Mary Shelley - Frankenstein o El moderno Prometeo

Здесь есть возможность читать онлайн «Mary Shelley - Frankenstein o El moderno Prometeo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Frankenstein o El moderno Prometeo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Frankenstein o El moderno Prometeo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A mediados del siglo XVIII, un hombre juega con la idea de la creación de la vida. Es cuando crece y va a la universidad, que lleva a cabo un experimento que helaría la sangre a cualquiera: dar vida a restos de cuerpos que alguna vez respiraron. Asustado por el monstruo que acababa de parir, Frankenstein huye y lo deja solo. La historia se divide en los relatos del creador y su deseo por olvidar su terrible experimento; y la historia del monstruo, a quién no se le da nombre, y su deseo por encontrarse con Frankenstein y obtener respuestas sobre su amarga existencia. A lo largo de estos relatos, un sin fin de tragedias llenarán la vida de ambos, para así llegar a un trágico final.
Considerada como la primera novela de ciencia ficción, Frankenstein logrará dividirte con diferentes sentimientos, como la tristeza, el amor, el enojo y la empatía. Por lo que llegarás a cuestionarte, quién es el verdadero monstruo en esta historia: aquel que, desconsideradamente ha creado algo espantoso, y de misma forma lo ha condenado a una vida de soledad, o aquella criatura que, naciendo «buena» (incluso haciendo mención a la Teoría del buen salvaje de Rousseau), es obligada a convertirse en ser malvado y lleno de odio, a la falta de comprensión y compasión de los humanos.

Frankenstein o El moderno Prometeo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Frankenstein o El moderno Prometeo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Adiós, mi querida Margaret. Puedes estar segura de que, tanto por mí como por ti, no me enfrentaré al peligro innecesariamente. Seré sensato, perseverante y prudente.

Da recuerdos de mi parte a todos mis amigos en Inglaterra. Con todo mi cariño,

R.W.

Carta IV

A la señora SAVILLE, Inglaterra. Día 5 de agosto

Nos ha ocurrido un suceso tan extraño que no puedo evitar anotarlo, aunque es muy probable que nos encontremos antes de que estas cuartillas de papel lleguen a ti.

El pasado lunes (el día 31 de julio) estábamos prácticamente cercados por el hielo, que rodeaba al barco por todos lados, y apenas había espacio libre en el mar para mantenerlo a flote. Nuestra situación era un tanto peligrosa, especialmente porque una niebla muy densa nos envolvía. Así que decidimos arriar velas y detenernos, a la espera de que tuviera lugar algún cambio en la atmósfera y en el tiempo.

Alrededor de las dos levantó la niebla y comprobamos que había, extendiéndose en todas direcciones, vastas e irregulares llanuras de hielo que parecían no tener fin. Algunos de mis camaradas dejaron escapar un lamento y yo mismo comencé a preocuparme y a inquietarme, cuando de repente una extraña figura atrajo nuestra atención y consiguió distraernos de la preocupación que sentíamos por nuestra propia situación. Divisamos un carruaje bajo, amarrado sobre un trineo y tirado por perros, que se dirigía hacia el norte, a una distancia de media milla de nosotros; un ser que tenía toda la apariencia de un hombre, pero al parecer con una altura gigantesca, iba sentado en el trineo y guiaba los perros. Vimos el rápido avance del viajero con nuestros catalejos hasta que se perdió entre las lejanas quebradas del hielo.

Aquella aparición provocó en nosotros un indecible asombro. Creíamos que estábamos a cien millas de tierra firme, pero aquel suceso parecía sugerir que en realidad no nos encontrábamos tan lejos como suponíamos. En cualquier caso, atrapados como estábamos por el hielo, era imposible seguirle las huellas a aquella figura que con tanta atención habíamos observado.

Aproximadamente dos horas después de aquel suceso supimos que había mar de fondo y antes de que cayera la noche, el hielo se rompió y liberó nuestro barco. De todos modos, permanecimos al pairo hasta la mañana, porque temíamos estrellarnos en la oscuridad con aquellas gigantescas masas de hielo a la deriva que flotan en el agua después de que se quebrara el hielo. Aproveché ese tiempo para descansar unas horas.

Finalmente, por la mañana, tan pronto como hubo luz, subí a cubierta y me encontré con que toda la tripulación se había arremolinado en un extremo del barco, hablando al parecer con alguien que estaba sobre el hielo. Efectivamente, sobre un gran témpano de hielo había un trineo, como el otro que habíamos visto antes, que se había acercado a nosotros durante la noche.

Solo quedaba un perro vivo, pero había un ser humano allí también y los marineros estaban intentando convencerle de que subiera al barco. Este no era, como parecía ser el otro, un habitante salvaje de alguna isla ignota, sino un europeo. Cuando me presenté en cubierta, mi oficial dijo: «Aquí está nuestro capitán, y no permitirá que usted muera en mar abierto.»

Al verme, aquel extraño se dirigió a mí en inglés, aunque con un acento extranjero. «Antes de que suba al barco», dijo, «¿tendría usted la amabilidad de decirme hacia dónde se dirige?».

