Victory Storm - No Soy Como Tú Querrías

Здесь есть возможность читать онлайн «Victory Storm - No Soy Como Tú Querrías» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

No Soy Como Tú Querrías: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «No Soy Como Tú Querrías»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tal vez no debería haber salido de casa con esa ropa interior tan sensual bajo el abrigo en pleno invierno.
Tal vez no debería haber visitado a mi novio en la oficina, aunque fuera el día de San Valentín.
Tal vez no debería haberme desnudado delante de él sin estar segura de que estábamos solos.
Tal vez podría haber evitado que lo despidieran, haciéndole perder lo que Stefan consideraba el trabajo sus sueños.
Tal vez todavía seguiríamos juntos.
Pero, en fin, han pasado siete años desde aquel día.
He crecido. He cambiado.
En resumen, Stefan ya me había hecho sentir bastante culpable después de dejarme y desaparecer por lo que había hecho.
Ahora no puede volver y pagarme con la misma moneda, ¿verdad?
No me van a despedir, ¿verdad? ¿Verdad?

No Soy Como Tú Querrías — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «No Soy Como Tú Querrías», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

«Una de esas personas que no haría daño a una mosca», trató de entender Breanna.

«Sí, así es. ¡Con él no tenéis nada que temer! Recuerdo que era incapaz de decir que no, excepto a mí cuando se trataba de su trabajo. Además, no era una persona seria o mala».

«Un blandengue, vamos».

Reí algo avergonzada. Sentí que no estaba siendo justa al describir a Stefan. Tenía miedo de decir algo inadecuado que pudiera ponerlo a él, o a ellas, en problemas.

«¡Perfecto! ¿Defectos?», Breanna volvió a preguntar.

«Se altera con facilidad y, cuando lo hace, tiende a gesticular mucho, recordé con un punto de nostalgia.

«¡Blandengue y torpe! ¡Perfecto! ¡Tipos como él nos los comemos para desayunar!», se rió Patricia mientras terminaba de arreglar las mantas y yo colocaba el último jarrón en la cómoda.

«¿Estabais hablando de mí?». Una voz masculina nos alcanzó desde atrás, haciendo que las tres nos estremeciéramos.

«Disculpe, ¿quién es usted?», le preguntó Breanna, a la vez que yo reconocía al hombre misterioso de antes.

«Stefan Clarke», respondió con esa voz baja y áspera que tanto me intrigaba.

La idea de que él hubiera oído lo que yo acababa de decir me heló la sangre, pero suspiré aliviada y me acerqué a él.

«Estábamos hablando de otra persona. Alguien con su mismo nombre, supongo».

«Estás segura, Eliza?», me respondió con tono provocador, quitándose las gafas de sol.

Cuando sus ojos color avellana con pinceladas verdes y doradas entrecerrados en una expresión de ira reprimida se cruzaron con los míos, volví a ver a Stefan. ¡Mi Stefan!

Por culpa de la conmoción, el jarrón se me resbaló de las manos y se rompió a mis pies en mil pedazos.

«Así que me recuerdas», susurró cerca de mí, atravesándome con su mirada feroz y amenazante.

«Has cambiado», es todo lo que pude decir.

«¿Para bien o para mal?».

Yo quería de vuelta a mi dulce y torpe Stefan, con su pelo corto y despeinado, su aspecto amable y su rostro angelical perfectamente afeitado. Ese no era mi Stefan.

El hombre que tenía delante no tenía nada de aquello que me gustaba de mi ex.

Mi Stefan me habría hecho sentir cómoda, mientras que este nuevo Stefan me hacía sentir pequeña e insignificante, como un bicho al que pisotear.

«No lo sé», me limité a responder, pero por la expresión de Breanna comprendí que había dado la respuesta equivocada.

«Bien. Veo que, en cambio, tú no has cambiado nada. Te sugiero que limpies rápidamente este desastre y atiendas a aquellos clientes en lugar de distraerte con chismorreos inútiles. Ahora que voy a se temporalmente tu jefe no permitiré que malgastes más el tiempo y el dinero de la empresa. No estás aquí para dedicarte a parlotear, sino para ser un valioso activo para este negocio, así que compórtate como tal. ¿Me he explicado?».

