundo agradecimiento a todos y cada uno de los destacados pensadores que aceptaron nuestra invitación a colaborar y han hecho posible el presente libro.
Suzanne Islas Azaïs
Contraste Editorial
1.¿Cuál es su balance de la filosofía del pasado siglo XX?
2.En un mundo como el actual signado por la realidad virtual, el escepticismo generalizado y de Estados nacionales que tienden a cerrarse para enfrentar las crisis alejándose así de la idea kantiana de una sociedad cosmopolita, ¿Qué lugar considera usted que tiene la reflexión filosófica? Y, en este sentido, ¿Cuáles cree que deben ser los temas, autores y problemas de los que preponderantemente tendría que ocuparse la filosofía en este siglo XXI?
3.¿Podría usted ofrecernos una idea de la situación de la filosofía en su país?
4.¿Cuáles son sus preocupaciones y proyectos filosóficos actuales?
Filosofía y evolución social, Gabriel Amengual Coll 2*
1.Cuando a finales de los años sesenta del siglo XX José Ferrater Mora (1912-1991) quiso trazar el panorama de la filosofía de mediados de siglo XX, 3lo hizo usando aquella metáfora de los tres continentes, cada uno de los cuales se dedicaba al cultivo de una determinada forma de filosofía: el europeo, dedicado a la fenomenología; el soviético, al marxismo; y el angloamericano a la filosofía analítica.
Recuerdo que para unas jornadas de filosofía a principios del siglo XXI me pidieron que hablara sobre el “Futuro de la filosofía” e hice alusión a este panorama trazado por Ferrater. En aquel momento afirmé que “la clasificación, si no totalmente exacta, era, no obstante, sugerente y reflejaba unas grandes líneas, aunque existían posibles contaminaciones y trasvases de un continente a otro y que esta clasificación, en cambio, ya dice muy poco sobre la situación de hoy, no solo porque las fronteras entre estos continentes se han vuelto borrosas, sino porque los continentes se han desfigurado o hasta han desaparecido. La filosofía marxista, si queda, es más bien residual, en todo caso, presente como telón de fondo, como es el caso de la Escuela de Frankfurt, que hoy posiblemente es más estudiada dentro del nuevo departamento de pensamiento judío que no dentro del marxista. De la filosofía analítica no se puede decir que no exista, pero ya tan mezclada con la hermenéutica, la literatura o la ciencia, que ya poco tiene de aquella analítica primera, sobria y austera, precisa y desconfiada, rigurosa y cazafantasmas, más cerca de la sintaxis y, por tanto, de la lógica que de la semántica y la pragmática, a la que finalmente la condujo el mismo Wittgenstein en su segunda época. La fenomenología seguramente es la que sigue más firme, aunque también con derivaciones hermenéuticas de todo tipo, derivaciones metafísicas y antimetafísicas, existenciales y lingüísticas, irenistas y deconstructoras”. 4
Actualmente me inclino a pensar que el esquema de Ferrater sigue siendo sugerente por el esfuerzo de esquematizar y trazar compendiosamente unas líneas generales de todo el panorama y cuáles son las fuentes de las que se nutren las diferentes corrientes, obviamente enriquecidas por la conexión con otros afluentes y otros campos. Lo único que varía es que todos estos continentes se han visitado y revisitado por sus respectivos vecinos foráneos, se han establecido conexiones y préstamos, de modo que cada continente se ha transformado desde dentro. Ya en aquel momento Ferrater los presentaba no como islas, sino como continentes o imperios con fronteras borrosas, a veces incluso muy porosas, como en el caso del continente europeo, en comunicación de unos con otros, y que ninguno de ellos —quizás con la excepción de la URSS— tenía un monocultivo en exclusiva.
En concreto la filosofía analítica ha dejado de pretender aclarar el lenguaje mediante la sintaxis y la lógica y se ha abierto a la complejidad del lenguaje y especialmente a la pragmática e, incluso, a la hermenéutica. Además ha llevado a cabo una profundización en su cercanía con la ciencia; es sin duda la corriente filosófica que se presenta más cercana a la ciencia, de modo que los filósofos de la ciencia son prácticamente todos analíticos, como si éste fuera el único modo de acercarse a la ciencia, lo cual va en perjuicio de la filosofía de la ciencia, de la ciencia y de la filosofía en general. En tercer lugar la filosofía analítica se ha abierto a los clásicos, tanto los de la antigüedad como a los modernos. En el caso de Hegel puede decirse que se ha establecido un nuevo modo de estudiar a Hegel, procedente del mundo analítico, cuyo nombre más emblemático es seguramente Robert Brandon. Si ello se compara en cómo Hegel era (o pudiera ser) visto por Bertrand Russell o Alfred Julius Ayer, se hace patente la distancia entre un punto de vista y otro, aunque todos sean inconfundiblemente analíticos.
El marxismo, por su parte, ha dejado de tener una dogmática definida y controlada por una autoridad central y se estudia tomando de él inspiraciones más o menos parciales, abandonando tesis que antaño se hubieran definido como irrenunciables, aplicándolo a campos distintos. Quizás incluso se le estudie más desde otras escuelas, como la de Frankfurt o Walter Benjamin, marxistas no siempre ortodoxos. En este sentido el marxismo aparece de manera larvada, oculta, se hace uso de argumentos suyos, pero no su cuerpo de doctrina; quizás pueda decirse que ha dejado de ser un cuerpo teórico para convertirse en un elemento de la cultura general, aunque ello signifique un debilitamiento de sus posiciones. Entre estas nuevas recepciones cabe señalar la constatación que la teoría marxista es muy rica en crítica de la sociedad y de su economía (la sociedad civil), en cambio es muy pobre su teoría del Estado, 5y no solo su política sino también su ética. 6Este último problema ha llevado a establecer una clara separación en el progreso de las fuerzas productivas y el progreso moral, separación que está en la base de todo el desarrollo de la teoría comunicativa de Jürgen Habermas. 7
Dado que ya se han mencionado cabe señalar la buena salud que goza el estudio sobre la Escuela de Frankfurt, especialmente Adorno y Benjamin, aunque de este último no pueda decirse que perteneciera a dicha Escuela, a pesar de los estrechos vínculos de amistad y de pensamiento especialmente con Adorno y Horkheimer y de que colaborara con la revista del Instituto de Investigación Social. Es verdad que ambos autores se encuentran también en la nómina de los Estudios Judíos, pero sin duda también por su pensamiento marxista.
Creo que cabe añadir un ítem nuevo y quizás propio del siglo XX, a saber, la filosofía de inspiración judía. Algunos autores casi cabría calificarlos como pensadores judíos, o incluso teólogos judíos como Martin Buber, Franz Rosenzweig y Emil L. Fackenheim, pero que también hacen incursiones en el campo estrictamente filosófico y además inspiran a otros pensadores judíos, estrictamente filósofos, como es el caso de Hermann Cohen, Walter Benjamin, todos los componentes de la Escuela de Frankfurt, desde Adorno y Horkheimer hasta Habermas, con sus diferentes colaboradores, Jacob Taubes. Se ha dicho que la religión que en siglo XX más ha influido en la filosofía ha sido el judaísmo. Ello es patente en autores como Emmanuel Lévinas. Este pensamiento judío filosófico se extiende a todas las ramas de la filosofía, pero especialmente al que se refiere a la historia y la memoria, la culpa y el perdón, crítica social y de la cultura, la ética radicada en el otro y abocada a él.
Читать дальше