Puedes imaginarte mi asombro al escuchar que se me hacía una pregunta semejante y por parte de un hombre que estaba a punto de morir, y para el cual yo había supuesto que mi barco sería un bien tan preciado que no lo habría cambiado por el tesoro más grande del mundo. De todos modos, contesté que formábamos parte de una expedición hacia el Polo Norte.

Tras oír mi respuesta pareció tranquilizarse y consintió subir a bordo. ¡Dios mío, Margaret…! Si hubieras visto al hombre que aceptó salvarse de aquel modo tan extraño, tu espanto no habría tenido límites. Tenía los miembros casi congelados y todo su cuerpo estaba espantosamente demacrado por el agotamiento y el dolor. Nunca había visto a un hombre en un estado tan deplorable. Intentamos llevarlo al camarote, pero en cuanto se le privó del aire puro, se desmayó. Decidimos entonces volverlo a subir a cubierta y reanimarlo masajeándolo con brandy, y obligándolo a beber una pequeña cantidad. En cuando comenzó a mostrar señales de vida, lo envolvimos en mantas y lo colocamos cerca de los fogones de la cocina. Muy poco a poco se fue recuperando, y tomó un poco de caldo, que le sentó maravillosamente.

Así transcurrieron dos días, antes de que le fuera posible hablar; en ocasiones temía que sus sufrimientos le hubieran mermado las facultades mentales. Cuando se hubo recobrado, al menos en alguna medida, lo hice trasladar a mi propio camarote y me ocupé de él todo lo que me permitían mis obligaciones. Nunca había conocido a una persona tan interesante: sus ojos muestran generalmente una expresión airada, casi enloquecida; pero hay otros momentos en los que, si alguien se muestra amable con él o le atiende con cualquier mínimo detalle, su gesto se ilumina, como si dijéramos, con un rayo de bondad y dulzura como no he visto jamás. Pero generalmente se muestra melancólico y desesperado, y a veces le rechinan los dientes, como si no pudiera soportar el peso de las desgracias que lo afligen.

Cuando mi invitado se recuperó un tanto, me costó muchísimo mantenerlo alejado de los hombres de la tripulación, que deseaban hacerle mil preguntas; pero no permití que lo incomodaran con su curiosidad desocupada, puesto que la recuperación de su cuerpo y mente dependían, evidentemente, de un reposo absoluto. De todos modos, en una ocasión, mi lugarteniente le preguntó por qué se había adentrado tanto en los hielos con aquel trineo tan extraño.

Su rostro inmediatamente mostró un gesto de profundo dolor, y contestó:

–Busco a alguien que huye de mí.

–¿Y el hombre al que persigue viaja también del mismo modo?

–Sí.

–Entonces… creo que lo hemos visto, porque el día anterior a rescatarle a usted vimos a unos perros tirando de un trineo, e iba un hombre en él, por el hielo.

Esto llamó la atención del viajero desconocido, e hizo muchas preguntas respecto a la ruta que había seguido aquel demonio (así lo llamó). Poco después, cuando ya estábamos los dos solos, me dijo:

–Seguramente he despertado su curiosidad, como la de esa buena gente, pero es usted demasiado considerado como para hacerme preguntas.

–Está usted en lo cierto. De todos modos, sería una impertinencia y una desconsideración por mi parte molestarle con cualquier curiosidad.

–Sin embargo… me ha salvado usted de una situación difícil y peligrosa; ha sido usted muy caritativo al devolverme a la vida.

Poco después me preguntó si yo creía que el hielo, al resquebrajarse, podría haber acabado con el otro trineo. Le contesté que no podía responder con certeza alguna, porque el hielo no se había quebrado hasta cerca de medianoche y el otro viajero podría haber alcanzado un lugar seguro antes, pero eso tampoco podría afirmarlo con certeza.

A partir de ese momento, el desconocido pareció muy deseoso de subir a cubierta para intentar avistar el trineo que le había precedido; pero lo he convencido de que se quede en el camarote, porque aún se encuentra demasiado débil para soportar el aire cortante. Pero le he prometido que alguno de mis hombres estará vigilando por él y que le dará cumplida noticia si se observa alguna cosa rara ahí fuera.

Esto es lo que puedo decir hasta el día de hoy respecto a este extraño incidente. El desconocido ha ido mejorando poco a poco, pero permanece muy callado, y parece inquieto y nervioso cuando en el camarote entra cualquiera que no sea yo. Sin embargo, sus modales son tan amables y educados que todos los marineros se preocupan por él, aunque han hablado muy poco con él. Por mi parte, comienzo a apreciarlo como a un hermano, y su constante y profundo dolor provoca en mí un sentimiento de comprensión y compasión. Debe de haber sido un ser maravilloso en otros tiempos, puesto que incluso ahora, en la derrota, resulta tan atractivo y encantador.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Frankenstein o El moderno Prometeo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Frankenstein o El moderno Prometeo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Frankenstein o El moderno Prometeo»

Обсуждение, отзывы о книге «Frankenstein o El moderno Prometeo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x