Asentí en silencio.

No sabía si molestarme más por sus palabras o por el tono duro, inflexible y despectivo con el que se dirigía a la aquí presente.

El Stefan de hace siete años nunca se habría atrevido a hablarme así.

¿Qué te ha pasado, Stefan?

«Ah, ¿Eliza?», me volvió a llamar cuando ya se había dado la vuelta para irse.

«¿Sí?».

«Haré que se deduzca el valor del jarrón de tu salario».

«¿Cómo? Pero eso no es justo, fue un accidente».

«¿Así que no asumes tu responsabilidad?», me retó, con los ojos reducidos a dos fisuras amenazantes.

«Yo no he dicho eso, pero si tu no...».

«¡Ya basta! Solo conseguirás que mi trabajo aquí sea aún más fácil. Ahora ya sé por quién empezar cuando presente mi lista de recortes de personal».

«¡Solo intentas vengarte!», exploté enfadada.

«Destrucción de la propiedad de la empresa y escenitas fuera de lugar delante de los clientes. ¿Algo más?», me dijo mientras empezaba a escribir en su móvil y me señalaba a una pareja de clientes a poca distancia de nosotros, «Ahora, vamos a ver si, al menos, eres capaz de cerrar una venta».

«¡Pero si me acabas de decir que limpie!», Tartamudeé, incapaz de reaccionar a sus ataques. Estaba demasiado alterada para oponer resistencia y no tuve la presteza de responderle como solía hacer cuando alguien me provocaba.

«Muévete».

«Atenderemos nosotras a esos clientes», se ofrecieron Patricia y Breanna abrumadas por la vergüenza y dispuestas a desaparecer.

Me arrodillé para recoger los pedazos del jarrón, teniendo cuidado de no cortarme. Solo faltaba que manchase de sangre el suelo o las alfombras que tenemos por toda la sala de exposición.

Ni siquiera tuve el valor de levantar la mirada cuando noté que se alejaba.

Oía solamente sus pasos a mi alrededor.

De repente, vi una sombra junto a mi cara.

Stefan estaba parado detrás de mí. Se había agachado y su cara rozaba la mía.

No conseguía moverme por la tensión mientras su barba me tocaba la cabeza.

«¿Todavía soy un blandengue torpe?», me susurró al oído.

«Yo no he dicho eso».

«He oído lo que has dicho de mí».

«Entonces, no me he expresado bien».

«No importa. Tendrás tiempo para ajustar el tiro y descubrir realmente a quién te enfrentas».

«Definitivamente, no al Stefan de hace siete años».

«Aquel que hiciste que despidieran».

«Todavía estás enfadado conmigo por aquella historia, ¿verdad? Me disculpé más de mil veces y, luego, desapareciste».

«Me mudé a Londres y ahora tengo una agencia de temporary management . Aquel terrible despido es agua pasada».

«¿Entonces, por qué tengo la sensación de que te estás vengando?».

«No me estoy vengando, solo quiero que sientas lo que me hiciste sentir a mi hace años».

«¡Eso es una venganza!».

«Eres una presa demasiado fácil para hablar de venganza. Otro paso en falso y haré que te despidan antes de que termine la jornada. Contigo ni siquiera tengo que esforzarme en planear una manera de echarte, de eso te encargarás tu sola. A diferencia de mí, no has cambiado nada, sigues siendo la misma chica irresponsable, frívola y descuidada que eras entonces».

«No es así. Yo también he cambiado».

«Lo dudo», me respondió fríamente mientras se levantaba y se alejaba de mí.

Quería romper a llorar.

No era así como me hubiera gustado empezar el día.

Esta no era la manera en la que había imaginado mostrarme a él si lo volvía a ver.

Después de que rompiéramos me hice una promesa y la mantuve.

Ya no era aquella cabeza loca de hacía tantos años.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «No Soy Como Tú Querrías»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «No Soy Como Tú Querrías» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «No Soy Como Tú Querrías»

Обсуждение, отзывы о книге «No Soy Como Tú Querrías» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x