Cada quien su cuento © Claudia Guillén
Editorial Cõ
Leemos Contigo Editorial S.A.S. de C.V.
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Edición: Noviembre 2021
D. R. © Diseño de portada: Mariana Echegaray y Mauricio Méndez Reyes
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Cada quien crea, individualmente, una ilusión personal del mundo, que puede ser poética, sentimental, gozosa, melancólica, sórdida o frágil, de acuerdo con nuestras naturalezas.
Guy de Maupassant
Habitualmente la vida interior, de cada uno de nosotros, nos permite hurgar en senderos imaginarios que se fraguan a través de un sinfín de emociones que son cobijadas desde diversas narraciones. Narraciones que se van entretejiendo, como una suerte de fisonomía interior, de nuestras experiencias de vida y de lo que observamos del mundo que nos rodea. Para, así, fusionar unas con otras y dotarnos de un punto de vista único y personal. Desde la ficción, por ejemplo, se recrean mundos paralelos cargados por atmósferas que son capaces de integrar diversos comportamientos inherentes a los claroscuros de la condición humana que, justo por sus contrastes, envuelven de riqueza a las piezas narrativas.
Como es el caso de los once autores que integran la antología Cada quien su cuento, quienes abrigan la posibilidad, por derecho propio, de ser parte de la tradición de nuestras letras; dado que han comprendido que el talento demanda ser encausado para producir en el lector las conmociones de la magia. Además, advierten, que los que nos dedicamos al oficio de la escritura nos transformamos en una suerte de espías de la realidad: mitómanos empeñados en traducir el mundo que toleramos o gozamos. Este grupo de escritores saben de las exigencias de esta entrega y se asoman, por primera vez, al espejo de la página impresa: fascinante e implacable; procurando provocar el fenómeno milagroso de la lectura en los textos, aquí reunidos.
Quien se acerque al repaso de este volumen encontrará relatos forjados por el deseo de transmitir impresiones y vivencias en las que cualquiera podemos reconocernos. Puesto que en las historias que se relatan, abundan en hallazgos en temas como el amor y desamor; episodios inventados por la melancolía o el odio oculto; piezas narrativas en que la angustia de un instante o la rebeldía ante la realidad hacen compartir al lector una vida ajena que pasa, finalmente, a ser parte de su propia vida. Se aplaude el esfuerzo de estos once autores, pero, sobre todo, el logro del trabajo hecho y acabado.
Solo escribiendo se aprende escribir bien y en este aprendizaje interminable nos reconocemos todos. Como es palpable en la suma de estos once relatos que nos introducen en escenarios diversos y contundentes; se trata, pues, de un mosaico que nos da la oportunidad de sumergirnos en mundos colmados de puntos de vista que recrean situaciones y tramas por demás interesantes. Dado que se internan dócilmente en la dualidad que se inscribe en los procesos complejos que, en su conjunto, confieren de riqueza a la naturaleza humana.
¿Cuál es la condición de una mujer que sale de nuestro país para migrar a los Estados Unidos de Norteamérica y su hijo, nacido en el país vecino, es una suerte de lazarillo de la lengua anglosajona pues su madre se niega a aprenderla para no olvidar sus raíces mexicanas? En “Cinco para la hora” de Nayeli Cardona Carlin, esta pieza no sólo nos lleva de la mano por el peregrinar de una madre migrante y su hijo. Sino que, la autora, realiza un recorrido puntual y emotivo sobre, Ramírez, quien tuvo que lidiar al comunicarle a su madre un diagnóstico que es difícil de traducir en cualquier lengua y más si se es un niño.
El volumen avanza con el relato de Carla del Moral, “La casa de Santo Sabio”, en él deambulan realidades que parecieran ser tocadas por el extrañamiento de los espacios que se revelan como los escenarios en donde su narradora vivirá momentos que se dejan ver desde el exilio provocado por ese aparente retiro: que la aleja de su vida en la ciudad para llevarla a descubrir los sonidos de la vida campestre y a los animales que pueden perturbar cualquier realidad de quien los acoge.
Gabriel es un niño que está atento a todo lo que acontece en su entorno, en un pequeño poblado ubicado en la Sierra de Oaxaca. Su vida cotidiana se esparce entre sus quehaceres y su enorme gusto por provocar a su imaginación. La llegada al pueblo de un grupo de personas ajenas le producen más preguntas que respuestas. La distancia entre la luna y su humilde hogar: es la medida en que sostienen sus conjeturas que no dejan de llamar la atención de esos señores tan ajenos a él y a su geografía, como lo relata Efraín Flores en la pieza: “Ida y vuelta”.
“Goliat” de Mario A Herrera: nos sumerge en la relación cariñosa entre el narrador y su perro. Ellos se van conociendo hasta formar un vínculo que parece inalterable. Aunque, un accidente cambia drásticamente el lazo de estos compañeros: ya que el resentimiento se apropia del narrador para desatarle una lucha en la que él se extravía en sus más bajas emociones que lo empujan a tomar una decisión que cambiará la vida de ambos.
Hace no más de tres décadas, la televisión era un mundo lleno de historias donde los niños podían llevar su imaginario hasta lugares insospechados. “La ballena asesina” de Francisco J. Hidalgo Moreno, nos transporta con docilidad a finales de los años ochenta: en donde una triada familiar: madre, hijo mayor e hijo menor, recorren una aventura alrededor de la figura de este cetáceo que puede causar los más íntimos y terribles pensamientos. Pero, también, consigue unir la memoria entrañable de esa madre con aquel hermano mayor que supo comprender que las siluetas pueden ser modificadas desde el más genuino sentimiento amoroso.
Sofía Leviaguirre, realiza una pieza corta, “Una telaraña en mi garganta”, en donde integra el punto de vista de una niña quien observa atentamente cada movimiento de un ser entrañable como si al hacerlo realizara una suerte de conjuro para que nada le pueda suceder.
Los animales que se dan cita en algunos de los relatos de Cada quien su cuento, ya sea en su aspecto real como: un gato, un perro, un pájaro y una ballena. También, encuentran un espacio, a través de las leyendas que versan sobre ellos, así lo podemos leer en “El gato” de Helena Martínez Murillo, quien remueve los recovecos de este fábula para develar el pasado de ese gato antes de que se transformara en este personaje tan familiar para tantos de nosotros.
El desconcierto que aprisiona a un hombre ante la inminente llegada de la muerte y los sentimientos que se van hilvanando frente al impostergable arribo de este final sin retorno es relatado puntualmente en “Sentimiento”de Mauricio Méndez. La narración avanza al ritmo del corazón desfalleciente de su protagonista que transita por escenarios que lo encaminan hacia un abismo del que no podrá escapar; ni en el mundo onírico.
México es un país que ha recibido migrantes de diversas latitudes y esos seres encontraron en esta geografía el cobijo y el techo que en el suyo no tuvieron. María del Carmen Pariente Molinero en, “Detrás de la puerta”, lleva a cabo un ejercicio en donde nos presenta a personajes icónicos de la Segunda República Española como es el caso del poeta León Felipe; quien visita la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, para estremecer la memoria de los adultos con los que convive y, y zanja una etapa de la vida de la joven narradora.
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