Palacio Miraflores, ca. 1890.
A medida que Buenos Aires crecía y se expandía hacia los suburbios siguiendo las vías del ferrocarril, las líneas tranviarias también comenzaron a extenderse y a unir las zonas rurales con el centro comercial y fabril del puerto. La primera línea tranviaria que llegó a Flores se debió a la iniciativa de Mariano Billinghurst, quien con su hijo Lisandro obtuvo la concesión de un servicio de tracción a sangre por la avenida Rivadavia, con lugar de partida en las inmediaciones de la Plaza de Mayo. Este primer tranvía interurbano del país fue inaugurado el 1 de noviembre de 1871 con la presencia del presidente de la Nación, Domingo F. Sarmiento. La primera línea de tracción eléctrica fue puesta en servicio en diciembre de 1897 por la empresa La Capital.
Un servicio de ómnibus a caballo había sido iniciado en septiembre de 1880 por la empresa Lacroze Hnos. y Cía. Corría entre San José de Flores y Almagro utilizando unos carruajes a la rusa llamados “hormigas”, de cuatro ruedas, descubiertos y tirados por cuatro equinos.
Incorporación a la Capital y urbanización definitiva
La Ciudad de Buenos Aires fue federalizada en 1880 y siete años más tarde los partidos de San José de Flores y Belgrano fueron cedidos por la provincia de Buenos Aires para ensanchar la Capital, transferencia que se concretó al año siguiente. De este modo, la antigua Municipalidad local situada en Constitución (hoy Fray Cayetano Rodríguez) 65 se convirtió en Subintendencia de Flores. Luego vinieron la pavimentación de avenidas y calles, el alumbrado eléctrico (primero por vía de ensayo en 1895 y luego definitivamente en 1911), las aguas corrientes (1902), los hospitales Álvarez (1901) y Piñero (1917) y los barrios Varela y Bonorino de “casitas baratas” (1925). De este modo, Flores fue tomando su fisonomía de barrio capitalino. 2
Con el tiempo, las líneas de tranvías se multiplicaron y las comunicaciones entre el barrio y el Centro se tornaron mucho más sencillas. Aquellas grandes mansiones, entonces, perdieron su razón de ser y fueron demolidas para dar paso al fraccionamiento de la tierra en lotes de 10 varas (8,66 metros) de frente. Así, en Flores se fue generalizando el afincamiento de obreros especializados, empleados jerarquizados, pequeños comerciantes y profesionales que construyeron sus casas y negocios. La plaza Pueyrredón (primero denominada 14 de Julio y luego San José) fue el centro de grandes festejos patrios, retretas y ferias benéficas. Los comercios proliferaron, las salas cinematográficas congregaron multitudes y los circos visitaron sus cada vez más escasos baldíos. Los cafés y bares se tornaron en puntos de encuentro de la bohemia local y florecieron los cenáculos literarios y tangueros, mientras las confiterías atraían señoras y señoritas para el té de las cinco.
Y también llegó el momento para los más humildes trabajadores que solo tuvieron acceso a terrenos en las zonas menos favorables del Bajo Flores. En efecto, al Sur de la avenida Campana (después denominada Avenida del Trabajo, luego Quirno Costa, más tarde nuevamente Avenida del Trabajo y actualmente Eva Perón), hacia fines de la década de 1920 y principios de la siguiente se fue extendiendo el tejido urbano sobre tierras prácticamente inútiles para todo asentamiento humano. Estos sacrificados obreros no se dieron por vencidos y se aprestaron a allanar barrancas, rellenar bajíos, sanear zanjones y cegar pantanos para construir la casita propia. Día a día y ladrillo a ladrillo, con sus familias y la ayuda solidaria que mutuamente se brindaban, esta aguerrida pléyade de pioneros urbanos levantaron sus hogares donde nadie se había atrevido. 3
Vista aérea del Barrio Varela poco después de su construcción.
Más tarde el Estado concretó las obras de desagües que terminaron con las inundaciones y prohibió la quema de basuras en los bajíos próximos al Cementerio de Flores. De este modo, el Bajo Flores fue integrándose paulatinamente al resto del barrio y a la ciudad. A tales fines concurrieron también las numerosas líneas de colectivos que comenzaron a surcar su territorio y, a partir de 1985, la línea “E” de subterráneos que lo vinculó más rápidamente con otros ámbitos urbanos. Entonces cada rincón de Flores fue estremeciéndose y el barrio entero comenzó a escribir su historia más reciente.
Los deslindes de los barrios porteños quedaron establecidos en 1968 por Ordenanza Municipal 23.698 y corregidos cuatro años después por ordenanza 26.607 de 1972. Ambas normativas fueron dictadas por el entonces Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires. En 2007, por último, tales límites sufrieron una nueva modificación por ley 2329 sancionada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Los de Flores son los siguientes: Gaona, Teniente General Donato Álvarez, Curapaligüe, Directorio, Carabobo, Castañares, Curapaligüe, Presidente Camilo Torres y Tenorio, Norberto de la Riestra, Agustín de Vedia, General Francisco Fernández de la Cruz, Varela, Perito Moreno, Castañares, Autopista Presidente Héctor J. Cámpora, Lacarra, avenida Teniente General Luis J. Dellepiane, Portela y Cuenca hasta la avenida Gaona.
1 El barrio de Flores no tiene acta de nacimiento; surgió como un pueblo de campaña luego de la parcelación de la chacra de Juan Diego Flores, quien la había adquirido en 1776. Esta finca, que tenía 500 varas (433 metros) de frente al Riachuelo por una legua (5500 metros) de fondo, 1 se extendía desde el actual cementerio de Flores hasta la avenida Álvarez Jonte, pasando por lo que hoy es el centro del barrio. Después de la muerte de Flores, acaecida en 1801, su hijo adoptivo, Ramón Francisco, y el apoderado de la familia, Antonio Millán, planificaron el futuro pueblo e iniciaron la venta de parcelas a ambos lados del Camino Real, hoy avenida Rivadavia. En aquellos tiempos era costumbre generalizada identificar parajes, caminos y accidentes geográficos con el nombre del propietario de las tierras. Fue natural, entonces, que el pueblo que se estaba formando tomara el nombre de Flores.
. Para estos cálculos hemos tenido en cuenta la legua anterior a 1857, de 40 cuadras (6000 varas), adoptada por la provincia de Buenos Aires, y la vara de 0,866 metros.
2. Cfr. Ángel O. Prignano, Historia abreviada del barrio de Flores , Buenos Aires, BP, 2014. Véase también: Arnaldo J. Cunietti-Ferrando, San José de Flores: del reparto de tierras al barrio actual , Buenos Aires, Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, 2012.
3. Cfr. Ángel O. Prignano, El Bajo Flores, un barrio de Buenos Aires , Buenos Aires, Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, segunda edición, 2009.
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