No es cierto .
Te dijeron que comer grasas te haría engordar y contribuiría a enfermedades del corazón.
No es cierto .
Te dijeron que tu falta de resultados se debe a que no tienes fuerza de voluntad.
No es cierto .
Te dijeron que tu desequilibrio hormonal, problemas digestivos, dolores y otras afecciones son incurables y que ninguna dieta puede remediarlos.
No es cierto .
Ahora sabemos que la composición de tu dieta —la combinación de grasas, proteínas y carbohidratos de alta calidad— , más que el minucioso conteo de calorías o la quema de muchas de ellas mediante el ejercicio, es la clave para bajar de peso y mejorar tu salud. Un paquete de galletas de 100 calorías tiene un efecto en tu cuerpo muy distinto al de medio aguacate o un puñado de almendras con el mismo número de calorías. La dieta keto se basa en ese cambio radical en nuestra comprensión de lo que hace que una dieta surta efecto o no, así como en mi larga experiencia como experto en medicina funcional y nutriólogo clínico, durante la cual he tratado a cientos de pacientes que intentaron seguir las reglas convencionales y terminaron más obesos, enfermos y cansados que antes.
No todas las dietas cetogénicas son iguales. Para obtener el máximo provecho de este nuevo enfoque para verte y sentirte mejor, los alimentos específicos que ingieres son muy importantes. La dieta keto explica mi especial versión, megasaludable y superlimpia, de ese concepto, la cual te ayudará a evitar los escollos comunes de otras dietas de este tipo, extraer el mayor contenido nutritivo de cada bocado y optimizar los beneficios de este plan transformador. Al paso de los años he descubierto la combinación ideal de los nutrientes clave, junto con sus mejores y más saludables fuentes. Mis pacientes que siguen este método reducen la inflamación, equilibran sus hormonas y pierden esa grasa obstinada que los vuelve infelices y poco sanos. Después de varios años de intentarlo, cumplen por fin sus metas de salud y bienestar.
LA DIETA CETOGÉNICA DEL DR. AXE VS . LA ESTÁNDAR |
Dieta cetogénica del Dr. Axe |
Dieta cetogénica estándar |
Infinidad de verduras |
Pocas verduras |
Carnes orgánicas |
Carnes convencionales |
Alta en colágeno |
Sin colágeno |
Alimentos con un denso contenido de nutrientes |
Centrada en mantequilla/ tocino |
Alcalinizante |
Acídica |
Hierbas y especias antiinflamatorias |
Sin hierbas/especias |
Si tú eres como la mayoría de mis pacientes, puedes suponer que perderás de 7 a 8 kilos en tus 30 días con mi dieta, y que seguirás bajando de peso en adelante si te apegas al programa del ciclo cetogénico permanente, diseñado para alcanzar y mantener a largo plazo una salud y peso óptimos. Por cierto, no comerás los mismos platillos de siempre. Las sencillas recetas de crepas cetogénicas, pizza florentina cetogénica y natilla cetogénica te encantarán. ¿Alguna vez pensaste que bajarías de peso comiendo alimentos como éstos?
Lo que puedes suponer que aumentarás con mi dieta es también transformador: energía, vitalidad y claridad mental. Quienes han lidiado con afecciones como diabetes, síndrome de ovarios poliquísticos, epilepsia, esterilidad, enfermedades del corazón y de la tiroides, problemas digestivos, esclerosis múltiple, migraña y padecimientos autoinmunes verán probablemente mejoras drásticas. Y pese a que resulta controvertido afirmar que cambios en la dieta pueden producir mejoras en el mal de Alzheimer, el autismo y el cáncer, yo he visto curaciones significativas con el tipo correcto de dieta cetogénica. Aun si intentos fallidos de sanar un trastorno crónico o bajar de peso te han desanimado tanto que ya no quieres intentarlo, en estas páginas encontrarás esperanza. Esta dieta cetogénica puede dar los resultados que ninguna otra te dará.
LA NUEVA CIENCIA CONFIRMA QUE HAY QUE VOLVER A LA NUTRICIÓN ANCESTRAL
Mi dieta cetogénica no es mágica. Su efectividad se basa en sólidos y conocidos principios científicos de la fisiología. Todos los demás planes para perder peso, incluidos los bajos en carbohidratos, te hacen quemar carbohidratos o glucosa —el azúcar que se crea cuando metabolizas aquéllos— para tener combustible, justo igual que cuando llevas una dieta normal. En cambio, la excepcional combinación de muchas grasas, pocas proteínas y muy pocos carbohidratos de mi dieta cetogénica provoca un cambio bioquímico vital en tu metabolismo. En lugar de quemar glucosa para disponer de combustible, en cuatro días empezarás a quemar grasas. Piénsalo. Luego de unos cuantos días comenzarás a incinerar esas tercas llantitas y grasa en tu vientre que quizás has intentado desaparecer durante años. Y seguirás quemando grasas mientras duermes, así que despertarás con una sensación y apariencia más esbelta. Ninguna otra dieta, salvo el ayuno, hace esto. La dieta cetogénica es una categoría en sí misma.
En comparación con la forma en que hoy come la mayoría de la gente, este enfoque de la salud máxima es revolucionario, pese a lo cual representa un regreso a los principios nutricionales de nuestros antepasados, probados por el tiempo. La biología básica de la dieta cetogénica viene de los días en que nuestros ancestros cazaban y recolectaban sus alimentos. No hacían tres comidas al día. No tenían tiendas repletas de todas las formas imaginables de alimentos, ni despensas llenas de bocadillos empacados que pudieran tomar tan pronto como les daba hambre. Por el contrario, su supervivencia dependía de lo que podían recolectar o cazar. Y aun después de que aprendieron a cultivar, comían de manera esporádica. Por ejemplo, desayunaban bien a media mañana y omitían más tarde una o dos comidas, o pasaban varios días comiendo muy poco. Su relación con los alimentos era simple y directa. Consumían lo que tenían a la mano. Cuando los alimentos escaseaban, pasaban hambre. Pero por increíble que parezca, el hambre intermitente les hacía bien.
Quizás hayas oído decir que el ayuno puede ser beneficioso para tu salud, pero no sepas por qué. En realidad es muy simple: el cuerpo humano es capaz de almacenar sólo 24 horas de glucosa, la modalidad de combustible más accesible y rápida. A menos que consumas carbohidratos, tu cuerpo es incapaz de producir más glucosa. Cuando tu provisión natural de ésta se agota, tus células recurren a su siguiente mejor opción y queman grasas para abastecerse de combustible. Tu sistema entra así en un estado restaurador, conocido como cetosis .
Durante la cetosis suceden muchas cosas buenas. Como utilizas ácidos grasos para disponer de energía, las profundas reservas de grasa persistente en tu cuerpo empiezan a desaparecer, lo que te vuelve más delgado y saludable, porque la grasa tiene que ver con las enfermedades del corazón, la diabetes, la resistencia a la insulina y otros trastornos metabólicos. Tu cerebro también se beneficia, y los efectos son tangibles: mejor memoria y claridad mental, y dolores de cabeza menos frecuentes. Al mismo tiempo que quema la grasa, la cetosis pone en equilibrio la insulina, y domar a una insulina fuera de control tiene un efecto dominó en docenas de afecciones tan peligrosas como la diabetes, problemas relacionados con las hormonas (desde síndrome premenstrual hasta testosterona baja) e inflamación crónica, responsable de afecciones como la artritis, el síndrome de intestino irritable, el dolor crónico y el mal de Alzheimer.
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