• Пожаловаться

Megan Hart: Tentada

Здесь есть возможность читать онлайн «Megan Hart: Tentada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Megan Hart Tentada

Tentada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Tentada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tenía todo lo que una mujer podía desear. Mi marido, James. La casa junto al lago. Mi vida. Nuestra perfecta vida. Hasta que Alex vino a visitarnos. La primera vez que vi al mejor amigo de mi marido, no me gustó. No me gustaba cómo se comportaba James cuando estaba con él, no me gustaba que me siguiera a todas partes con sus penetrantes ojos grises. Pero eso tampoco me impedía desearlo. Y lo más sorprendente era que a James no parecía importarle. Se suponía que tenía que ser divertido. Un romance compartido por los tres para las cálidas semanas de verano que Alex pasaría con nosotros. Se suponía que nadie tenía que enamorarse o desenamorarse. Yo no necesitaba otro hombre, aunque aquél en concreto destilara sexo por los cuatro costados y conociera todos los secretos que yo desconocía, unos secretos que mi marido no había compartido conmigo. Al fin y al cabo, teníamos una vida perfecta.

Megan Hart: другие книги автора


Кто написал Tentada? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Tentada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Tentada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En ese momento supe quién había trastocado nuestra perezosa tarde de domingo. Tenía que ser Alex Kennedy. Volví a mi periódico, atenta a la conversación de James. No había nada particularmente interesante en el periódico. La verdad es que no me importaba gran cosa lo último en cuestión de moda para el verano o el coche que se llevaba ese año. Y me importaba aún menos el asunto de los robos y la política, de modo que me puse a leer por encima y descubrí que me había adelantado a mi tiempo pintando el dormitorio de color melón el año anterior. Al parecer era el color de moda de la temporada.

Escuchar sólo un lado de una conversación es como formar un rompecabezas sin mirar a la foto de la muestra. Escuchaba a James hablar con su mejor amigo del instituto sin contar con una información básica y un contexto que me sirvieran para colocar las piezas en su sitio. A mi marido sí lo conocía bien, y desde un punto de vista íntimo, pero no conocía de nada a Alex.

– Sí, sí. Claro que lo hiciste. Siempre lo haces.

Allí estaba nuevamente el interés, teñido de un entusiasmo que me resultaba desconocido. Miré a James. Su rostro resplandecía de júbilo y algo más. Algo casi doloroso. A pesar de que era un hombre que prestaba gran atención a sus prioridades, a James no le daba miedo mostrar su alegría por la buena suerte de los demás. Bien es cierto que no se dejaba impresionar con facilidad. Ni intimidar. Sin embargo, ahora parecía sentir un poco de ambas cosas, lo que me hizo olvidarme de la insipidez del color melón para concentrarme en oír lo que decía.

– Anda ya, tío, gobernarías el mundo si quisieras.

Pestañee sorprendida. El tono sincero, casi infantil, se me hacía tan desconocido como la expresión de su rostro. Era realmente sorprendente. Un poco inquietante. Era la manera en que un chico le habla a una mujer a la que está convencido de amar, pese a saber que ella ni lo va a mirar siquiera.

– Sí, lo mismo te digo -dijo seguido de una risa suave, secreta casi. No su habitual carcajada-. De puta madre, tío. Me alegra oírlo.

Otra pausa mientras escuchaba la respuesta. Me quede mirando cómo se frotaba la cicatriz curva de color blanquecino que tenía justo encima del corazón, una y otra vez, de manera inconsciente. No era la primera vez que lo veía hacerlo. El gesto le servía como talismán cuando estaba cansado, disgustado o excitado. A veces brevemente, tan sólo la rozaba de pasada como quien se sacude las migas de la camisa. En otras ocasiones, como en ese momento, la caricia adquiría un ritmo hipnótico. Me fascinaba ver cómo se acariciaba aquella cicatriz, que bien podía tener forma de media luna, o de mordisco o de ceño o de arco iris, dependía.

James frunció el entrecejo.

– No me digas… ¿En que estaban pensando? Que putada. Alex. Joder, lo siento mucho, tío.

De la euforia al disgusto en un abrir y cerrar de ojos. Esto también era inusual en mi marido, quien se movía con desenvoltura entre los distintos focos que llamaban su atención, pero manteniendo siempre una estabilidad emocional. Su léxico también había variado a lo largo de la conversación, como si hubiera vuelto a ser el hombre que era antes. No soy una mojigata respecto al uso de un tipo de lenguaje soez, pero James estaba diciendo «putada» y «joder» demasiadas veces.

Al momento su rostro se iluminó. Se irguió contra el respaldo y estiró las piernas. La luz de su sonrisa apareció por detrás de los nubarrones que parecían oscurecer su rostro sólo un momento antes.

– ¿Sí? ¡Adelante! ¡De puta madre! ¡Lo has conseguido, tío! ¡Qué de puta madre!

