Pero esta separación no solo la experimentamos en nuestro cuerpo y nuestro ser, sino respecto al entorno, al universo y a los demás seres, y esto alimenta la sensación de soledad, de aislamiento y de sufrimiento.
“El ser humano no es más que una parte de la totalidad de lo que llamamos universo, una parte limitada en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, se experimenta así mismo, sus pensamientos y sus sentimientos, como algo separado del resto; una forma de ilusión óptica de la conciencia. La ilusión es una forma de prisión que limita nuestros deseos personales y nuestra preocupación por unas pocas personas que están cerca de nosotros. Nuestra tarea es liberarnos de esa prisión, extendiendo nuestro círculo de compasión hasta abrazar la totalidad de las criaturas vivientes y la totalidad de la naturaleza en la plenitud de su belleza.
Albert Einstein
La dualidad es la propiedad o el carácter de lo que es doble o contiene en sí dos naturalezas, dos sustancias o dos principios. Así nos encontramos con conceptos como el bien y el mal, que percibimos como opuestos. Pero realmente no existe tal dualidad, en una situación lo que para una persona puede ser malo para otra puede ser bueno, todo es relativo. También nos encontramos la dualidad en nuestro interior, es decir, yo puedo comportarme de una manera con mi familia y tener comportamientos opuestos con mi pareja, incluso experimentamos dualidad cuando vivimos de una manera y nos gustaría vivir de otra.
Esta concepción de la dualidad nos hace tener un pensamiento dicotómico o binario, nos disgrega, nos separa, nos hace vivir como si fuéramos varias personas en una. También vivimos la dualidad en cuanto a lo que somos y lo que nos gustaría ser, es decir, nuestro ideal. También vivimos la dualidad entre la materia y el espíritu, mujer-hombre, bueno-malo, justo-injusto.
La dualidad proviene del pensamiento cartesiano, donde René Descartes indicaba que la mente y el cuerpo están separados, el cuerpo es material y la mente queda descrita como una entidad incorpórea, cuya naturaleza es independiente del cuerpo y que, por consiguiente, no depende de éste para existir.
En la visión holística, la mente, el cuerpo y la energía son uno, y cada uno depende del otro. Y lo que nos hace vivir con la sensación de estar separados es nuestro ego, porque nos identificamos con él, y, por ende, con el YO; pero el yo fruto de las experiencias terrenales.
Cuando nacemos, esa sensación de dualidad no existe. Nos sentimos parte de un todo, vibramos en amor y nos sentimos unidos a nuestros padres, a nuestra familia, a los demás. Por eso el niño no juzga, no tiene prejuicios, no se limita y todos son personas que forman parte de su vida. Pero, poco a poco, a medida que crecemos, comenzamos a identificarnos con nuestro YO, que se identifica con un nombre, unas cualidades, unas características…, Y es ahí donde comenzamos a separarnos, a sentirnos como un entidad diferente a los demás; lo que experimentamos, pensamos y hacemos es por nuestro yo y así comenzamos a vivir en la separación de nuestros padres, del entorno de todo y así comienzan los miedos, las frustraciones y el dolor, porque nos sentimos solos y apartados.
Y nos apegamos a nuestro ego, a ese personaje fruto de nuestras experiencias vitales y terrenales.
Por eso te invito a que te permitas ser más que tu ego, que te des cuenta que la separación es solo una ilusión y que el romper esa ilusión, te permitirá ver lo que realmente eres, y, así, los miedos y emociones del ego se difuminaran, y podrás vivir en el ser y no en el hacer; simplemente serás y dejarás de identificarte con los resultados, con lo que tienes y con lo que haces.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.