Llegado ese momento no pude seguir conteniendo mi expresión de sorpresa, pero James pareció no darse cuenta. Estaba brincando levemente sobre la cama, que al moverse hizo que cayeran al suelo las páginas arrugadas del periódico.

– ¿Cuándo? ¡Genial! Es… sí, sí… por supuesto. No hay problema, de verdad. Será estupendo. ¡Pues claro que te lo digo en serio! -me dirigió un vistazo rápido, pero yo estaba segura de que no me veía. Estaba demasiado absorto en lo que fuera que estuviera ocurriendo con su amigo-. ¡Qué ganas tengo! Sí. Tú avísame. Adiós, tío. Nos vemos.

Con eso pulsó el botón de desconexión y se reclinó contra el cabecero con una sonrisa de oreja a oreja tan enorme y resplandeciente que parecía un poco neurótico. Esperé a que dijera algo, a que me contara eso tan genial que tanto le había excitado. Aguanté en silencio un poco más de lo que cabía esperar.

Ya iba a preguntarle cuando James se volvió hacia mí. Me besó con pasión, enredando los dedos en mi pelo. Noté que los labios me palpitaban un poco y esbocé una mueca de dolor

– No te imaginas lo que ha pasado -dijo, pero se respondió solo sin darme tiempo a decir nada-. Una compañía inmensa ha comprado la empresa de Alex. De la noche a la mañana se ha convertido en un puto millonario.

Lo que sabía de Alex Kennedy cabría sin problemas en media página de un cuaderno. Sabía que trabajaba en la otra punta del mundo, en el mercado asiático, desde que James y yo nos conocimos. No pudo asistir a nuestra boda, pero había enviado un elegante regalo con pinta de ser escandalosamente caro. Sabía que era su mejor amigo desde que estaban en octavo curso y que habían tenido una pelea cuando tenían veintiún años. Siempre tuve la sensación de que sus desavenencias no habían quedado zanjadas por completo, claro que las relaciones entre hombres son muy distintas a las que mantienen las mujeres. Que James apenas hablara con su amigo no significaba que no se hubieran perdonado.

– Menuda noticia. ¿De verdad se ha hecho millonario?

James se encogió de hombros y tensó los dedos dentro de mi pelo al tiempo que apoyaba la espalda contra el respaldo de la cama.

– Ese tío es un puto genio, Anne. Ni te imaginas hasta que punto.

No lo imaginaba, no.

– Entonces es una buena noticia. Para él.

James frunció el ceño y se pasó una mano por el pelo. Lo tenía castaño, pero las puntas habían empezado a aclarársele ya pese a que estábamos a principios de verano.

– Sí, pero los capullos que han absorbido su empresa han decidido que no quieren que siga formando parte de la compañía. Se ha quedado sin trabajo.

– ¿Acaso necesita trabajo alguien que es millonario?

James me lanzó una mirada como diciendo que no me enteraba de nada.

– Que no sea necesario que hagas algo no significa que no quieras hacerlo. Sea como sea, Alex ya no tiene nada que hacer en Asia. Se vuelve.

Sus palabras quedaron en suspenso, habría jurado que en su tono había algo muy parecido al anhelo durante la décima de segundo en que me miró con otra enorme sonrisa.

– Lo he invitado a que venga a visitarnos. Me ha dicho que se quedará unas semanas con nosotros, mientras monta su nuevo negocio.

– ¿Unas semanas? ¿Aquí?

No quería parecer poco acogedora, pero…

– Sí -James esbozó una pequeña sonrisa, secreta, para sí mismo-. Va a ser genial. Cariño, Alex te va a encantar. Lo sé.

Entonces me miró y, por un instante, vi a un hombre desconocido. Me tomó la mano y entrelazó nuestros dedos. Después se llevó el dorso a los labios, que me acariciaron la piel, y me miró por encima de los nudillos. La excitación había oscurecido sus ojos azules.

Pero no era yo la causa de aquella excitación.

Yo era la única nuera de Evelyn y Frank Kinney. Pese al frío recibimiento que me habían dispensado cuando James y yo empezamos a salir, y el trato igualmente frío durante lo que duró nuestro compromiso, una vez me convertí en una Kinney, fui tratada como tal. Evelyn y Frank me acogieron en el seno del clan, y una vez allí, como si de una poza de arenas movedizas se tratara, poco podía hacer por escapar.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Tentada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Tentada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Lynsey Stevens: Volver a tus Brazos
Volver a tus Brazos
Lynsey Stevens
Lucy Gordon: Tiempo inolvidable
Tiempo inolvidable
Lucy Gordon
Trish Morey: Engaño feliz
Engaño feliz
Trish Morey
Kate Hoffmann: Secretos en el tiempo
Secretos en el tiempo
Kate Hoffmann
Marion Lennox: Rescatando el Amor
Rescatando el Amor
Marion Lennox
Barbara Dunlop: Secretos personales
Secretos personales
Barbara Dunlop
Отзывы о книге «Tentada»

Обсуждение, отзывы о книге «Tentada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.